WILLIAM JUDGE MENCIONA LA SITUACIÓN DE LA SOCIEDAD TEOSÓFICA EN 1889

 

 
El siguiente artículo se publicó en el periódico The New York Times del 6 de enero de 1889, en la página 10:
 
 
 
 
Blavatsky aún vive y la Teosofía se encuentra en un estado floreciente
 
Las últimas noticias del mundo del ocultismo:
Blavatsky y sus Mahatmas
 
 
El señor W.Q. Judge es el jefe de las organizaciones teosóficas de los Estados Unidos, así como presidente de la Sociedad Teosófica Aria local de Nueva York, y editor de la revista teosófica The Path.
 
Él acaba de regresar de un viaje a Inglaterra y Alemania en beneficio de las organizaciones en las que tiene tanta prominencia. En Londres, por supuesto, su principal asunto fue con la señora H.P. Blavatsky, a quien se considera con justicia la cabeza de toda la enseñanza y organización teosófica fuera de la India y el Tíbet, o como ella modestamente prefiere que se la considere: la portavoz y representante de los Maestros o Mahatmas, que sistemáticamente se recluyen en algún lugar del Oriente, fuera del conocimiento público.
 
 
« La señora Blavatsky –dijo el señor Judge en una conversación que mantuvo después de su regreso– vive con la condesa Wachtmeister (quien es la viuda de un conde sueco que fue embajador en la corte de St. James) en Holland Park, Londres, y se dedica a las más arduas labores en favor de la causa de la teosofía. Casi nunca sale de casa, y desde las seis y media de la mañana hasta la tarde está constantemente ocupada escribiendo artículos para su revista 'Lucifer', u otras publicaciones teosóficas, respondiendo a los corresponsales y preparando el material para los próximos volúmenes de su gigantesca obra, 'La Doctrina Secreta'.
 
Por la tarde recibe muchas visitas de todo tipo: investigadores, críticos, escépticos, curiosos, amigos, y todos son recibidos con tal gracia encantadora, amabilidad y sencillez que todos se sienten como en casa con ella.
 
A las diez en punto, generalmente todos, salvo los amigos íntimos, se han retirado, pero se quedan una o dos horas más tarde.
 
A pesar de que la señora Blavatsky ya ha pasado el vigor de la mediana edad y desde hace casi tres años vive al borde de la muerte y desafiando a los principales médicos de Londres, que la abandonaron hace mucho tiempo por considerarla incurable de una enfermedad renal mortal que podía matarla en cualquier momento, nunca parece cansada, sino que es la líder animada de la conversación, hablando con igual facilidad en inglés, francés, italiano y ruso, o pasando al sánscrito y al indonesio según lo requiera la ocasión.
 
Ya sea trabajando o hablando, parece estar constantemente enrollando, encendiendo y fumando cigarrillos de tabaco turco.
 
En cuanto a su apariencia personal, apenas parece haber cambiado en absoluto con respecto a lo que era cuando estuvo en este país hace varios años, excepto que tal vez se ha vuelto un poco más corpulenta.
 
Las características que se aprecian en su rostro son una mezcla de energía y gran bondad. Al mirarla, uno puede darse cuenta fácilmente de que es exactamente el tipo de mujer que haría lo que hizo hace una docena de años cuando vino aquí desde Francia.
 
 
Me acuerdo de una anécdota:
 
Ella iba a partir del puerto francés El Havre con un boleto de primera clase para Nueva York y sólo dos o tres dólares de sobra (porque nunca lleva mucho dinero) y justo cuando estaba subiendo a bordo del vapor, vio a una mujer pobre acompañada de dos niños pequeños que estaba sentada en el muelle llorando amargamente.
 
    -  “¿Por qué lloras?”, Blavatsky le preguntó.
 
