LAS MENTIRAS QUE SAMAEL DIJO SOBRE GANIMEDES




Sobre el satélite más grande de Júpiter, Samael comentó lo siguiente:

« Sucedió un caso insólito pero maravilloso. Una vez estudiando en alguna escuela Oriental, un día de esos tantos, una nave cósmica aterrizó en el jardín de su casa y ciertos extraterrestres salieron a la escotilla, descendieron por la escalinata y se acercaron a él. Lo invitaron a subir, y él aceptó.

Él era un hombre verdaderamente espiritual en el más completo sentido de la palabra. Yo estaba dispuesto a oírlo. Cuando estaba por allá en África, cuando se le invitó a dar un paseo por el espacio, él aceptó y fue llevado a un satélite de Júpiter, a Ganimedes. Y allí él conoció a una poderosa civilización.

Los habitantes de Ganimedes tienen el cerebro un poco más voluminoso y su glándula pineal está conectada a la pituitaria por ciertos canales nerviosos y la pituitaria, a su vez está conectada al nervio óptico; de manera que los habitantes de ese satélite tienen un sexto sentido por el cual pueden ver la Cuarta Dimensión, Quinta, Sexta y Séptima, de la Naturaleza y del Cosmos.

Ellos construyen sus casas bajo tierra, tienen rica agricultura, no tienen animales porque allí el ambiente no es favorable para esas especies inferiores, el agua la sacan de ciertos volcanes y con ello remedian sus necesidades. Los habitantes, todos trabajan es sus fábricas, no hay dinero allí, no conocen el dinero. A cambio de trabajo todos los habitantes tienen pan, abrigo, refugio, etc.

Las naves cósmicas son de propiedad de todos, nada les hace falta, no necesitan de ese elemento que se llama dinero y que tanto daño hace a los habitantes de la Tierra.

Los habitantes de Ganimedes, como quiera que poseen un sexto sentido, estudian la medicina, ven el organismo mejor, no solamente en sus aspectos físico, químico o biológico, sino también en sus aspectos psíquicos y vitales. Conocen la anatomía meramente exterior y la anatomía interior que desafortunadamente, los hombres de ciencia no conocen en el planeta Tierra.

Los habitantes de Ganimedes, vinieron de un mundo que se llamó el Planeta Amarillo. Es bueno que ustedes comprendan que en otros tiempos en nuestro Sistema Solar existió un planeta en el que las gentes se entregaron a los experimentos atómicos, elaborando bombas cada vez más y más destructoras, y al final hicieron saltar en pedazos ese planeta.

Algunos fragmentos todavía viven alrededor de nuestro Sistema Solar y eso los saben los astrónomos. Pero antes de que acaeciera para el Planeta Amarillo esa catástrofe, los habitantes del mundo habían creado, ante el dilema del ser y del no ser de la filosofía, un gran Avatara o Mensajero.

Él les advirtió sobre la catástrofe que les aguardaba y aunque la mayor parte de la población no la entendieron, otros sí la aceptaron y se afiliaron a las enseñanzas que él les daba. Él los preparó lo suficiente y por último preparados psicológicamente, listos como para esperar la destrucción, y ser llevados fuera del planeta; y allí en Ganimedes se establecieron.


Pues bien, el amigo del que les estoy hablando, fue llevado a Ganimedes, y al llegar allí, las enfermedades le desaparecieron, se revitalizó, lo sometieron a tratamientos científicos especiales, lo invitaron a quedarse a vivir entre ellos.

Él aceptó a condición de regresar al planeta Tierra para entregar sus bienes a su hermano. Regresó y le entregó toda su fortuna a su hermano, les fijó cierta fecha para despedirse de ellos porque se iba a ese planeta. Y el día de la cena, cuando se estaba preparando para dormir, aterrizó una nave bellísima e iluminó el centro del jardín.

“Me voy”, les dijo, a su hermano y a su cuñada, quienes se quedaron asombrados. “Ah, dijo su hermano, ya me lo presentía”. Entonces subió a la nave y a tiempo de subir exclamó: “Me voy lejos de este planeta Tierra”, y partió la nave.

Antes de partir le dejó a su hermano un aparato como especie de televisión. Basta oprimir un botón y funciona; la energía solar anima el aparato, tiene unas antenas y por ellas se llega a comunicar con Ganimedes. Desde entonces se comunicó con Ganimedes y su hermano, deseoso de que algún día también se lo llevaran... y al fin le llegó ese día y se lo llevaron.


Los habitantes de Ganimedes tienen una sabiduría extraordinaria y se proponen llevar a los terrícolas a su planeta, pues saben en el estado en que se encuentran los habitantes de la Tierra.

