Sobre
este tema, Max Heindel en su libro “Iniciación
antigua y moderna”, escribió lo siguiente:
« Por medio del estudio de la Cosmología
y el pictórico resumen de la evolución que se nos da en los “Eddas del Norte”,
atesorados por los sabios escandinavos antes de la era Cristiana, podemos
aprender más de este período de la historia de la Tierra y la importancia que
tiene sobre el tema que debatimos.
Del
mismo modo que nosotros enseñamos a nuestros niños valiéndonos de cuentos y
dibujos, lecciones que ellos no podrían concebir intelectualmente, así también
los Caudillos divinos de la humanidad se vieron obligados a enseñar a las almas
de la infantil humanidad que estaban bajo su custodia por medio de imágenes y
de alegorías, y por su acción prepararlas para una enseñanza de índole más elevada
y superior de un día venidero.
El
gran poema épico llamado “La Ley del Nibelungo”, nos cuenta la leyenda de lo
que nosotros estamos buscando ahora, esto es, el origen cósmico del rito del
Bautismo y el por qué es necesariamente el punto preliminar en el espiritual desarrollo
del Cristiano místico.
La
cosmogonía de los Eddas es semejante a la de la Biblia en algunos sentidos, y
en otros puntos está de acuerdo con la teoría de Laplice. Copiemos unos versos
de la versión de la misma hecha por Oehlenschlaeger:
“En la primitiva alborada de los seres todo
no era más que un abismo tenebroso, y no se conocía ni cielo ni tierra. Al
Norte, densísimas nieblas y fríos hielos se agolpaban en montañas por el
lúgubre agujero de Niflheim; en cambio,
al Sur, por el radiante polo de Muspel.
el fuego se erguía victorioso.
Entonces,
una vez que hubieron pasado largas edades, la niebla del caos se encontró con
un soplo tibio, el torbellino de Niflheim,
resultando de ello un frío pero con prolífico calor.
De
aquí se formaron gotas que con el paternal aire que llegaba desde la tibia
región de Muspel produjeron el gran Aurgelmer.”
De
modo que por la acción del calor y del frío, “Aurgelmer” o como es llamado, el “Gigante
Ymer”, fue primeramente formado. Y este fue la simiente de donde vinieron las Jerarquías
espirituales, los espíritus de la tierra, del aire, del agua, y finalmente el
hombre.
Al
mismo tiempo el Padre del Todo creó la “Vaca Audumla” de cuyas cuatro tetas
salieron cuatro chorros de leche, que nutrían y alimentaban a todos los seres.
Estos son los cuatro éteres, uno de los cuales ahora sostiene al mineral, dos
de ellos alimentan a las plantas, tres al animal, y todos los cuatro al reino
humano. Y en la Biblia se habla de cuatro ríos que nacían del Paraíso. »
(Capítulo
2)
OBSERVACIÓN
Desafortunadamente la
interpretación que hace Max Heindel de la mitología germana (y también de la
interpretación que hace de la Biblia) es errónea, porque en realidad los éteres no existen debido a las razones que
explico en este otro capítulo.
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