Alice
Bailey en su autobiografía reveló que en dos ocasiones ella se desdobló
astralmente y viajó a la región himaláyica para participar en las ceremonias que
los Maestros de Sabiduría efectúan en ese lugar, y a continuación les
transcribo lo que ella dijo al respecto:
« Por dos veces tuve un sueño en plena conciencia vigílica.
Lo denominé sueño porque en ese entonces no cruzó por mi mente lo que podría ser,
pero ahora sé que participé en algo ocurrido verdaderamente, pero no llegué a
comprenderlo cuándo tuvo lugar ese doble acontecimiento. En ello reside su
valor, pues no hubo oportunidad para la autosugestión, pensamiento ansioso o
imaginación excesivamente vívida.
Dos veces (mientras vivía y
trabajaba en Gran Bretaña) participé en una ceremonia extraordinaria, y recién
después de casi dos décadas descubrí de qué se trataba. Supe que la ceremonia
en la cual tomé parte tiene lugar todos los años en el momento de la "Luna
llena de mayo". Y es el plenilunio correspondiente al mes de Vaisaka
(Tauro), según su antigua denominación en el calendario hindú.
Ese mes tiene una importancia vital
para todos los budistas. El primer día es la fiesta nacional conocida como el
Año Hindú. Este extraordinario acontecimiento se celebra todos los años en un
valle de los Himalayas, y no es un acontecimiento mítico subconsciente sino un
evento real en el plano físico.
Yo me encontraba dentro de mi sueño
completamente despierta, cuando de repente me encontré en este valle, formando
parte de una vasta y ordenada muchedumbre, en su mayor parte oriental, pero
también con un gran porcentaje de occidentales.
Sabía exactamente dónde yo estaba
ubicada entre ese gentío, y me di cuenta que era el lugar que me correspondía e
indicaba mi grado espiritual.
El valle era amplio de forma
ovalada, rocoso, bordeado por altas montañas. La gente aglomerada en el valle
miraba al este, hacia un estrecho paso semejante en su extremo al cuello de una
botella.
A cierta distancia de este paso, en
forma de embudo, se alzaba una inmensa roca elevándose desde el suelo como una
gran mesa y sobre ella se veía un cuenco de cristal lleno de agua de más o
menos un metro de diámetro.
A la cabeza de la muchedumbre y
delante de la roca se hallaban tres personajes formando un triángulo, y con
gran sorpresa vi que quien ocupaba el ápice del triángulo era el Cristo. La
multitud expectante parecía estar en continuo movimiento y mientras se movían,
iban formando grandes y familiares símbolos: la cruz en sus diversas formas, el
círculo con el punto en el centro, la estrella de cinco puntas y varios
triángulos entrelazados.
Era una especie de solemne danza
rítmica, muy pausada y decorosa, pero completamente silenciosa.
De pronto los tres personajes que se
encontraban delante de la roca, extendieron sus brazos al cielo. La multitud
quedó inmóvil.
En el extremo lejano, desde el
cuello de la botella, apareció en el cielo un personaje flotando sobre el paso,
aproximándose lentamente a la roca. En forma cierta y subjetiva, comprendí que
era el Buda. Sentí que lo reconocía, sabiendo que de ninguna manera
empequeñecía a nuestro Cristo. »
(Capítulo 1)
OBSERVACIÓN
En el blog les
he demostrado que Alice Bailey en realidad fue una enorme charlatana que no
tuvo ningún contacto con los que los Maestros transhimaláyicos, por lo que seguramente
estos relatos fueron más mentidas inventadas por esta escritora.
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