LA MAGIA Y LA HECHICERÍA EXPLICADAS POR PARACELSO

(El siguiente artículo fue escrito por Franz Hartmann y el texto original en inglés lo pueden leer aquí.)

Uno de los más grandes ocultistas, filósofos y médicos de la Edad Media fue Philippus Aureolus Theophrastus Bombast de Hohenheim, más conocido con el nombre de Paracelso.

Paracelso obtuvo una reputación mundial debido a las maravillosas curas que realizó por medio de su poder espiritual y su conocimiento de la naturaleza. Se le ha llamado a justo título el padre de la medicina moderna porque refutó a los embusteros de su época que se hacían pasar por médicos e introdujo un sistema más racional para curar enfermedades. Fue un gran alquimista y filósofo, y también estuvo consciente de sus poderes.

En este artículo no nos ocuparemos de su vida ni de los viajes que efectuó ya que eso es un tema muy largo y este ya lo abordé en mi libro “La vida de Paracelso y la sustancia de sus enseñanzas”.

Aquí haré un resumen de la opinión de Paracelso sobre la magia y la hechicería traduciendo algunos extractos de sus escritos que consisten en más de cien libros y manuscritos sobre muchos temas como: cosmología, antropología, neumatología, medicina, alquimia, filosofía, teosofía, etc.

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La magia, según Paracelso, no es hechicería. La hechicería es el uso indebido de los poderes espirituales, como los que están ocultos en la constitución del hombre, y en general estos poderes se encuentran poco desarrollados y conocidos por las personas. Y la magia es el empleo de tales poderes pero para algún propósito santo y benéfico.

Paracelso escribió:

« Hay tanta diferencia entre la magia y la hechicería como entre la luz y la oscuridad. Por lo tanto, el uso de los poderes mágicos para un buen propósito se denomina "magia blanca" y su uso pervertido se denomina "magia negra", la cual también se le llama brujería o hechicería. El primero es un arte divino, mientras que el segundo un arte diabólico. »

Estos poderes pertenecen al hombre interior, y se manifiestan a través del hombre externo. Y para formar una concepción de la naturaleza de estos poderes, debemos conocer la constitución séptuple del hombre, que según Paracelso, es la siguiente:

    1. (La chispa divina).

    2. El hombre del Nuevo Olimpo (el cuerpo espiritual y el alma superior).

    3. La carne de Adán (el alma racional).

    4. La mumia (el alma animal y su “magnetismo”).

    5. El cuerpo sideral (astral).

    6. El archaeus (el principio de vida).

    7. El cuerpo material (la forma física, visible).

En otras palabras, en esa composición se encuentran la naturaleza espiritual, intelectual y animal del hombre. Y aunque aparentemente todos forman la unidad llamada "humano", sin embargo difieren entre sí, ya que cada uno tiene sus propias cualidades y estado de desarrollo, mientras que todos están impregnados del principio de una vida que tiene su origen en el Logos, o como dice la Biblia: “en el Verbo”. (Juan 1:1)

Pero los poderes psíquicos que pertenecen al alma y los poderes mágicos del espíritu están en la gran mayoría de la humanidad aún poco desarrollados y son poco conocidos.

A menudo se ejercitan inconscientemente por lo que incluso el hechicero más grande no sabe por qué medios él realiza sus hazañas (debido a que es el hombre interior y no la personalidad externa la que activa estos poderes) y el hombre externo solo da su consentimiento.

El hechicero es, por así decirlo, poseído por un demonio, y este diablo es en realidad su propio ser interior, actuando a través del hombre exterior en conformidad con su voluntad.

Además, una ley de la naturaleza estipula que uno se asocia con sus semejantes, y si una voluntad malvada se activa, atrae a sí misma las influencias malignas correspondientes del reino invisible, que van a ayudar al hechicero en su infame trabajo.

Paracelso dice:

« Los hombres tienen dos espíritus, uno animal y uno humano. Y un hombre que se identifica con su espíritu animal es un ser con instintos y deseos animales. Y si el espíritu animal solo está activo en él, entonces ese hombre se parece más a una bestia y puede actuar como un verdadero predador.

