Sobre esos viajes, Samael contó lo
siguiente:
« Nosotros
los ocultistas tenemos instrumentos maravillosos para la investigación de la
vida en los mundos superiores, ya que el cuerpo astral, el eidolón, nos permite
viajar de un planeta a otro. Y yo con ese Vehículo llamado eidolón o cuerpo
astral o cuerpo sideral, me he transportado muchas veces al Astro Rey, por lo
tanto lo conozco muy bien, sé realmente en qué forma funciona, de qué está
hecho y cómo es la superficie y qué hay en el Sol.
Puedo decirles que el Sol es un
mundo gigantesco, enorme, muchos millones de veces más grande que la Tierra o
que Júpiter; tiene rica vida mineral, vegetal, animal y humana. Tiene elevadísimas
cordilleras, tiene polos llenos de hielo, enormes y profundos mares, selvas extraordinarias,
etc., etc., etc.
Y es que aunque parezca increíble,
hay lugares en el Sol donde uno puede morirse de puro frío, montañas inmensas
cubiertas de nieve con climas sumamente fríos.
Alguna vez en mi vehículo sideral o
cuerpo astral, estuve platicando allí con un grupo de sabios solares. Ellos me
atendieron muy armoniosamente. Y lo interesante del caso es que a pesar de que
yo estaba allí en mi vehículo astral o cuerpo sideral, ellos me pudieron ver y
oír.
No hay duda de que ellos estaban
allí en esos momentos en cuerpos de carne y hueso, pero a pesar de estar en sus
cuerpos físicos, ellos podían verme a mí como si yo también estuviera en cuerpo
físico como ellos, es decir que ellos poseen facultades de clarividencia
extraordinarias, facultades de clariaudiencia, etc.
Platicamos sentados ante una hermosa
mesa y después me pidieron excusas porque era el momento preciso y adecuado
para pasar al laboratorio. Entonces los vi allí mirando a través de unos
lentes, y también los vi hacer enormes y complicados cálculos matemáticos. Por
esos días ellos estaban muy preocupados con un sistema de mundos muy lejano,
situado a muchos millones de años luz, demasiado lejos del mundo solar donde
ellos viven.
Y también muchas veces en mi cuerpo
astral, he llegado a cierta bahía en una pequeña embarcación donde he reposado
horas enteras. Es claro que en el astral también puede uno navegar en algunas
embarcaciones, naturalmente hechas de materia astral… aunque también puede uno
meterse en cualquier embarcación dijéramos física.
Cualquiera que sepa viajar en cuerpo
astral puede hacer lo mismo, eso es claro. Lo que se requiere es volverse uno
consciente, los dormidos no podrían hacer estas cosas. A mí me ha parecido
preciosa esa bahía, aquel mar es millones de veces más grande que todo el
planeta Tierra.
Podría asegurarles a ustedes que si
depositáramos todos los siete mares de la Tierra en aquel mar, sería tanto como
echar en ese gran océano un vaso de agua. Piensen ustedes lo que significa el
tamaño de ese gran océano; es decir, cualquiera de nuestros océanos que
poseemos aquí en nuestro planeta, es un charquito comparado con ese inmenso mar
al que me estoy refiriendo en el Sol.
De cuando en cuando veía yo surgir
ciertos monstruos marinos a la superficie, contemplaban el horizonte y volvían
y se sumergían entre las profundidades incalculables del mar solar.
Esto es inconcebible para los
terrícolas porque las gentes de esta época piensan que el Sol es una bola de
fuego y no hay nadie quien les pueda quitar esa idea de la cabeza. Pero mirando
el Sol desde el punto de vista astral, es extraordinario.
Por ejemplo, existe un camino
secreto que conduce al Templo Corazón del Sol. Claro, no se trata de un camino
físico, y eso quiero que todos ustedes lo entiendan. Me refiero a un camino
secreto, astral, esotérico que conduce, como ya dije, al Templo Corazón del
Sol. Es un camino que no pertenece a la materia densa.
Y cuando uno se acerca a ver aquello
en la superficie, lo único que percibe es una gran profundidad, un abismo
tenebroso; pero allá en lo hondo, en lo ignoto, se ven algunas llamaradas.
Pero en mi vehículo astral he podido
descender por ese gran precipicio, llegar hasta aquellas llamaradas. Y allí un gran
ser lo bendice a uno, es el portero o Guardián del Templo. Este nos bendice con
un ramo de olivos; luego, por un camino secreto, se dirige uno hasta el Templo
Corazón del Sol. Y en el Templo Corazón encuentra uno a los Siete Chohanes,
siete grandes Seres que trabajan en el sistema solar.
Allí siente uno el flujo y el
reflujo de la Gran Vida, la sístole y la diástole de todo el sistema en que
vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Puede decirse que allí está el
corazón del sol, el corazón del sistema solar. »
(Conferencia “Los soles son mundos
habitados”)
OBSERVACIONES
El maestro Pastor explicó que no se
puede viajar al Sol con el cuerpo astral porque la vibración del Sol es tan
intensa que el cuerpo astral sería destruido, y que para poder viajar al Sol con
nuestros cuerpos sutiles, solo podemos hacerlo con nuestro vehículo más
elevado que es nuestra alma espiritual.
Y ante todas las falsedades que dijo
Samael sobre sus “viajes astrales al Sol”, en donde él afirma que el Sol tiene
polos llenos de hielo, enormes y profundos océanos, selvas extraordinarias, montañas
inmensas cubiertas de nieve con climas sumamente fríos, y humanos con cuerpos
físicos de carne y hueso.
Es evidente que
Samael no viajó al Sol, sino que en realidad él se imaginó
todo eso. Y este es un ejemplo más de la profunda ignorancia y charlatanismo
que tenía ese individuo.
Jajajajajajajajajajajajajajja
ResponderBorrarEs como leer el sueño de un niño.