BLAVATSKY PODÍA PRODUCIR MÚSICA DE MANERA PARANORMAL


 
 
Esto lo atestiguaron varias personas:
 
 
 
WILLIAM JUDGE
 
La Lamasería es un edificio situado en Nueva York donde Blavatsky vivió de 1876 a 1878, y sobre este lugar William Judge comentó:
 
« Fue ahí donde se escribió y terminó la obra Isis Develada. Y allí habían ocurrido tantos fenómenos extraordinarios que se necesitaría de varios volúmenes para describirlos.
 
Por ejemplo ahí se escuchaba muy a menudo la “música y campanas astrales”, que los autodenominados sabios críticos han asumido que eran producidos por una sirvienta que caminaba de un lado a otro del pasillo con un instrumento. Lo cual es un absurdo para aquellos que, como yo, estuvieron allí y escuchamos tales sonidos. »
(Path, noviembre de 1893, p.237-239)
 
 
 
 
 
 
ISABELLE MITCHELL
 
Isabelle Olcott Mitchell fue la hermana del coronel Olcott y durante nueve meses (entre 1877 y 1878) ella estuvo conviviendo estrechamente con Blavatsky en la Lamasería, y sobre este asunto ella comentó lo siguiente:
 
« Blavatsky ponía su mano en el marco de una puerta, o en la parte de atrás de los hombros, o en cualquier mesa o silla, y sacaba de allí la música más dulce.
 
Y para que nadie pensara que ella tenía un instrumento en la mano, ella se movía de un lugar a otro, y sin importar a donde ella fuera, ella hacía brotar música de los objetos»
(Word, enero de 1905, p.182-187)
 
 
 
 
 
 
FRANCESCA ARUNDALE
 
Francesca Arundale fue una teósofa inglesa que hospedó en su casa a Blavatsky cuando ella estuvo en Londres en 1884, y sobre este tema la señora Arundale escribió lo siguiente:
 
« En aquellos días la Sociedad de Investigaciones Psíquicas todavía no había emitido su famoso informe y algunos de sus miembros estaban presentes a menudo buscando las señales y prodigios que tanto deseaban contemplar.
 
Una tarde se había reunido un pequeño grupo en el salón trasero, y entre ellos estaban algunos miembros prominentes de la SPR, Madame Blavatsky fue solicitada seriamente para producir algunos fenómenos, y ella respondió riendo como tantas veces lo hizo a solicitudes similares:
 
-        "¿Qué quieres hacer con los fenómenos? No son más que trucos psicológicos y de poco valor para los estudiantes serios."
 
Sin embargo finalmente ella consintió en probar si podía hacer algo, y sentándose entre los demás alrededor de la mesa grande, ella se unió a la conversación, y la conversación fluyó durante un corto tiempo en la forma fácil que siempre sucedía cuando ella estaba rodeada de mentes intelectuales.
 
Pero en muy poco tiempo, un sonido sorprendentemente dulce y cristalino conocido como el infierno astral se comenzó a escuchar y se repitió varias veces para gran deleite y placer de aquellos que nunca lo habían escuchado antes.
 
Los señores presentes pertenecientes a la SPR se declararon más que satisfechos, remarcando más de una vez que no cabía duda de la autenticidad de aquel fenómeno»
(HPB: en memoria de Helena Petrovna Blavatsky, p.69-73)
 
 
 
 
 
 
WILLIAM JUDGE
 
En 1884, Blavatsky y varios de sus colaboradores fueron invitados por la familia Adhemar a pasar un tiempo en su mansión ubicada cerca de Paris, y William Judge relató lo siguiente:
 
« Una noche, después de haber estado todos en el salón durante algún tiempo, sentados sin luces, la luna brillando sobre el lago y toda la naturaleza en silencio, HPB cayó en un estado pensativo. Enseguida se levantó y se paró en la ventana de la esquina mirando hacia el agua, y en un momento un destello de luz suave entró en la habitación y ella sonrió en silencio.
 
Recordándome esa noche, la condesa d'Adhemar escribió:
 
-        "HPB estaba pensatiba cuando de pronto se levantó de la silla, avanzó hacia la ventana de enfrente, y levantando el brazo con un gesto autoritario, se escuchó a lo lejos una música tenue que acercándose cada vez más, rompía en hermosas melodías y llenaba el espacio."
 
Esta música astral era muy clara para todos nosotros, y el conde destacó especialmente su belleza y su debilidad mientras se hundía en la distancia desconocida.
 
Toda la casa estaba llena de estos sonidos de campanas en la noche cuando yo estaba despierto muy tarde y los demás se habían retirado. Eran como señales que iban y venían a la habitación de HPB en el piso de abajo.
 
Y en más de una ocasión, mientras caminábamos por los terrenos bajo los magníficos árboles, los sonidos nos pasaron disparados, a veces audibles para todos y a veces solo escuchados por uno o dos. »
(HPB: en memoria de Helena Petrovna Blavatsky, p.52-55)
 
 
 
 
 
 
VIOLET TWEEDALE
 
Violet Tweedale fue una poeta escocesa que conoció a Blavatsky en Londres durante los últimos años de su vida (1887-1891), y sobre este asunto ella relató lo siguiente:
 
« Yo estaba acompañando a Madame Blavatsky, nos encontrábamos solas en la sala de la casa cuando ella se volteó hacia mí y me dijo:
 
     -   "Te daré algo especial y real para ti."
 