En cambio el espíritu humano eleva al hombre por encima del estado animal, pero si el hombre emplea este principio superior con el fin de servir a los inferiores, entonces le otorga a su alma animal la inteligencia humana y se convierte en una bestia intelectual o lo que se llama comúnmente: “un hombre demonio” que es el más terrible de los predadores. »

(De Lunaticis)

Los principales poderes que son llamados en acción para la práctica de la magia son la voluntad y la imaginación. Y estos pueden ser ayudados por el uso de ceremonias y oraciones (magia ceremonial) y por el empleo de la "mumia", es decir por algún magnetismo particular.

La imaginación es el poder que crea las formas, la voluntad las dota de vida, y las ceremonias se utilizan para dar expresión externa a una acción interna y sustancias, ya que los vehículos para ciertas influencias o vibraciones se usan con el propósito de transmitir la misma.

Una imaginación benevolente crea formas benéficas y una imaginación malvada crea formas malévolas.

Y aquí hay que remarcar que no es necesario que un hombre se imagine esas formas porque la imaginación de la naturaleza misma hace ese trabajo. Los buenos pensamientos producen hermosas entidades, y malos pensamientos producen horribles entidades. Y esto se debe porque cada pensamiento crea una forma correspondiente al carácter de ese pensamiento.

Tales formas son visibles a la vista del clarividente y pueden "materializarse" temporalmente mediante la magia ceremonial y la atracción magnética (mumia) de modo que serán visibles y tangibles en el plano físico.

Dichas formas de pensamiento que se infunden con la vida a través del poder de la voluntad se convierten, por el momento, en seres aparentemente independientes con una inteligencia propia y el poder de la acción individual, mediante el cual ejecutan las órdenes del hechicero; pero también hay una clase de seres en el reino sutil incapaces de juzgar y racionar. Y estos seres pueden estar sujetos a la voluntad de uno por amenazas y conjuros, pero ellos no tienen inteligencia propia.

Todo poder mágico o espiritual (ya sea para bien o para mal) tiene su origen en el espíritu, y es a través del poder de la voluntad espiritual que se realizan todas esas hazañas mágicas. Este poder se llama "fe".

Y esta "fe" se diferencia de la "voluntad" porque la voluntad del hombre normal es solo un deseo, un producto de la acción intelectual de su cerebro. Mientras que la verdadera fuerza de voluntad viene del corazón.

Fe e imaginación son los dos pilares que sostienen el arco del templo de la magia y ellos actúan poderosamente cuando son uno. El hombre tiene un taller visible e invisible; el visible es su cuerpo, el invisible su mente. Su voluntad es el poder creativo y su imaginación es el suelo donde las formas germinan y se desarrollan.

Su imaginación puede compararse con la luz del sol, lo que hace que la vegetación crezca. Las formas visibles y tangibles surgen de los elementos invisibles contenidos en el aire, el agua y la tierra, y también las imágenes y formas etéreas crecen de los elementos invisibles del éter por el poder del pensamiento y la imaginación del hombre.

El gran mundo en el que vivimos es un producto del poder mágico de la mente universal, y en correlación nuestro propio mundo subjetivo con sus formas de pensamiento que llenan su esfera, es el producto del poder mágico de la misma mente que actúa dentro de nuestra propia constitución y está sujeto a nuestra propia voluntad individual.

En la mayoría de las personas, la luz de la imaginación es débil y las formas creadas por ella son como sombras, pero si la imaginación se exalta en gran medida por el poder de la fe, entonces se vuelve como el sol iluminando los rincones más profundos de nuestro mundo interior y las formas creadas por él se convierten en criaturas reales y vivas. ⁽¹⁾

Para Paracelso, lo que hoy se conoce como "hipnotismo" y "sugestión" era bien conocido ya por él, así como otras adquisiciones de la ciencia moderna, como la transferencia de pensamiento (telepatía) y otras prácticas de la magia que fueron durante siglos después de su búsqueda consideradas como supersticiones.

Y sobre ese tema él dijo:

« Los espíritus hablan unos con otros por medios espirituales y no por un discurso audible. Y mientras el cuerpo de una persona está durmiendo, su alma (astral) puede ir a un lugar distante y actuar allí de manera inteligente.

Un hombre puede comunicar sus pensamientos a otra persona con quien simpatiza y a cualquier distancia sin importar qué tan lejos se encuentre, o puede actuar sobre el espíritu de otra persona mientras la persona está dormida de tal manera que lo haga actuar.

