En
la conferencia que dio el 22 de septiembre de 1923, Rudolf Steiner dijo lo
siguiente:
« Nosotros tomamos sal con nuestra
comida no solo para hacerla sabrosa, sino también para que podamos pensar. Y las sales contenidas en los alimentos deben llegar al
cerebro si queremos ser capaces de pensar. Si
una persona está tan enferma que toda la sal en su comida se deposita en el
estómago o los intestinos y no es llevada por la sangre al cerebro, esa persona
se vuelve estúpida y aburrida. Ese es el punto
al que hay que llamar la atención.
El espíritu que trabaja como el poder
creativo en la naturaleza necesita sustancia. Y si se evita que el espíritu use sustancias, por ejemplo si
las sales se depositan en el estómago y los intestinos en lugar de llegar al
cerebro a través de la sangre, el hombre se vuelve estúpido y aburrido. »
Pero
esto que afirma Rudolf Steiner es falso porque la substancia que realmente
necesita el cerebro para poder funcionar adecuadamente es la glucosa, mientras
que la sal NO tiene una función específica en el cerebro y sirve en el cuerpo principalmente
para mantener el equilibrio de los líquidos corporales.
Y
este es un ejemplo más de como Rudolf Steiner inventaba cosas falsas sin tener
un verdadero conocimiento al respecto.
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