EL HIJO DE BLAVATSKY


(La siguiente investigación fue efectuada por Marina Cesar Sisson.)
 
 
 
HPB con su hijo Yury (1856 a 1867)
 
El período de la vida de Helena Petrovna Blavatsky desde 1849, cuando abandonó a su primer esposo, Nikifor Blavatsky, y ella se fue de viaje por el mundo, hasta 1874, cuando se tornó una persona ampliamente conocida, es bastante desconocido. Es una época con pocas referencias en la literatura y muchas informaciones desencontradas, generalmente introducidas por la propia HPB que no quería hablar sobre esos años.
 
Ella le escribió a Sinnett:
 
“Entre la H.P.Blavatsky a partir de 1875 y la H.P.B. de 1830 hasta esa fecha, fue colocado un velo, y lo que ocurrió detrás de él antes que yo me convirtiese en un personaje público, no les diré nada al respecto. Era mi VIDA PRIVADA, santa y sagrada.” (LBS, 145)
 
 
En enero de 1859, después de varios años de ausencia, HPB reencontró su familia en Rusia y vivió en la región del Cáucaso hasta 1865 o 1866.
 
A pedido de la propia Madame Blavatsky, tanto su hermana Vera como Sinnett ocultaron que durante ese período en el Cáucaso ella se reencontró con Nikifor, y que reconciliada, vivió con él bajo el mismo techo. Más allá de eso, el matrimonio asumió la guarda de un niño llamado Yury.
 
Poco antes del retorno de HPB a Rusia, su tía había escrito a Nikifor, para saber cómo él reaccionaría ante el retorno de HPB. Y él le respondió el 13 de noviembre de 1858:
 
“Hasta ahora no sabía nada sobre el retorno de HP [Helena Petrovna] a Rusia. Para decirle la verdad, hace mucho tiempo eso ya me dejó de interesar. El tiempo atenúa todo, hasta incluso cada recuerdo. Usted puede garantizar a HP, bajo mi palabra de honor, que yo nunca la perseguiré. Deseo ardientemente que nuestro casamiento pueda ser anulado y que ella pueda casarse nuevamente.” (Beechey, 295)
 
Por la respuesta de Nikifor a la tía de HPB, vemos que la familia ya sabía que ella estaba por retornar. Vera afirma que ellos habían quedado sin noticias por ocho años, esto es casi dos años antes de finalizar el período necesario para poder efectuar una separación legal de Blavatsky con Nikifor, que era de diez años.
 
En la noche del 6 de enero de 1859, la Navidad para el Cristianismo Ortodoxo, Vera relata:
 
“Todavía por algunas semanas no esperábamos que ella llegase, pero, curiosamente, cuando escuché tocar la campana de la puerta, me levanté, sabiendo que ella había llegado.” (Zhelihovsky)
 
 
¿Qué es lo que habría llevado a HPB a reunirse con sus familiares, después de un largo período de independencia viajando por el mundo?
 
 
Como veremos, tal vez uno de los principales motivos haya sido ese niño llamado Yury.
 
 
 
 
 
 
Las circunstancias bajo las cuales HPB se convirtió en madre de Yury permanecen envueltas en misterio. Ella afirma haber hecho eso para proteger el honor de la verdadera madre, que sería una persona conocida tanto de su hermana como de su tía. (Neff, 182)
 
En 1885, HPB contó a Solovyoff que:
 
“Ella [Blavatsky] quiso salvar el honor de una amiga y adoptó el hijo de esa amiga como su propio hijo. Ella nunca se separaba de él, lo educó ella misma y lo llamaba ‘hijo’ delante de todo el mundo. Pero ahora él estaba muerto.” (Solovyoff, 141)
 
La existencia de ese niño es poco conocida porque la propia HPB, en la época que estuvo bajo la sospecha de ser su madre biológica, le pidió a Sinnett no mencionar nada a ese respecto en la biografía que él estaba escribiendo sobre ella. Pues aunque quisiese, ella no tendría permiso para contarle la verdad:
 
“¿Ahora, debo yo, en la ilusoria esperanza de justificarme, comenzar a exhumar esos cadáveres: la madre del niño, Metrovitch, su esposa, el propio pobre niño y todo los demás?
 
