(Este artículo fue escrito por Alsibar quien ha estudiado mucho a los guías espirituales, principalmente a Krishnamurti, y el texto original en portugués lo pueden leer en este link.)
En esta conversación, abordo una pregunta muy pertinente que me planteó mi amigo Aramísio sobre unas supuestas discrepancias que existen entre las enseñanzas de Jesús, más concretamente en las Cartas de Cristo, y las del gran sabio indio Jiddu Krishnamurti. ¡Vale la pena leer la conversación y sacar tus propias conclusiones!
Aramisio: Sé que las enseñanzas de dos maestros pueden parecer divergentes, pero incluso si lo parecen, pueden conducir al mismo objetivo.
Por ejemplo, existen algunos contrastes aparentes entre las Cartas de Cristo y las enseñanzas de Krishnamurti.
Por nombrar solo dos, observo que en todas las Cartas queda muy claro que podemos orar y pedirle al Padre (La Conciencia Universal) lo que queramos, y Él nos lo concederá.
También es evidente que la meditación se enseña de la forma más convencional: «momentos de meditación».
Por otro lado, como bien sabes, esto no es lo que enseña Krishnamurti. ¡Y estos son dos puntos importantes! ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Alsibar: Sí, siempre hay diferencias entre los maestros porque son personas distintas. Nadie es igual: Buda, Jesús, Ramana, Krishnamurti, UG y Vimala difieren enormemente entre sí. Por eso, cada persona tiene una visión personal de lo que es más importante en el camino espiritual.
Por ejemplo, tomemos el tema de la oración. Como ya he explicado, Krishnamurti nació en un país donde la gente valora mucho la oración. Pero estas prácticas no los transformaron, no los liberaron de la agresión, el ego, el sufrimiento ni el conflicto.
Por eso Krishnamurti decidió no enfatizar la oración porque su misión en ese momento era precisamente dar una dosis de realidad a esa parte de la humanidad que tanto "reza" pero permanece atrapada en las cadenas del ego, la ilusión y el sufrimiento.
Aramisio: Cierto. En realidad, esta realidad sobre la oración aplica a todos.
Alsibar: Cierto, continuando, otra posibilidad que explicaría el hecho de que Krishnamurti NO enfatizara la oración sería que él mismo nunca necesitó orar.
¿Y por qué no?
Por dos razones principales:
Primero: todo lo que necesitaba le llegaba fácilmente, sin esfuerzo ni dificultad. En resumen, nunca necesitó pedirle nada a Dios.
La otra posibilidad es que ya estuviera unido a la Fuente. Su mente estaba plenamente conectada con la Verdad/Dios como si fuera un todo integrado. Así que no había división entre devoto y objeto devocional, sujeto y objeto; ya era uno con lo que él llamaba lo Desconocido.
Entonces, ¿para qué orar si ya no había separación, distancia ni división?
En mi opinión, estas son las razones que explican por qué Krishnamurti no habló ni enfatizó la importancia de la oración.
Aramisio: Tal vez.
Alsibar: Yo hablo mucho de la oración. Es parte de mi historia. La oración ha demostrado ser eficaz y útil en muchos momentos difíciles de mi vida, incluyendo la aclaración de cuestiones espirituales y filosóficas. Creo que es muy importante, pero hay que saber orar correctamente.
La gente no sabe orar; solo sabe pedir cosas materiales: trabajo, dinero, una casa o cualquier otro deseo material. Pero la verdadera oración se reduce a pedirle a Dios sabiduría, fuerza y fe, para poder decir con el corazón: ¡Señor, hágase tu voluntad!
Aramísio: Sí, claro, en ese estado, la oración no tiene sentido. ¡Pero los demás aún no estaban en ese estado!
Alsibar: Sí, en mi opinión, es una falla en la enseñanza de Krishnamurti. No es de extrañar que solo quienes siguieron otros caminos alcanzaran la iluminación... Porque a través del camino puro de Krishnamurti, sería difícil para cualquiera comprender o lograr algo.
Tanto Vimala como UG siguieron otros caminos... e integraron la visión de Krishnamurti con otras percepciones y enseñanzas. Y así, llegaron allí...
Aramisio: Cierto, pero eso no le resta importancia a sus enseñanzas. ¡Sus enseñanzas son muy profundas!
Alsibar: Pero mientras que Krishnamurti no tenía experiencia con la oración, Cristo en cambio se dedicó por completo a ella. Esto también se explica por varios factores históricos y culturales, y también por la peculiaridad de su misión.
