LAS FALSEDADES PSEUDO-CIENTÍFICAS QUE DICE EL KYBALIÓN


 
He constatado que en el libro El Kybalión hay numerosas falsedades que han sido desmontadas por la ciencia, y a continuación les voy a mostrar las que he ido encontrando.
 
 
Las temperaturas absolutas
 
En los capítulos 2 y 10 se afirma que:
 
No hay tal cosa como el calor absoluto o el frío absoluto.
 
Pero esto es falso (al menos parcialmente) porque aunque todavía no sabemos si el calor absoluto existe, o sea la temperatura que ya no se pueda rebasar. En cambio los físicos si han descubierto el frío absoluto que es la temperatura más baja posible que se puede alcanzar, y es de −273.15 grados Celsius.
 
 
 
 
 
El azar
 
En los capítulos 2 y 12 se afirma que:
 
No hay tal cosa como el azar.
 
Pero esto es falso porque la ciencia reconoce que el azar si existe, y es cuando no se puede determinar en avance un resultado final de entre un conjunto de resultados posibles.
 
 
 
 
 
El ritmo
 
En los capítulos 2 y 3 se afirma que:
 
En todo hay ritmo, en todo hay manifestada una moción medida, a un lado y otro; un flujo y un reflujo, un vaivén hacia atrás y hacia adelante.
 
Y en el capítulo 11 se vuelve a afirma lo mismo:
 
El quinto gran principio hermético, el principio de ritmo, incorpora la verdad de que en todo se manifiesta una oscilación medida, movimiento de ida y de vuelta, un flujo y reflujo, un movimiento semejante al del péndulo, una marea con subida y bajada, manifestándose siempre entre los dos polos de los planos físico, mental y espiritual.
 
Pero esto es falso porque está científicamente demostrado que en los movimientos aleatorios o caóticos no existe esta secuencia de ida y de vuelta a la cual en realidad se le llama alternancia, no ritmo, ya que el ritmo es otra cosa.
 
 
 
 
 
El universo
 
En los capítulos 2, 3, 6 y 7 se afirma que:
 
El universo es mental.
 
Pero esto es falso porque la ciencia ha demostrado que la materia que constituye el universo es física, no mental.
 
 
 
 
 
La energía
 
En el capítulo 6 se afirma que:
 
Bajo cualquier hipótesis, el universo, en su aspecto externo, está siempre cambiando y es transitorio, y por consiguiente está desprovisto de realidad substancial.
 
Pero esto es falso porque la ciencia ha demostrado que la materia es energía condensada y por lo tanto el universo si está provisto de una realidad substancial que es la energía que lo constituye.
 
 
 
 
 
La materia
 
En el capítulo 6 se afirma que:

Sabemos que la materia es simplemente una agregación de partículas de fuerza que vibran rápidamente y giran unas alrededor de otras en formaciones de átomos.
. . .
Y las enseñanzas herméticas nos revelan que los electrones son sólo unidades de la fuerza.
 
Pero esto es falso porque el autor del Kybalión está confundiendo fuerza con energía, que no son lo mismo en la física.
 
 
 
 
 
La incandescencia
 
En el capítulo 8 se afirma que:
 
El plano de materia (A) comprende las formas de materia en sus formas sólidas, líquidas y gaseosas, tal como se reconocen generalmente en los libros de texto sobre física.
 
Pero esto es incompleto porque al autor del Kybalión se le olvidó el cuarto estado de la materia física que es la incandescencia, y esto muestra su ignorancia porque en todas las disciplinas científicas relacionadas con la materia y también en todas las tradiciones esotéricas se habla de los cuatro elementos que son: tierra, agua, aire y fuego.
 
 
 
 
 
La materia radiante
 
En el capítulo 8 se afirma que:
 
El plano de materia (B) comprende ciertas formas de materia más elevadas y sutiles cuya existencia la ciencia recién comienza a conocer, tales como los fenómenos de la materia radiante en sus fases de radio, etc., y que pertenecen a la subdivisión más inferior de este plano menor.
 
Esto es falso porque si bien es cierto que en 1879 el físico William Crookes descubrió el plasma, que es un estado de la materia superior al incandescente, y al cual él denominó “materia radiante”. Aquí el autor del Kybalión comete el enorme error de confundir ‘un estado de la materia’ con ‘un elemento de la materia’.
 