NUNCA. Eso sería tan mezquino y sacrílego como inútil. Yo le digo, deje a los muertos que duerman. (...) No los toque, pues usted sólo haría que se aumenten los cachetazos y los insultos que estoy recibiendo, pero de cualquier modo no tendría éxito en protegerme. No quiero mentir pero no tengo permiso para contar la verdad. ¿Qué haremos o qué podemos hacer?
 
Toda mi vida, excepto las semanas o meses que pasé con los Maestros en Egipto o en el Tíbet, está tan inextricablemente llenas de eventos cuyos secretos y verdadera realidad hablan respecto a los muertos y a los vivos, siendo yo responsable sólo por sus apariencias externas, que para defenderme tendría que pisar sobre una hecatombe de muertos y cubrir de lodo a los vivos. Yo no haré eso.” (LBS, 144)
 
En la carta siguiente a Sinnett ella refuerza el pedido para que él no mencione nada respecto al niño:
 
“¡El incidente de la adopción del niño! Prefiero ser ahorcada a mencionarlo. Incluso omitiendo nombres, ¿usted sabe a que llevaría eso?
 
A un huracán de lodo lanzado sobre mí. (...) Bien, mi querido Sr. Sinnett si es para arruinarme (aunque eso sería casi imposible ahora) entonces mencione ese “incidente”. Pero mi consejo y pedido es que no mencione nada. Hice demasiado en el sentido de probar y jurar que era mío –y pasé los límites–. El informe médico no servirá para nada. Las personas dirán que compramos o sobornamos al médico. Eso es todo.” (LBS, 151)
 
 
 
 
Los certificados médicos
 
El informe médico al que HPB se refiere en la carta arriba citada había sido dado por el Dr. León Oppenheimer, a quien ella fue a consultar en Würzburg, debido a un problema de vejiga. Está fechado el 3 de noviembre de 1885 y dice:
 
“El abajo firmante atestigua, como fue solicitado, que Madame Blavatsky de Bombay –Secretaria Correspondiente en Nueva York de la Sociedad Teosófica– está actualmente bajo tratamiento médico con el abajo firmante. Ella sufre de Anteflexio Uteri, muy probablemente desde el nacimiento; porque, como fue probado por un minucioso examen, ella nunca gestó un niño, ni tuvo ninguna dolencia ginecológica.” (Fuller, 189)
 
El informe pretendía ser una prueba que eliminase las dudas que amenazaban sobre si Yury era o no su hijo biológico. No obstante, Anteflexio Uteri significa solo que el útero está inclinado hacia el frente o hacia el costado, hecho que no es poco común y que no impide un embarazo.
 
Más allá de eso, una mujer de 54 años de edad, en la menopausia, ciertamente presenta el útero encogido y difícilmente un examen podría revelar si ella ya había o no quedado embarazada. (Meade, 357-358.)
 
Por lo tanto, el informe del Dr. Oppenheimer no era concluyente sobre si HPB era o no la madre biológica de Yury.
 
El informe también era deficiente para la defensa de HPB porque no decía claramente que ella era virgen, pues el término “dolencia ginecológica” era bastante vago. Entonces, a pedido de la Condesa Wachtmeister, que en la época vivía con HPB, el Dr. Oppenheimer emitió un segundo informe, que decía:
 
“Certifico que Madame Blavatsky nunca estuvo grávida y, consecuentemente, nunca podría haber generado un niño.” (Neff, 187)
 
Junto con ese segundo certificado hay una carta de la Condesa, del 10 de febrero de 1886, probablemente para Olcott, donde ella explica:
 
“Vea que la palabra grávida engloba todos los sentidos, pues sin estar grávida ella no podría haber tenido un aborto, ni una criatura. El primer informe fue mal traducido. En el original en manos del Sr. Sinnett, la palabra aborto fue traducida por “dolencia de mujeres”. El doctor entonces me dice que, aunque ningún médico pueda atestiguar positivamente si una mujer vivió o no con su marido, siendo que la virginidad puede haber sido perdida por una caída o ejercicio fuerte, según sus mejores luces, Madame Blavatsky no vivió con un hombre.” (Neff, 188)
 