Las órdenes le fueron comunicadas durante ese sueño y de esta manera se puede hacer mucho daño a una persona y en esta ley de la naturaleza se basa la posibilidad de efectuar la brujería y la hechicería. ⁽²⁾

Sin embargo, no debemos actuar como los paganos de quienes se dice que si no podían persuadir a un hombre para que cumpliera sus órdenes, entonces lo conjuraban mientras su cuerpo estaba dormido y lo hacían actuar en contra de su propia voluntad y de su propia naturaleza.

¡Porque pobres de todos aquellos que usan tales medios despreciables ya que sus actos descansarán pesadamente sobre sus almas en el fin último y los llenarán de miseria y desesperación! »

(De conjurationibus)

Nada puede lograrse sin esa convicción interna que se llama "fe" porque es la fe la que da el poder, y a través del poder de la fe nosotros nos damos cuenta de que nosotros mismos somos espíritus y que somos capaces de usar el poder espiritual.

La fe fortalece el espíritu, en cambio la duda dificulta o destruye la obra. La fe no requiere pruebas, es conocimiento espiritual, y aquello que reconocemos y sabemos que es verdadero no necesita ser probado. La fe es un poder que puede ser usado para propósitos buenos o malos, y cualquiera de los dos bandos solo pueden ser fuertes a través de la fe. ⁽³⁾

La fe no es una mera creencia o credibilidad, es un poder espiritual, y como cualquier otro poder o fuerza no puede ser conocido a menos que un hombre sea consciente de su posesión. Nadie puede saber qué es el amor, la justicia, la modestia, si no los posee.

La fe es el poder por el cual uno puede curar enfermedades incluso a distancia, y también es la causa de la hechicería por medio de las cual una persona puede herir a otra sin correr mucho riesgo de ser descubierta porque puede herir o incluso matar o a su enemigo sin acercarse a él y su victima no puede defenderse como lo haría, si fuera atacado por un enemigo visible.

Y sobre estas técnicas Paracelso detalló lo siguiente:

« Por lo tanto, a menudo sucede que las uñas, el cabello, las agujas, las cerdas, los trozos de vidrio y muchas otras cosas (incluso las serpientes vivas) se pusieron en diferentes partes del cuerpo de los pacientes debajo de la piel y fueron seguidas por otras cosas de un carácter similar, y tal estado de cosas ha continuado durante meses, mientras que los médicos permanecieron allí sin poder ayudar y sin saber qué hacer, porque no sabían nada sobre el poder mágico de la hechicería.

Sin embargo, no hay nada sobrenatural en ello. Podemos poner nuestra mano sosteniendo una piedra en un recipiente con agua. Depositamos la piedra en el agua y sacamos nuestra mano. No quedará ningún agujero en el agua y sin embargo la piedra está dentro. Pues bien de manera similar un espíritu maligno puede pasar algún objeto material a través de la materia sólida y poner trapos, uñas u otros objetos en el cuerpo de un hombre, sin hacer un agujero en su piel. »

(De Sagis et earum operibus)

Este tipo de fenómenos parecen ocurrir solo raramente en la actualidad, pero ocurrieron muy a menudo en los tiempos antiguos, durante la Edad Media e incluso hasta 1850. Los escritores Gorres, en su “Christlike Mystic” y Ch. Bloomhardt dan muchas cuentas bien autenticadas de tales casos.

Además una voluntad fuerte tiene la capacidad de dominar a una persona más débil y por consiguiente las personas de mentalidad débil pueden ser fácilmente influenciadas por otras personas que tienen más confianza en sí mismas y una fuerza de voluntad más fuerte, y por lo tanto se les puede hacer que hagan cosas en contra de su propia razón.

Estos son casos de obsesión, ya sea que la influencia obsesiva provenga de una persona viva o de un habitante del plano astral, y constituyen hazañas de magia negra y son muy perjudiciales para el sujeto y más aún para el ejecutante al final. Y dichas obsesiones también pueden ocurrir mientras una persona está dormida, de modo que después de despertarse realizará acciones que se le ordenó realizar durante su sueño, y que no habría realizado si la persona estuviera en posesión de su propia voluntad.

