EL ATAQUE DE LOS MISIONEROS Y LOS COULOMB CONTRA BLAVATSKY CONTADO POR SINNETT


(Esta es la segunda parte del capítulo 10 del libro de Alfred Sinnett  "Incidentes en la Vida de Madame Blavatsky", y añadí subtítulos para facilitar la lectura.)



Resumen de ese acontecimiento

Una revista de Madrás llamada Christian College Magazine (que es el órgano de los misioneros cristianos de esa zona) publicó una serie de cartas supuestamente escritas por la Sra. Blavatsky a una tal Sra. Coulomb, quien había vivido con ella en la India durante algunos años, primero en Bombay y luego en Madrás.

La señora Coulomb y su esposo dirigían un hotel en El Cairo donde para su pesar la señora Blavatsky los conoció, durante la época de su fallida Sociedad Espiritista.

Años después los Coulomb llegaron a la India en graves apuros económicos, y fueron hospitalariamente acogidos por la señora Blavatsky en Bombay.

Finalmente se establecieron como miembros del grupo: la Sra. Coulomb se encargaba de la casa a cambio de su alojamiento y manutención, y su esposo, supuestamente, buscó trabajo durante mucho tiempo.

El acuerdo era en general muy informal, pero duró más que muchos otros que se establecieron inicialmente de forma más permanente. Sin embargo con el tiempo los buenos sentimientos entre ambas partes, de los que se supone que surgió el acuerdo, dieron paso, al menos por parte de la Sra. Coulomb, a sentimientos muy diferentes.

Todo el asunto de no ser por sus consecuencias posteriores, sería demasiado ignominioso para discutirlo, pero sin entrar ahora en detalles que solo podrían tratarse, si acaso con una extensión desproporcionada a su importancia, cabe explicar que la Sra. Coulomb proporcionó al editor de esa revista una serie de cartas, aparentemente de la Sra. Blavatsky dirigidas a la Sra. Coulomb, algunas de las cuales, de ser auténticas, habrían demostrado que la Sra. Blavatsky utilizó a la Sra. Coulomb y a su esposo como cómplices en una larga sucesión de fenómenos fraudulentos. 




Respuesta de Blavatsky

Cuando la revista que contenía las cartas se recibió en Europa, la Sra. Blavatsky escribió la siguiente carta sobre el tema al Times, y su carta se apareció en la publicación del 9 de octubre [de 1884]:

« Señor,

En relación con la supuesta revelación en Madrás de una conspiración deshonrosa entre dos personas llamadas Coulomb y yo para engañar al público con fenómenos ocultos, debo decir que esas cartas que supuestamente fueron escritas por mí en realidad no son mías.

Reconozco frases aquí y allá, tomadas de antiguas notas mías sobre diversos asuntos, pero están mezcladas con interpolaciones que distorsionan por completo su significado. Con estas excepciones, todas las cartas son una invención. 

Los inventores deben haber sido completamente ignorantes de los asuntos de la India, ya que me hacen hablar de un "Marajá de Lahore", cuando cualquier escolar indio sabe que tal persona no existe.

Con respecto a la sugerencia de que intenté promover la prosperidad financiera de la Sociedad Teosófica mediante fenómenos ocultos, afirmo que jamás he recibido ni intentado obtener dinero de nadie, ni para mí ni para la Sociedad Teosófica, por tales medios. Y desafío a cualquiera a que demuestre lo contrario.

El dinero que he recibido lo he ganado con mi propio trabajo literario, y estas  ganancias y lo que quedó de mi herencia al irme a la India, se han dedicado a la Sociedad Teosófica.

Hoy soy una mujer más pobre que cuando con otras personas, fundé la Sociedad Teosófica.

Su obediente servidora, 

H.P. Blavatsky.

77 Elgin Crescent, Notting Hill, Oeste, 
7 de octubre. »




Respuesta del Sr. Fox

El mismo periódico también contenía, en la misma fecha, una carta del Sr. St George Lane Fox:

« Señor, 

En el Times del 20 y 29 de septiembre, usted publica telegramas de su corresponsal en Calcuta referentes a la Sociedad Teosófica. Como acabo de regresar de la India y soy miembro de la junta de control designada para gestionar los asuntos de la Sociedad Teosófica durante la ausencia del Coronel Olcott y Madame Blavatsky, espero que me permita, a través de sus columnas, añadir algunas palabras a las noticias que usted publica. 

En primer lugar, estos Coulomb, quienes, en colaboración con ciertos misioneros, ahora intentan desacreditar a la Sociedad Teosófica, trabajaban en la sede de la Sociedad Teosófica en Adyar como personal de limpieza, y la junta de control al descubrir que carecían de principios y siempre intentaban extorsionar a los miembros de la Sociedad, los despidió.

Mientras tanto habían estado construyendo todo tipo de trampillas y paneles corredizos en las habitaciones privadas de Madame Blavatsky, quien con gran llaneza les había cedido estas habitaciones.

En cuanto a las cartas supuestamente escritas por Madame Blavatsky, publicadas recientemente en un periódico "cristiano" indio, yo al igual que todos los que conocen las circunstancias del caso, no tengo la menor duda de que quienquiera que las haya escrito no son Madame Blavatsky.

