En este artículo
Blavatsky esclareció lo que representan ciertos símbolos mencionados en el libro de
los muertos de los antiguos egipcios, y especialmente en la región a donde van
las almas virtuosas después de morir, o sea al paraíso, conocido en la mitología griega como los Campos
Elíseos y en la mitología egipcia como los Campos de Aanrou.
- “Aquí vemos al difunto labrando los
Campos Elíseos, sembrándolos y cosechándolos. La cebada tiene allí 7 anas de
altura, las espigas 3 y la paja 4. Y de la cosecha separa una ofrenda para
Hapi, el dios de la abundancia.”
Sin embargo hay algunos errores en esta
transcripción, porque en el Libro de los Muertos, capítulo CIX, versículos 4 y
5, el fallecido se expresa de la siguiente manera:
- “Conozco ese campo de Aanrou con
cercado de hierro, en donde la cebada tiene siete codos de altura: su espiga tiene
tres codos y su tallo tiene cuatro.2”
Los campos
de Aanrou representados en el papiro de Ani
Y Hapi ahí no es el dios de la
abundancia, porque cuando se encuentra en una ceremonia donde la momia juega el
papel principal, Hapi es uno de los Genios Funerarios. Hapi personifica el agua
terrestre, o al Nilo en su papel primordial, como Nun personifica el agua
celeste. Pero en este caso Hapi es uno de los "Siete Luminosos" (es
decir, uno de los Siete Espíritus planetarios) que acompañan a Osiris-Sol.
En el capítulo XVII del Libro de los
Muertos (versículos 38 y 39) se dice que:
- “Los Siete Luminosos son Amset,
Hapi, Tiaumautef, Kebhsennouf, Maa-tef-f, Ker-bek-f y Har-khent-an-mer-ti.
Y Anubis los colocó como protectores del sarcófago de Osiris [el Sol durante el
eclipse y por la noche].”
Los siete luminosos en el
papiro de Ani
Entonces, Hapi, como Amset que lo
precede, es un genio psicopómpico 3 (Mercurio),
que se dice que recibe siete dones de Osiris-Sol, y esto podría deberse posiblemente porque
Mercurio recibe siete veces más luz del Sol que la Tierra.
Y en la jerarquía celestial de los
Arcángeles de la Presencia, o "los Siete Ojos del Señor". Hapi y
Amset corresponden a Gabriel, el Mensajero, y Miguel, el patrón de todos los
golfos y promontorios, los cuales al igual que Hapi también personifican el
agua terrestre.
Sin embargo, algunos de nuestros
piadosos amigos católicos protestarán aquí y dirán que Gabriel y Miguel no son seres psicopómpicos (que conducen a las almas) ya que Miguel es el Archístrategus, el general en jefe de la
armada del Señor, y el Víctor Diaboli
, el Vencedor del Dragón-Satanás;
mientras que Gabriel es el Fortitudo Dei
(la fortaleza de Dios) y su Mensajero.
Lo cual es cierto, e incluso
agregaré que Miguel es también el Quis ut
Deus (semejante a Dios) si eso les da gusto. Pero eso no impide que ambos
sean respectivamente Hapi y Amset en el panteón egipcio. Porque en la mitología egipcia este Hapi, este
"ojo del sol", su llama, es el líder de "los jefes
divinos", que con otros seis acompaña a Osiris-Sol "para quemar las almas
de sus enemigos" 4 y que mata al gran
enemigo, el sombra de Tifón-Set, al cual también se le llama el Dragón.
Entonces ustedes mismos pueden ver los paralelismos.
La Iglesia Católica llama a este
septenario de seres celestiales: el guardián vigilante (Φυλαχιτης en griego)
porque es precisamente su nombre en el Libro de los Muertos, siendo los “Siete
Luminosos” los guardianes del sarcófago de Osiris. Vean
ustedes mismos como el marqués de Mirville se vanagloria de esto en su libro "Memoria
a la Academia".
Pero aquí no se trata precisamente de
Amset o de Hapi, y podemos dejar a Gabriel y Miguel en sus respectivos planetas
por el momento. Lo que realmente nos interesa, son esas interesantes notas de
Charles Barlet.
Él llama la atención del lector
sobre "las innumerables concordancias" que presenta el libro de los
muertos con las doctrinas de los teósofos y da algunos ejemplos de ellos, pero deja
pasar uno de los más notables y me refiero a los versos que hablan del difunto
en los Campos de Aanrou.
Ya que esos versos son la
corroboración más sorprendente de los siete principios del hombre que se pueden
encontrar en la enseñanza esotérica del antiguo Egipto.
