LOS OBJETOS QUE BLAVATSKY MATERIALIZÓ EN LONDRES EN 1879


 
 




El testimonio de Mary Hollis-Billing

La señora Billing y su esposo hospedaron a Blavatsky y a Olcott cuando ellos hicieron una escala en Londres en enero de 1879 durante su viaje de Nueva York a la India, y sobre estas materializaciones que hizo Blavatsky, la señora Billing relató lo siguiente:

« Cuando ella llegó a Norwood, la señora Blavatsky estaba evidentemente muy apurada por emprender su viaje a la India y manifestó su determinación de quedarse conmigo sólo unos días.

Muchos de sus amigos se sintieron bastante decepcionados por esta breve visita y clamaban por tener otra oportunidad de disfrutar de su compañía. Sin embargo Madame insistió en que a menos que recibiera órdenes de sus instructores en la India para prolongar su estadía, le sería imposible hacerlo.
 
El domingo después de su llegada, fue a su dormitorio y allí recibió un mensaje escrito en un pañuelo en el que se le concedía la libertad de quedarse algunos días más con nosotros.
 
Este evento hay que confesar que fue un incidente muy curioso, pero para la mente escéptica faltaba alguna prueba de que la inscripción no hubiera sido colocada por Madame Blavatsky en el pañuelo mediante algún procedimiento que ella misma conocía.
 
Así que pensé en el asunto y llegué a la conclusión de que si ella realmente poseía el poder que yo había oído que utilizaba y que ella afirmaba tener, no podía haber mejor momento para que yo viera alguna prueba incontrovertible de ello. En consecuencia, una noche mientras estábamos cenando, le pedí al coronel Olcott que me regalara el pañuelo en el que se había escrito el mensaje que supuestamente venía de la India.
 
Su respuesta fue:
 
-        “Nunca regalo nada de este tipo.”
 
Entonces me volteé hacia Madame Blavatsky y le pregunté si me haría el favor de entregarme uno de esos mensajes escritos.
 
Ella me respondió:
 
-        “Estoy cansada de materializar esos mensajes.”
 
Luego le pidió al coronel Olcott que me preguntara qué quería que hiciera. Miré por encima de la mesa para ver qué podía pedir que fuera más difícil de traer. Pronto me decidí y pedí que me trajera una tetera, un soporte para la corteza de pan o una taza de té con platillo.
 
Apenas había dicho estas palabras cuando colocaron sobre la mesa una curiosa tetera, que ahora tengo en mi poder. Madame se limitó a poner la mano debajo de la mesa para cogerla; no puedo explicar de dónde salió, pero de una cosa estoy segura: no tenía ningún artículo de ese tipo en la casa, ni hasta ese momento se me había propuesto pedir que se produjera de esa manera.
 
 
El señor C.C. Massey, que estaba de pie justo detrás de Madame Blavatsky, comentó:
 
-        “Oh, ¿me van a despreciar? ¿No me dará algo?”
 
Ella le preguntó:
 
-        “¿Qué quiere?”
 
Él le respondió:
 
-        “Un tarjetero o una bolsa de tabaco, algo que pueda llevar conmigo.”
 
Ella respondió de inmediato:
 
-        “Vaya al vestíbulo y encontrará algo en el bolsillo de su abrigo.”
 
El señor Massey había entrado después de que nos habíamos sentado a cenar y Madame Blavatsky no se había levantado de la mesa. Pero al ir al vestíbulo, el señor Massey encontró en el bolsillo de su abrigo un tarjetero que contenía la firma de un amigo.
 
Para mí ésta fue una prueba notable, una que me atrevo a decir que pone el poder de Madame Blavatsky fuera de toda duda.
 