En verdad el médico no podía confirmar si HPB era virgen por el simple hecho de que ella no la era, como la propia HPB explica en una carta encontrada en los Archivos en Adyar, junto con un segundo certificado. Es una única hoja, numerada como hoja cuatro. Aparentemente es una carta de HPB a Sinnett, en la cual ella cuenta, con su acostumbrada exageración, que “todas sus entrañas, útero y todo” habían salido de su cuerpo debido a una caída, causando la pérdida de la virginidad:
 
“Aquí está su estúpido informe nuevo, con sus sueños de virgen intacta en una mujer que tuvo todas sus entrañas puestas hacia fuera, útero y todo, debido a una caída de un caballo. Y de nuevo el doctor percibió, examinó tres veces, y dijo lo que el Profesor Bodkin y Pirogoff dijeron en Pskov, en 1862. Yo nunca podría haber tenido relaciones con algún hombre sin una inflamación, porque me falta algo y el lugar está ocupado por un pepino torcido.” (Neff, 187)
 
El examen hecho por el profesor Bodkin y Pirogoff, en Pskov, no debe haber sido efectuado en 1862 pues en esa época, como veremos, ella estaba en el Cáucaso. Ese examen debe haber sido realizado en 1859, y probablemente es a él que HPB se refiere al contar a Sinnett sobre las desconfianzas de su padre:
 
“Cuando le conté que hasta mi propio padre sospechaba de mí, y que si no fuese por el informe médico tal vez nunca me hubiese perdonado. Después él sintió pena y afecto hacia aquella pobre criatura inválida. Al leer ese libro Home, el médium, sería el primero en reunir el remanente de sus fuerzas y denunciarme, dando nombres, hechos y no sé qué más.”(LBS, 151)
 
Es importante que observemos que desde su retorno HPB solo convivió con su padre luego que llegó a Pskov, y posteriormente en San Petersburgo y en Rougodevo. Esto es, en el período que va desde el inicio de 1859 hasta la primavera de 1860, cuando partió con sus hermanas para Tiflis.
 
Eso implica que ella ya debe haber llegado en el inicio de 1859 con Yury, hecho que habría despertado la desconfianza de su padre con relación a la maternidad de Yury. Entonces, todavía en Pskov, ella tendría que haberse sometido al examen médico por el Profesor Bodkin y Pirogoff para tranquilizar a su padre.
 
Es verdad que existe un pasaporte, de agosto de 1862, donde Nikifor pide autorización para que ella y Yury viajen por las “provincias de Tauris, Cherson y Pskov por el período de un año.” (CW I, xlvi)
 
Así ella podría haber ido a Pskov en 1862 y haber hecho el examen en esa época. Pero no existe ningún registro de ese viaje y su hermana Vera dice que después de haber ido al Cáucaso en la primavera de 1860:
 
“Madame Blavatsky residió menos de dos años en Tiflis, y no más de tres en la región del Cáucaso. El último año ella pasó viajando por la región de Imeretia, Georgia, Mingrelia y a lo largo de la costa del Mar Negro.” (Sinnett, 143)
 
Más allá de eso, otra referencia que refuerza la hipótesis aquí defendida de que HPB ya estaba con Yury cuando se reencontró con su familia, es una carta para Solovyoff, que ella llamó “mi confesión”. En ella HPB declara a 1858 como el año en que tuvieron inicio los rumores sobre el niño y sus amantes:
 
“En 1858 yo estaba en Londres; allá surgió una historia sobre una criatura, que no es mía (...) Una y otra cosa dijeron respecto a mí: que yo era depravada, poseída por el demonio, etc. Yo diré todo lo que juzgue conveniente, todo lo que hice durante los veinte años o más en los cuales di diversión al qué dirán y encubrí todos los trazos de aquello en que estaba realmente ocupada, o sea las ciencias ocultas, por el bien de mi familia y parientes que en aquella época podrían haberme maldecido. Yo contaré que, desde mis dieciochos años, intenté hacer que las personas hablen de mí, y dijesen que ése y aquél hombre eran mis amantes, y centenas de ellos.” (Solovioff, 178)
 