Sin embargo se advierte al lector
que no busquéis estas analogías o concordancias entre los dos sistemas
esotérico y exotérico en las traducciones de nuestros Orientalistas, debido a que
estos señores tienden a poner más fantasía que verdad en sus interpretaciones.
Así que en su lugar vamos a utilizar
la cábala, cuyo sistema septenario nos ofrece la siguiente tabla:
Los siete
mundos o planos del kosmos visible
Mencionarles el resto es innecesario
por el momento, por lo que solo les pongo los primeros tres mundos con sus
ángeles y sus planetas que corresponden a las siete letras divinas.
Los nombres de los ángeles, fuera de
los dos primeros son sustitutos; se intercambian además entre ellos mismos y con
los planetas. Sólo Gabriel permanece fiel a su Mercurio, aunque por razones
bien conocidas, la Iglesia le
asigna actualmente a Gabriel el planeta Júpiter. 5
Miguel se balancea entre el Sol y la
Luna, pero como estos dos cuerpos celestes son en el esoterismo egipcio, "los
ojos de Dios " (el Sol es el ojo de Osiris durante el día, y la Luna es el ojo
de Osiris durante la noche) son intercambiables.
Y a partir de ahí será fácil
entender el resto: los campos de Aanrou son el Devachan. La cebada sembrada y recolectada
por el difunto y que tiene siete codos de altura representa el karma sembrado y
recolectado por los siete principios del difunto durante su vida. La espiga de
tres codos es la trinidad superior (Atma, Buddhi y el aroma de Manas) o
triángulo superior. 6
Los cuatro codos (el tallo o la
paja) son los cuatro principios inferiores (kama rupa, el cuerpo astral, el
principio vital y el hombre vital durante la vida física) representados por el cuadrado.
Y por ello el humano siempre ha sido
representado en los símbolos geométricos de la siguiente manera:
Y en Egipto fue representado por la
tau simbólica, la cruz ansada:
Esta es la representación del hombre.
El círculo o asa que corona la tau representa la cabeza humana. Es el hombre
crucificado en el espacio de Platón, o el Wittoba de los indos (ver el Panteón
Hindú de Moor).
Y también de los cristianos
En hebreo, la palabra hombre se traduce
por Anosh, y como dice Seyffarth:
« Ese signo representa yo creo, al cráneo con el cerebro, el
asiento del alma, y los nervios que se extienden hasta la columna vertebral, la
espalda, los ojos o los oídos.
De hecho, la piedra de Tanis la
traduce constantemente como anthropos
(hombre), y esta palabra escrita alfabéticamente en egipcio es ank.
En copto también es ank, vita,
o mejor ánima, que corresponde al
anosh שונא de los hebreos, que significa precisamente ánima. La palabra שונא es el primitivo דונא para יבנא (el
pronombre personal "yo"). La palabra Anki en egipcio se traduce como:
mi alma. »
Y es interesante que Seyffarth
traduzca numéricamente 7 Anosh, ese equivalente
hebreo para hombre, como 365—1, lo que podría significar 365+1=366, o bien 365-1=364,
o las fases de los tiempos del año solar, mostrando así sus relaciones
astronómicas. 8
Vemos por tanto que el año solar, o
más bien dicho el número de sus días, se corresponde con el hombre septenario,
o dos veces el septenario, porque tenemos al hombre psíquico de siete
principios o planos etéreos y al hombre físico cuya división es la misma, lo
que hace 14 y corresponde a las tres cifras 3+6+5=14.
Ahora veamos si el ojo nocturno de Osiris,
la Luna o el símbolo hebreo de Jehová, corresponde con esto. Y para ello se
dice en un manuscrito no publicado y muy cabalístico que:
« Los antiguos siempre hicieron un uso misterioso de los
números 3 y 4, que son los componentes del número 7. Y una de las principales
propiedades de esta cifra así dividida es que si multiplicamos 20612 (9) por 4/3, el resultado que obtenemos nos dará una base para
la determinación de la revolución promedio de la luna. Y si multiplicamos este
producto nuevamente por 4/3 tendremos una base para encontrar el período exacto
del año solar promedio. 10 »
Ahora examinemos la cruz ansada esotérica
de los egipcios. La cruz es el cubo desplegado cuyas seis caras nos dan el
septenario, ya que tenemos 4 en línea vertical y 3 en línea horizontal, lo que
hace 7, siendo el cuadro del medio común a ambas líneas.