Personalmente le doy muy poca importancia a este nuevo escándalo, ya que no creo que la verdadera causa teosófica se vea afectada en lo más mínimo.

El movimiento teosófico está ya consolidado y debe seguir adelante, a pesar de los obstáculos. Cientos, si no es que miles, ya han sido guiados a través de él a percibir que, por razones científicas y no meramente sentimentales, la pureza de vida es aconsejable, y que la honestidad de propósito y la actividad altruista son necesarias para el verdadero progreso humano y el logro de la verdadera felicidad.

Su obediente servidor.

St. G. Lane Fox, FTS 
Londres, 5 de octubre. »




Reacción de la SPR

Sin embargo, existía una gran inquietud entre algunas personas que habían estado muy interesadas en los informes sobre los logros ocultistas de Madame Blavatsky en la India, sobre la posible autenticidad de las cartas.

Finalmente la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres (SPR) decidió enviar a Madrás a uno de sus miembros, dispuesto a investigar in situ todas las transacciones a las que se referían las cartas.

El señor Richard Hodgson, el caballero en cuestión, viajó a la India en noviembre de 1884 y permaneció allí hasta abril del año siguiente.

A su regreso presentó a su Sociedad un informe totalmente desfavorable para la Sra. Blavatsky, y el comité de la SPR designado para investigar la naturaleza de los fenómenos "relacionados con la Sociedad Teosófica" informó a su vez, en una reunión de la SPR celebrada el 24 de junio, que las cartas publicadas por los misioneros eran auténticas, según la opinión de los 'expertos' (véase el Apéndice), y que bastaban para demostrar que la Sra. Blavatsky "ha estado involucrada en una prolongada y continua colaboración con otras personas para producir por medios ordinarios una serie de aparentes maravillas en apoyo del movimiento teosófico".




Reacción de muchos indios

Mientras tanto, la Sra. Blavatsky había regresado a la India, y a la llegada a Madrás del vapor en el que ella viajaba, una delegación de estudiantes nativos de los colegios de Madrás subieron a bordo para darle la bienvenida.
 
El significado de la manifestación residía en que las acusaciones contra ella se originaban en cartas supuestamente escritas por ella y publicadas en una revista supuestamente identificada con una de las universidades.

La Sra. Blavatsky fue conducida a un salón público donde se encontraban reunidos una gran cantidad de nativos y los delegados estudiantiles le leyeron lo siguiente: 

« Al darle esta nuestra más cordial bienvenida a su regreso de las campañas intelectuales que ha llevado a cabo con tanto éxito en Occidente, somos conscientes de que sólo estamos dando una débil expresión de la "inmensa deuda de infinita gratitud" que la India tiene con usted. 

Ha dedicado su vida al servicio desinteresado de difundir las verdades de la Filosofía Oculta. Ha derramado una luz tan intensa sobre los sagrados misterios de nuestra antigua religión y filosofía al enviar al mundo esa maravillosa obra suya, "Isis Develada".

Gracias a su exposición, nuestro amado Coronel Olcott se ha visto inducido a emprender esa gigantesca labor de amor: vivificar en los altares de Aryavarta las llamas moribundas de la religión y la espiritualidad. 

Mientras en un punto del globo se dedicaba con todo su corazón y alma a la tarea de propagar la Verdad eterna, sus enemigos de este lado se han mostrado igualmente diligentes. Nos referimos a los recientes y escandalosos sucesos en Madrás donde un empleado suyo expulsado se convirtió en el blanco fácil de las burlas.

Mientras contemplamos tales futilidades con el desprecio indignado que sin duda merecen, le aseguramos que nuestro afecto y admiración, merecidos por la nobleza de su alma, la nobleza de sus aspiraciones y los sacrificios que ha realizado, están demasiado arraigados como para ser conmovidos por las ásperas explosiones de rencor, ira y calumnia que sin embargo son frecuentes en la historia de la Teosofía.

Que los reverenciados Maestros cuyos corazones rebosan de amor por la Humanidad continúen como siempre ayudándole a usted y a nuestro estimado Coronel en el descubrimiento de la Verdad y la difusión de la misma, es la ferviente oración de sus afectuosos servidores para usted Querida y Reverenciada Señora, 

Estudiantes de los Colegios de Madrás. »

El discurso fue firmado por más de trescientos estudiantes. 




La actitud del Sr. Hodgson

Durante gran parte del tiempo que el Sr. Hodgson pasó en Madrás, la Sra. Blavatsky permaneció en cama agonizando, como creían sus amigos y como ella misma lo suponía.

Sin embargo su recuperación hacia una relativa salud constituyó al final uno de los fenómenos no menos sorprendentes relacionados con la historia de su vida.

(Nota de Cid: varios testigos aseguran que fue el maestro Morya quien salvó milagrosamente a Blavatsky, ver link.)

La Sra. Blavatsky me escribió hacia el final de ese período:

« Me veo obligada a escribirle una vez más. He sacrificado mi reputación y mi honor, y durante los pocos meses que me quedan de vida me importa poco lo que me suceda.