Porque el radio no es un estado de la materia que se encuentre por arriba de los cuatro estados conocidos (los cuales como vimos son: sólido, líquido, gaseoso e incandescente). Sino que el radio es un elemento químico que forma parte de la tabla periódica. Y con esto me refiero a que dependiendo de la temperatura en la que se encuentre el radio, éste puede estar en un estado sólido, líquido, etc.
 
Lo que en cambio si caracteriza al radio es que es extremadamente radioactivo, pero la radiación tampoco es un estado de la materia, sino que es un proceso físico en donde los átomos de un elemento radiactivo se transforman en un elemento más estable emanando con ello energía. Y con esto quiero decir que el radio va a seguir emitiendo radiación sin importar que se encuentre en un estado sólido, líquido, etc.
 
Así que el radio y otros elementos radioactivos no pertenecen a la subdivisión más inferior de la materia radiante, como lo pretende el autor del Kybalión, ya que los materiales radioactivos son simplemente otros elementos de la materia, pero que tienen la particularidad de emitir radiaciones.
 
 
 
 
 
El éter
 
En el capítulo 8 se afirma que:
 
El plano de sustancia etérea está compuesto de eso que la ciencia denomina «éter» y que es una sustancia de extrema tenuidad y prodigiosa elasticidad que compenetra todo el espacio universal, y sirve como un medio para la transmisión de las ondas de energía tales como: la luz, el calor, la electricidad, etc.
 
Esta sustancia etérea forma un vínculo conector entre la materia y la energía; y participa en la naturaleza de cada una de ellas. Las enseñanzas herméticas sin embargo instruyen que este plano tiene siete subdivisiones (como las tienen todos los planos menores) y que de hecho hay siete éteres, en vez de solo uno.
 
Y en el capítulo 9 se vuelve a afirma lo mismo:
 
El éter universal, cuya existencia ha sido postulada por la ciencia sin comprender todavía claramente su naturaleza, ya había sido explicado por los hermetistas, quienes aseguraron que es una manifestación superior de la materia; es decir, que el éter es materia en un grado de vibración superior.
 
Y el nombre que le dieron los hermetistas fue el de «sustancia etérea», y ellos dijeron que esta sustancia era de una tenuidad y elasticidad extremas, llenando el espacio universal y sirviendo como medio de transmisión para las ondas de energía vibratoria como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, etc.
 
La sustancia etérea es el vínculo conector entre las formas de energía vibratoria conocidas como materia, por un lado, y las que conocemos como energía o fuerza, por el otro, manifestando además un grado de vibración, en intensidad y modo, completamente propio.
 
Pero esto es falso porque si bien es cierto que desde el siglo XVII los científicos habían estado teorizando sobre la hipotética existencia de un fluido invisible al que llamaron éter y el cual ellos consideraban que llenaba todo el espacio y constituía el medio transmisor de todas las manifestaciones de la energía.
 
El resultado negativo que dio el experimento de Michelson-Morley en 1887, les hizo considerar que el éter no existía, y la teoría de la relatividad publicada en 1905 por Albert Einstein terminó por convencer a la comunidad científica de desechar completamente esa teoría del éter.
 
Y esto muestra lo poco que se informaba el autor del Kybalión porque para cuando él publicó su libro en 1908, ya habían pasado tres años que los científicos habían rechazado la existencia del éter.
 
 
 
 
 
Las energías y fuerzas del universo
 
En el capítulo 8 se afirma que:
 
El siguiente plano por encima del plano de la sustancia etérea es el plano de energía (A), el cual comprende las formas ordinarias de energía conocidas por la ciencia, siendo sus siete sub-planos respectivamente: calor, luz, magnetismo, electricidad y atracción (incluyendo gravitación, cohesión, afinidad química, etc.) y varias otras formas de energía indicadas por los experimentos científicos, pero que aún no son nombradas o clasificadas.
 
