1. Serge Raynaud de la Ferriere en
su “Tercer Mensaje - Los Misterios Revelados” comentó lo siguiente acerca de Blavatsky:
« Son muchos los autores de libros que
no tienen nada de hermético pero que expresan una profunda filosofía, y entre
estos se encuentran: Madame Blavatsky. »
Pero esto que él dijo es falso porque
yo he investigado enormemente el esoterismo, y Blavatsky es de los poquísimos
autores que transmitió una enseñanza verdaderamente hermética (entiéndase con
esta palabra: muy oculta) y muy posiblemente verídica.
2. Serge Raynaud de la Ferriere en
su libro “Los Propósitos Psicológicos Tomo VII - La Rosa y la Cruz” comentó lo
siguiente sobre Blavatsky:
« Madame
Blavatsky sostuvo que le había encontrado numerosas veces al Conde de San
Germán. »
Pero
eso es completamente falso porque yo he investigado todo lo que Blavatsky dijo
acerca del conde de Saint-Germain y no he encontrado que ella nunca haya dicho
esa afirmación.
3.
Serge Raynaud de la Ferriere en su
libro “Los Propósitos Psicológicos Tomo XXII – La Magia” dijo lo siguiente
acerca de Blavatsky:
« Mme. H. P. Blavastky
lo combatía violentamente, viendo en el Dr. Randolph un serio competidor que
atraía a sus mejores alumnos.
En
efecto, la Señorita Helena P. Hahn, que se había casado a la edad de 17 años
con el General Nicéforo Blavastky, una vez viuda y desamparada en la vida, se
había interesado rápidamente en las ciencias ocultas.
Había
dejado su Rusia natal en 1873 para ir a Paris y en seguida a Nueva York, donde
conoció al Coronel Olcott en 1874, un periodista que le fue de la más grande
ayuda.
H. Pretovna
Blavatsky ya había intentado fundar una sociedad de espiritismo durante un
viaje a Egipto, pero comprendió de inmediato que los Estados Unidos eran mucho
más favorables para ese género de explotación y fue con su amigo el ex-Coronel,
que formó una asociación declarada bajo el nombre de “Sociedad para el estudio
de los fenómenos metapsíquicos” convertida más tarde en la “Sociedad
Teosófica”.
La
dirección de esa organización fue
remitida a la Señora Annie Besant que había sido durante 10 años la amiga de
Bradlaugh, el Apóstol del ateísmo en Gran Bretaña.
Por
su lado, el Dr. Randolph no quería la explotación de un gran público sino más
bien la formación de una élite de gentes que él iniciaba muy minuciosamente. »
Aquí
Raynaud de la Ferriere dice muchas
mentiras:
Mi investigación me ha demostrado que Paschal
Beverly Randolph fue un hombre muy embaucador, y que no se lo puede comparar
con el elevado grado iniciático que si alcanzó Blavatsky.
Blavatsky no enviudó sino que al
poco tiempo de haberse casado abandonó a su marido y se fue a viajar por el mundo,
luego regresó al Imperio Ruso (no Rusia) para posteriormente volverse a ir.
Y ella no quedó desamparada puesto
que su padre le estuvo enviando dinero.
Su
viaje a Egipto fue antes de que ella conociera al coronel Olcott.
La
Sociedad Teosófica desde el inicio se llamó así, y no “Sociedad para el estudio
de los fenómenos metapsíquicos”.
La
Sociedad Teosófica no fue un segundo intento de Blavatsky por fundar una
organización, sino que los Maestros transhimaláyicos ya tenían previsto que esa
organización se iba a fundar en los Estados Unidos en 1975 y que el coronel
Olcott iba a ser su presidente y Blavatsky su mensajera.
Al
respecto el maestro Morya escribió:
«
Uno o dos de
nosotros esperábamos que el mundo hubiera avanzado a tal punto
intelectualmente, si no intuitivamente, que la doctrina Oculta podría ganar una
aceptación intelectual y pudiera darse el impulso para un nuevo ciclo de
investigación oculta. Otros – más sabios como se podrá ver ahora –
pensaban de modo diferente, pero se dio el consentimiento para hacer la prueba.
Se estipuló sin embargo, que el experimento se haría independientemente de
nuestra dirección personal, que no habría intervención anormal de nuestra
parte.
Buscando por
todas partes encontramos en América al hombre que podía ser el
líder [Henry Steel Olcott, el futuro presidente de la Sociedad
Teosófica], un hombre de gran valor moral, generoso y poseedor de otras
buenas cualidades. Estaba lejos de ser el mejor, pero. . .era el mejor
disponible. Con él asociamos a una mujer [Blavatsky] de dotes excepcionales y
maravillosas. Combinadas con fuertes defectos personales; pero, tal como ella
era, no había nadie vivo que se le aproximase en aptitudes para este
trabajo. Nosotros la enviamos a América, hicimos que se encontraran y la
prueba comenzó. »
(CM
44, p.263)
CONCLUSIÓN
Serge Raynaud de la Ferriere investigó muy mal a Blavatsky.
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