Pero no puedo dejar que la reputación del pobre Olcott sea atacada como está siendo por el Sr. Hume y el Sr. Hodgson, quienes han enloquecido repentinamente con sus hipótesis de fraude más fenomenales que los fenómenos mismos.

Yo, junto con otros mil teósofos, protesto contra la manera en que el Sr. Hodgson lleva a cabo las investigaciones. Él acepta solo a nuestros mayores enemigos, quienes le mostraron algunas cartas supuestamente recibidas hace siete años desde los Estados Unidos, según le asegura a Hodgson.

Hodgson copia algunos párrafos de las cuales se comporta de forma sumamente perjudicial, y basa su teoría en que soy un espía ruso.
. . .
Pero sepa cómo intenté conciliar a los hindúes con los ingleses. Cómo hice todo lo posible para que se dieran cuenta de que el gobierno inglés, por malo que les pareciera, era el mejor que podían tener. 

Desafío a encontrar un hindú respetable y confiable que diga que alguna vez le dije una palabra desleal. Y sin embargo, debido a cierto documento que me robaron, y que los misioneros le mostraron, un documento parcial o totalmente escrito en clave, el Sr. Hodgson me ha proclamado públicamente ser una espía rusa. »


Volviendo a este tema un poco más adelante, ella dice:

« Ellos (refiriéndose a los misioneros) lo llevaron al Comisario de Policía, lo examinaron los mejores expertos, lo enviaron a Calcuta durante cinco meses, removieron cielo y tierra para averiguar qué significaba la clave, y ahora, desesperados, lo abandonaron.

Es uno de mis manuscritos Zenzar, estoy completamente seguro de ello, pues falta una de las hojas de mi libro, con las páginas numeradas. »

El zenzar es un lenguaje místico con un carácter peculiar propio, utilizado por los ocultistas iniciados del Tíbet.




Las consecuencias que esto tuvo sobre Blavatsky

La señora Blavatsky fue exiliada a Europa y ella permaneció un tiempo en un hotel cerca de Nápoles, cuando llegó a Europa a su regreso después de su enfermedad, y desde allí ella le escribió a mi esposa el 21 de junio [de 1885], en respuesta a una carta de condolencias.

« Ver tu caligrafía tan familiar fue realmente grato, y el contenido de tu carta aún más.

No. ... Nunca pensé que pudieras creer que yo te hice las jugarretas de las que ahora me acusan, ni tú ni ninguno de los que tienen a los Maestros en su corazón y no en la mente. 

Sin embargo aquí estoy, acusada sin ningún medio para demostrar lo contrario, de los engaños más sucios y viles jamás practicados por un médium medio muerto de hambre.

¿Qué puedo hacer y qué debo hacer?
 
Es inútil escribir para persuadir o intentar discutir para que cambien de opinión con quienes seguramente me creerán culpable. Que así sea. El combustible de mi corazón se ha quemado hasta el último átomo. De ahora en adelante, no se encontrará en él más que cenizas frías. He sufrido tanto que ya no puedo sufrir más. Simplemente me río ante cada nueva acusación.

"A pesar de los expertos", dices. ¡Ah! Deben ser famosos los expertos que encontraron auténticas todas las cartas de Coulomb. El mundo entero puede inclinarse ante su decisión y agudeza, pero hay una persona al menos en este ancho mundo a la que nunca podrán convencer de que esas estúpidas cartas fueron escritas por mí, y es H.P. Blavatsky.

Mira, quiero que sepa estos hechos. Hasta el día de hoy, no me han permitido ver ni una sola línea de esas cartas. ¿Por qué no pudo el Sr. Hodgson venir a mostrarme al menos una? 
. . .
Dime, ¿es legal en Inglaterra acusar públicamente incluso a un barrendero en su ausencia sin darle la oportunidad de decir una sola palabra en su defensa; sin hacerle saber siquiera de qué se le acusa exactamente y quién es el que lo acusa y es presentado como prueba principal?

Porque desconozco la primera palabra de todo esto. Hodgson llegó a Adyar, fue recibido como amigo, interrogó y repreguntó a todos los que quiso; los jóvenes (hindúes) de Adyar le dieron toda la información que él necesitaba.

Si ahora encuentra discrepancias y contradicciones en sus declaraciones, sólo demuestra que, sintiendo como todos sentían que era (a su vista) pura tontería dudar de los fenómenos de los Maestros, no se habían preparado para el interrogatorio científico y tal vez habían olvidado muchas de las circunstancias.
. . .
Aquí estoy. ¿Adónde iré ahora? No lo sé al igual que el hombre en la luna. Por qué [los Maestros] querrían mantenerme con vida es algo demasiado extraño para mí; pero sus caminos son, y siempre han sido, incomprensibles. ¿De qué yo sirvo ahora a la causa?

Dudada y sospechada por toda la creación excepto unos pocos, ¿no haría yo lo que quisiera? ¿Le haría más bien a la Sociedad Teosófica morir que vivir? » 










No hay comentarios.:

Publicar un comentario