A finales de 1885 la Sociedad para la investigación Psíquica de Londres (SPR) publicó el "Informe Hodgson" donde acusó a Helena Petrovna Blavatsky de ser una embustera.
El periodista Alfred Sinnett consideró que una buena defensa sería escribir una biografía de Blavatsky, y él junto con la condesa Constance Wachtmeister le escribieron a la hermana de Blavatsky, la señora Vera Petrovna Zhelikhovsky, para pedirle que les enviara toda la información posible sobre el pasado de Blavatsky.
A lo que la señora Vera le respondió lo siguiente a la condesa:
« San Petersburgo,
15 de enero de 1886 (Nota: esta fecha es del antiguo calendario ruso juliano, que cambiado al actual calendario europeo gregoriano corresponde al 27 de enero de 1886.)
Estimada señora,
Perdone la demora en responder. La enfermedad de mi hija, así como mi propia enfermedad mental y de salud, son mis únicas excusas.
Me veo obligada a decirle y pedirle que tenga la amabilidad de reenviar o repetir mi respuesta al señor Sinnett:
No puedo añadir nada a lo que ya he escrito sobre todo lo que sé de los acontecimientos y viajes de mi hermana.
En cuanto a su infancia, la recuerdo muy poco, ya que yo era varios años menor y por lo tanto crecí separada de ella y de nuestra tía menor, la señorita Nadejda Fadeyeff, quien sin duda puede ser mucho más útil en este asunto para vuestras investigaciones.
Asimismo, en los viajes de mi hermana por tierra y mar, su única corresponsal casi regular —tenga en cuenta la reticencia— fue esta tía y mejor amiga suya.
Por mi parte, solo sé que toda su vida [de Blavatsky] fue una migración continua entre África, América y Asia, lugares que sin duda ella conoce mucho mejor que Europa. En el Lejano Oriente, supongo, pasó la mayor parte de los diez años, de 1850 a 1860, en los que rara vez tuvimos noticias de ella. Yo por ejemplo, durante varios años la creí muerta y debidamente enterrada.
Ahora bien, todo lo que he visto de los fenómenos, mientras Helena vivió conmigo cerca de Pskoff (desde su regreso a Rusia en el invierno de 1959) en mi casa de campo y últimamente en 1984 en París, lo he descrito minuciosamente, y no tengo nada más que decir: así que le ruego al Sr. Sinnett si está dispuesto y es capaz de "llenar", como él dice, "las deficiencias" de mis escritos, que lo haga en su nombre , no en el mío.
Pero eso no serviría, ¿sabe?, ni para él, ni para mí, ni para Helena. El inglés es bien conocido y muy leído en Rusia. Mi nombre y mis escritos también son bastante conocidos. Cualquier adición sería obvia y causaría una mala impresión.
En cuanto a que Helena es espía del gobierno ruso, esa es una impostura tan crasa y absurda que estoy seguro de que ningún hombre sensato en el mundo le prestará atención.
Sus oponentes seguramente saben que este tipo de actividades se pagan bien, y si Helena hubiera estado al servicio espía del Imperio Ruso, entonces ella no estaría obligada ahora, en su vejez y enfermedad, a trabajar para ganarse el pan.
Es una calumnia monstruosa, y el Sr. Sinnett bien podría echársela en cara a esos ruines adversarios.
Le ruego, señora, que acepte mi más sincero respeto y agradecimiento por la amistad que siente por mi pobre hermana. Que Dios la ayude en sus apuros.
Vera Zelihovsky.
PD: Entregue la nota adjunta a mi hermana, por favor. »
(Esta carta se publicó en el libro "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", carta 130)
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