OSHO UTILIZÓ EL SEXO COMO UN INSTRUMENTO DE CONTROL, PERSUASIÓN Y MANIPULACIÓN


 
“El sexo es solo el comienzo, no el final”, profesaba Bhagwan Shree Rajneesh, quien alcanzó notoriedad en la India a fines de los sesenta y principios de los setenta cuando comenzó a defender públicamente que sus discípulos debían practicar el amor libre.
 
¿Pero qué fin tenía Osho en mente para sus discípulos cuando él los incita hacia la promiscuidad sexual?
 
Obviamente en primer lugar lo hizo para atraer a mucha más gente, ya que si hubiera preconizado el camino de la abstinencia sexual como lo hacen la mayoría de los gurús indios, entonces muy pocos occidentales lo habrían seguido.
 
Pero algunos expertos sobre el tema consideran que el verdadero fin que Osho buscaba en esa área era probablemente la pérdida de la capacidad de sus seguidores para formar relaciones amorosas estables, porque tales relaciones pondrían en peligro su hegemonía psicológica sobre la vida de sus discípulos.
 
La tan cacareada ideología de la liberación sexual de Osho —además de ser una estratagema calculada para atraer a más seguidores— es un componente importante del sistema de control psicosocial de su culto particular, dicen los expertos. Por ejemplo, Margaret Singer, una especialista muy respetada sobre el control mental, afirma que:
 
« Todas las sectas controlan el sexo, de una forma u otra. O lo prohíben por completo o hacen cumplir la participación en él. De cualquier manera, lo que el líder de la secta está tratando de hacer es evitar el vínculo de pareja, para así evitar que las parejas se vayan porque se aman más de lo que aman al grupo. Y el gurú que impone la participación logra un grado mucho mayor de subyugación de la voluntad de sus seguidores debido a que toma el control real de esta área más íntima de la vida de las personas»
 
 
Los antiguos discípulos de Osho alegan que la tendencia de su culto es definitivamente imponer la participación sexual. Por ejemplo la ex-discípula Roselyn Smith, quien pasó seis meses (de 1980 a 1981) en grupos de terapia dentro del ashram de Pune, dice que se aplicó presión psicológica coercitiva en el ashram, especialmente sobre las mujeres para hacerles cumplir su participación sexual con el grupo, el comportamiento promiscuo y las notorias orgías de sexo que se efectuaban en ese ashram.
 
« La jerga en el ashram era todo el tiempo: “di sí” y “di sí a la vida” —dice Smith— En una ocasión un tipo se acercó a mí y yo no me interesé en lo más mínimo por él, pero luego me sentí culpable de haberlo rechazarlo porque sentía que no estaba “diciendo sí a la vida”. »
 
Smith dice que las mujeres que se negaron a participar en las orgías sexuales del ashram fueron castigadas por los líderes del grupo asegurando que eran “egoístas”, “frígidas” y “despectivas”.
 
Y al parecer, los intentos de imponer la participación sexual en el ashram de Pune no siempre se obtuvieron mediante la presión psicológica, sino que a veces se utilizó también la violencia.
 
Así por ejemplo el ex-discípulo Eckart Floether relata haber presenciado la violación de una sannyasin por dos hombres durante un grupo de encuentro llamado “samarpan” (rendición). Y cuando él trató de intervenir, el líder del grupo se lo impidió y luego le explicó: "ella necesitaba ser violada".
 
Otro ejemplo lo relata el antiguo seguidor David Boadella quien mencionó un incidente en donde una mujer huyó de un grupo de encuentro del ashram después de ser violada y tuvo que someterse a meses de tratamiento fuera del ashram para superar el trauma psicológico que ese evento le había causado.
 
La impactante película Ashram realizada por el ex-discípulo Wolfgang Dobrowolny, muestra un intento de violación en grupo durante un encuentro tántrico en el ashram de Pune.
 