La mujer le respondió que su marido le había enviado dinero desde América para que ella y los niños pudieran reunirse con él. La mujer lo había gastado todo en la compra de billetes de tercera clase que resultaron ser falsificaciones sin ningún valor. No sabía dónde encontrar al estafador que la había estafado tan cruelmente, y ella estaba completamente sin dinero en una ciudad extraña.
 
    -  "Ven conmigo", dijo la señora Blavatsky
 
E inmediatamente fueron a ver al agente de la compañía naviera y lo convenció de cambiar su boleto de primera clase por boletos de tercera clase para ella, la pobre mujer y los niños.
 
Cualquiera que haya alguna vez cruzado el océano en tercera clase entre una multitud de emigrantes apreciará la magnitud de tal sacrificio para una mujer de sensibilidad refinada, y hay pocos, excepto la señora Blavatsky, que hubieran sido capaces de hacerlo.
 
 
Como dije, ella ha sido condenada a muerte durante tres años, pero no se tiene miedo de que muera antes de que su misión haya sido cumplida.
 
Dos veces antes, cuando estaba en la India, los médicos la abandonaron, y en cada ocasión le pusieron un límite de tiempo de sólo unos pocos días a su existencia, y sus recuperaciones fueron consideradas simplemente milagrosas.
 
En el momento en que estaba peor y parecía probable que muriera en el camino, ella se dirigió al norte de la India, y como se pensó que iba a ver a los Mahatmas en busca de socorro, varias personas que tenían un fuerte deseo de ver a esos misteriosos adeptos la siguieron y la vigilaron.
 
Pero en la ciudad de Darjeeling ella desapareció misteriosamente. La habían llevado allí y era inconcebible cómo pudo por sí sola, escabullirse, pero se había ido y eso fue todo lo que se pudo decir al respecto. Después de tres días regresó, aparentemente tan bien como siempre. Lo más que se dice acerca de cómo se efectuó la transformación en su condición lo da ella en “La Doctrina Secreta”, cuando dice:
 
"El sonido genera, o más bien atrae, los elementos que producen un ozono, cuya fabricación está más allá de la química, pero dentro de los límites de la alquimia. Puede incluso resucitar a un hombre o a un animal cuyo cuerpo vital-astral no haya sido separado irreparablemente del cuerpo físico por la ruptura del cordón magnético u ódico. Y como alguien que ha sido salvado tres veces de la muerte por ese poder, al escritor se le debe atribuir el mérito de saber personalmente algo sobre ello."
 
Las personas que no creen que exista un "cuerpo astral" o un "ozono" de esa clase pueden cuestionar su afirmación, pero los ocultistas y todos los que saben lo veraz que es como mujer le creerán.
 
Que ella recuperó la salud con una rapidez asombrosa es un hecho que no se puede negar. Y desde que está en Londres, los médicos se han sorprendido que siga viva. En primer lugar, dicen que la asombrosa cantidad de ácido úrico en su sangre debería haberla matado hace mucho tiempo, y si eso no fuera suficiente para hacerlo, los venenos mortales que le dieron en enormes dosis en el tratamiento al que se ha estado sometiendo últimamente deberían haber acabado con ella. Pero parece estar mejorando, y sin duda, si todo lo demás falla y su trabajo continúa siendo necesario, se salvará de nuevo como lo fue antes.
 
 
Actualmente, la señora Blavatsky rara vez da alguna manifestación de sus poderes ocultos, excepto a sus amigos íntimos; pero yo tuve, mientras estuve allí, varias evidencias de que ella puede hacer cosas completamente inexplicables por cualquier ley de la ciencia "exacta".
 
Por ejemplo hace dos años perdí, aquí en Nueva York, un documento que me interesaba mucho. No creo que nadie más que yo supiera que lo tenía, y ciertamente no le mencioné a nadie que lo había perdido. Pero una noche, hace poco más de quince días, mientras estaba sentado en el salón de la señora Blavatsky con el señor B. Keightley y varias personas más, pensé en ese documento.
 
