Sobre
este tema, en su libro “Principios de
salud y curación”, Max Heindel escribió lo siguiente:
« Me han preguntado si una persona puede
ser influida durante el sueño natural, de la misma manera que puede serlo en el
sueño hipnótico, o si existe alguna diferencia.
Y
efectivamente existe una diferencia. En el sueño natural, el Ego, envuelto por
la mente y el cuerpo de deseos se sale del cuerpo físico y generalmente flota
sobre el cuerpo, o por lo menos, permanece muy cerca de él, unido al mismo por
el cordón plateado, mientras que el cuerpo vital y el denso descansan en el
lecho.
Entonces
es posible influir sobre la persona, instalando en su cerebro los pensamientos
e ideas que deseamos comunicarle. Sin embargo, en esos casos no podernos obligarla
a hacer nada o aceptar otras ideas que no sean las que estén en armonía con sus
propias tendencias.
Es
un imposible ordenarle que haga algo y obligarla a obedecer, como ocurre cuando
el alma ha sido expulsada del cuerpo por el hipnotizador, porque es el cerebro
el que mueve los músculos, y durante el sueño natural el cerebro está
interpenetrado por el propio cuerpo vital, teniendo un perfecto dominio de sí
mismo, mientras que durante el sueño hipnótico los pases del hipnotizador han expulsado
el éter del cuerpo vital del cerebro hasta los hombros de la víctima, quedando
colgado del cuello como si fuera una echarpe.
Entonces
el cerebro denso queda abierto al éter del cuerpo vital del hipnotizador que ha
desplazado al de su verdadero dueño. Así pues, durante el sueno hipnótico la
víctima no tiene libertad para elegir sus ideas o los movimientos que tenga que
hacer con su cuerpo, pero durante el sueño ordinario conserva su libertad. »
(Capítulo
13)
OBSERVACIÓN
Desafortunadamente lo que dijo aquí Max Heindel es falso porque
en realidad los éteres no existen debido a las razones que explico en este otro
capítulo.
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