Jorge Ángel Livraga (JAL) fue el
cofundador de la organización Nueva Acrópolis, y en varios de sus escritos él
motivó a no tener hijos.
En su revista Almena nº 69, JAL escribió:
"Así, el que no tiene medios
para sobrevivir solo, que no se cargue con compañías que no le ayuden
económicamente; y si cuenta con un ingreso mensual que a duras penas alcanza
para dos, no se ponga a echar hijos al mundo."
"Y a no engañarse con que los
niños cuestan sólo cuando son pequeños, porque cuando son adolescentes y cuando
son jóvenes cuestan más, en dinero y en preocupaciones... Y cuando son adultos,
hacen sus vidas por su cuenta y sólo esperan heredar."
"No es forzoso que los hijos de
acropolitanos nazcan filósofos... eso puede parecerlo mientras son niños y no
les ha ‘bajado’ su particular ego y su particular karma. A un par de excelentes
acropolitanos les pueden nacer hijos que luego se dediquen a las drogas, a la
violencia, a cazar fortunas con sus sexos, o a... combatir a los
acropolitanos."
"De tal suerte, el Hachado no
ha de sacrificar su vida para engendrar posibles enemigos. Más bien dedíquese a
educar a los muchos jóvenes que lo necesitan, pues debe mantenerse dueño de una
capacidad económica suficiente como para aportar y dar el ejemplo a los demás."
En su Mando nº 2, JAL escribió:
"Respecto a los hijos pienso
que es criminal poner más almas en la carne, cuando por exceso de población, los
niños nacen ‘rebotados’, casi sin tiempo devachánico... Más que engendrar
debemos educar, que es lo que hace falta ahora... Pero tropezar de la carne,
incertidumbres del Alma y hasta excusas económicas hacen que algunos Hachados,
sabiendo, actúen como si no supiesen. Afortunadamente son muy pocos, pero no
puedo dar discernimiento al que no lo tiene ni experiencia al que le falta.
Debéis entender que muchas cosas no se arreglan con Decretos y que crear el
Núcleo de la Sexta Subraza es cosa dura, y para algunos, insuperable. Ya sé que
el Maestro Morya ha dicho que “No hay imposibles sino imposibilitados”... pero
en su frase se encierra la aceptación de que hay imposibilitados."
En su Mando nº 3, sobre el aborto JAL escribió:
"Siendo tan grande la población
del mundo y pavorosas sus proyecciones de mayor crecimiento, precisamente en
las zonas menos aptas para la supervivencia; y sabiendo que el número de Almas
(que es fijo desde la cuarta Subraza de la cuarta Raza) se acerca
peligrosamente al número de cuerpos, los seres humanos se están quedando sin el
necesario “Devachán” y sus vidas son, en miles de millones de casos, espantosas
precipitaciones kármicas por estupidez. No es éste el momento histórico de
engendrar hijos, sino de educar al mayor número posible y de proteger a la
niñez desvalida de recursos, no sólo físicos, sino espirituales."
"Yo creo que un CC (Coordinador
Continental), si no tiene una situación económica brillante, debe evitar poner
más gente en el mundo, pues con nuestra ceguera egoísta precipitaríamos a un
ser humano a la tragedia de un mundo superpoblado. Por otra parte un CC,
generalmente casado con un acropolitano/a, no tiene tiempo para ser buen padre
o buena madre. Yo creo que el aborto, dadas las circunstancias de tener que
recurrir a él, es válido, descontando la cuota de karma por nuestra torpeza;
creo que el hacerlo engendra karma negativo, pero el no hacerlo, lo engendra
más aún."
OBSERVACIONES
Cuando Livraga dice que
"engendrar hijos es engendrar posibles enemigos" y "que los
hijos solo quieren heredar", y que "de un par de excelentes
acropolitanos les pueden nacer hijos que luego se dediquen a las drogas, a la
violencia, a cazar fortunas con sus sexo". Eso muestra una visión sumamente
ausente de amor.
Y luego él relaciona esos problemas
con el "karma del ego". Pero eso muestra la poca sensibilidad que
Livraga tenía ante los problemas humanos, los cuales, se sabe, que vienen en
gran medida de infancias con problemas.
Qué visión tan dura y pesimista de
la vida. No es de extrañar que Livraga sea tan duro con la sensibilidad o lo
que él llama "debilidad" humana.
Que cada uno imagine el mundo que
quería crear Jorge Ángel Livraga y luego piense si querría pertenecer a ese
mundo.
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