El siguiente discurso fue dado por Robert Crosbie, el fundador de la Logia Unida de Teósofos,
durante el "Día del Loto Blanco" que es cuando se conmemora el
recuerdo de Blavatsky.
« Compañeros de
estudios de Teosofía:
Aquellos que han estado estudiando
la filosofía teosófica y están familiarizados con la doctrina secreta sobre la
Naturaleza y el Hombre, comprenderán por qué se habla tan a menudo entre
nosotros del ser que trajo la teosofía al mundo occidental.
Porque detrás de esta conmemoración hay
algo más que respeto por una persona, algo más que reverencia por un personaje.
Ninguna entidad que tenga su conocimiento podría aparecer entre nosotros
excepto bajo la Ley, ni a menos que esa entidad haya adquirido previamente ese
conocimiento en el curso ordenado de la evolución espiritual, mental y moral.
Hemos leído, estudiado y hablado de
la evolución una y otra vez. Sabemos que la evolución gobierna en cada
departamento de la vida, en cada clase de ser, y que todos los seres por encima
del hombre deben haber pasado en algún momento por nuestra etapa humana, y que
todos los seres por debajo del hombre llegarán algún día a la etapa humana.
Esta ley de la evolución, aplicada a
la luz de la Identidad Espiritual y la Hermandad, debe llevarnos a reconocer
que hay seres por encima de nosotros, seres que alguna vez fueron humanos y que
regresan a intervalos cíclicos cuando su ayuda es necesaria para el mundo;
cuando todo se encuentra en un estado de transición para así dar más luz y guía
a la humanidad, para que podamos perseguir más concienzuda y responsablemente
nuestra propia tarea de progresión, y a su vez ayudar en la evolución de toda
la Naturaleza que se encuentra por debajo del estado del hombre.
En la tradición, en las religiones,
en los registros históricos, en las grandes enseñanzas y en los grandes
ejemplos del más noble altruismo, todo ello atestigua que tales seres aparecen
en el mundo. Toda la historia del pasado muestra que en diferentes períodos de
la historia del mundo ha llegado entre los hombres con apariencia humana algún
ser que fue aclamado por algunos de su propio tiempo y acreditado por las
generaciones sucesivas como una encarnación divina.
Seres tan grandes han sido los fundadores
de todas las grandes religiones del mundo, y en nuestra religión cristiana
tenemos el ejemplo de Jesús que se hizo “en todo semejante a nosotros” para que
hiciera posible la transmisión hacia aquellos a quienes vino a dar esa porción
de la “Doctrina antigua, secreta, constante y eterna”.
Y en todas las épocas, antes y
después de la época de Jesús, tales seres han venido entre los hombres, a veces
en apariencia humilde y a veces en un alto estado, pero todos siempre vienen para
inculcar una vez más la doctrina de que el hombre es divino en su esencia, y
que al darse cuenta de su divinidad debe pensar y actuar como un ser divino;
porque es por nuestro pensar y actuar que producimos las causas que producen
los efectos (divinos o infernales) que experimentamos.
Se nos ha acusado de seguir demasiado
a Blavatsky porque hablamos mucho de ella como si la hubiéramos conocido. Pero
eso no es para nosotros el seguimiento de una persona sino que es el
reconocimiento de un gran Hecho en la Naturaleza, y ese hecho debe tener un
nombre.
El hecho es valioso porque apunta a
la fuente del mensaje. Muchos otros han surgido desde que ella pasó entre
nosotros y que se han atribuido el mérito de su mensaje y que han usado y
abusado de lo que ella nos trajo. Por eso es esencial que quien trajo el
mensaje de la Teosofía sea valorado y sea reconocido por todos los Teósofos, y sea
presentado a todos aquellos que quieran estudiar la Teosofía, porque de ninguna
otra manera se puede obtener la verdad de ese mensaje sin ser desvirtuado y
corrompido.
Debemos considerar y presentar la
idea de un ser muy por encima de todo lo que realmente podamos imaginar, uno
con conocimiento y poder que no podemos concebir –un ser perfeccionado– dejando
esos campos que se ganaron, para venir entre nosotros, a presentarse
"entre" nosotros en un cuerpo como el nuestro, en un cuerpo de esta
raza para que la antigua Sabiduría pueda ser presentada una vez más a nosotros
en términos de nuestro propio entendimiento, incluso en un lenguaje que no es
el lenguaje de la metafísica, sino en un lenguaje que ha crecido entre un
pueblo combatiente y comerciante en el que los términos metafísicos están
ausentes de manera que se puedan presentar los muchos grados de conciencia,
sentimiento y percepción que necesitamos comprender.
