En
la conferencia que dio el 22 de septiembre de 1923, Rudolf Steiner dijo lo
siguiente:
« La grasa actúa como un lubricante para
todo el cuerpo.
Cuando un hombre está dormido, la grasa no se asimila
sino que se deposita. En cambio durante la vida
de vigilia, la grasa actúa como un lubricante constante.
Aunque también puede darse el caso que la
grasa no se deposite de la manera correcta, sino que simplemente se eliminen en
las heces, y
cuando esto sucede, hay muy poca grasa en el organismo
y por lo tanto una lubricación inadecuada. »
Aquí Rudolf Steiner comete el error de
considerar que la grasa que absorbe el cuerpo desempeña la misma función que la
grasa que se aplica en las maquinas, o sea que sirve para lubricar. Pero eso es
falso porque la grasa en el cuerpo sirve como reservorio energético, mientras
que las articulaciones del cuerpo son lubricadas por el líquido sinovial el cual está
compuesto por plasma y no por grasa.
Y
posteriormente en la conferencia que Rudolf Steiner dio el 2 de agosto de 1924,
él aseveró lo siguiente:
« Hay una situación similar con la grasa
que con las proteínas. Hacemos nuestra propia proteína
interna utilizando solo el carbono de la proteína externa que ingerimos.
Y también hacemos nuestra propia grasa.
Y también para las grasas usamos muy poco
nitrógeno de nuestros alimentos. Así que ya ven,
producimos nuestras propias proteínas y grasas. »
Y
aquí Rudolf Steiner comete otro error ya que él pensaba que, de las proteínas y
de las grasas que ingerimos, solo conservábamos y utilizábamos el carbono que
hay en ellas, mientras que el resto de los elementos que estas contienen (hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre, etc.) los desechábamos.
(Esto lo detallo más en el artículo anterior a
este.)
Y ahí el lector a justo título se exclamará:
¿Y
cómo vamos entonces a elaborar las moléculas que necesita nuestro cuerpo?
Pues bien, según Rudolf Steiner, todos esos
elementos (hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre, etc.) los absorbemos por
medio de la respiración, y una vez adentro de nuestro cuerpo estos elementos se
van a combinar con el carbono que guardamos de las proteínas y de las grasas ingeridas
para así formar nuestras propias proteínas y grasas que necesita nuestro cuerpo.
Pero esto que asegura Rudolf Steiner es
completamente falso debido a que la ciencia a demostrado que del aire que
respiramos, solo utilizamos el oxigeno para la combustión energética de las
células. Mientras que de las proteínas y de las grasas que ingerimos, nuestro
cuerpo guarda todos esos elementos (carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno,
azufre, etc.) en forma de ácidos grasos y aminoácidos.
Y más adelante en esa misma conferencia
Rudolf Steiner afirmó que:
« Las grasas no entran directamente en
el cuerpo, sino que pasan de la sangre a la cabeza y desde allí se distribuyen
al resto del cuerpo. »
Y una vez más esto que dice Rudolf Steiner es
completamente falso porque las grasas se distribuyen directamente por todo el
cuerpo a través del sistema sanguíneo sin que tengan que pasar previamente por
la cabeza.
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Y
esto demuestra que Rudolf Steiner inventaba muchas cosas sin verdaderamente
saber sobre el tema.
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