Samael
pretendió que el planeta Venus estaba físicamente habitado como lo está la
Tierra, pero con la diferencia que la civilización venusina se encontraba mucho
más avanzada que la nuestra.
Sobre
este asunto en su libro “Las Naves
Cósmicas”, Samael escribió lo siguiente:
« Nosotros conocemos aquí en México,
D.F., a un hombre que estuvo en el planeta Venus. Nos cabe el alto honor de
haberlo visitado, y el nos dijo que en Venus la civilización ha llegado a la
cúspide. Allí no se necesita el dinero. Cada ciudadano trabaja dos horas
diarias y a cambio de ello, tiene derecho a todo lo que el ser humano necesita
para la vida: transportes, alimentos, vestuarios, vacaciones, ciencia, etc.
Todo
es de todos; si alguien necesita un carro, lo coge, lo usa y luego lo deja en
su lugar de estacionamiento. Si tiene hambre, come en cualquier hotel y nada
tiene que pagar, porque como está trabajando, tiene derecho a todo. Si necesita
vestido lo pide en un almacén y no paga nada, porque como trabaja tiene derecho
a vestirse, etc., etc., etc.
En
el planeta Venus los carros se mueven con energía solar. Los alimentos
principales se sacan del mar. Las huertas están sobre las azoteas de las casas
y edificios. En Venus los pescados y las frutas constituyen el alimento básico.
En Venus no hay gobierno, ni patrias; todo el planeta es la patria y sólo los
sabios dirigen y aconsejan.
Le
pregunté al señor Medina sobre la cuestión religiosa y su respuesta fue que en
Venus no existen religiones y que cada ciudadano se comporta en la calle como
si estuviese en un templo. Cada persona en Venus, considera que el templo esta
dentro de nosotros mismos.
Las
banquetas o aceras de las calles en las ciudades de Venus no están quietas y
están formadas con bandas metálicas que están en movimiento y ahorran esfuerzo
a los peatones. El arroyo de las calles (es decir el centro de las calles)
tiene cintas metálicas que recogen la fuerza del sol con la cual se mueven los
carros.
En
Venus todo es de todos y toda la familia venusina es una gran familia. Los
niños nacen en salas especiales de maternidad y se educan y levantan en hogares
colectivos. Cuando un niño nace, es marcado en un pie. Esa marca indica su
origen y facultades. De acuerdo con eso se educa ese niño en el hogar
colectivo. Cuando ya es mayor de edad, pasa a ocupar el puesto que le
corresponde en la sociedad.
En
estas condiciones la familia particular no existe; todos en Venus son una sola
familia única. Allí no hay hambres ni guerra, ni clases sociales. Allí sólo
reina la Sabiduría y el Amor. »
(Capítulo
2)
En
su libro “Los Platillos Voladores”,
Samael volvió a escribir al respecto:
« Los venusinos dijeron que en Venus las
calles se prolongaban sin fin llenas todas de pasos a desnivel para evitar
accidentes.
En
Venus los vehículos no consumen combustibles ni vegetales ni minerales, pues
son perjudiciales para los organismos. Los venusinos utilizan la energía solar
para propulsar sus vehículos.
Le
dijeron al señor Medina que las banquetas, andenes o aceras de las calles no
están quietas pues están organizadas en forma de bandas metálicas que se mueven
y ahorran esfuerzos a los transeúntes y que la gente jamás ocupa el arroyo de
la calle pues éste es metálico y conductor de la fuerza solar con que se
impulsan todos los vehículos.
Dijeron
los venusinos que ellos en su mundo tenían un sólo mar pero que era éste, tres
veces más profundo que los nuestros.
Aquellos
venusinos informaron ampliamente al señor Medina sobre la vida de Venus.
Disiparon sus dudas explicándole que ellos se habían criado en Venus mediante
sistemas científicos especiales, un clima artificial uniforme o benigno
convirtiendo así su mundo en una morada deliciosa.
Le
explicaron que en Venus los niños no vagan por las calles, que el Gobierno los
controla hasta que alcanzan la edad adecuada, que se les clasifica de acuerdo
con sus cualidades físicas y mentales y se les asigna determinado lugar donde
hacen falta.
Explicaron
estos venusinos que del mar sacan todos los elementos necesarios para construir
edificios, confeccionar ropa, fabricar vehículos y un sesenta o más del
porcentaje de su alimentación.
Dijeron
que sus barcos lo mismo pueden estar en el aire que en el agua y que en el
fondo del mar existen gigantescas fábricas encargadas de seleccionar y aprovechar
científicamente el pescado para su alimentación.
Afirmaron
los venusinos que aquí en nuestro planeta Tierra se quedan algunos de ellos
vestidos de paisano con el propósito de estudiar a la humanidad de nuestro
planeta. Dicen ellos que la etapa histórica por la que nosotros los terrícolas
estamos atravesando ahora, la vivieron ellos hace muchos miles de años.
Ellos
también conocieron las guerras, los líderes astutos de la política, hasta que
al fin nació la fraternidad. Hoy en día no tienen banderas. Han hecho de su
mundo una sola patria y están gobernados por sabios que solo se limitan a
aconsejarlos con sabiduría y amor. »
(Capítulo
3)
Y
en una de sus conferencias, Samael añadió:
« Los venusinos llevaron al señor Medina
a visitar su planeta y él dice que por ejemplo, que las banquetas allá no están
quietas como las nuestras aquí, sino que están en movimiento; de manera que la
gente se sube a la banqueta, van caminando y al mismo tiempo van andando por
arriba de la misma banqueta, es decir, son como bandas que giran y así se
transportan rápidamente de un lugar a otro.