 
 
 
En el Cáucaso, con Nikifor y Yury (1860-1862)
 
En una cita anterior, vimos que HPB confesó a su amigo, el príncipe Dondoukoff-Korsakoff, que ella convivió con Nikifor "un año bajo su techo". Mientras tanto los relatos de su hermana Vera, que son muy exactos en fechas, indican que ese período posterior al casamiento, junto a Nikifor, fue en realidad de tres meses, lo que ya nos deja vislumbrar el hecho de que HPB volvió a convivir con Nikifor en una época posterior, lo que explica que haya vivido "un año bajo su techo".
 
En junio de 1884, ella reafirma claramente que después de regresar a Tiflis se reconcilió con Nikifor.
 
"Fue en 1861 que retorné a Tiflis y que Blavatsky y yo nos reconciliamos, viviendo por un año en la misma casa que él, pero me faltó paciencia para vivir con semejante tonto y me fui nuevamente." (HPB Speaks II, 152)
 
En esta carta ella incluye una petición oficial al propio Dondoukoff, que en esa época era el comandante en jefe del Caúcaso, en el que pedía que él expidiese un testimonio oficial de que nada había en el Caúcaso contra ella. En la solicitud, ella dice que:
 
"Entonces, la segunda vez que vine a Tiflis, para ver a mi pariente, el Consejero André Mihailovich Fadeyev, en 1860, me quedé cerca de un año con mi marido Blavatsky (que era entonces un Consejero de Estado) El domicilio era en la Avenida Golovinsky, en la casa del Sr. Dobrzhausky." (HPB Speaks II, 156)
 
Otra evidencia de esa reconciliación es el pasaporte ya mencionado, emitido para HPB el 23 de agosto de 1862 en Tiflis. El original se encuentra en los Archivos de la Sociedad Teosófica de Point Loma. En él está escrito que el pasaporte fue emitido:
 
“... en atención a una petición presentada por su marido, para que ella, Madame Blavatsky, acompañada por el niño que ambos poseen en custodia, Yury, fuese para las provincias de Tauris, Cherson y Pskov por el período de un año." (CW I, xlvi)
 
Más allá del pasaporte, otra evidencia clara de la cooperación de Nikifor con HPB es una carta de su tía Katherine de Witte. HPB debe haberle escrito pidiendo dinero, pues la tía responde criticándola y revelando el auxilio financiero de Nikifor:
 
“Alguien podría acreditar que usted no tiene ni un kopek, como otras personas pobres. Y la persona quedaría muy sorprendida descubriendo que usted recibe 100 rublos al mes. Porque yo estoy bastante segura sobre lo que usted está recibiendo, con la excepción de uno de los meses de invierno, cuando Blavatsky tampoco recibió su salario.
 
Tengo una carta de Alek. Fed. [Mayor Alexander Fyodorovitch von Hahn] en la que él le dice que envió mi carta y el dinero de Blavatsky para usted... Eso sucedió en julio; ahora estamos en agosto y Blavatsky nuevamente le envió dinero algunos días atrás, en presencia del marido de N.” (Murphet 1988, 51)
 
De esta forma, queda claro que desde el inicio hubo algún tipo de colaboración entre los dos, y que la relación de ellos no se limitó a un capricho de una adolescente con un "viejo", que abandonó tres meses después, para no verlo nunca más, según nos cuenta la historia "oficial". Tal vez en gratitud a aquel que le ayudó en el comienzo de su sendero es que Helena Petrovna nunca dejó de llamarse Blavatsky.
 
 
 
 
 
Aunque HPB haya guardado secreto quién era la madre de Yury, ella declara que el padre era el Barón Nikolai Meyendorff, de Estonia. No obstante, para algunos biógrafos como Marion Meade, que consideran a Yury como hijo biológico de HPB, el padre sería su viejo amigo Agardi Metrovitch. Eso porque había una antigua habladuría de que ellos eran amantes y también porque Metrovitch estuvo en Tiflis durante la época en que HPB se encontraba allí, en 1863. (LBS, 189)
 
Con todo, si nuestra hipótesis de que Yury ya estaba con HPB desde su retorno en 1859 fuera correcta, el hecho de que HPB se encontrase con Metrovitch en Tiflis en nada refuerza la hipótesis de que él fuese el padre.
 
