EL CUERPO VITAL DURANTE LA ÉPOCA DE LA ATLÁNTIDA SEGÚN MAX HEINDEL




Sobre este asunto, en su libro “Enseñanzas de un Iniciado”, Max Heindel escribió lo siguiente:

« Mientras vivíamos en la antigua Atlántida, en las cuencas de su suelo, la presión de la neblina cargada de humedad era muy grande. Y en consecuencia se endurecía el cuerpo denso, y otro de sus resultados fue el que las vibraciones de los cuatro vehículos superiores que lo interpenetran quedaron considerablemente retardadas.

Esto fue especialmente cierto con el cuerpo vital, que se compone de éter, es decir, un grado de materia perteneciente al mundo físico y sujeto a algunas leyes físicas.

La fuerza vital del sol no penetraba la neblina densa en la misma abundancia como lo hace en la clara atmósfera de ahora. Y si añadimos a esto el hecho de que los cuerpos vitales de aquel tiempo estaban casi enteramente compuestos de los dos éteres inferiores, que fomentan la asimilación y la reproducción, comprenderemos entonces por qué el progreso en ese tiempo era tan lento.

El hombre llevaba una existencia casi puramente vegetativa, y sus principales esfuerzos eran la obtención de alimentos y la reproducción de su especie.

Y si tal hombre hubiese sido trasplantado a nuestras condiciones atmosféricas actuales, la falta de presión exterior habría provocado una salida del cuerpo vital, lo que significaba la muerte.

Gradualmente el cuerpo físico se hizo menos denso y el volumen de los dos éteres superiores aumentó, de modo que el hombre se capacitó poco a poco para vivir en una atmósfera clara y bajo una presión disminuida, tal como la que disfrutamos desde que sucedió el Diluvio, cuando se condensó la neblina.

Desde aquella época hemos podido también asimilar más de la fuerza vital del sol. Y la mayor proporción de los dos éteres superiores que se encuentra ahora en nuestros cuerpos vitales, nos capacita para expresar los más elevados atributos humanos que son propios del desarrollo de esta época.

Las vibraciones del cuerpo vital bajo las presentes condiciones atmosféricas han capacitado al espíritu para crear lo que llamamos la civilización, que consiste en progresos industriales y artísticos, y en normas morales y espirituales»
(Capítulo 1)







OBSERVACIÓN

Pero desafortunadamente todo esto que dijo Max Heindel, él lo está inventando porque en realidad ustedes deben de saber que no existen los éteres, por las razones que les explico en este otro capítulo.
(Link)









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