LA OPINIÓN DE SAMAEL SOBRE SALVADOR MEDINA “EL HOMBRE QUE VISITÓ VENUS”




Salvador Villanueva Medina fue un hombre mexicano que en 1953 publicó un libro titulado “Yo estuve en el Planeta Venus”, en donde él pretendió que unos extraterrestres de Venus lo llevaron a visitar su planeta y le mostraron su avanzada civilización.

Y Samael aseguró haber conocido a ese señor y en su libro “Las Naves Cósmicas” (1964), Samael escribió lo siguiente sobre ese individuo:

« Nosotros conocemos aquí en México, D.F., a un hombre que estuvo en el planeta Venus. Nos cabe el alto honor de haberlo visitado.

Una noche cualquiera de invierno llegamos a las puertas de su casa. Tuvimos la suerte de ser recibidos por él. La familia estaba viendo la televisión, pero en forma muy amable apagaron la televisión y nos dejaron a solas con él en su sala.

Es un hombre muy sincero y bondadoso; no es ocultista ni espiritualista ni nada por el estilo; no presume de ser sabio; y a pesar de haber vivido la más extraordinaria aventura cósmica, realmente no tiene nada de orgullo. Y no nos proponemos en este simple folleto narrar en detalle lo que le sucedió a este hombre; sólo queremos hablar en síntesis y eso es todo.

En el mes de agosto del año de 1953, este hombre estuvo personalmente en el planeta Venus. Su nombre es Salvador Villanueva Medina. El acontecimiento sucedió cuando menos lo esperaba. Conducía un carro de alquiler con una pareja de norteamericanos rumbo a los Estados Unidos por el territorio mexicano a lo largo de la carretera de Laredo.

Llevaban recorridos 484 kilómetros cuando se dañó el carro. Los gringos abandonaron el carro y se fueron en busca de una grúa para llevar el carro al pueblo más cercano con el propósito de repararlo.

Este fue el principio de la aventura, Salvador se metió debajo del carro para intentar repararlo; de pronto escuchó pasos en la arenilla de la carretera y alguien le preguntó en perfecto español qué le pasaba al coche. Salvador guardo silencio y al salirse fuera del lugar ocupado por el carro, se encontró frente a un hombre extrañamente vestido que medía poco más o menos 1 metro con 20 cm.

El cuerpo de dicho hombre era de una perfección extraordinaria; blanco como el armiño y lleno de belleza en todo su conjunto. Lo que más le llamó la atención a Salvador fue el raro uniforme y el misterioso cinturón resplandeciente.

El hombre llevaba el cabello largo y usaba un casco metálico muy especial. Fueron realmente pocas las palabras que entre ambos se cruzaron en ese instante. El extraño personaje se despidió cortésmente y luego se metió entre la montaña.


Lo más interesante vino después cuando ya Salvador dormía; unos fuertes golpes en la ventana de su carro lo despertaron sobresaltado. Sin pensarlo mucho, Salvador abrió la puerta de su carro y su sorpresa fue mayúscula al ver otra vez al mismo personaje acompañado con otro que tenía el mismo aspecto y el mismo traje.

Salvador los invitó a entrar en su carro y luego trató de ayudarles a cerrar la portezuela, pero al estirar el brazo derecho sobre ellos con dicho propósito, sintió una corriente eléctrica que le paralizó momentáneamente el brazo.

La plática en el carro fue maravillosa. Ellos le manifestaron a Salvador que venían del Planeta Venus. Salvador en principio no les creyó y hasta se indignó creyendo que estos caballeros se burlaban de él. Salvador llegó inclusive a afirmar que solo el planeta tierra podía tener habitantes; dijo que así lo había aprendido por las afirmaciones de los sabios de la tierra, etc.

-      “¿Que les hace pensar tal cosa?”, le preguntaron. “¿Acaso son los deficientes medios de que disponen para sus cálculos? ¿No les parece demasiada pretensión creer que son los únicos seres que pueblan el Universo?”

Estas palabras ya se le hicieron muy raras a Salvador y además el color de esos rostros tan blancos, sus expresivos ojos, su extraña voz, sus extraños cascos, sus misteriosos cinturones, etc. le hicieron pensar muchísimo.

Sería largo narrar toda la conversación que Salvador tuvo con esos venusinos; ellos le contaron cómo era la vida en Venus; cómo vivían, qué comían, cómo eran sus ciudades, sus calles, etc., etc.

También lo sacaron de dudas explicándoles que ellos podían convertir lo perjudicial en benéfico y formar artificialmente su clima, su ambiente, etc. En esas condiciones si Venus fuera inhabitable, ellos lo harían habitable porque sus adelantos científicos se lo permiten. Empero es claro que Venus es perfectamente habitable.