Más allá de eso, el pasaporte emitido a pedido de Nikifor, dando autorización a Yury para viajar con HPB, es de agosto de 1862. Y por eso mismo, la propia Meade da como época para el nacimiento de Yury el final de 1861 o el inicio de 1862.
 
HPB realmente fue gran amiga de Metrovitch por muchos años. Él era su “más fiel y devoto amigo desde 1850”, cuando ella lo ayudó a escapar de la prisión en Austria “con la ayuda de la Condesa Kisselev” (LBS, 189).
 
Madame Blavatsky atribuyó el rumor de que Metrovitch era su amante a Emma Coulomb porque cuando ellas estaban juntas en El Cairo, en 1872, la señora Coulomb presenció cuidados especiales que HPB dedicó a Metrovitch que hicieron:
 
“...abrir sus ojos y oídos y ella comenzó a entrometerse y a incomodarme para que yo le dijera si era verdad –lo que las personas decían de mí– que yo estaba secretamente casada con él, y supongo que ella no osaba decir lo que las personas creían, muy caritativamente: que él era algo peor que un marido.
 
Yo la mandé a pastar, y le dije que las personas podían creer y decir lo que quisiesen, pues yo no hablaría. Ese fue el germen de todo el discurso posterior.
. . .
El cónsul me dijo que yo no debía ser amiga de revolucionarios y mazinistas, y que las personas decían que él era mi amante. Yo le respondí que como él (Ag. Metrovitch) había venido de Rusia con un pasaporte regular, era amigo de mis parientes y no había hecho nada contra mi país, yo tenía derecho de ser amiga de él y de quién yo eligiese.
 
En cuanto a la conversación suya respecto a mí, yo estaba acostumbrada a eso y apenas lamentaba que la reputación no correspondiese con los hechos – ‘avoir le reputation sans en avoir les plaisirs’ [‘tener la reputación sin tener los placeres’] – (si hubiese alguno) pues ese había sido siempre mi destino.” (LBS, 190)
 
 
 
 
 
Más allá de contar a Sinnett que Yury era hijo del Barón Meyendorff, Madame Blavatsky le habló también de una cierta Nathalie Blavatsky que había tenido un romance con Meyendorff, dando a entender que Nathalie sería la madre de Yury:
 
“Usted dice: ‘Así, por ejemplo, debemos extraer todo de aquel incidente con Metrovitch.’
 
Pero yo os digo que no debemos porque esas Memorias no servirán en mi defensa (...) simplemente porque ‘Metrovitch’ es solo uno de los muchos incidentes que el enemigo juega en mi cabeza.
 
Si yo uso ese ‘incidente’ y me defiendo plenamente, entonces un Solovyoff, o algún otro sinvergüenza, traerá a Meyendorff y ‘el incidente de las tres criaturas’.
 
Y si yo publicase sus cartas (que están en manos de Olcott) dirigidas para su ‘querida Nathalie’ en las que él habla de su cabello negro como el cuervo, ‘longs comme un beau manteau de roi’ [largos como un bello manto de rey] (...) entonces yo estaría simplemente dando un cachetazo en la cara de una mártir muerta, y haciendo surgir una sombra conveniente sobre alguien más de la larga galería de mis supuestos amantes.” (LBS, 143)
 
 
¿Por qué esas cartas estaban en manos de Olcott?
 
