LA ETERNA JUVENTUD DE LOS MAESTROS

Cuando el Señor Charles Johnston le preguntó a Blavatsky acerca de la edad del Maestro Morya y del Maestro Kuthumi, Blavatsky le respondió:

« Estimado amigo, no puedo decirte que edad tienen porque no lo sé. Pero lo que si te puedo decir es que la primera vez que los conocí fue en 1851 cuando en ese entonces yo tenía veinte años, y ellos se encontraban en toda la majestuosidad de su virilidad. Y ahora yo ya soy una mujer anciana, pero ellos no han envejecido ni un solo día. Ellos sigue viéndose igual que antes. Esto es todo lo que te puedo decir. Y tú puedes sacar tus propias conclusiones. »

A lo que el Señor Johnston le comentó:

     -   "¿A caso han descubierto los Maestros el elixir de la vida?"

A lo que Blavatsky le contestó con seriedad:

« Eso no es una fábula, es solo el velo que oculta un verdadero procedimiento oculto que permite evitar el envejecimiento y la disolución del cuerpo por períodos que parecen fabulosos. »

(CW 8, p.400)

Y esa juventud constante que muestran los Maestros es confirmada por el hecho que los más de 40 testigos que afirmaron haber visto a Kuthumi y a Morya de 1870 a 1896 (ver link). Ninguno de ellos mencionó que los Maestros se vieran ancianos.

Y otro hecho relevante es que en 1884 el pintor alemán Hermann Schmiechen pintó sus retratos y no se ve ni una pizca de vejez en ellos.

Y algunos lectores podrán objetarme que dado que los Maestros efectuaron esas apariciones en sus cuerpos astrales, ellos pudieron rejuvenecer su apariencia. Pero el detalle es que también hubo testigos que vieron a los Maestros en sus cuerpos físicos, como por ejemplo:

1) El encuentro que tuvo el coronel Olcott con el maestro Morya en Bombay en julio de 1879.

« Estaba trabajando en mi oficina cuando un sirviente hindú me dijo que un caballero quería verme en el bungaló de Madame Blavatsky. Fui y encontré a mi Maestro. La entrevista duró unos 10 minutos y se relacionó con asuntos de naturaleza privada con respecto a mí y ciertos eventos actuales en la historia de la Sociedad Teosófica.

Él puso su mano sobre mi cabeza, y su mano era perfectamente sustancial; y tenía la apariencia de una persona viva común. Cuando caminó por el piso se oyeron los pasos, que no es el caso con el doble astral. Él vino a verme a caballo y lo he vuelto a ver en otras ocasiones. »

2) Y también el encuentro que tuvo el brahmán S. Ramaswamier con el Maestro Morya en septiembre de 1882 cerca de la ciudad de Sikkim

« De repente vi a un jinete de alta estatura y con una gran habilidad en el manejo del caballo galopando hacia mí. Lo miré y lo reconocí ya que había visto su retrato innumerables veces. Era el maestro Morya.

La majestuosidad de su semblante (el cual me parecía ser la personificación del poder y del pensamiento) me mantuvieron extasiado con temor reverente. Él no era un mito, ni tampoco una alucinación, puesto que ya eran entre las nueve y diez de la mañana, y el sol brillaba siendo un testigo silencioso de la escena desde arriba.

Lo veía a él ante mí, en carne y hueso, y él me hablaba en acentos afectuosos y dulces. Nunca había visto un semblante tan bello y majestuoso. Y como en su retrato, el tiene una corta barba negra y pelo negro largo que le llega hasta el pecho. »

3) Y también está el encuentro que tuvieron el coronel Olcott, el joven hindú Damodar Mavalankar y un joven escocés William Tournay Brown, con el Maestro Kuthumi en noviembre de 1883 en Lahoe y Jammu.

Y sobre ese encuentro Damodar escribió lo siguiente:

« En este encuentro mis manos encontraron ropajes sólidos y un cuerpo de carne y hueso. Aquí yo vi a un hombre vivo ante mí, con los mismo rasgos, aunque mucho más imponente en su aspecto general y en su porte que el que había visto tan a menudo en el retrato que posee Madame Blavatsky y también en el retrato que posee el Sr. Sinnett.

Por lo tanto, yo vi a mi venerable Maestro no solo como un hombre vivo, sino también como un hombre joven en comparación con los otros hombres santos que había en ese lugar bendecido. »

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Entonces como ustedes mismos lo pueden constatar, hay bastantes testimonios para considerar que efectivamente los Maestros transhimaláyicos no envejecen, y aunque esto puede parecerles a algunos lectores muy sorprendente, el Maestro Pastor en una conferencia explicó que a partir de cierta iniciación mayor, los Adeptos ya no envejecen, y cuando encuentre esa conferencia, la transcribiré en el blog.