Pero esto es falso porque todas esas energías y fuerzas que menciona el autor del Kybalión se encuentran en el plano físico que él denominó “El plano de materia (A)”, porque si pertenecieran a otro plano de existencia entonces los científicos no podrían medir y examinar esas energías y fuerzas con los instrumentos ordinarios. Pero como los científicos si pueden hacerlo, eso significa que esas energías y fuerzas si pertenecen al universo físico que conocemos.
 
 
 
 
 
Las fuerzas de atracción
 
En el capítulo 9 se afirma que:
 
La ciencia todavía no ha tratado de explicar la naturaleza de los fenómenos conocidos como cohesión, que es el principio de la atracción molecular; ni el de la afinidad química, que es el principio de la atracción atómica; ni el de la gravitación (que es el más misterioso de los tres) y que es el principio de atracción por el que toda partícula o masa de materia es atraída hacia otra partícula o masa.
 
Estas tres formas de energía no las comprende aún la ciencia, pero los estudiosos se inclinan a considerar que también son manifestaciones de alguna forma de energía vibratoria, lo cual es un hecho que los herméticos han sostenido y enseñado durante largas edades en el pasado.
 
Pero esto es parcialmente falso porque los científicos ya habían estudiado la gravitación desde el siglo XVII con los trabajos de Newton, y habían profundizado su estudio con la teoría de la relatividad de Einstein en 1905. Y el autor del Kybalión está equivocado porque la gravedad funciona en grandes masas pero es casi inexistente en partículas. Y él sigue cometiendo el error de confundir energías con fuerzas.
 
 
 
 
 
Las frecuencias de vibración
 
En el capítulo 9 se afirma que:
 
Para mostrar los efectos que tienen las frecuencias de vibración cuando se van incrementando, los científicos han ofrecido la ilustración de una rueda, peonza o cilindro que se mueve cada vez más rápidamente.
 
Supongamos primeramente que la rueda o cilindro gira lentamente. Entonces lo podremos ver fácilmente, pero no percibimos el menor sonido. Luego vamos aumentando gradualmente la velocidad hasta que ésta se vuelve tan rápida que comienza a oírse una nota muy baja y grave. Y conforme sigue aumentando la velocidad la nota se va elevando en la escala musical.
 
(Observación de Cid: esto se debe por la fricción que hace ese objeto con el aire, pero si ese objeto girara en el espacio no produciría ningún sonido.)
 
Y así se van distinguiendo unas tras otras las diversas notas conforme aumenta la velocidad de rotación. Y finalmente, cuando el movimiento ha llegado a cierto límite se llega a la última nota perceptible para el oído humano, y si la velocidad aumenta aún más, entonces ya no se escucha nada.
 
Nada se oye porque la intensidad del movimiento es tan alta que el oído humano no puede registrar sus vibraciones. Entonces comienzan a percibirse poco a poco sucesivos grados de color. Primero el ojo comienza a percibir un oscuro color rojo, y este rojo va haciéndose cada vez más brillante. Y si la velocidad sigue aumentando, el rojo se convertirá en anaranjado, y el anaranjado luego en amarillo, y después seguirán sucesivamente matices de verdes, azules, índigo, y finalmente aparecerá el color violeta, conforme aumenta el grado de velocidad.
 
Y si la velocidad se acrecienta aún más, entonces desaparece todo color porque el ojo humano ya no puede registrarlos. Pero hay rayos invisibles emanando del objeto revolucionante, como los rayos que se usan al fotografiar y otras radiaciones sutiles de la luz. Entonces comienzan a manifestarse los peculiares rayos conocidos como los «rayos X», etc. (conforme va cambiando la constitución del objeto). Y cuando se alcanza el grado de vibración apropiado, se emiten electricidad y magnetismo.
 
Esto es falso porque la ciencia ha demostrado que los diferentes tipos de ondas que menciona el autor del Kybalión (luz visible, rayos ultravioletas, rayos X) así como la electricidad y el magnetismo NO se producen porque un objeto esté girando cada vez más rápidamente sino por las reacciones físicas y químicas que se producen en ese objeto y que no tienen nada que ver con su rotación.
 
 
 
 
 
Los átomos
 
En el capítulo 13 se afirma que:
 
Las últimas enseñanzas científicas dicen que los corpúsculos o electrones creadores son femeninos (la ciencia dice que “están compuestos por electricidad negativa” pero nosotros los hermetistas decimos que están compuestos por energía femenina).
 