Eso es algo difícil de entender, pero debe ser a esas cartas a las que él se refiere cuando escribió:
 
“Durante años tuve en mi poder un manojo de cartas antiguas que probaban su inocencia [de HPB] con relación a una determinada falta grave de la cual ella fue acusada, y como deliberadamente ella sacrificó su propia reputación para salvar el honor de una joven señora que había caído en desgracia.” (ODL II, 135)
 
 
Jean Overton Fuller en su libro Blavatsky y sus Maestros levanta la hipótesis de que Nathalie Blavatsky sería una hermana soltera de Nikifor, y que por eso él había aceptado a Yury. Sea eso verdad o no, el hecho es que la reputación de Nathalie no era de las mejores pues en su álbum de recortes HPB comenta con certeza que el famoso médium D.D.Home “reunió con el mayor cuidado las difamaciones más sucias sobre Nathalie Blavatsky”. (CW I, 204)
 
Es bueno recordar que la reputación de la propia HPB también no era nada buena, puesto que ella misma hacía que las personas inventasen calumnias sucias sobre ella: “Desde mis dieciocho años, intenté hacer que las personas hablasen de mí, y dijesen que ése y aquel otro hombre eran mis amantes, y centenas de ellos.” (Solovyoff, 178)
 
Esa no es la única referencia sobre el pasado “sucio” de HPB. En una carta escrita el 14 de noviembre de 1874 para Aksakov, HPB también habla de su pasado de manera que da a entender que en su juventud realmente estuvo sujeta a muchas difamaciones.
 
Aksakov había escrito una carta en francés para Andrew Jackson Davis, donde comentaba que aunque hubiese oído hablar que HPB era una médium bastante poderosa, “infelizmente sus comunicaciones se resienten por su moral, por no haber sido de las más estrictas”. (Solovyoff, 227)
 
Como A.J. Davis no entendía bien el francés, a su pedido la propia HPB le tradujo la carta. Entonces HPB le escribe a Aksakov:
 
“Quien quiera que sea que le contó sobre mí, le habló la verdad, en esencia menos los detalles. Solo Dios sabe cuánto he sufrido por mi pasado. Es claramente mi destino no recibir absolución en la tierra. Ese pasado, como la mancha de la maldición sobre Caín, me ha perseguido toda mi vida, y me persigue hasta hoy mismo aquí, en América [EU], hacia donde vine para estar lejos de él y de las personas que me conocieron en mi juventud.
. . .
Tengo un pedido que hacerle: No me prive de la buena opinión de Andrew J. Davis. No le revele aquello que, si él supiese y estuviese convencido de eso, me forzaría a escapar para los confines de la tierra. Tengo sólo un refugio en el mundo, que es el respeto de los espiritistas de América, que desprecian el ‘amor libre’ más que cualquier otra cosa.” (Solovyoff, 228-230)
 
“Amor libre” era la expresión que designaba en la época a las personas que vivían juntas sin estar casadas. Su tía Nadya le contó a Sinnett que Nathalie era uno de los muchos nombres conque confundían a Madame Blavatsky. Y que aunque HPB hubiese pasado varias veces por Europa, ella nunca había residido allá. Por eso:
 
“... sus amigos quedaron tan sorprendidos como pesarosos al leer años después fragmentos de su supuesta biografía que la mencionaban como una persona bien conocida tanto en la alta como en la baja sociedad de Viena, Berlín, Varsovia y París, y relacionaban su nombre con los eventos e historias que habían ocurrido en esas ciudades, en varias épocas, cuando sus amigos tenían todas las pruebas posibles de que ella estaba lejos de Europa. Esas historias se referían a ella indistintamente con nombres como Julie, Nathalie, etc., que eran realmente nombres de otras personas con el mismo sobrenombre; y atribuían a ella varias aventuras extravagantes.” (Sinnett 1886, 73)
 
Albert Rawson, compañero de los primeros viajes de HPB, se refiere a Nathalie Blavatsky como que fue una señora muy conocida en El Cairo, que había muerto en 1868, en la residencia de un amigo, próxima a Áden. Y Rawson también afirma que la Sra. Lidia Paschkoff había conocido a dos Blavatsky: Nathalie y Helena. (Rawson, 1989, 27-28)
 
 
 
¿Fue el Barón Meyendorff el padre de Yury?
 