Entonces la señora Blavatsky se levantó, fue a la habitación contigua, y al regresar casi inmediatamente me entregó una hoja de papel. La abrí y descubrí que era un duplicado exacto del documento que había perdido dos años antes. En realidad era una copia facsímil, como reconocí de inmediato. Le di las gracias y ella dijo:
 
    -  "Bueno, vi en tu cabeza que lo querías."
 
Sin embargo este acontecimiento no es algo que asombrara a nadie familiarizado con las leyes de la naturaleza tal como las comprenden los ocultistas, quienes entienden claramente cómo era posible la conciencia de mi pensamiento, cómo la reproducción de una cosa que una vez estuvo dentro de mi conocimiento era necesariamente un facsímil, y cómo esa reproducción podía efectuarse por un simple acto de voluntad de su parte, pero a los materialistas les resultaría difícil explicarlo de acuerdo con los hechos.
 
 
Otro ejemplo de sus facultades ocultas sucedió cuando una noche yo estaba hablando hasta muy tarde con un caballero en una casa distante de la de Mme. Blavatsky, él expresó su deseo de que yo, si tenía oportunidad, le preguntara su opinión, sin mencionar su nombre, sobre un tema que estábamos discutiendo.
 
Al día siguiente, cuando estaba hablando con ella, surgió el tema y comencé a ofrecer sus sugerencias, cuando ella me interrumpió, diciendo:
 
-        "No es necesario que me hables de eso porque estuve allí anoche y te escuché."
 
Y ella continuó repitiendo todo lo que se había dicho en mi conversación con ese caballero.
 
Por supuesto se puede decir que él le había informado con el propósito de engañarme, pero estoy bien seguro de que no fue así y que bajo ciertas circunstancias existentes eso hubiera sido prácticamente imposible. Sé que ella muy a menudo lee los pensamientos de las personas y les responde con palabras.
 
 
Los sonidos de la campana plateada en la corriente astral que tantas personas oyeron sobre su cabeza cuando estuvo aquí en Nueva York todavía continúan siguiéndola, y no hay duda para quienes conocen su vida y su obra de que ella recibe constantemente la ayuda más potente de los adeptos, particularmente de su maestro, el Mahatma Morya, cuyo retrato cuelga en su estudio y muestra un rostro indio oscuro y hermoso, lleno de dulzura, sabiduría y majestuosidad.
 
Por supuesto, no parece posible que él en el Tíbet responda instantáneamente, ya sea mediante una impresión mental o una nota "precipitada", a un interrogatorio mental que ella le hace en Londres, pero sucede que lo hace de todos modos.
 
 
 
Los amigos más íntimos en Londres de Madame Blavatsky son la condesa Wachtmeister, los Keightley, Mabel Collins –que está asociada con Blavatsky en la obra literaria de la revista Lucifer– y el doctor Ashton Ellis.
 
El señor A.P. Sinnett aparece de vez en cuando, y a pesar de las correcciones que Madame Blavatsky ha sentido la necesidad de hacer en su "Doctrina Secreta" de algunas cosas que el señor Sinnett puso en su libro "Buddhismo Esotérico", parece haber un buen ambiente cordial entre él y Mme. Blavatsky.
 
La revista Lucifer no creo que todavía sea rentable, es una cosa muy costosa de publicar y su circulación tiene un crecimiento necesariamente lento. Pero la "Doctrina Secreta" ha sido un enorme éxito. Su primera edición se agotó tan rápidamente como salió de la imprenta, y ya casi se agotó su segunda edición.
 
Tal demanda de una obra tan erudita, metafísica y en todos los aspectos abrumadora, demuestra que los que están más interesados en la teosofía pertenecen a la clase más culta e inteligente de la sociedad.
 
Se requiere que una persona tenga buenos conocimientos para leer ese libro con comprensión. Sin embargo, por abstruso, metafísico, erudito y brillante que sea, casi toda esa gigantesca obra ha sido dictada por la señora Blavatsky a un taquígrafo o hablada por ella en un fonógrafo del que ha sido reproducida directamente con muy pocas correcciones o alteraciones posteriores, si es que las hubo.
 