Todos sabemos que H.P. Blavatsky
nació en Rusia en agosto de 1831, que ella procedía de una familia noble, que
se casó a temprana edad con el general Blavatsky, que nunca fue un matrimonio
de hecho y que dejó su casa, sus amigos y su familia para viajar por el mundo y
desapareció durante unos diez años.
Durante ese tiempo ella estuvo en
muchos lugares, pero la mayor parte de ese tiempo permaneció en esa parte del
mundo donde estuvo en contacto con los Maestros de los que posteriormente ella habló.
Durante esos diez años sirvió de muchas maneras (ese cuerpo sirvió porque no
era la Entidad) y por ejemplo sirvió como soldado en el ejército de liberación
de Garibaldi.
Después de la batalla de Mentana,
ese cuerpo fue recogido por muerto, pero volvió a la vida y fue curado
nuevamente. Luego regresó a su casa con una terrible herida en el costado que
nunca sanó por completo. Y desde el momento de su regreso, sus familiares y
amigos notaron y comentaron que el carácter y la naturaleza de Helena Blavatsky
habían cambiado por completo.
Hay una razón para eso, una razón oculta
cuyo conocimiento está ausente en nuestra raza. La mayoría de nosotros estamos
sujetos a nacer por necesidad: por el Karma; es decir que nuestro pensamiento y
acción en el pasado han sido tales que nos han llevado a cierta familia, a
cierta raza, en cierto momento y de cierta manera bajo ciertas condiciones y
circunstancias.
Y nacimientos como el nuestro están
sujetos a la Ley; de esa manera estamos cosechando lo que hemos sembrado. Pero
en el caso de aquellos seres de los que hemos estado hablando, no siempre
vienen a la tierra y entran en un cuerpo así como nosotros lo hacemos.
En verdad vienen bajo la Ley, como
todos nosotros, pero conocen la Ley y todos sus modos y procesos, y vienen por
elección a través del modo que mejor sirve para la ocasión de su venida.
Pueden tomar un cuerpo que el Ego, o
inquilino natural, está dejando, y por acuerdo hecho en planos superiores a los
que conocemos; entonces ese cuerpo abandonado por su antiguo inquilino es usado
por esa entidad superior para el propósito de su obra en el mundo.
Ha habido dos ejemplos de este tipo
en nuestro tiempo: H.P. Blavatsky fue uno de ellos, el inquilino que ocupaba
ese cuerpo lo abandonó realmente cuando fue herido de muerte en el campo de
batalla y otra entidad en común acuerdo lo remplazó. Esa entidad entrante fue
uno de "Aquellos que saben", uno de Aquellos que habían alcanzado la
perfección y que usó ese cuerpo para los propósitos del trabajo de la gran
Logia de los Maestros en el mundo.
William Judge fue el otro ejemplo, y
en ese caso el cuerpo era el de un niño de siete u ocho años que estaba
agonizando y que fue declarado muerto por el médico que lo atendió. Pero
después de un tiempo el cuerpo del niño mostró signos de volver a la vida y se
recuperó; sin embargo el carácter del niño era diferente de lo que había sido
antes. Para los padres seguía siendo el mismo niño ya que ellos veían el mismo
cuerpo y por consiguiente pensaron que se trataba del mismo ser, pero pronto
vieron el gran cambio en el carácter, en la naturaleza, en las tendencias de su
hijo.
Ahora bien, estos dos casos apuntan hacia
algo que merece nuestra máxima atención para tratar de comprender las leyes
ocultas que gobiernan la Naturaleza visible e invisible.
Todo esto se describe en el último
capítulo del segundo volumen de Isis Develada, donde este modo de
"nacimiento" sobrehumano se insinúa e ilustra ampliamente; el hecho
de que un ser de mayor conocimiento y logro puede, por elección o por acuerdo,
entrar en un cuerpo ya formado cuando su antiguo propietario lo deja.