Ella no afirma que reciba la ayuda de espíritus o de algo ajeno a su propia voluntad. Por supuesto, no puedo garantizar la exactitud de esta teoría, sólo cuento los hechos tal como los presencié. Lo que vi durante las dos semanas que Blavatsky pasó conmigo no se parecía a nada que hubiera experimentado antes; y mi conocimiento de los fenómenos de la mediumnidad moderna es profunda y abundante. »
(The Medium and Daybreak, 19 de diciembre de 1879, p.796-7)
 
 
 
 
 
 
El testimonio del coronel Olcott
 
El coronel Olcott quien estuvo presente comentó lo siguiente en su recuerdos:

« Una noche, durante la cena, H.P.B. alegró el corazón de su anfitriona extrayendo de debajo de la mesa, una tetera japonesa de una ligereza extrema, creo que a petición suya, aunque no estoy seguro al respecto.
 
Y también provocó que el señor Massey encontrara en un bolsillo de su abrigo que colgaba en el vestíbulo, un estuche incrustado para tarjetas; pero esto solo lo menciono de pasada, pues podría explicarse mediante la hipótesis del truco, si es que uno está dispuesto a desafiar su buena fe»
(Las Hojas de un Viejo Diario II, capítulo 1)
  
 
 
 
 

Mención del maestro Kuthumi
 
Posteriormente en una carta que el maestro Kuthumi le escribió al periodista Alfred Sinnett y que él la recibió en la ciudad de Simla, India, en octubre de 1882, el maestro le habló sobre estas materializaciones:

« Ahora bien, ¿cuáles son los hechos y las acusaciones contra H.P.B.?

Muchos son los puntos oscuros en su contra en la mente de C.C. Massey, y cada día se vuelven más oscuros y feos. Te daré un ejemplo.

Estando en Londres, en casa de los Billings, en enero de 1879, H.P.B., que había sacado una tetera de porcelana de debajo de la mesa, recibió la petición del señor Massey de que le diera también un objeto de fabricación fenomenal.

Consintiendo, ella hizo aparecer un pequeño tarjetero, tallado en Bombay, en el bolsillo del abrigo de Massey el cual estaba colgado en el recibidor.

Dentro —ya sea en ese momento o más tarde esa misma noche— se encontró un trozo de papel con un facsímil de la firma de Hurrychund Chintamon.

En ese momento al señor Massey no le pareció eso sospechoso, pues realmente no había fundamento para ello. Pero ahora él considera que si no fue un fraude, si fue al menos un engaño a medias.

¿Por qué?

Porque en aquel entonces C.C. Massey creía que Hurrychund Chintamon era un chela [un discípulo de los maestros], casi un gran adepto, como H.P.B. le había hecho suponer; y ahora sabe que Hurrychund Chintamon nunca fue un chela, pues él mismo lo niega; que nunca tuvo poderes, y también niega tener conocimiento o creencia en ellos; y les dice a todos que ni siquiera Dayanand fue un yogui, sino simplemente un "impostor ambicioso" como Mahoma.

En resumen, tantas mentiras traídas y dejadas en la puerta de los fundadores [de la Sociedad Teosófica]. Y luego sus cartas y los informes de testigos supuestamente fidedignos sobre su complicidad de H.P.B. con la Sra. Billing. Y de ahí la complicidad entre ella y Eglinton.

La pobre Blavatsky a pesar de sus demostraciones queda ante los escépticos en cualquier caso como una conspiradora, una embustera, una persona astuta;  ¡o una lunática visionaria, una médium obsesionada!
. . .
Pero si mi palabra de honor tiene algún valor para ti, te informo que D. Swami si fue un yogui iniciado, un chela muy elevado en Badrinath, dotado hace algunos años de grandes poderes y un conocimiento que luego perdió; y que H.P.B. te dijo la verdad, así como que Hurrychund Chintamon era un chela suyo, pero que luego prefirió seguir el camino de la oscuridad. »
(CM 54, p.308-309)








¿Qué fue de esos objetos?
 
El tarjetero que recibió el señor Massey ya no se supo más de él, pero en cambio la señora Billing posteriormente donó la tetera a la Sociedad Teosófica y esta se encuentra actualmente en el museo de Adyar junto con otros objetos que Blavatsky también materializó con la ayuda de los maestros.













  

 

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