Ya amanecía y los venusinos en forma muy amable invitaron a Salvador para que les acompañara hasta el planeta Venus. Salvador salió del carro tras estos misteriosos hombres y ciertamente después de un rato de andar por entre la montaña, Salvador se detuvo ante la nave majestuosa.

Esta era una esfera achatada majestuosa e impotente que se apoyaba en tres boyas que formaban un triángulo. Dice salvador que el conjunto era impresionante y que dizque daba la impresión de ser una gran fortaleza.

Salvador entró a la nave, se cerraron las portezuelas y ésta partió rumbo al planeta Venus. Todo lo que vio Salvador en Venus fue extraordinario. La civilización venusina es formidable.


Salvador Villanueva Medina estuvo en Venus viviendo varios días, y en ese planeta encontró a dos franceses residentes; ambos hermanos gemelos y veteranos de la segunda guerra mundial. También ellos fueron transportados a Venus y luego suplicaron y clamaron a los venusinos para que no los trajeran de regreso a la Tierra; allí viven felices.

Salvador regresó al planeta Tierra; fue traído y de regreso para que les hiciera saber a los habitantes de la Tierra que Venus esta habitado.

Los laboratorios Philips analizaron tierra y plantas en el lugar donde Salvador localizó la nave cósmica y hallaron un desorden molecular y atómico muy extraños. Jorge Adamski, el científico norteamericano que conoció a unos venusinos en el desierto de Nevada, también se puso en contacto con Salvador y dictó sobre este tema una conferencia en el teatro Insurgentes de México D.F.

Grandes científicos alemanes investigaron el terreno donde Salvador halló la nave cósmica y el resultado de sus investigaciones fue el mismo que el de la casa Philips. Un gran científico vino del palacio de los reyes de Inglaterra a investigar el caso, y las conclusiones son las mismas que las de la casa Philips»
(Capítulo 2: un mexicano en el planeta Venus)





Y por lo visto Samael quedó tan impresionado con ese relato que en su libro “Los Platillos Voladores” (1967) volvió a hablar sobre ese individuo, ya que ahí él escribió lo siguiente:

« Nosotros conocemos personalmente a Salvador Villanueva Medina, el hombre que fue a Venus. Salvador no tiene nada de fantástico ni de desequilibrado. Salvador ha sido examinado por los psiquiatras y ellos han llegado a la conclusión de que él es un hombre normal, mentalmente equilibrado.

Salvador no vive de su extraordinaria aventura ni tampoco del libro que escribió titulado “Yo estuve en el Planeta Venus”. Este caballero ahora es mecánico de profesión, arregla automóviles, de eso vive. Nosotros mismos hemos estado en su taller viéndolo trabajar, él es práctico ciento por ciento. El domicilio de este caballero lo reservamos por no tener autorización para darlo en un impreso.

Nosotros sólo nos limitamos a dos cosas: Primera, dar testimonio de que este es un hombre absolutamente cuerdo dedicado a su trabajo y a su familia. Segunda, que este hombre pasó por una aventura formidable pero que no vive de ella.

Salvador Villanueva Medina cuenta lo que pasó y esto le ha costado muchos sufrimientos porque los bribones, los escépticos de siempre, los imbéciles, han hecho escarnio de él. Salvador estuvo en Venus fuera de toda duda y cumple con el deber de informar a sus semejantes aunque éstos se burlen de él. El que ríe de lo que desconoce está en el camino de ser idiota.


En la segunda decena del mes de agosto de 1953 Salvador, conduciendo un automóvil rumbo a Laredo en el que llevaba unos “gringos” que deseaban regresar a su país, tuvo que pasar por las peripecias más tremendas. El carro se dañó, sus acompañantes decidieron regresar a un pueblo cercano en busca de una grúa. Entre tanto en el silencio de la noche Salvador se metió debajo del coche con el propósito de arreglarlo.

Cuando intentó salir de debajo del automóvil oyó que alguien se acercaba, pues se escuchaban pasos en la carretera. Una voz extraña le preguntó en perfecto español:

     -   “¿Qué le pasa al coche?”

Salvador no contestó. Se encontró frente al hombre extrañamente vestido, de pequeña estatura (un metro con veinte centímetros aproximadamente). El extraño uniforme del visitante, el rostro tan blanco como el marfil, el pelo largo platinado y ondulado cayendo sobre sus hombros, la perfección de su rostro, etc., sorprendieron tremendamente a Salvador.

Cuenta Salvador que este extraño visitante llevaba un cinturón con perforaciones de las cuales salían extrañas luces. Y Salvador sólo se limitó a preguntarle al misterioso personaje si era aviador.

El personaje contestó que su avión, como nosotros lo llamamos, estaba a poca distancia, y dichas estas palabras el personaje se metió entre la montaña.

Cuenta Salvador que después de este suceso, él resolvió dormir tranquilamente entre su carro. Pero no había pasado mucho tiempo cuando fue despertado por fuertes golpes dados en el vidrio de la puerta delantera del lado derecho.

