LA LOGIA ROSACRUZ QUE HABÍA EN CANADÁ SEGÚN SPENCER LEWIS

 

Harvey Spencer Lewis, el fundador de AMORC, aseguró que en septiembre de 1915 un importante dignatario rosacruz francés, el señor Gérôme Vernier, le envió una carta donde entre otras cosas le escribió lo siguiente:

 

« Estoy visitando su magnífico país y ciudad en compañía y camaradería con el Supremo Magus (13º Illuminati A.M.O.R.C. de Inglaterra) y sería para mi un gran placer presentarle a usted los saludos de la Orden Rosacruz de Francia y le ruego me conceda una entrevista informal o bien en su casa o en mi hotel.

 

Estoy seguro que el Respetado Secretario de la Gran Logia le habrá informado de mi visita no oficial a su país, y en tanto que no creo poder permanecer en Nueva York más que algunos días (estando en camino con el Supremo Magus hacia la Gran Logia de Canadá) me gustaría que me concediera el placer de examinar algunos informes que haya preparado y ofrecerle alguna ayuda o consejo que usted sienta que deba añadir a las instrucciones de nuestro Consejo Supremo. »

 

 

 

Vemos por lo tanto que el señor Vernier señala que en septiembre de 1915 ya existía una Gran Logia Rosacruz en Canadá y que es hacia donde él y su compañero de viaje se dirigían.

 

¿Pero qué tan verídico es esto?

 

 

Resulta muy contradictorio porque Spencer Lewis había afirmado que los Rosacruces franceses le habían encomendado la misión de restablecer la Orden Rosacruz en América y para ello Spencer Lewis había fundado AMORC en abril de 1915 y apenas había abierto su primer templo en Nueva York en marzo de 1916. Y por consiguiente no tiene sentido que ocho meses antes ya existiera una Gran Logia en el país vecino.

 

Y si esa logia existía.

 

¿Entonces por qué Lewis no volvió a hablar acerca de ella en sus siguientes escritos?

 

¿Por qué Lewis no dio la dirección de esa logia para que los Rosacruces estadounidenses la pudieran visitar?

 

Porque además deben de saber que los miembros de AMORC le solicitaban a Lewis que les diera pruebas más veraces sobre su legitimidad, entonces:

 

¿Por qué Lewis no les pidió a los dirigentes canadienses que lo fueran a visitar para así demostrar que él no estaba solo?

 

 

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En este otro capítulo les muestro que esa carta fue elaborada por el propio Lewis y por consiguiente que esa Gran Logia Rosacruz Canadiense simplemente fue otra de las numerosas mentiras que inventó Lewis (ver link).