En cambio Ramana (quien es un famoso instructor del Advaita) no predicaba la oración, sino la aceptación.
Por otro lado Krishnamurti era un maestro de la meditación, un maestro incomparable. Alguien que dominaba la meditación con una profundidad única. Cristo también la conocía, por supuesto... pero no era, digamos, un "experto".
Aramisio: Sí, la meditación para él debía ser un estado permanente.
Alsibar: Cada maestro tiene una característica única. Así como hay profesores de portugués, matemáticas, geografía, inglés, química, biología, etc. Cada maestro domina un aspecto del camino, y esto es importante para llegar a la humanidad en su infinita diversidad.
No es que uno enseñe una cosa y otro otra. No es así. Hay un hilo conductor que conecta todas estas grandes enseñanzas. Pero cada maestro le da su propio énfasis personal a un aspecto u otro.
Por ejemplo, Jesús fue un gran maestro del amor, la oración y la fe. Krishnamurti fue un experto en meditación y autoconocimiento de una manera única. Ramana enfatizó el silencio y la entrega... y así sucesivamente.
Esto explica algunas diferencias superficiales en la visión y las enseñanzas de estos grandes maestros, pero en el fondo, enseñan esencialmente lo mismo.
Aramisio: Ahhhh... sí. Cuando leo las Cartas de Cristo, siento que mi vibración se eleva, y me siento en una cima, pero luego todo vuelve a la normalidad. Pero cuando leo a Krishnamurti, siento que los cimientos de mi ego se desmoronan profundamente.
Alsibar: Sí, en otras palabras, las enseñanzas se complementan. Una trabaja el ego, la otra eleva la frecuencia/vibración; en esencia, son enseñanzas complementarias.
Yo, en cambio soy muy místico, más centrado en la oración y la devoción. No abandoné mi fe por Krishnamurti, y de hecho nunca he visto ninguna contradicción entre él y Jesús, Krishna, Buda, Ramana, Lao Tzu, por ejemplo.
Aramisio: Son parte de un todo
Alsibar: Exactamente. Solo quienes tienen una comprensión superficial de estas enseñanzas ven la contradicción. Cuando se llega a la esencia de la comprensión (es decir que se comprende las enseñanzas) entonces se empieza a entender los Evangelios, el Bhagavad Gita, Krishnamurti, el Tao Te Ching, las Cartas de Cristo y el Quinto Evangelio como partes del mismo mosaico, por así decirlo.
Aramisio: Las aparentes contradicciones están en la superficie.
Alsibar: Sí, solo en apariencia. Imaginemos un mosaico o un vitral. Imaginemos que el mosaico es el Dharma, la Verdad Universal. Pero cada maestro es responsable de crear, pintar o explicar solo una parte de este "gran mosaico" que es la Verdad.
Así, cada uno "pintará" a su manera dando un toque personal a cada parte de esta gran obra. Pero cada uno compone el Todo, siendo parte indivisible de él.
También podemos imaginarlo como un largo camino. Cada maestro se encarga de una parte del camino. Así, él, "Dios", la Inteligencia Universal, puede llegar a diferentes personas en diferentes niveles de conciencia y así ayudarlas a evolucionar.
Si la Verdad no tuviera esta "versatilidad", no podría llegar a todos. Así cada uno comprenderá un poco de esta verdad, de este camino, según su propia capacidad y nivel de comprensión.
Aramisio: ¡Sí, por supuesto!
Alsibar: Entonces, las enseñanzas de Krishnamurti operan a un nivel muy elevado. Es una verdad muy profunda que él trajo al mundo. Tan profunda que pocos la comprendieron.
¿Quién, entre quienes vivieron con él, logró realmente lo que él señaló?
Solo conozco a dos: UG y Vimala.
¿Y por qué lo lograron?
En mi opinión, porque estaban casi "listos", necesitando solo un pequeño empujón, que Krishnamurti les dio. Son personas que están al borde del Abismo Divino... ¡Muy cerca del Gran Salto hacia lo Desconocido!
En cambio Jesús, por su amor y compasión, vino por todos pero especialmente a buscar a los que él llamaba "ovejas perdidas".
Y desde esta perspectiva, la obra de Jesús fue mucho mayor y más difícil, y requirió un método de enseñanza único que Krishnamurti, al parecer, ¡no poseía!