Y sobre este tema Paracelso explicó que:

« Tienes un cuerpo visible y material; pero también hay otro ser con un cuerpo invisible, etéreo (astral) dentro de ti, y ese humano interior también eres tú. Cada acto realizado por su cuerpo externo es realizado y causado por el hombre invisible; el uno actúa de manera visible, el otro de manera invisible. Y si se inflige una herida al hombre invisible, esta también se reproducirá en su cuerpo visible. »

Esto explica por qué, por ejemplo, una persona hipnotizada, a quien se le toca la piel con un trozo de madera fría, se le puede producir una quemadura en el cuerpo si se le hace creer que se la tocó con una plancha caliente. Y esto se debe porque su imaginación produce el efecto de la quemadura en su cuerpo astral y este se reproduce en la forma física.

Y de la misma manera en que los pensamientos pueden transmitirse de una persona a otra a distancia, también se puede hacer que el poder mágico de la imaginación actúe sobre una persona ausente, sea para bien o para mal, y la imaginación puede ser ayudada y se vuelve más poderosa al usar ciertos medios externos, como imágenes de la persona sobre la que uno desea actuar.

Así por ejemplo, las brujas y los hechiceros utilizan imágenes de barro o cera de las personas a quienes desean dañar, y los malos pensamientos dirigidos sobre estas imágenes surten efecto sobre las personas representadas, siempre que la imaginación del hechicero sea lo suficientemente fuerte y el receptor sea una persona de mente débil. ⁽⁴⁾

Con respecto a las ceremonias mágicas, Paracelso dice:

« Nuestra fe debe ser puesta en Dios y no en ceremonias, imágenes u oraciones; porque todo el poder viene solo de Dios y no de la imagen o de la oración, o de la persona a través de la cual puede actuar el poder divino.

Si crees que San Pedro o San Juan pueden curarte, tu creencia es una mera superstición. En cambio tu fe puede curarte, pero no es ningún santo sino tu propia fe la que te curó, y si hubieses puesto tu fe en Dios, habrías sido curado de la misma manera y además habrías recibido la bendición de Dios.

Todo vuelve a su primer origen del que nació. Por eso si pones tu fe en un objeto perecedero, perecerás con él, pero si tu oración es bendecida por Dios, entonces tú serás bendecido también.

La oración en lo que no es Dios es una acción meramente supersticiosa, si no una blasfemia porque incluso el Padre Nuestro es un veneno en el corazón del malvado, mientras que dentro del corazón de los justos conduce a la vida eterna.

No importa cuán santa pueda ser una persona, no puede lograr nada por su propio poder, porque todo el poder espiritual proviene de Dios. Toda verdadera fuerza viene de Dios. Si el valor de un soldado en la batalla no tiene este origen, él será el primero en huir. ⁽⁵⁾

Se dice que las imágenes, ceremonias y obras de teatro religiosas se hacen en memoria del Nuevo Testamento, pero el Nuevo Testamento no es una cosa muerta del pasado, sino que sigue viva. Tales cosas pueden ser divertidas, pero el Espíritu Santo no está en ellas; Él no entra en el hombre a través de la adoración de las cosas, sino a través del corazón, y debemos buscarlo y acercarnos a él por medio del verdadero espíritu de la oración, la fe y la contemplación. »

(De Suggestitionibus)

« Todas las cosas fueron hechas al principio por Dios y consagradas por Él, y por lo tanto, todas las cosas son santas y no necesitan ser consagradas por el hombre.

Dichas consagraciones de localidades, cruces de caminos, círculos para conjuros, espadas, ropas, velas, agua, aceite, fumigaciones, escritos, libros, pentáculos, coronas, cinturones, anillos, etc., y cualquier cosa que los nigromantes hagan y usen para protegerse contra los espíritus, como si no pudieran ser vencidos de otra manera, bien pueden ser prescindidos; porque nuestro poder descansa en nuestra fe en Dios, y no en ceremonias y conjuros.