Un corpúsculo femenino se destaca, o mejor dicho, deja a un corpúsculo masculino y comienza una nueva carrera. Activamente busca una unión con un corpúsculo masculino, animado por el impulso natural a crear nuevas formas de materia o energía.
 
Y cierto autor va aún más lejos y dice que “enseguida busca, por su propia voluntad, una unión”… y este desprendimiento y unión forman la base de la mayor parte de las actividades en el mundo químico.
 
Cuando un corpúsculo femenino se une a otro corpúsculo masculino, empieza determinado proceso. Las partículas femeninas vibran más intensamente bajo la influencia de la energía masculina y giran rápidamente en torno de esta última. Y el resultado es el nacimiento de un nuevo átomo.
 
Pero esto es falso porque el autor del Kybalión quiere meter el concepto de género en la creación de los átomos, pero la ciencia ha demostrado que en realidad el procedimiento es diferente.
 
 
 
 
 
Los cristales
 
En el capítulo 13 se afirma que:
 
Algunos investigadores científicos han anunciado su creencia de que en la formación de los cristales se encuentra algo que corresponde a una especie de actividad sexual, lo que es una prueba más de la dirección en donde sopla el viento actualmente sobre el campo de la ciencia.
 
Pero esto es falso porque los cristales no se forman por una especie de actividad sexual, sino por un procedimiento de disolución que es muy diferente a la procreación sexual.
 
 
 
 
 
El género
 
En el capítulo 13 se afirma que:
 
Cada año que pasa aportará nuevos hechos que corroborarán la exactitud del principio hermético de género. Se encontrará que el género está en operación constante, manifestándose en todo el campo de la materia inorgánica, así como en el campo de la energía o fuerza.
 
Pero esto es falso porque hay energías y fuerzas que no tienen una complementariedad, por ejemplo no existe una gravitación de "género opuesto” que repele a las masas.
 
 
 
 
 
La gravitación
 
En el capítulo 13 se afirma que:
 
¿No es enteramente razonable y lógica la enseñanza hermética que afirma que la misma ley de la gravitación (esa extraña atracción por la cual todas las partículas y cuerpos en el universo tienden unos hacia otros) no es sino otra manera de manifestarse el principio de género, que opera en la dirección de atraer las energías masculinas hacia las femeninas y viceversa?
 
Y les reitero que esto es falso porque tampoco existen masas masculinas y femeninas. El autor del Kybalión quiere ver género en donde no lo hay.
 
 
 
 
 
La electricidad
 
En el capítulo 13 se afirma que:
 
La electricidad se considera actualmente como “algo” en lo que todas las demás formas de energía se mezclan o disuelven. La teoría eléctrica del universo es la última doctrina científica emitida, y está adquiriendo rápidamente una gran popularidad y aceptación.
 
Pero esto es falso porque no existe ninguna teoría científica que diga eso, la cual además es incorrecta.
 
 
 
 
 
El sexo
 
En los capítulos 2 y 13 se afirma que:
 
Ninguna creación física es posible sin el principio del género.
 
Pero esto es falso porque existen otras maneras de procrear aparte de la sexual, por ejemplo:
 
Las células se reproducen dividiéndose.
 

 
 
Las plantas verdes inferiores como son los hongos, las algas, los musgos y los helechos se reproducen mediante la propagación de esporas, que son células reproductoras que generan nuevos organismos sin la necesidad de fertilización.
 
 
 
 
Animales poco desarrollados como son las esponjas de mar, los cnidarios y los briozoos se reproducen por medio de la gemación que es un proceso en donde se va formando una prominencia sobre el individuo progenitor, que al crecer y desarrollarse, origina a un nuevo ser.
 

 
 
Otros animales y plantas un poco más desarrollados como por ejemplo son las estrellas de mar, los gusanos planos y los pólipos pueden reproducirse por medio de la regeneración que consiste en crear un nuevo ser a partir de un fragmento suyo.
 

 
 
 
 
 
 
CONCLUSIÓN
 
Todas estas falsedades muestran que el autor del Kybalión era muy ignorante en asuntos científicos y desacreditan mucho la calidad de su libro.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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