Salvador abrió su puerta y fue grande su sorpresa al encontrar al conocido que venía ahora en compañía de otro individuo semejante. Salvador los hizo entrar en su carro y platicó con ellos ampliamente.

Aquellos personajes dijeron venir de Venus y dieron muchos datos sobre ese planeta.

Salvador les aseveró que según nuestros sabios terrestres ningún otro planeta puede tener habitantes racionales.

Los venusinos contestaron:

-      “¿Qué les hace pensar tal cosa? ¿Acaso los deficientes medios de que disponen para hacer sus cálculos? ¿No les parece demasiada pretensión creer que son los únicos seres que pueblan el Universo?”.

Aquellos venusinos informaron ampliamente a Salvador sobre la vida de Venus. Disiparon sus dudas explicándole que ellos se habían criado en Venus mediante sistemas científicos especiales, un clima artificial uniforme o benigno convirtiendo así su mundo en una morada deliciosa.


Salvador fue invitado por los venusinos a comprobar la realidad de esas afirmaciones. Salió del coche tras los dos hombres. Se metió con ellos entre la montaña y encontró una majestuosa nave en figura de esfera achatada que se apoyaba en tres boyas que formaban triángulo.

Dice Salvador que dicha nave tenía en la parte superior, un cable ligeramente inclinado hacia dentro, como de un metro de altura, circundado de agujeros que semejaban ojos de buey como los que se usan en los barcos.

Salvador penetró tras de sus acompañantes en el interior de la formidable nave cósmica que según palabras de Salvador parecía una impresionante fortaleza.

Cinco días estuvo viviendo Salvador en el planeta Venus y regresó a la Tierra después de haber verificado la realidad de todas estas afirmaciones hechas por los venusinos.

La civilización venusina es millones de veces más avanzada que la de nosotros los orgullosos terrícolas.

Salvador relata lo que vio, nosotros nos limitamos a comentarlo. La Casa Phillips examinó muestras de tierra y de plantas recogidas en el lugar donde Salvador encontró la nave y se descubrió un desorden atómico muy extraño de esas muestras. También se fotografió el lugar pues allí quedaron las huellas de la nave. El sabio Adamski dictó una conferencia sobre este tema en el Teatro “Insurgentes” de México.

Una comisión alemana de científicos se interesó por la cuestión y visitó a Salvador y estudió en el terreno de los acontecimientos. No ha quedado duda alguna, empero, los imbéciles se seguirán riendo como siempre porque son imbéciles»
(Capitulo 3: el hombre que fue a Venus)





Y en una de sus conferencias, Samael volvió a mencionarlo:

« Amigos, en estos momentos hay aspectos importantísimos relacionados con los seres extraterrestres; me viene a la memoria, el caso del hombre que fue a Venus, Villanueva Medina. Yo lo conozco, es mi amigo personal. Estuvo manejando un carro cerca de los Estados Unidos. El carro se dañó y se quedó con el carro con el propósito de saber qué pasó. De pronto oyó pasos en la arena.

Sale y encuentra a dos hombres en la arena, de mediana estatura, lo invitan a que le sigan y lo llevan al planeta Venus. Estuvo cinco días en Venus, conoció una poderosa civilización y luego fue traído de regreso al planeta Tierra»
(“Los extraterrestres”)





Y en otra de sus conferencias, Samael volvió otra vez a mencionarlo:

« Muchas veces los extraterrestres se llevan a algún terrícola, y se lo llevan con el propósito de estudiarlo en el laboratorio de sus naves. Yo conozco un caso concreto de un hombre que estuvo en Venus.

Pobre hombre, aquí entre paréntesis, la mujer creyó que él estaba loco de remate, le abandonó y se largo con los hijos y todo, y el pobre hombre quedó sólo. Un verdadero problema.

Ella todavía cree que está loco de remate, pero no hay tal, pues él trabaja en la mecánica de automóviles, y por consiguiente tiene que hacer las cosas exactas o de lo contrario, pues fracasaría como mecánico, ¿no?

Bueno, ese hombre fue llevado en una nave cósmica a Venus realmente, y esto quedó totalmente demostrado.

Él dijo dónde lo tomó la nave. Los científicos de la casa Phillips se transportaron al lugar, y tomaron muestras de tierra y muestras de hierba, plantas, examinaron eso en los laboratorios, y se encontró un desorden atómico fuera de lo normal en ese lugar. Quedó comprobado que el informe que el hombre había dado era exacto.

Pero, lo primero que hicieron los extraterrestres con él, fue meterlo en el laboratorio de la Nave para estudiarlo, y lo estudiaron profundamente. Luego se lo llevaron a Venus y lo tuvieron en Venus cinco días. Ese hombre conoció la poderosa civilización venusina.