Pues bien, estos dos seres (Blavatsky
y William Judge) no entraron en la vida humana por la puerta del nacimiento
como todos nosotros lo hemos hecho; ellos entraron con conocimiento, e
inmediatamente después de entrar comenzaron a entrenar a sus nuevos cuerpos
para responder a sus propios logros y requerimientos.
Muchos han oído hablar de los
grandes poderes que poseía Blavatsky, y muchos durante la vida de Blavatsky fueron
testigos del ejercicio fenomenal de esos poderes. Pues resulta que William
Judge también tenía los mismos poderes.
Los poderes de Blavatsky fueron
anunciados por quienes vieron sus exhibiciones y las creyeron, así como por
quienes oyeron de ellas y no creyeron. En cambio los poderes de William Judge
no fueron tan anunciados debido a que él ocultó diligentemente la difusión del
conocimiento de que también los poseía.
Y ahora puedo ser excusado si hablo
personalmente algunas palabras de él en particular, el incomprendido y mal
representado colega de Blavatsky.
Yo conocí a William Judge en 1886 y
en ese primer encuentro encontré algo que nunca antes había sentido: la
confianza, la realización del poder y el conocimiento de ese ser, y nunca me
equivoqué en eso. Nunca fue falso, nunca le faltó o falló en una sola instancia
en la expresión o en el uso de ese poder y conocimiento. Siempre trató de
despertar en aquellos con quienes hablaba la idea de la naturaleza inmortal
interior que hay dentro de cada ser humano. Siempre buscó implantar en sus
mentes el deseo y la aspiración de realizar su propia divinidad.
Y a aquellos en quienes confiaba les
mostró una y otra vez un gran control sobre los poderes de la naturaleza. En
tales casos mostró sus poderes, pero no para satisfacer la curiosidad, sino para
ilustrar el funcionamiento de alguna gran ley de la naturaleza.
En la Teosofía no existe el milagro,
todos esos sucesos que nos parecen increíbles o milagrosos son provocados por
el conocimiento de las leyes más elevadas y sutiles de la naturaleza.
Tomen conciencia que Helena
Blavatsky y William Judge fueron solo los nombres adjuntos a esos cuerpos: sus
estudiantes los han llamado más a menudo "HPB" y "WQJ",
porque a través de esas iniciales reconocen o indican las entidades que usaron
esos cuerpos, no los propios cuerpos.
Aquellos que estaban cerca de ellos,
cercanos en lealtad, confianza y devoción a la Causa a la que servían, pudieron
al menos hasta cierto punto, percibir las maravillosas naturalezas enmascaradas
detrás de esas personalidades; la compasión divina que habitaba en ellos; la dulzura,
la naturaleza abnegada que no desea nada para sí misma, sino que sólo desea
ayudar a la humanidad en su camino áspero y espinoso hacia la perfección.
Aquellos que podían ver, podían
percibir que la naturaleza superior, más fina y mejor en estos dos seres,
podían sentir una respuesta en su propia naturaleza interior, porque había algo
en el contacto y la conexión con esos seres, que por así decirlo, ardía en el
alma misma y despertaba lo más alto y noble de lo que el hombre podía ser
capaz.
Sin embargo había una simplicidad
allí, una modestia allí, que desarmaría a la mayoría de la gente, y que desvió
a los egoístas y a los contenciosos.
Entonces, si miramos a HPB y WQJ
como algo más que personas comunes, si los miramos como seres de poder y conocimiento
que tuvieron que renunciar para comunicarse con nosotros, en nuestra escasez de
ideas, para permitirnos captar al menos una pequeña parte del gran mensaje de
la Teosofía; entonces se entenderá por qué hablamos de ellos en términos del
mayor amor y la mayor reverencia.
Nadie que alguna vez los haya
buscado como amigo pero los haya encontrado –y encontrará su ayuda– sin
importar cuántas debilidades, sin importar cuán pequeñas sean las ideas del
investigador. Siempre se brindó y se encontrará esa ayuda y guía que capacita
al buscador sincero a captar algo de las grandes verdades sobre el Alma del
Hombre que fue y es el mensaje que ellos trajeron. »
(Fuente:
www.blavatskytheosophy.com/in-memory-of-h-p-blavatsky)
OBSERVACIONES
Indudablemente Blavatsky fue una
persona muy sobresaliente en varios aspectos, pero yo no la pondría en el mismo
nivel que Jesús, quien es considerado como uno de los más grandes maestros que
ha habido, mientras que en cambio Blavatsky solo fue una discípula avanzada de
los maestros.