Pero la consagración de los sacramentos, especialmente del bautismo, el matrimonio y el cuerpo y la sangre de Cristo sobre el altar, deben tenerse en alta estima hasta el día en que todos estemos perfectamente santificados y vestidos con un cuerpo celestial. »

(De consecrationibus)

« Aunque por medio de conjuros de espíritus pueden lograrse ciertas cosas, sin embargo nada bueno puede obtenerse de ese modo; porque están en contra de la ley divina y deben ser prohibidos. »

(De conjurationibus)

No hay dificultad en hacer que los espíritus malignos vengan;, ya que ellos responden a nuestros pensamientos y vienen sin ser llamados. Mucho más importante es protegernos contra su intrusión, y esto puede hacerse por el poder de la fe, que rodea a los fieles como una impenetrable capa de luz.

« Hay sin embargo ciertas palabras y signos en uso con el fin de brindar protección contra los espíritus malignos y de tales signos uno es el triángulo entrelazado doble [“La estrella de David”] y otro, aún más poderoso, es el pentágono con las cinco sílabas del santo nombre de Dios: Tetragrammaton inscrito dentro de las cinco puntas.

Mediante el uso de estos signos, una persona obsesionada por un espíritu maligno o embrujada de alguna manera puede tener la influencia maligna expulsada y ser curada.

El signo también se puede hacer sobre un pedazo de pan o pastel y se le puede dar a la persona obsesionada para que lo coma. Todos los espíritus malignos, y también aquellos que viven en los cuatro elementos, temen estos signos que son extremadamente poderosos y útiles durante las enfermedades causadas por hechizos mágicos; pero nunca deben ser mal utilizados. »

(De characteribus)

« Hay muchos males, que tienen su origen en el mal uso del poder mágico, y que solo puede ser curado por los medios mágicos correspondientes. Puede ocurrir por ejemplo, que el cuerpo de un hombre se encuentre lastimado, aparezcan heridas y manchas azules, como si lo hubieran golpeado con un palo, y si tales cosas no se debieron a alguna causa física, existe la posibilidad de que hayan sido causados por alguna persona que usa magia negra. ⁽⁶⁾

Y también hay enfermedades causadas como “un castigo de Dios” [Karma] que ningún médico puede curar. Y es por eso que hay ciertas cosas que un médico debe saber que no se enseñan en las escuelas secundarias, pero que sin embargo son ciertas. »

Los hechiceros y las brujas utilizan para sus prácticas nefastas la "mumia" que significa las influencias "magnéticas" u "odicas" que se heredan de ciertas sustancias o que emanan de personas o animales vivos, o de cuerpos muertos.

Estas emanaciones etéricas contienen parte del principio de vida y el carácter de las cosas de las que provienen, como puede verse por un mesmerizador que transfiere parte de su vitalidad a su paciente. Estas emanaciones son invisibles pero sin embargo son algo sustancial y semi-material, y son vehículos de fuerzas que pueden producir efectos buenos o malos.

Paracelso escribe:

« La mumia contiene gran poder y se han realizado grandes curas con su uso, aunque son poco entendidas por el vulgo porque son el resultado de la acción de las cosas invisibles, y lo que es invisible está más allá de la comprensión de las personas en general. Y así como un perfume emana de una flor e impregna de su olor todo a su alrededor, de igual manera la fuerza vital emana del cuerpo invisible (astral) a través de la forma visible e influye a su alrededor.

La mumia, siendo el vehículo de la vitalidad, es invisible y sin embargo es una sustancia etérea que contiene la esencia de la vida y sus corrientes pueden guiarse por medio de la voluntad y el pensamiento del operador y actuar sobre otras formas a las que imparten sus propias cualidades.

Así, la "mumia" de la plaga lleva su contagio y por infección causa enfermedades epidémicas.

El sol, la luna y cada estrella tienen sus emanaciones, las del sol dan vida, mientras que las de la luna son perjudiciales, y por lo tanto las brujas utilizan las influencias astrales de la luna con el propósito de practicar la brujería. La mumia puede ser transferida de una persona a otra, es el vehículo de la vitalidad y el verdadero elixir de la vida. »

(De origine morb invisib)

Sobre el poder magnético de la mumia descansa la eficacia de los amuletos, las curaciones simpáticas, las influencias ocultas de piedras preciosas, plantas, reliquias, etc.

Así por ejemplo, los metales y las piedras pueden usarse para vehículos y acumuladores de influencias astrológicas. Hay una ley de armonía universal según la cual existe una relación entre las sustancias espirituales, etéreas y físicas, y los asociados semejantes y las vibraciones superiores que actúan sobre los inferiores, fortalecen y aumentan su actividad.