De hecho es sólo su charla, y leerla da una buena idea de su conversación sobre cualquier tema en el que "se descontrole". Si a veces tiene una duda o pregunta momentánea sobre una autoridad o cita, se la proporcionan de inmediato los Mahatmas con quienes está en constante comunicación.
 
 
 
 
En cuanto al movimiento teosófico, la teosofía está ganando terreno sólidamente en Inglaterra, y con un grado de rapidez que es sorprendente en vista del conservadurismo del pensamiento y sentimiento ingleses.
 
Ya hay sociedades teosóficas florecientes en Londres, Edimburgo, Liverpool, Cambridge, Dublín y varios otros lugares. Una estaba a punto de fundarse en Glasgow cuando me fui. Y entre los que más se interesan en ella están científicos, educadores destacados, hombres prominentes en departamentos gubernamentales y caballeros de fortuna y educación.
 
Por supuesto, el clero no lo ve con buenos ojos. Un periódico religioso de Londres llamado The Christian, recogió una pequeña descripción en un periódico americano sobre las decoraciones de una de las habitaciones de la oficina de mi revista The Path –que se hizo aparecer como un templo budista– y expresó editorialmente su horror ante tal demostración de "paganismo" en la ciudad cristiana de Nueva York.
 
 
El coronel Olcott abandonó Londres justo antes de mi llegada. No es muy probable que pueda dar este año la serie de conferencias en los Estados Unidos, como se había planeado para él ya que su trabajo en Japón y la India se lo impedirán.
 
 
En Alemania visité al señor G. Gebhard, en Elberfeld, que es uno de los principales teósofos de "Vaterland". Por cierto, es un gran fabricante de terciopelo y encaje Commerzien-Rath de la ciudad y un caballero muy culto.
 
Se recordará que fue en su casa donde tuvieron lugar la famosa materialización de la letra detrás de la imagen, el sonido de las campanas astrales y otros extraños sucesos en el momento en que Mme. Blavatsky se alojaba allí.
 
Mme. G. Gebhard es una ocultista tan avanzada como su marido, habiendo sido durante varios años discípula del famoso Eliphas Levy.
 
El Dr. F. Eckstein es el otro gran líder teosófico de Alemania.
 
El Dr. Franz Hartmann no es tanto un teósofo como un místico. Supe por él que tiene un nuevo libro casi listo para publicar, que imagino que mostrará su posición con más claridad que cualquier cosa presentada anteriormente por él.
 
La teosofía está ganando terreno en Alemania, aunque más lentamente que en Francia, la única revista teosófica que se publica en Alemania, Die Sphinx, es bastante débil. Su editor, Herr Hubbe-Schleiden, es sin duda un buen hombre y un teósofo por convicción, pero le falta el coraje de sus convicciones para promulgar la doctrina, y parece tener miedo de ir más allá de los límites establecidos por la ciencia materialista. Sin embargo su revista ha hecho algún bien al despertar el pensamiento en nuevas líneas, y en su conservadurismo se gana al menos un respeto tolerante.
 
Por ejemplo supe que hace poco, en uno de los tribunales alemanes, un abogado presentó un alegato de influencia hipnótica como defensa de un cliente acusado de algún delito, y cuando el tribunal lo rechazó, citó como demostraciones y pruebas de la corrección de la base científica de su teoría unos artículos publicados en Die Sphinx que convencieron al tribunal y ganaron el caso.
 
 
Varias sociedades teosóficas están floreciendo en Francia y la doctrina ya es fuerte y gana fuerza muy rápidamente en París, donde una nueva revista en su interés, Hermes, acaba de fundarse, además de la de M. Arnand, Le Lotus, que es probablemente la más próspera de las publicaciones teosóficas después de The Theosophist del coronel Olcott en la India. »
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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