Sobre
Moisés, el gran dirigente de los judíos,
Max Heindel escribió lo siguiente:
« Los pocos atlantes que sobrevivieron al
Diluvio, así como la liberación de la humanidad de la reglamentación absoluta
de los guardianes sobrehumanos, están descritos en las narraciones de Noé y de
Moisés, que no son más que diferentes versiones de los mismos acontecimientos. »
(Recolecciones
de un místico, capítulo 3)
« Leemos en la Biblia, la historia del
modo en que Noé y un residuo de su pueblo junto con él, fueron salvados del
diluvio y formaron el núcleo de la humanidad de la edad del Arco Iris, en la
cual nos hallamos todavía actualmente.
Y
en la Biblia se dice también que Moisés sacó a su pueblo de Egipto, atravesando
las aguas que ahogaron a sus enemigos y los liberó con la denominación de “el pueblo
elegido”. »
(Iniciación
Antigua y Moderna, capítulo 1)
« Durante la Época Atlante, la humanidad
fue roja y amarilla, excepto una sola raza que fue blanca. Y ese pueblo eran
los Semitas originales, la quinta de las razas atlantes.
A
esos atlantes se les llamaba Nibelungos,
o hijos de la neblina, en las antiguas leyendas, porque entonces la atmósfera
de la Tierra era una niebla muy densa. Y en la última mitad de la Época Atlante
esa atmósfera se condensó, resultando en grandes inundaciones hasta que
gradualmente el mar cubrió la mayor parte del globo.
Entonces
la atmósfera se aclaró sobre la tierra, y este punto de la evolución lo
describe la Biblia en la historia de Noé, el guía de los Semitas, que saliendo
de la sumergida Atlántida vio por primera vez la lluvia, fenómeno imposible en
la nebulosa atmósfera de la primitiva Atlántida.
Y
también oímos hablar de esas emigraciones en la historia de Moisés y de los
israelitas que salieron de Egipto mientras que el rey egipcio y sus hombres se
ahogaron en las aguas del Mar Rojo.
Ese
pueblo había sido elegido para ser los progenitores de nuestras razas actuales
arias, pero no todos ellos fueron fieles a las órdenes de su guía. »
(Filosofía
rosacruz en preguntas y respuestas 1, n. 26)
« Los semitas originales fueron la
quinta raza atlante. Fueron los sobrevivientes de la sumergida Atlántida de
quienes se habla en las historias de Noé y Moisés. Y tenían que ir a la tierra
prometida, no a la insignificante Palestina, sino a toda la Tierra, tal como
ahora está constituida.
Esa
tierra era prometida porque el planeta estaba sufriendo los cambios usuales
cuando una raza nueva va a tomar posesión de ella. Las inundaciones habían
destruido la civilización atlante y el núcleo de las actuales razas arias se
congregó en el desierto de Gobi, en el Asia Central. »
(Filosofía
rosacruz en preguntas y respuestas 1, n. 21)
« La niebla se fue condensando
gradualmente inundando los valles de la Atlántida y haciendo perecer a esa raza
perversa que eran los atlantes, salvo unos cuantos que eran el “pueblo elegido”,
elegido para formar el núcleo de la actual raza Aria, para que heredaran la tierra
prometida, o sea la Tierra tal como está ahora constituida.
Estos
pocos se salvaron según se relata en la historia de Noé y de Moisés, quiénes
guiaron al pueblo de Dios desde Egipto (la Atlántida) a través del Mar Rojo
(las inundaciones de la Atlántida), donde el Faraón (el malvado rey de esa
raza) pereció con todo su ejército. »
(Cristianismo
Rosacruz, instrucción 13)
« Ya para entonces la neblina se había
condensado en agua que gradualmente inundó el valle de la Atlántida, situado
entre la actual Europa y América, así que se hizo necesario para el “pueblo de
Dios” que fuera guiados hacia afuera de la inundada Atlántida, según se relata
en la historia de Noé, que fue el primero que vio el arco iris (porque ese
fenómeno era imposible en la nebulosa atmósfera de la Atlántida) y de Moisés
que guió al “pueblo elegido” a través de las aguas del Mar Rojo, donde el Faraón
(o sea los malvados reyes atlantes) perecieron. »
(Cristianismo
Rosacruz, instrucción 20)
CONCLUSIÓN
Entonces como ustedes
mismos lo pueden ver, para Max Heindel, Moisés fue en realidad un atlante que
guió a la quinta raza atlante, hacia Asía, salvándolos así de la inundación que
ocurrió en la Atlántida. Y como se los detallé en el capítulo anterior a éste,
la interpretación que hace Max Heindel sobre la historia de Noé es tremendamente
delirante y falsa. Y por las mismas razones lo es también la interpretación que
él hace de la historia de Moisés.
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