El 4 y el 3 son los números más
esotéricos, porque el 7 es el número de la vida, el número de la naturaleza
misma, como se puede comprobar fácilmente refiriéndonos a los reinos vegetal y
mineral. El 3 es el espíritu; el 4 es la materia.
Pero en el símbolo en cuestión, que
es puramente fálico, ya que representa al hombre vivo y septenario, es el 4 el
que corresponde a la línea masculina; es, de hecho, el Tetragrammaton, el
Tetraktys en el plano inferior, "el Hombre celeste" o Adam-Kadmon, el
macho-hembra (es decir, Jah-vah o Jehová); o por otro lado Chochma y Binah (la Sabiduría
y la Inteligencia, el divino Hermafrodita), en nuestro plan cósmico y
terrestre.
Mientras que la línea horizontal de los tres cuadros
del cubo es el principio femenino. Es Jehová-Eva de la raza pre-adánica, quien,
como Brahmâ-Vâch, se divide en dos sexos. Esta Eva, que fue la Sofía o el
Espíritu Santo 11 de los
gnósticos, dio nacimiento a Caín-Abel, el varón y la mujer en la tierra en la
raza de Adán (ver en La Doctrina Secreta,
mis notas sobre Caín y Abel 12).
Y una vez que se trasladan al otro mundo (el mundo
de los muertos), los principios constitutivos del difunto se separan de la
siguiente manera:
Primero el principio vital abandona
el cuerpo, luego el cuerpo se disuelve; el espíritu astral se evapora con el
último átomo físico. Y del cuaternario inferior queda solamente el Kama rupa, es decir,
el periespíritu del hombre animal.
En cuanto a la triada superior, ella
deja al cuaternario inferior; y el Espíritu con su vehículo el Alma Divina,
acompañados del aroma espiritual de Manas, unidos en la Unidad del Ego
inmortal, y se encuentran en el estado feliz de Devachan.
El periespíritu (alma animal)
retiene la parte inferior de Manas (el alma humana) y si se despierta, buscará
médiums para vampirizar. Su destino es desintegrarse algún día. Mientras tanto,
vive sólo de la vida y la inteligencia de los vivos (médiums y creyentes) que
son lo suficientemente débiles como para dejarse vampirizar o poseer.
Y esto es lo que significan los tres
codos de las espigas y los cuatro codos del tallo de la cebada que crece en los
Campos de Aanrou. »
NOTAS
1) Este pasaje se cita en la segunda
parte de un escrito de Franz Lambert titulado "Psicología del Antiguo
Egipto", publicado originalmente en alemán en Die Sphinx, una revista publicada en Leipzig, Alemania, por el Dr.
William Hübbe-Schleiden.
Su título original era "Die
altägyptische Seelenlehre" y una traducción al francés apareció en Le Lotus, la revista mensual de la rama
"Isis" de la Sociedad Teosófica de París, y se puede encontrar en el
vol. III de abril, mayo y junio de 1888.
Contiene, entre otros temas de gran
interés, una comparación de las divisiones egipcia y cabalística de la
constitución humana.
Y otra información igualmente
valiosa sobre las ciencias ocultas del antiguo Egipto, se puede encontrar en
otros dos ensayos de la pluma de Franz Lambert: "Hypnotismus und
Electrizität im alten Ägypten" (Sphinx,
Vol. V, enero de 1888; traducido al inglés en The Theosophist, Vol. XIV,
diciembre de 1892, p.161-171, con dibujos interesantes), y "Weisheit der
Ägypter" (Sphinx, Vol. VII,
enero, febrero, abril y junio de 1889).
Y el artículo de Georgia Louise
Leonard, en Open Court (septiembre y octubre de 1887), sobre “Las ciencias
ocultas en los templos del antiguo Egipto” también está lleno de datos
interesantes. (Zircoff)
2) Parece haber cierta incertidumbre
sobre los versículos del capítulo CIX a los que Blavatsky hace referencia en su
cita. En la traducción al inglés de Sir E.A. Wallis Budge de Theban, Recension of The Book of the Dead (2.a
ed., Rev. y enl., 3.a impresión, Londres, Kegan Paul, Trench, Trübner &
Co., y Nueva York, EP Dutton & Co., 1928), este tema se trata en los
versículos 7 y 8 del capítulo CIX (página 318 de la obra).
Citamos el texto de Budge, en
beneficio de los lectores:
“Yo, incluso yo, conozco al Sekhet-Aarru
de (7) Ra, cuyos muros son de hierro. La altura del trigo es de cinco codos,
sus espigas de dos codos y sus tallos de tres codos. (8) La cebada allí tiene
siete codos de altura, sus espigas son de tres codos y sus tallos son de cuatro
codos."