Los
comedores son maravillosos. Se alimenta aquella gente especialmente de frutas y
peces, y preparan todos los alimentos a base de frutas y peces.
Él
conoció la biblioteca, y sus bibliotecas son muy diferentes a la nuestras, pero
espléndidas también. Y conoció también el mar. Ellos tienen organizada la pesca
en el mar; de manera que no sacrifican a los peces así, por sacrificarlos, sino
estrictamente los que necesitan para su alimentación, y esos los seleccionan.
Cuidan la vida marítima enormemente.
Conoció
el interior de otras naves, naves-nodrizas, etc., y a los habitantes de Venus
de un metro de estatura, cabello ondulado, plateado, cayendo sobre sus hombros;
la vestidura de los trajes espaciales llevan las botas formando parte de toda
la vestidura.
Encontró
además, allí, a dos terrícolas que se los habían llevado, originarios de
Francia. Ellos vivían felices trabajando en una fábrica en Venus (porque los venusinos
tienen fábricas, fabrican todo lo que necesitan para sus vidas).
Cada
venusino trabaja dos horas diarias y a cambio de eso tienen alimentación,
tienen vestuario que se lo da el gobierno, tienen casa, tienen todo,
transporte, todo lo que necesitan; de manera que el dinero allá no es
necesario, no lo usan, ni lo conocen siquiera. Reina la fraternidad entre
todos.
Dice
que algo que le pareció a él un poco duro, pero al mismo tiempo inteligente: Es
que cuando nace un niño es muy bien atendido, pero más tarde, ese niño lo toma
el Gobierno y lo educa, lo levantan en una ciudad especial para niños, y los
padres no saben del niño que nace, jamás.
Eso
nos pareció un poquito cruel, porque aquí en la Tierra, pues, los padres tienen
sus hijos y los cuidan; en Venus no. Los levantan en una ciudad que hay para
niños, los educan de acuerdo con las normas del Gobierno y los educan de
acuerdo con su profesión; y cuando ya son hombres hechos y derechos, o mujeres
hechas y derechas, pues, los colocan en el ambiente donde deben colocarle, en
el puesto donde deben trabajar, etc. »
(“El
problema de tener la conciencia dormida”)
OBSERVACIONES
Samael
se está refiriendo a Salvador Villanueva Medina quien en 1953 publicó un libro
titulado “Yo estuve en el Planeta Venus”,
en donde ese individuo pretendió que él conoció a unos extraterrestres de Venus
quienes lo llevaron a visitar su planeta y le mostraron su avanzada
civilización. Y Samael defendió intensamente a ese individuo asegurando que
todo lo que él dijo era cierto.
Pero
para infortunio de Samael y del señor Medina, a finales de la década de los 60
comenzó la exploración espacial de Venus y los científicos descubrieron que ese
planeta es completamente inhabitable debido a que:
Tiene una atmósfera muy densa que
está compuesta a 95% de dióxido de carbono, lo que produce un efecto de
invernadero extremo, que aunado con sus volcanes hacen que Venus sea el planeta
más caliente del sistema solar con un promedio de 460°C (el plomo funde a
327°C).
Y esa densa atmosfera también provoca
que la presión atmosférica en su superficie sea 90 veces mayor que la de la
Tierra, o sea que si uno viviera en Venus pesaría 90 veces más allá.
Y si con eso no fuera suficiente,
sus capas de nubes de muchos kilómetros de espesor, están compuestas principalmente
de dióxido de azufre y de ácido sulfúrico, las cuales desintegran cualquier
forma orgánica y metálica.
O sea que son tan extremas las
condiciones de Venus, que incluso las sondas que lograron aterrizar en su
superficie, funcionaron poco tiempo antes de ser destruidas.
~ *
~
Y esta es una muestra más de lo tremendamente charlatán que fue
Samael Aun Weor.
La "vida" hermano cid no necesariamente tiene que ser en el plano físico, por ende lo que digan los científicos me importa un comino, la ciencia actual está casada con las elites por ende encubren todo misterio, tu mejor que nadie sabe esto, aunque ojo no defiendo al desquiciado de samael me sorprende enormemente el grado de mentira y autoengaño que puede alcanzar una persona.
ResponderBorrarUna lástima.
La ciencia materialista dice una cosa y ni siquiera sabemos si lo que dicen sea verdad porque ya hemos visto hasta la saciedad como los estudios y los datos se manipulan. La única opción que le queda a un esoterista competente es investigar desde la conciencia en los mundos internos.
ResponderBorrarObviamente los maestros, con la tecnología avanzada a años luz de la nuestra, pueden manipular cualquier aparato o tecnología de medición de los terrícolas. Aquí vivimos en el paleolítico pero algunos creen que están muy avanzados aunque el planeta esté hecho trizas.
Es bueno ser desconfiado con la ciencia, pero también hay límites ya que asegurar que Venus está físicamente habitado solo para defender a Samael, cuyo charlatanismo lo he demostrado con muchas otras pruebas, eso es hacer prueba de fanatismo.
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