(Este artículo
es una crítica que el instructor budista Dhammaccariya Jhanananda –Jeffrey S,
Brooks– hace contra los instructores neo no-dualistas por el desprecio que
ellos muestran hacia la meditación, y el texto original en inglés lo pueden
leer en este link.)
En
la primera semana de junio de 2004, Elliot Isenberg, de San Francisco, me llevó
a Mountain View, California, para escuchar una conferencia impartida por Adyashanti.
El discurso se realizó en el centro de una iglesia cercana.
Adyashanti
parecía tener entre 30 y 40 años en ese momento. Era la segunda vez que lo
veía. La primera vez que lo vi fue en Tucson, Arizona, durante el invierno de
2003. Cada una de las dos veces que lo vi hablar, encontré que su forma de
hablar y su método de enseñanza eran prácticamente iguales. En ambas ocasiones
me alegró ver que comenzaba cada una de sus charlas con aproximadamente 15
minutos de meditación.
Aunque
Adyashanti afirma que su práctica se basa en la tradición Zen, se autodenomina
“Advaita” o maestro espiritual no dualista. Él llama a sus discursos “Satsangs”
el cual es un término sánscrito utilizado en el hinduismo para referirse a una
conferencia espiritual. El término satsang
significa literalmente “en compañía de la verdad”. Sat, o verdad, se entiende
como una verdad espiritual.
Antes
de que Adyashanti comenzara a enseñar, él era un ciclista competitivo que
trabajaba en una tienda de bicicletas, y posteriormente trabajó como maquinista
para su padre quien producía prototipos de dispositivos médicos.
En
ese tiempo Adyashanti estudió meditación zen durante 14 años con uno de los
maestros zen estadounidenses (Arvis Justi) del Área de la Bahía, quien fue
alumno de Shunryu Suzuki Roshi, fundador del Centro Zen de San Francisco. Y después
de 14 años de ardiente práctica y estudio bajo la guía de su maestro, Justi
reconoció a su alumno Adyashanti como una “persona despierta”.
Actualmente
Adyashanti enseña en el área de la Bahía de San Francisco, Tucson, Santa Fe y
otros lugares. Él es un buen descanso del típico no dualista o neo-advaita, porque
medita y recomienda la meditación a sus estudiantes. Pero esta recomendación está
en completa contradicción con los típicos neo-adváiticos que rechazan la
meditación como algo que llaman “esfuerzo”.
El
esfuerzo en ese sistema de creencias es visto como una actividad centrada en el
ego, y por consiguiente el razonamiento detrás del rechazo neo-adváitico hacia
la meditación es que como ellos consideran que la meditación es un “esfuerzo”,
y por lo tanto una actividad del ego, entonces en consecuencia la meditación debería
ser rechazada.
El
rechazo “neo-adváico” de la aspiración, la disciplina, la práctica espiritual y
sus métodos de diálogo para desencadenar un estado no dual en sus estudiantes
me recuerda a la campaña: “Di simplemente no a las drogas” que promovió Nancy
Regan.
Pero
decir simplemente no a las drogas es ingenuo porque la gente se vuelve adicta a
las drogas, y para combatir la adicción a las drogas (que es el problema número
uno en los países industrializados) se necesita más que pronunciar una simple
negación debido a que la adicción a las drogas es una consecuencia de un patrón
generado a lo largo de la vida, y también lo es la adicción al pensamiento y el
egoísmo.
Por
lo que de igual forma es ingenuo decir simplemente “No” al dualismo y al ego
debido a que las personas son adictas a sus construcciones mentales, por lo que
necesitan de una metodología para dejar de lado sus patrones mentales y el
apego al ego.
Este
rechazo de la meditación y otros esfuerzos espirituales ha llevado a muchas
personas a decir que los neo-advaíticos en realidad son pseudo-advaíticos
porque en su mayor parte parece que sus métodos son una farsa.
Sin
embargo en el budismo tibetano (Vajrayana) existe una escuela que se basa en el
cultivo de la visión, la concepción y las creencias de la mente iluminada, que
es muy similar a la concepción neo-advaita. Esta escuela se llama “Dzogchen”
(Dogen).
Se
podría considerar que el cultivo de esta visión, concepción o creencia en la
mente iluminada es bastante superficial, pero debemos tener en cuenta que el
Noble Óctuple Sendero del Buda se articuló con la primera de las ocho ramas
como samma-ditti que significa
“visión correcta”.
De
este modo, el Dzogchen, el Advaita y otras escuelas y maestros que trabajan con
el cultivo de la visión iluminada de la mente, denominada Bohichitta en el budismo Mahayana, están trabajando en la primera
de las ocho ramas del Noble Óctuple Sendero. Lo cual es realmente muy bueno.
¿Pero qué pasa con
los otros ocho pasos?
Este
rechazo de la meditación por parte de los pseudo no-dualistas contrasta
marcadamente con las figuras principales del Advaita Vedanta y el no dualismo.
Sankaracharya,
uno de los primeros patriarcas del Advaita Vedanta, enseñó una rigurosa
práctica meditativa.
Sri.
Ramakrishna, un exponente del no dualismo del siglo XIX, enseñó una rigurosa
disciplina meditativa
Al
igual que Ramana Maharshi quien fue un exponente del no dualismo del siglo XX.
Así
que probablemente deberíamos concluir que aquellos instructores no duales que
rechazan la meditación como un esfuerzo del ego simplemente se están engañando
a sí mismos y a los demás. Por lo que en realidad deberían ser llamados pseudo no-dualistas.
El
método típico de los no dualistas es utilizar el diálogo para desencadenar un
estado mental no dual en sus estudiantes. Este método fue utilizado por
Nisargadtta, Ramana Maharshi y otros en la investigación de “Quién soy yo” y
sus variaciones. Y el satsang de Adyashanti es una adaptación de este modelo.
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