No se menciona a Hapi en esta recesión, y por tanto es probable que corresponda a otra recesión, como la de Saitic.
(Zircoff)
3) La palabra psicopómpico está
compuesta por dos palabras griegas: psyche
que significa alma, y pompos que
significa conducir, y es por consiguiente aquel que conduce a las almas.
4) Libro de los muertos, cap. XVII,
versículo 37.
5) Debido al pequeño escándalo
producido en el siglo VIII por el obispo hechicero Adalberto de Baviera que
comprometió al pobre Uriel. (HPB)
6) Los lectores que hayan seguido
cuidadosamente las enseñanzas dadas en el Lotus podrán comprender fácilmente
todas estas cosas y las que siguen; en cuanto a los demás, sólo podemos
aconsejarles que lean Le Lotus desde el principio. (HPB)
7) Recordemos a los lectores que en
la cábala debemos tener en cuenta el valor numérico de las letras, por ejemplo:
ש o “sh” es 3, ד o “o” es 6, etc. Y nos disculpamos con los cabalistas por esta
nota tan evidente para ellos, pero hacemos nuestro mejor esfuerzo para ser
claros con los lectores que son nuevos en estas cosas. (HPB)
8) J. Ralston Skinner, “Source of Mesures”
(El origen de las medidas), p. 53.
9) Este número es el numerador de
20612/6561 del cual derivamos el número 7r, que es la relación entre el diámetro y la
circunferencia. (HPB)
10) De un manuscrito inédito de J. Ralston Skinner que se
encuentra en los Archivos de Adyar, y se puede encontrar información completa
sobre esto en los Collected Writings, vol. VIII,
pág. 219-20, nota 6. (Zircoff)
11) Ver "El Evangelio Apócrifo (?)
de los Hebreos" donde el autor hace decir a Jesús: "Mi Madre, el
Espíritu Santo, me tomó por los cabellos de mi cabeza y me trasladó al monte
Tabor". Traduje del original. (HPB)
Este pasaje es citado en latín por
Orígenes en su Comm. in Evang. Joannis, Tomo II, pág. 64, así: "Modo me
acepta Mater mea Sanctus Spiritus, uno capillorum meorum, ya mí in montem
magnum Thabor portavit". (Zircoff)
12) Es un tanto incierto qué pasajes
particulares de su obra La Doctrina
Secreta Blavatsky tenía en mente al hacer esta declaración. Debe recordarse
que en el momento que ella escribió este artículo, La Doctrina Secreta aún no se había publicado, y es muy posible que
se hicieran otros cambios en el manuscrito de esta obra después de julio de
1888.
Sin embargo, la última parte de la
página 127, en el volumen II de la versión original de La Doctrina Secreta, presenta una estrecha analogía con el tema en
discusión. Y vean el índice para las muchas otras referencias sobre Abel y Caín.
(Zircoff)
(Este artículo fue
publicado originalmente en Le Lotus, vol. III, No. 16, julio de 1888,
p.202-206; y luego en los Blavatsky Collected Writings, vol. X, p. 48-54).
Hola Cid, habia una entrada , creo que era en la que dabas consejos para como iniciarse en el esoterismo, que recomendabas unos libros , uno era un diccionario/glosario/enciclopedia de simbolos esotericos o de la mitologia o religiones, no me refiero al glosario teosofico de blavatsky, era otro ¿Te acuerdas del nombre de la entrada o del nombre de los libros ? o si no ese en especifico ¿Qué recursos ya sean de internet o libros recomiendas para referencia
ResponderBorraren el tema de los simbolos que aparecen en las enseñanzas?
Yo se poco de simbología por lo que no te podría asesorar al respecto, pero me acuerdo que Phileas entrevistó a una mujer que parece que si ha estudiado bastante sobre ese tema, así que te dejo la dirección de la entrevista en donde también hay varios link de páginas que tratan sobre simbología:
Borrarhttps://phileasdelmontesexto.com/entrevista-a-mireia-valls/
Y qué opinión tienes al respecto de todo lo que ella dice?
BorrarNo he tenido tiempo para estudiarla.
BorrarQue artículo más interesante has publicado aca hermano cid,
ResponderBorrarLa constitución septenaria tiene su lado esotérico, muchos creen que sólo conociendo los principios ya saben todo acerca de este tema, pero la constitución septenaria del ser humano es sumamente profunda e interesante.
3 + 4 = 7?
Abrazo.