El hombre es un pequeño mundo en el que están representadas todas las esencias y poderes del universo. Su cuerpo físico es su "planeta" compuesta de los cuatro elementos, su cuerpo sideral es su reino etéreo, su mente es su cielo.

Su espíritu divino y todos los poderes existentes dentro del universo se corresponden con ellos. Principios contenidos en el pequeño mundo del hombre.

Su cuerpo recibe su alimento de los productos del plano material; su cuerpo sideral está formado y desarrollado por la influencia de las estrellas, su mente recibe su alimento del reino de las ideas, su espíritu obtiene su vida divina de Dios (que es el origen de todo poder y vida), y si aprendemos a conocer todas nuestras Virtudes contenidas dentro del gran almacén de la naturaleza, podremos hacer uso de ellas para nuestro bienestar.

« Pero cualesquiera que sean las virtudes de soles y planetas, piedras, plantas o cualquier otra cosa que puedan manifestarse, todos estos poderes provienen de Dios; los planetas, las piedras y las hierbas son solo los vehículos de la vida esencialmente divina en el universo llamada a la existencia por la Palabra divina de Dios (el alma universal), la causa de toda vida y todo poder.

La naturaleza no crea nada ella misma; ella solo es el taller en el que el poder del principio de una vida se manifiesta de acuerdo con las condiciones existentes en sus producciones. Los principios y las virtudes son eternos e increados, y si el hombre posee alguna virtud o poder, no se puede decir que lo ha creado, sino que se ha desarrollado y manifestado en él. »

(De vet a influentia rerum)

« Hay una sola sabiduría divina, y como todos los millones de seres humanos son solo partes de la humanidad universal, también la sabiduría humana es una sola, pero se manifiesta en la humanidad de muchas maneras diferentes, dando origen a diferentes ciencias y artes de acuerdo con la humanidad. A la capacidad del instrumento para su manifestación.

Por lo tanto, encontramos dos grados diferentes de sabiduría en el hombre, la sabiduría que pertenece al hombre de este mundo, "el hijo del hombre" y cuya sabiduría es imperfecta. Y la sabiduría divina y la luz de Dios, manifestadas en el verdadero sabio, que por esta iluminación espiritual se ha convertido en un “hijo de Dios” y ha obtenido la realización consciente de su estado divino y su ser inmortal.

Los reinos de este mundo perecen, las leyes hechas por el hombre no son duraderas, los hombres se odian y luchan entre sí y traen miseria al mundo, debido a que no reconocen la verdad eterna. Pero Dios quiere que seamos instrumentos útiles para su sabiduría divina. Y si la voluntad de Dios se hiciera en la tierra, nuestra tierra sería como el cielo y deberíamos ser como los ángeles.

¿Pero cómo puede un necio o un hombre sin conocimiento ser divino o vivir de acuerdo con la voluntad de Dios o ser como un ángel?

Dios no nos ha enviado al mundo para que sigamos siendo estúpidos o ignorantes de sus leyes y la relación de las cosas en la naturaleza; pero para que seamos sabios e inteligentes, para que su sabiduría se manifieste en nosotros. El hombre tiene dos clases de razón, la inteligencia animal y la angélica.

La mente animal también es de Dios, pero no es inmortal. El cuerpo muere y el intelecto animal deja de actuar; pero no la mente angelical. Solo el animal muere, pero no lo eterno. El hombre tiene un cuerpo animal pero el hombre no es de origen animal. Él vive en su cuerpo animal, pero tiene un padre eterno, y en él su mente y conciencia deben habitar. »

(De Fundamento Sapientia)

(The Occult Review de noviembre de 1910, p.273-282)

Notas

1. De la virtud imaginativa.
2. Filosofia oculta.
3. De morbis invisib.
4. Hoy en día las fotografías pueden ser más convenientes, pero afortunadamente no hay mucha gente que tenga la poderosa imaginación necesaria.
5. Esto significa que su coraje debe provenir de Dios a través de su propia conciencia impersonal superior, ya sea llamado patriotismo, sentido del deber o de otra manera.
6. Filosofia oculta. Del mal uso de la magia.