Blavatsky relató que un maestro transhimaláyico junto con uno de sus discípulos fueron vistos por varias personas en Nueva York, mientras que físicamente los dos se encontraban en el Oriente, y sobre ese acontecimiento ella escribió:
« En uno de los números diarios del N.Y. World —una influyente revista de la gran metrópolis estadounidense— del año 1878, apareció una descripción de los acontecimientos de una velada en la entonces sede de nuestra Sociedad Teosófica, en la ciudad de Nueva York.
El autor era miembro del equipo editorial y entre otras maravillas relatadas, mencionó la siguiente:
Algún caballero o dama entre los visitantes había dudado de la posibilidad de que un Adepto abandonara su cuerpo físico en estado de letargo en el Himalaya y viajara en su doble (Mayavi-rupa) a través de tierra y mar hasta el otro lado del mundo.
Tres o cuatro de los presentes se sentaron frente a los dos grandes ventanales de la sala, que daban a la avenida que en ese momento se encontraba brillantemente iluminada por el gas de las tiendas y las farolas.
Apenas se había formulado la conjetura escéptica cuando estas personas se sobresaltaron y señalaron simultáneamente hacia la ventana izquierda.
Todos los que miraban hacia allí vieron pasar, deliberada y lentamente, de izquierda a derecha, primero una figura, luego otra, de hombres asiáticos, con fehtas en la cabeza y vestimentas con una de las largas túnicas blancas de Oriente.
Tras pasar frente a la ventana y desaparecer de la vista, regresaron poco después y al volver a pasar frente a ella, no se les volvió a ver.
Dos de los testigos (el coronel Olcott y el editor de esta revista [Blavatsky]) los reconocieron por conocerlos personalmente como cierto Mahatma y uno de sus discípulos.
La ventana estaba a casi seis metros del suelo y al no haber porche ni otro techo donde pudiera posarse un cuervo, las figuras se habían estado moviendo por el aire.
Así, en un instante y de la manera más inesperada, el escéptico quedó silenciado y la verdad de la Ciencia Esotérica Aria quedó demostrada. »
(Theosophis, octubre de 1883, p.1)
OBSERVACIONES
Blavatsky no reveló el nombre del maestro que apareció en esa ocasión, pero dado que el maestro Morya se le apareció en otra ocasión al coronel Olcott en Nueva York y que el coronel no vio al maestro Kuthumi hasta que viajó a la India, eso me hace considerar que lo más probable es que el maestro Morya también haya sido el Mahatma que se les apareció a esos teósofos.
En cuanto a su discípulo que también se apareció no estoy seguro quién era, tal vez pudo ser Hilarión.
Y a algunos lectores les parecerá muy fantasioso que esos dos adeptos hayan estado flotando en el aire, pero como Blavatsky lo señaló ellos no se aparecieron con sus cuerpos físicos, sino con un doble más sofisticado que el doble astral y que los teósofos denominan el mayavi-rupa.
Y ese doble, aunque también es una envoltura sutil, cuando se sabe densificar se vuelve visible en el plano físico (como un holograma) y se puede proyectar en el aire haciendo que flote a una gran altura del piso.
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