Por un momento ella permaneció en silencio cubriéndose los ojos con la mano, y luego un sonido me llamó la atención. Y solo puedo describir que lo que escuché era como música de hadas, exquisitamente original y delicada. Parecía proceder de algún lugar justo entre el piso y el techo, y se movía a diferentes rincones de la habitación. Había una inocencia cristalina en la música que sugería el baile de niños alegres divirtiéndose.
 
     -   "Ahora te daré la música de la vida", dijo Madame Blavatsky.
 
Y por un segundo o dos se produjo un silencio de trance. El crepúsculo entraba sigilosamente en la habitación, y parecía traer consigo un hormigueo expectante. Entonces me pareció que algo entró desde afuera y trajo consigo condiciones completamente nuevas, algo increíble, inimaginable y más allá de los límites de la razón.
 
Alguien cantaba y una melodía distante se acercaba sigilosamente, pero sabía que nunca la melodía había sido distante, sino que solo se estaba volviendo cada vez más fuerte.
 
Y de repente sentí miedo porque el aire a mi alrededor estaba sonando con vibraciones de música extraña y sobrenaturales, aparentemente tanto a mi alrededor como por encima y detrás de mí. No tenía paradero, no se podía ubicar, y mientras escuchaba, todo mi cuerpo temblaba de euforia, pero también una sensación de temor ante lo desconocido.
 
Había un ritmo en la música, pero era diferente a todo lo que yo había escuchado antes. Sonaba como una pastoral y contenía una llamada a la que respondía salvajemente todo mi ser.
 
¿Quién era el misterioso músico que tocaba y cuál era su instrumento?
 
Me daba la impresión que podía haber sido un flautista que jugaba con una melodía atrayente, un lujoso abandono que era una encarnación de la naturaleza, ya que su melodía de repente me atrapó hacia las verdes colinas sicilianas, donde los sonidos de los seres invisibles resuenan en las laderas de las montañas, como la flauta de Pan que una vez resonó a través de las escarpadas gargantas y valles morados del Hellas y Tracia.
 
Y aunque la música era fascinante y llena de la vibración de la vida, también traía consigo una emoción de temor. Su dulzura era empalagosa, su ternura era sensual. Y un suave aroma comenzó a sentirse en la habitación, olía a tomillo silvestre, a hierbas de asfódelo y a muscarina. Y el aroma me envolvió como un vapor oloroso.
 
Los sonidos comenzaron a tomar forma y gradualmente se moldearon en palabras. Sabía que estaba siendo cortejada con sutileza, y una fuerza invisible me instaba a volar fuera de mi cuerpo y unirme a la Saturnalia Regna.
 
El jugador hablaba un idioma que entendí, ya que era mi verdadera lengua nativa la que hablaba en el zumbido salvaje, y no pude dejar de escuchar sus encantamientos y el éxtasis de su alegría. Mi alma parecía tensarse con la correa.
 
¿Debía dejarme ir?
 
Como un poderoso opiáceo, el encanto me envolvió, pero desde mi interior una pequeña voz insistente susurró:
 
-        "¡Precaución! ¿A dónde te llevará? Suponiendo que rindas tu voluntad, ¿volvería a recuperarla después?"
 
 
Ahora mi cerebro estaba invadido por una sensación de debilidad y pánico. La música de repente parecía repleta de pecaminosidad y de conquista insolente. Ella revelaba los secretos que el mito de la naturaleza a menudo murmura a quienes viven en medio de los grandes silencios, de esos temibles misterios del espíritu que aún lo impresionan a uno con tanta gloria y asombro.
 
Y con una violenta reacción de miedo, me levanté de repente, y mientras lo hacía, toda la escena desapareció del alcance de mis sentidos. Mi conciencia volvió una vez más a la habitación de Blavatsky, con el cielo ya encontrándose en el crepúsculo y el ronco rugido lejano de Londres entrando por la ventana abierta.
 
Miré a Madame Blavatsky, y ella se encontraba acurrucada en un profundo sueño hundida en su sillón. Ella había flotado con la música en un mar de olvido terrenal y entre sus dedos sostenía una pequeña cruz rusa.
 
Sabía que ella me había devuelto de regreso al mundo, el cual todavía me reclamaba, y salí silenciosamente de la casa hacia las calles de Londres»
(Esto se encuentra en el capítulo 4 de su libro “Fantasmas que he visto y otras experiencias psíquicas que he tenido”, p.51-61
 
 
 
 
 
 
OBSERVACIÓN
 
Pienso que esos fenómenos si fueron reales, me da la impresión que Blavatsky les ordenó a los espíritus de la naturaleza para que produjeran esa música astral, pero no sé si en todos los casos fue así.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Cid, esto se podria resolver con el akasa o forma de pensamiento.
    Es la primera vez que me entero de este
    Una vez lei un libro aleman para director de orquesta del siglo 18 y en una parte decia los siguiente. El director debe poder la parpitura mentalmente con sonidos reales y nitidos que le sea posible reproducirlos cantando o silbando.
    Talves sea un trabajo de imaginacion lo que Blavatsky hizo con eso?

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