Y además encontró en Venus a dos terrícolas originarios de Francia que se los habían llevado también los venusinos. Ellos vivían felices trabajando en una fábrica en Venus (porque los venusinos tienen fábricas, fabrican todo lo que necesitan para sus vidas)»
(“El problema de tener la conciencia dormida”)








OBSERVACIONES

Samael confunde la locura con la tosquedad, y es que una persona puede estar loca y aún asi ser muy precisa. Y aunque no sabemos si el señor Medina estaba loco, en cambio si podemos estar seguros que fue un gran mentiroso, ya que cuando los científicos mandaron sus sondas espaciales hacia Venus (a finales de la década de los 60) ellos descubrieron que ese planeta es completamente inhabitable para la vida tal como nosotros la conocemos, debido a que:

-      El 95% de su atmosfera es dióxido de carbono.
-      La temperatura en promedio es de 464°C.
-      Las lluvias son de acido sulfúrico.
-      Y la presión atmosférica en su superficie es tan extrema que vivir ahí sería lo equivalente a estar un kilómetro abajo del océano.

O sea que si los dos hermanos franceses hubieran vivido en Venus como lo pretendía el señor Medina, ellos habrían muerto a los pocos segundos: asfixiados por el dióxido de carbono, calcinados por la elevada temperatura, aplastados por la tremenda presión, y desintegrados por las lluvias acidas.

Y ahí uno se pregunta:

¿Pues no que los venusinos tenían la tecnología para hacer que su planeta sea habitable?


Incluso hasta en su libro Samael afirmó:

“Es claro que Venus es perfectamente habitable.”

Y en su conferencia él añadió:

“Venus tiene un clima artificial uniforme y benigno convirtiendo así ese mundo en una morada deliciosa.”



Pero los hechos demuestran que Salvador Villanueva Medina fue un gran embustero, y Samael en su enorme ingenuidad se creyó completamente las mentiras que dijo ese individuo.

Y en vez de aceptar que él se había equivocado, Samael muy hipócritamente siguió actuando hasta el final de su vida (diciembre de 1977) como si los científicos no hubieran hecho ningún descubierto sobre Venus.

Y este es un ejemplo más de la profunda ignorancia y charlatanismo de Samael Aun Weor.











15 comentarios:

  1. Por qué criticas tanto a Samael?

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    1. Porque es un gran charlatán.

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    2. QUE TONTERIA LAS QUE DICEN. NO SOLO EXISTE LA TERCERA DIMENSION, NUESTROS HERMANOS VIVEN EN LA CUARTA.ES IMPOSIBLE HABITAR MARTE VENUS GAMINEDES O EL SOL EN LA TERCERA DIMENSION.... SALID EN ASTRAL Y COMPROBARLO

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    3. Samael nunca dijo que los extraterrestres habitaran en otra dimensión, sino que por el contrarió él aseguró que los extraterrestres que se encuentran en los otros planetas (y también en el sol) habitan en el plano físico, ya que varias veces él afirmó que ellos son de carne y hueso como nosotros, lo cual obviamente resultó ser falso.

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  2. 12 publicaciones seguidas sobre samael , ¿alguien puede convencer al administrador de este blog que no hace falta que siga?, que ya.

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  3. Upps perdón, van 18 ya...

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    1. Los artículos sobre Samael los reagrupo para que así la gente que no está interesada en leerlos pueda facilmente saltarlos y todavía me quedan otros veinte para poner, pero lo dejaré para después.

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    2. Cid basta por el amor de Dios ya entendimos

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    3. Estos capítulos no son para ustedes, son para google.

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    4. No sabía que google fuese gnostico.

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    5. Rectifico, estos capítulos son para el buscador de google y para gente tan ignorante como tú que todavía cree que lo que Samael enseñó es gnosticismo.

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    6. me borras el comentario y encima me copia otro pendejo. Este site es de cachondeo

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    7. Borro los comentarios que son demasiado estúpidos, pero como volvió a aparecer, esta vez le respondí.

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  4. Si yo fuese miembro de un círculo teosofico te hubiese expulsado hace mucho, es demasiado tu ensañamiento por querer supuestamente evidenciar charlatanes, ese no es el camino de la espiritualidad de "la verdad la tengo yo y lo demás es charlatanismo"

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    1. Para tu información, yo no pertenezco a ningún grupo teosófico ¿y por qué no vas con los seguidores de esos embusteros a reclamarles que dejen de embaucar a la gente?

      Ya que en internet encuentro muchas webs que alaban a Samael, a Max Heindel, a Rudolf Steiner, etc. Y a ellos nadie les dice nada. Da la impresión que tú eres uno de esos fanáticos que está resentido porque no le gusta que critique a su gurú, así que si tanto te molesta lo que hago, lárgate, nadie te obliga a leerme.

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