REFLEXIÓN SOBRE LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS QUE HAY EN LA VIDA

 

En este artículo William Judge hace una reflexión sobre las ventajas que hay en la adversidad y las desventajas que hay en la comodidad:

 

« Esa actitud que tienen los hombres hacia el Karma, en donde tienden a lamentarse por el destino que se les ha proporcionado y sin las ventajas en la vida que ellos quisieran, es una consideración errónea de lo que es bueno o malo para el alma.

 

Porque si bien es cierto que a menudo encontramos personas rodeadas de grandes lujos y ventajas, pero que no hacen de ellas el uso adecuado. Este hecho en sí mismo nos demuestra que la llamada posición social privilegiada, no es en realidad ni buena ni afortunada según el sentido interno y verdadero de estos términos.

 

La persona afortunada tiene dinero, habilidades y medios para viajar y rodearse de obras de arte, música y comodidades. Pero estos son semejantes a los aires tropicales que embotan el cuerpo, pues debilitan el carácter en vez de forjarlo. No tienden en sí mismos hacia la adquisición de alguna virtud, sino que más bien provocan lo contrario; debido a que la constante inmersión de los sentidos en las esencias sutiles del mundo sensual son como los dulces que al ser ingeridos en gran cantidad, se convierten en ácidos en el interior del cuerpo. Así que todo esto puede verse como lo opuesto al buen Karma.

 

Entonces,

 

¿Cuál es el buen karma y cuál es el malo?

 

 

Pues bien, la respuesta completa y suficiente es esta:

 

El buen karma es aquel que el Ego desea y necesita; mientras que el malo el que el Ego no desea ni tampoco necesita.

 

Y en esto el Ego, siendo guiado y controlado por la ley, la justicia y las necesidades de la evolución ascendente; y no por la fantasía ni el egoísmo ni la venganza ni la ambición, es seguro que elegirá, de entre todas las posibilidades, aquella existencia terrenal que le proporcionará las condiciones para obtener una ventaja real al final.

 

A la luz de lo expuesto entonces, incluso la vida perezosa e indiferente de alguien que ha nacido rico o de alguien que ha nacido pobre, es una vida correcta.

 

(Observación de Cid: en esto yo no estoy de acuerdo con William Judge porque la gente también construye lo que será su próxima reencarnación por medio de sus deseos, y si alguien por ejemplo ha deseado muy intensamente y durante mucho tiempo ser rico, hay fuertes probabilidades que en su siguiente reencarnación termine por serlo, aunque eso pueda perjudicarlo en su evolución.)

 

 

Al analizar este asunto desde este ángulo, vemos que las “ventajas” que buscaría alguien que quisiera fortalecer el carácter, la liberación de la fuerza y la energía del alma, serían llamadas “desventajas” por aquellos que están sumergidos en el mundo egoísta y personal.

 

Pero la lucha y la adversidad son necesarias para adquirir estas cualidades, y así por ejemplo: abrirse paso por épocas difíciles sirve para ganar profundidad en el carácter. La escasez de oportunidades ayuda a adquirir fortaleza. La pobreza debería estimular la generosidad. Etcétera.

 

Ahora bien, cuando hablamos de todo esto nos referimos al punto medio y no al extremo. Nacer con la desventaja de unos padres borrachos y enfermos en el lado criminal de la sociedad es un castigo que constituye una espera en el camino de la evolución.

 

Es una necesidad generalmente porque el Ego ha cosechado a su alrededor (en una vida anterior) algunas tendencias que no pueden ser eliminadas de ninguna otra manera. Pero no debemos olvidar que algunas veces un Ego puro y poderoso encarna en un entorno así de horrible y a pesar de ello permanece puro todo el tiempo y se queda allí únicamente con el propósito de animar y ayudar a otros.

 

Pero nacer en la pobreza no es una desventaja. Jesús dijo muy bien y con ello repitiendo lo que muchos sabios habían dicho antes, que la dificultad experimentada por el hombre rico para entrar en el cielo es mucho mayor debido a todo el entorno que se crea a su alrededor.

 

 

Si miramos la vida desde el punto de vista estrecho de aquellos que dicen que hay una sola vida y después de ella un cielo o infierno eternos, entonces la pobreza será considerada como una gran desventaja y algo que deba evitarse. Pero viendo que tenemos muchas vidas por vivir, y que estas nos darán todas las oportunidades necesarias para construir el carácter, entonces debemos admitir que la pobreza no es en sí misma, un Karma necesariamente malo.

 

No hay en la pobreza una tendencia natural a engendrar egoísmo, pero la riqueza en cambio usualmente si lo requiere.

 

Un periodo en un cuerpo nacido en los sufrimientos, las privaciones y la miseria de la pobreza moderna es bueno y justo para todo individuo. En la medida en que el presente estado de civilización (con todos sus horrores de egoísmo, crimen, enfermedad y relaciones erradas en casi todas partes) ha surgido del pasado en donde cometimos muchos errores, y por lo tanto simplemente deberíamos experimentarlo como una etapa purificadora de nuestra evolución.

 

Si una persona no presta atención hoy a la miseria de los hombres y las mujeres, entonces debería ser lanzado a renacer en la siguiente vida en uno de los barrios marginales de nuestras ciudades, porque ello imprimiría en su conciencia la miseria de tal situación, y esto le llevaría más tarde a la compasión y al cuidado de los demás personas. Porque a menos que experimentemos los efectos de un estado de vida, no podemos comprenderlo o apreciarlo con sólo tener una mera descripción.

 

Y al pequeño ego personal involucrado en esto puede no gustarle como perspectiva, pero si el Ego decide que la próxima personalidad estará en esa situación, entonces todo será una ventaja y no una desventaja.

 

 

Si nos fijamos en el campo de operación de las llamadas ventajas de oportunidad (dinero, viajes, lujos, etc.) vemos de inmediato que todo tiene que ver con el cerebro y muy poco con la espiritualidad. Posesiones, comodidades, entretenimientos, saciar la vista con belleza, comer la mejor comida, llevar la mejor ropa, viajar a muchos lugares, etc. Y con ello, impresiones infinitamente variadas para los sentidos. Pero todo eso comienza y termina en el cerebro y no en el alma o en el carácter.

 

Y como el cerebro es una parte del inestable y efímero cuerpo físico, toda esta fantasmagoría desaparece cuando la nota de la muerte llega y expulsa al humano de su vida terrestre.

 

El fantástico ganglio central se desintegra y no queda nada en absoluto excepto algunos débiles aromas aquí y allá, y dependiendo del amor interno real a nuestra quimera, imágenes o sensaciones. Nada queda de ello excepto algunas tendencias (las skandhas) y desafortunadamente no de las mejores.

 

Las ventajas de la vida entonces resultan ser por completo desventajas. Pero imaginemos al mismo cerebro y cuerpo no en lugares cómodos, sino luchando por abrirse camino en la existencia terrenal, cumpliendo con su deber y no solo buscando complacer los sentidos. Pues bien esta ardiente experiencia estampará y marcará en el carácter más energía, más poder y más fortaleza.

 

Y es de esta manera como se han forjado los grandes caracteres a través de las edades. Y el otro método es a través del promedio monótono que después de todo corresponde aún al estado animal. »

 

(Path, julio de 1895)