No ignoran que viene una gran catástrofe, no ignoran que un gigante de los cielos llamado Hercólubus viene a velocidades vertiginosas por el espacio estrellado. Y cuando el Hercólubus aparezca y todos ustedes lo puedan ver a simple vista, se convencerán de lo que les estoy diciendo.

Entonces, aquella masa planetaria atraerá magnéticamente el fuego del interior de la tierra y brotarán volcanes por doquiera y sucederán terribles terremotos y grandes maremotos; toda la costra de la Tierra será destruida, quemada, incinerada y en el máximo de acercamiento del Hercólubus habrá una revolución de los ejes del mundo; los Polos se convertirán en Ecuador y el Ecuador en Polos y las aguas de los océanos cubrirán estos continentes.

Así terminará una humanidad perversa, una humanidad que se entregó a los vicios, una humanidad que degeneró en el homosexualismo y lesbianismo, una humanidad destructiva donde cada pueblo se levantó contra cada pueblo, donde cada ser humano levantó su mano contra su hermano, así terminará dentro de poco tiempo.

¿Habrá sobrevivientes?


Sí los habrá, esto lo saben muy bien los habitantes de Ganimedes. Ellos irán llevando poco a poco a las gentes más selectas hacia su mundo, allí nacerá un tipo de humanidad muy especial que serán traídos de regreso a la Tierra; pero ese tipo de humanidad tendrá que hacer maravillas, porque a esa clase de gente se les darán las facultades de los habitantes de Ganimedes.

A esta humanidad se les agregarán aquellos sobrevivientes que quedarán en el planeta Tierra, en una isla del pacífico y de aquí nacerá la Sexta Raza, digo la Sexta porque la Quinta Raza es la actual y cuatro ya han existido sobre la faz de la Tierra y todas éstas han terminado en grandes cataclismos»
(Conferencia: “los extraterrestres”)








OBSERVACIONES

Samael pretendió que esta historia se la contó un hombre que se encontraba en el Oriente o en África (no está clara su explicación), pero en realidad esta historia Samael se la copió a un peruano llamado Yosip Ibrahim quien en 1972 publicó un libro titulado “Yo Visite Ganimedes”.

Y es lamentable que Samael les quiera ver la cada de estúpidos a sus seguidores y que él sea tan ingenuo como para pensar que nadie se iba a dar cuenta de su plagio, el cual se los demuestro en este otro capítulo (ver link).

Y aparte de plagiar, Samael le añadió sus propios inventos suyos, como por ejemplo cuando en otra conferencia él dijo:

« Los habitantes de Ganimedes son grandes matemáticos, y ellos utilizan la energía solar no solamente para propulsar sus naves, sino también para todos sus servicios ordinarios. Incuestionablemente, las lámparas con que se iluminan hasta en sus mismísimos hogares, son a base de energía solar»
(Conferencia: “el fenómeno ovni”)

Y esto muestra lo poco reflexivo que era Samael, porque Júpiter se encuentra tan lejos del Sol, que desde Ganimedes, nuestra estrella solo se ve como una pequeña esfera luminosa flotando dentro del espacio oscuro.


Así que por muy evolucionados que fueran los extraterrestres de Ganimedes, está muy difícil que su sociedad pudiera funcionar utilizando la energía solar, debido a la poca radiación solar que llega a ese satélite.



Y para infortunio de Samael y de Yosip Ibrahim, las sondas espaciales que se enviaron hacia Júpiter a partir de 1973, mostraron que Ganimedes está inhabitado, no tiene atmosfera, no tiene volcanes activos, su temperatura promedio es de -163°C y se encuentra lleno de cráteres provocados por los impactos de los meteoritos. Por lo que Ganimedes se parece mucho a un astro muerto como la Luna que a un planeta habitable.


Así que si los habitantes del “Planeta Amarillo” hubieran tenido que emigrar a otro planeta, para nada ellos hubieran escogido a Ganimedes, y hubieran buscado un planeta mucho más factible, como por ejemplo lo es el planeta Marte que se encuentra mucho más cerca del cinturón de asteroides y que es mucho más fácil para habitar.



Y esa profecía de que se acerca un planeta gigantesco llamado Hercólubus que va a destruir la vida que hay en la Tierra, Samael también se la copió a Yosip Ibrahim. Pero si Samael se hubiera dado la pena de estudiar un poco más de ciencia en vez de solo repetir ciegamente lo que dijo un escritor de fantasías, entonces él se habría percatado que el planta Hercólubus no existe por las razones que les explico en este otro capítulo (ver link).



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Y este es un ejemplo más de la profunda ignorancia y charlatanismo que tenía Samael Aun Weor.













1 comentario:

  1. También recuerda hermano al investigador peruano de ufologia sixto Paz, según el también visitó ganimedes.
    En chile hubo un tiempo que siempre salía en televisión junto a salfate.
    Y hablaban sobre los Mayas y las experiencias con ovnis avistamientos etc.

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