LOS ROERICH DE SER ACÉRRIMOS COMUNISTAS SE VUELVEN CAPITALISTAS

 
 
Después de que su proyecto megalómano de fundar un nuevo país budista-comunista en Asia Central fracasó, los Roerich cambiaron de bando político, renunciaron al comunismo y se fueron a los Estados Unidos.
 
En ese país Louis Horch se convirtió en el financiero de los Roerich, y Maurice y Zinaida Lichtman se convirtieron en sus colaboradores más cercanos. Pero los Roerich no se habían por completo separado de la Unión Soviética porque tanto Horch como Maurice Lichtman eran agentes en cubierto de la policía secreta soviética, la OGPU.
 
Durante ese tiempo, los Roerich asesoraron al Presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, y a su Secretario de Agricultura, Henry Wallace, quien en 1940 fue nombrado vicepresidente.
 
A estas alturas, la simpatía de los Roerich por Lenin y el comunismo se había desvanecido, lo cual es evidente porque en las nuevas ediciones rusas de los libros de Helena Roerich, que supuestamente contienen mensajes de los "Mahatmas", todas las alabanzas que había hacia la tiranía roja y sus líderes se encontraban ahora borradas, y también el cuadro que Roerich llevó a Moscú en 1926 como homenaje a la memoria del “Mahatma Lenin”, había sido retirado de la colección de los quince cuadros de Nicolás Roerich que se exhiben en Riga, Letonia.
 
 
 
En la década de 1930, los libros rusos de Helena Roerich por supuesto no podían imprimirse ni distribuirse en la Unión Soviética, sino que tenían que publicarse en la república libre de Letonia. Del mismo modo las traducciones al inglés que a estas alturas comenzaron a publicarse solo presentaban el texto ruso editado y ya no el mensaje súper comunista original que había puesto Helena Roerich.
 
Este audaz procedimiento para cambiar las palabras de los “Mahatmas”, después de que resultó imposible rentabilizar la colaboración con los comunistas, ciertamente no puede ser etiquetada de otra manera que de falsificación de textos, y además, demuestra que ni siquiera los Roerich tomaron a sus maestros muy en serio.
 
El contenido del mensaje “espiritual” tuvo que ser alterado para que fuera mejor aceptado para los objetivos políticos y económicos cambiados, lo cual muestra la hipocresía de los Roerich, pero también su desvergonzada adaptación hacia las fuerzas del mercado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. No es por nada Cid,las personas imperfectas como esa gente (Roerich) pues que actitud esperabas,los blancos siempre han sido materialistas!
    La vieja Roma es un ejemplo perfecto de ésto.

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