EL OBELISCO DE CENTRAL PARK SEGÚN SPENCER LEWIS

 

 

Este obelisco egipcio que se encuentra en el parque central de Nueva York se le conoce como “La Aguja de Cleopatra”, y Harvey Spencer Lewis, el fundador de AMORC, mostró mucho interés hacia este monumento.

 

 

En un artículo que se publicó en The Port Wayne Journal-Gazette el 2 de abril de 1916, Lewis informó que:

 

« Según nuestro calendario actual, fue en la semana del 28 de marzo al 4 de abril de 1489 a. C. cuando Tutmosis III., Gobernante de Egipto, y su pequeño grupo de pensadores avanzados, organizaron el primer Concilio de la Orden [Rosacruz] fuera de la clase en filosofía que se había estado reuniendo en las cámaras reales y representaba el saber más elevado del mundo. Había doce en el grupo: nueve hombres y tres mujeres.

 

Hay doce grados en Rosacrucianismo. Desde entonces, las figuras 9 y 3 han sido reconocidas como símbolos místicos. El nombre [Rosacruz] de la Orden no se adoptó de inmediato, pero los principios, reglas y modos de procedimiento esbozados por Tutmosis han quedado y se afirma prácticamente sin cambios en el ritual de todas las logias rosacruces.

 

Tutmosis erigió dos obeliscos fuera del Templo de Karnak, donde se reunía la orden. Según una tradición de la orden, uno de estos obeliscos iba a estar algún día en la "Tierra donde el águila extiende sus alas" [o sea los Estados Unidos]. Y lo está. Está en Central Park, en la metrópolis del mundo, lleno de inscripciones significativas para los Rosacrucianos.

. . .

Me llegaron algunas joyas preciadas de la Orden. La más preciada de todas fue el Escarabajo original de Tutmosis III, utilizado por el antiguo fundador para imprimir su cartucho en sus decretos reales. Este cartucho fue adoptado como el primer sello de la Orden y el Escarabajo fue utilizado durante cientos de años en Egipto por los Maestros Supremos [Rosacruces] que lo sucedieron. El obelisco en Central Park lleva este cartucho de Tutmosis.

 

La presencia del Escarabajo original en manos del Maestro del Nuevo Mundo [o sea Spencer Lewis] simboliza el paso del espíritu del fundador de Egipto a América. »

(p.46)

 

 

Y para resaltar la importancia que tiene ese obelisco, en ese artículo aparece un dibujo donde se representa la historia de los Rosacruces (contada según Spencer Lewis) y la cual comienza con ese obelisco y termina con Spencer Lewis quien se encuentra flotando a la derecha:

 

 

 

 

Estas aseveraciones posteriormente Lewis las volvió a afirmar en otro artículo que se publicó en el diario The World el 2 de julio de 1916, y en donde él dijo:

 

« La Orden rosacruz se estableció en la dinastía de Tutmosis III quien fue el esposo de Isis. El obelisco de Central Park es uno de los dos erigidos en Egipto por Tutmosis III, y estuvo destinado a estar algún día en el país donde el águila despliega sus alas, lleva el sello de la Orden así como muchos otros auténticos símbolos rosacrucianos. »

 

 

 

 

 

 

 

 

OBSERVACIONES

 

Es cierto que el nombre de Tutmosis III se encuentra inscrito en el obelisco de Central Park como lo pueden observar en la siguiente figura, en la columna de en medio, en la parte de arriba:

El sello de Tutmosis III según Lewis

Un lado del obelisco

 

 

 

Y también esa figura aparece en los otros lados del obelisco, pero Spencer Lewis lo copió incorrectamente ya que en el jeroglífico de en medio Lewis puso tres partes salientes rectangulares hacia arriba cuando en el jeroglífico original son siete púas.

 

 

Pero es completamente falso:

 

-      que Tutmosis III haya sido el fundador de los Rosacruces,

-      que ese obelisco esté lleno de inscripciones significativas para los Rosacruces,

-      que Spencer Lewis haya recibido la más preciada de todas las joyas rosacruces que es el Escarabajo original de Tutmosis III,

-      y que el Escarabajo haya sido utilizado durante cientos de años en Egipto por los Maestros Supremos Rosacruces que existieron.

 

 

Lo que pasa es que como Lewis vivía en Nueva York, al ver el obelisco de Central Park le pareció una buena idea inventar que el faraón que mandó construir ese obelisco fue el fundador de la Orden rosacruz, y el hecho que ese obelisco se encontrara ahora en los Estados Unidos simbolizaba “el paso del espíritu del fundador de Egipto a América”.

 

Pero si ese obelisco hubiera sido mandado hacer por otro faraón, apuesto que Lewis hubiera dicho que ese otro faraón era el fundador de los Rosacruces.

 

 

 

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Y este es un ejemplo más del enorme charlatanismo de Harvey Spencer Lewis.