Aramisio: Hay partes clarísimas, otras parecen incomprensibles. Casi parece una obra de dos autores.
Alsibar: Cierto. El hecho es que la Conciencia de Krishnamurti estaba en contacto directo con una inteligencia muy alta.
Actuaba como una especie de "portavoz" de esta energía. es algo verdaderamente elevado, pero no pudo descender de sus alturas.
Krishnamurti no experimentó la transición de una mente conflictiva a una mente sin conflictos. No pudo ponerse en nuestro lugar, percibir nuestras dificultades y limitaciones.
Pero Cristo sí pudo y por eso Jesús fue un Premavatar, una encarnación del Amor.
Muchos maestros y sabios indios consideran a Krishnamurti un Jnanavatar, una encarnación de la Sabiduría Divina.
Aramisio: Léia, la de la entrevista, sólo leyó a Krishnamurti, ¿verdad?
Alsibar: Hasta donde yo sé empezó con Joel Goldsmith, ¿lo has leído?
Aramisio: Sí, fue uno de los primeros.
Alsibar: Es interesante, combina un poco la dimensión devocional (oración) con este aspecto de la meditación (silencio). Y entonces, Leia empezó a leer e investigar sobre Krishnamurti, vio sus videos, y fue entonces, mientras lo investigaba, que me encontró y empezamos a hablar.
Pero yo ya conocía a alguien que venía del Té (Ayahuasca)... no había leído a ninguno de estos maestros antes y tenía un nivel de despertar muy avanzado.
Otros pasaron por Krishnamurti y luego por UG... y también comprendieron lo esencial. Así que los caminos son variados...
Aramisio: ¿Crees que el té fue la causa del despertar?
Alsibar: No lo creo, porque me dijo que lo abandonó. Y solo después de abandonarlo todo: el té, las búsquedas, las lecturas, las técnicas y los gurús, experimentó una profunda transformación interna.
¿Viste la historia de ese amigo que te envié ayer?
Lo intentó todo: prácticas, sistemas, técnicas y nada... y de repente, mientras bebía un chimarrão y oía mugir a las vacas, lo invadió el silencio y el vacío.
Aramisio: ¡Sí, muy interesante! Como he leído las Cartas de Cristo 25 veces, voy a leer menos ahora para dedicarme a leer a Krishnamurti.
Alsibar: Leer demasiado es un obstáculo. Se lee para vivir, para aprender, para experimentar... Pero hay quienes creen que alcanzarán esta plenitud leyendo en exceso.
Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Es mejor leer menos, comprender y experimentar... que leer mucho, no comprender nada o no lograr nada.
Aramisio: Por supuesto, absolutamente.
Alsibar: Obviamente, cada persona es diferente. Leí mucho a Krishnamurti. Pero no fue la cantidad de lectura lo que me hizo comprenderlo. Al contrario, cuando dejé de leerlo, cuando lo abandoné por completo, fue cuando me di cuenta. Y entonces, de repente, todo se aclaró. No necesité leer más.
Aramisio: Entiendo.
Alsibar: Es bueno saberlo.
Aramisio: Leo mucho (antes lo hacía, ahora leo menos), porque entender lo que leo me hace experimentar la presencia divina.
Alsibar: ¿Y cómo es esa “presencia divina”?
Aramisio: La presencia es omnipresente, sólo que no siempre somos conscientes de ella.
Alsibar: Ya veo. ¡Eso es, amigo!
Aramisio: ¡Gratitud!
Alsibar: De nada y ¡hasta la próxima!
OBSERVACIONES
Es cierto que los humanos son diferentes en sus naturalezas (por ejemplo unos son más devocionales, mientras que otros son más mentales) y es por eso que existen diferentes senderos que llevan hacia lo divino en función de las características de los diferentes tipos de humanos que existen.
Pero también no todos los guías están al mismo nivel, y hay unos que son más discernientes mientras que otros no tanto, y hay otros que tienen muchos conocimientos mientras que otros son bastante ignorantes. Sin mencionar a los numerosos pseudo-guías o de plano tremendos charlatanes.
Y es por eso que yo les recomiendo que se mantengan críticos, discernientes, cautos, y busquen a los más grandes instructores que puedan. Y también aprendan a sacar lo bueno y desechar lo malo de cada guía espiritual.
Aprendan a evaluarlos en su contexto y no se fanaticen por ninguno de ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario