LA IMPORTANCIA DEL ÚLTIMO PENSAMIENTO AL MOMENTO DE MORIR

Sobre este asunto, Blavatsky señaló lo siguiente:

« La ciencia oculta enseña que la condición de la mente cuando un hombre muere, es de la mayor relevancia debido al estado anormal y psíquico en que uno se encuentra en ese momento.

Por consiguiente el último pensamiento de una persona al morir tiene mucha influencia en su futuro inmediato. La cuerda del arco se encuentra estirada hasta la oreja, la flecha está lista para salir del arco, y el objetivo decidirá el destino inmediato de la flecha.

Y un texto sagrado hindú dice que:

« Feliz es para quien el mantra Om es el arco, Atman (el Si Superior) es la flecha, y Brahman (El Dios cósmico) es ¡su objetivo! »

(Mundaka Upanishad II, ii, 4)

Porque en ese sagrado momento, las fuertes aspiraciones espirituales, ya sean naturales o inducidas por la fervorosa exhortación, ya sea de alguien que tenga una verdadera convicción, o mejor aún, de alguien que posea la Gnosis divina; protegerán el Alma de ese humano que está dejando la vida física.

Pero esto no significa que nosotros respaldemos la superstición del “arrepentimiento en el lecho de la muerte”, debido a que la inmutable justicia y armonía de la Ley Kármica, solo pueden devolver un efecto efímero por una causa fugaz, y el resto de la deuda Kármica deberá ser pagado en futuras vidas terrestres.

En la Biblia dice:

« Ponte de acuerdo rápidamente con tu adversario, mientras estás con él en el camino; por si acaso en algún momento tu adversario te entrega al juez, y el juez te entrega al oficial, y seas arrojado en prisión. AMÉN les digo, tu no saldrás de ahí hasta que hayas pagado el último cuarto de penique. »

(Mateo, V, 25,26)

Y de acuerdo a la interpretación gnóstica y esotérica, esto quiere decir que debes de trabajar mientras es todavía de día (o sea mientras que todavía estás con vida), para que las buenas acciones kármicas equilibren las malas causas que previamente la personalidad había puesto en movimiento.

Porque de lo contrario al no hacerlo, al morir seremos juzgados por nuestro propio Ser Superior, y bajo la batuta de los agentes de la Ley Kármica (los Demiurgos colectivamente), y tendremos que reencarnar de nuevo en la prisión del cuerpo, hasta que el mal Karma que hayamos generado en el pasado sea agotado. Pues hasta que el último cuarto de penique de la deuda kármica no se haya saldado, no podremos jamás desligarnos de la rueda del Samsara (el ciclo de las reencarnaciones). »

(CW 13, p.74-75)

OBSERVACIONES

Vemos por lo tanto que el último pensamiento que tenemos al momento de morir tiene mucha importancia. Pero ustedes deben de saber que en realidad existen dos “últimos pensamientos”:

1) Por un lado está el último pensamiento que nosotros podemos efectuar de manera voluntaria e intencional, y este pensamiento es el que va a tener una gran influencia en nuestro futuro inmediato después de morir.

Y así por ejemplo, los maestros explicaron que la mayoría de los humanos pierden la conciencia después de morir y permanecen dormidos cuando entran en el plano astral. Pero el maestro Pastor enseñó que si al momento en que uno está muriendo, te concentras, mencionas el mantra “So-Ham” y te enfocas en lo que significa ese mantra, o sea en que: “tú eres un alma”.

Entonces después de morir vas a permanecer despierto y trasladado directamente a una zona elevada del plano astral, y en este otro capítulo detallo lo que Pastor dijo al respecto (link).

2) Y por el otro lado está el último pensamiento que nosotros tenemos al momento de morir, pero que no podemos controlar y que se da después de que vemos pasar toda nuestra vida ante nuestros ojos.

Y este otro último pensamiento va a ser la síntesis de lo que más hayamos efectuado durante nuestra vida en la Tierra, y va a tener una gran influencia en nuestra existencia en el Devachan (el Cielo) y también en nuestra siguiente reencarnación.

Y sobre este asunto el maestro Kuthumi escribió:

« Ese pensamiento que es el más fuerte en nosotros en esa hora suprema, cuando como en un sueño, los acontecimientos de toda una vida, hasta sus más mínimos detalles, son reunidos en el más grande orden en unos cuantos segundos ante nuestra visión. Ese sentimiento se convertirá en el confeccionador de nuestra dicha o infortunio, en el principio de vida de nuestra existencia futura. »

(CM 20, p.127-128)

Y William Judge también precisó que:

« Cuando el humano fallece, el alma hace una revisión secuencial de los acontecimientos pasados. Toma la suma total, y sobresale la tendencia promedio, y su aroma final forma la nota tónica de la existencia devachánica. »

(Ecos del Oriente III, p.43)

Y este otro segundo pensamiento (o tonalidad, o vibración, como ustedes lo quieran llamar) no se puede manipular en ese momento en el que estamos muriendo, sino que lo vamos construyendo cotidianamente a partir de las acciones que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida terrenal.