Y tampoco considero que el alma de
Blavatsky haya sido remplazada por otra entidad después de que ella fue
gravemente herida durante la batalla de Mentana, porque Blavatsky posteriormente
siguió teniendo defectos y un carácter difícil, lo cual no concuerda con la personalidad
de un elevado ser.
Además que no tiene sentido que la
hayan hecho viajar por todo el mundo para su desarrollo en el Ocultismo, solo
para que después su alma fuera remplazada por otro ser dentro de su cuerpo. Y también
hay que considerar que Blavatsky fue una fumadora muy compulsiva toda su vida,
lo que denota la continuidad de su personalidad interior y la incapacidad que
ella tenia para dominar esa adicción.
En
cuanto a William Judge, él mismo dejó entender que en realidad él era un
oriental que tomó el cuerpo de un niño irlandés cuando éste había fallecido. Lo
cual tal vez sea cierto, pero aunque él haya ocultado los poderes que tenía,
dudo mucho que sus poderes fueran del mismo nivel que los poderes que poseía
Blavatsky, debido a que las iniciaciones que pasó William Judge fueron mucho
más posteriores que las que pasó Blavatsky.
Considero
que Robert Crosbie, aunque no lo quiera admitir, si está idolatrando a Helena Blavatsky
y a William Judge, porque aunque los seres que habitaron esos cuerpos tenían
grandes cualidades, también tenían defectos; y esto lo indicaron personas que
convivieron con ellos (Isabelle Olcott, Franz Hartmann, James Morgan Pryse,
etc.), e incluso los maestros Kuthumi y Morya también lo aseveraron en las
Cartas Mahatma.
Pero
como lo precisó el propio Morya: “a pesar de todos sus defectos, ellos fueron
los mejores agentes que encontramos después de mucha búsqueda y que disponíamos
en ese momento para llevar a cabo esa misión.” (CM 44, p.263)
Entonces
si concuerdo que hay que admirarlos, apreciarlos y agradecerles por todo el
trabajo y sacrifico que Blavatsky y William Judge hicieron, pero en cambio no
estoy de acuerdo en reverenciarlos, sobreestimarlos y no querer ver sus
defectos, como Robert Crosbie lo está haciendo.
Concuerdo, es un análisis y una conclusión totalmente justas. Porque también me pregunto, si Judge fuera un ser tan elevado prácticamente venido de las esferas superiores, algo que Crosbie en palabras más y palabras menos quiere dar a entender, no tiene sentido y esto es mera lógica, haber pasado sus siete años de aprobación para ser discípulo de Kuthummi y haber ido a la India según se lo pide morya para recibir su iniciación y eso esta documentado en las Cartas Mahatma, que incluso Blavatsky le dice que él no sabe el gran cambio que le sucedió. R.Crosbie ignorando muchos puntos. Blavatsky y Judge son dignos de respeto y admiración, pero una cosa es respeto y admiración y otra cosa es idolatría y concuerdo con con la conclusión final.
ResponderBorrarTambién cabe la posibilidad de que, luego de la batalla de Mentana, el adepto haya transferido su Mónada y haya eclipsado el cuaternario inferior de Blavatsky. Y por esto es que quizás se podía ver un gran contraste en su personalidad, como si dos personas habitaran un mismo cuerpo. Eso explicaría porque Blavatsky fumaba; además Olcott atestigua que también comía carne. Ahora bien, debido a la capacidad psíquica de la “vieja dama” ella era el instrumento adecuado, ya que quizás al tener la habilidad de poner a “dormir” la personalidad entonces el adepto, es decir, el Hombre Interno tomaba su lugar y es cuando la Sabiduría brillaba en todo su esplendor. Esto también explicaría por qué ella tuvo que viajar e instruirse, porque necesitaba ser un mejor “instrumento”.
ResponderBorrarLa editorial Dagón ha publicado un libro de relatos de William Judge, y este link tiene una pequeña muestra de su trabajo, está muy interesante, me recuerda el estilo y temática de Hartman.
ResponderBorrarhttps://onedrive.live.com/?authkey=%21AN0ixRojEiESgqw&cid=DF94474A8D8027F4&id=DF94474A8D8027F4%21957311&parId=DF94474A8D8027F4%21881431&o=OneUp