Y Boadella señala que a los sannyasins de Pune también se les animaba tácitamente a participar en la prostitución como un medio para ganarse la vida. Boadella dice que esa actividad se conocía en el ashram como "conseguir dulces".
 
El inspector jefe de la policía de Pune fue citado por un periódico nacional inglés, el Daily Star, en junio de 1981 diciendo: “La prostitución por parte de las discípulas del culto Rajneesh ha alcanzado proporciones vergonzosas al punto que se ha convertido en una verdadera epidemia".
 
No es sorprendente que las enfermedades venéreas, y en particular la gonorrea y el herpes, también fueran una epidemia en el ashram de Pune. La ex-discípula Smith dice que hubo tremendas epidemias de gonorrea en el ashram cuando ella estuvo allí y hubo un hombre que infectó a unas diez mujeres con esa enfermedad en el transcurso de un grupo de tantra de una semana.
 
Probablemente debido a esta experiencia, las autoridades médicas de Rajneeshpuram presuntamente se pusieron a examinar a los recién llegados con mucho mayor cuidado para tratar de detectar las enfermedades sexuales que pudieran tener.
 
La ex-discípula Susan Harfouche que estuvo en el rancho Rajneeshpuram durante el verano de 1982, dice que los nombres de las personas recién llegadas que habían sido aprobados médicamente para tener relaciones sexuales se publicaban en un tablero de anuncios en la cámara exterior del comedor de la comuna donde se reunían los sannyasines después de la cena para elegir a sus compañeros de cama para esa noche.
 
Posteriormente el método se cambió y los recién llegados debían utilizar una sola cuenta naranja en sus collares de mala hasta que hubieran pasado las estrictas pruebas sobre las enfermedades venéreas que se hacían en la nueva comuna.
 
Los ex-discípulos Smith y Harfouche dicen que no presenciaron ninguna orgía sexual mientras estuvieron en Rajneeshpuram. “Ellos fueron mucho más cuidadosos en el rancho”, dice Smith. “Nos dijeron que tenían que tener cuidado con los periodistas que penetraban en los grupos y que no podíamos hacer algunas de las cosas que si se hacían en Pune”. Smith y Harfouche también señalan que el agotador horario de trabajo de la comuna de doce horas al día, siete días a la semana, no dejaba mucho tiempo o energía para las famosas orgías de la India.
 
Smith y Harfouche creen sin embargo que una política tácita de desalentar las relaciones comprometidas estaba definitivamente en vigor en Rajneeshpuram cuando ellos estuvieron allí. En nombre del gurú que una vez llamó a la institución de la familia "el fenómeno más obstaculizador para todo el progreso humano, un símbolo de todo lo que es feo". Smith sostiene que las condiciones de vida extremadamente hacinadas del rancho funcionaban para desalentar la intimidad.
 
-      "¿Cómo puedes tener intimidad con alguien si hay otras dos parejas en tu habitación?" ella pregunta. "Es mucho más fácil tener relaciones sexuales despersonalizadas y luego no volver a ver a esas personas".
 
Harfouche afirma que si un hombre y una mujer daban señales de estar formando una relación continua, las autoridades de la comuna les daban asignaciones en diferentes partes del rancho o en diferentes momentos del día para mantenerlos separados.
 
"Esta despersonalización del sexo y la frustración de las relaciones íntimas está simplemente diseñada para aumentar el sentimiento de una relación personal con Bhagwan", resume Adrian Greek, un experto en cultos de Portland.
 
Pero la descripción más reveladora del resultado final emocional de la sexualidad al estilo de Osho puede haberla dado Ma Satya Bharti en su libro de 1981 “Embriagado con lo divino”. Bharti describe las secuelas emocionales de una orgía del ashram en una discípula de la siguiente manera:
 
-      “Ella sintió que estaba perdiendo el control de su cuerpo, perdiendo el control de su mente. Ella estaba desapareciendo, desapareciendo en el aire. Entonces ya no hubo nada más que solo vacío".
 
 
(Libro The Rajneesh Chronicles)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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