En una carta a Sinnett, HPB escribe que Solovyoff le dice haberse encontrado con Meyendorff, y que éste le confesó que Yury era hijo de él y de Madame Blavatsky:
 
“Él dice que él (S.) [Solovyoff] se encontró personalmente con el Barón Meyendorff, y que le confesó que ¡estuvo tan enamorado de mí (!!) Que había hasta insistido para que yo obtuviese el divorcio del viejo Blavatsky y me casase con él, el Barón Meyendorff. Pero que felizmente yo rechacé eso, y él quedó muy feliz porque descubrió más tarde que era una mujer sin honor, yo era LICENCIOSA, y que ¡el niño era SUYO Y MÍO!!!
 
¿Y el informe del médico que certificó que nunca di a luz, no sólo a un niño, ni siquiera a una niña?
 
No obstante, él [Solovyoff] miente, estoy segura, pues siendo cobarde y débil como sé que es Meyendorff, él nunca podría haberle dicho una cosa de esas.” (LBS, 207)
 
Uno de los biógrafos hostiles a Madame Blavatsky, Bechhofer Roberts, afirmó que conversando con una cuñada del Barón Meyendorff, ésta le habría contado que él era un entusiasta espiritista, amigo del médium Daniel Douglas Home, y que el Barón:
 
“...cayó bajo la influencia de H.P.B. después del retorno de ella a Rusia en 1858, y comenzó un romance con ella. Ella dio a luz un hijo y le garantizó al Barón que era de él.
 
Él y su hermano dudaron de esa afirmación –probablemente sospechando que Metrovitch fuese el padre– pero asumieron el sustento del niño, que era enfermo y jorobado”. (Fuller, 55)
 
La Baronesa Meyendorff también le contó a Bechhofer que habían preservado en la residencia de ellos en Estonia varias fotos de HPB con el niño. Desafortunadamente las fotos fueron después destruidas por los bolcheviques.
 
 
 
 
Conclusión
 
Sea Yury adoptado o su hijo natural, la época en que la Baronesa Meyendorff sitúa el caso (en 1858) refuerza nuestra hipótesis de que cuando HPB se reencontró con sus familiares, en enero de 1859, ella ya estaba con Yury.
 
Como ya vimos, la mención de HPB sobre la reacción de su padre, también induce a la misma conclusión, puesto que da la impresión de que el primero desconfió que HPB fuese la madre, llevándola a hacer el examen médico en Pskov, con Bodkin y Pirogoff. Él aceptó el informe, y entonces tuvieron un período de convivencia: “Después, él tuvo pena y se apegó a aquella pobre criatura inválida.” (LBS, 151)
 
El único período de esa época que con certeza HPB convivió con su padre fue desde su llegada hasta la primavera de 1860 cuando partió para el Cáucaso. Su reacción de desconfianza sería bastante natural si después de casi diez años de ausencia, viese a su hija retornando con un bebé en los brazos.
 
Así es bastante probable que su resolución de criar a ese niño haya sido uno de los principales motivos que llevó a HPB de vuelta con su familia, finalizando de esta forma casi diez años de viajes por el mundo, pues sería muy difícil cuidar de un niño pequeño llevando esa vida errante y sin el apoyo familiar.
 
 
 
 
 
HPB le contó a Sinnett que después de Tiflis ella se encontró con Metrovitch en Italia. Ella había llevado “la pobre criatura para Bolonia para ver si podría salvarla”. (LBS, 144)
 
En esa ocasión:
 
“Él hizo todo lo que pudo por mí, más que un hermano. Pero el niño murió: y como no tenía ningún tipo de documento, y a mí no me importaba dar mi nombre como alimento para las habladurías, fue él, Metrovitch, quien asumió todo el trabajo, que enterró el aristocrático hijo del Barón –bajo su propio nombre, Metrovitch, diciendo que “no le importaba”, en una pequeña ciudad del sur de Rusia, en 1867.
 
Después de eso, sin avisar a mis familiares que había regresado a Rusia para traer de vuelta al infeliz pequeñito, que no conseguí devolverlo con vida a la aya que el Barón escogiera para él, simplemente escribí al padre del niño notificándole sobre ese suceso agradable para él y volví a Italia con el mismo pasaporte.”(LBS, 144)
 
En una carta para Dondoukoff, HPB parece estar refiriéndose a la muerte de Yury, cuando escribe que:
 
“Yo tenía 35 años cuando lo vi por última vez. No vamos a hablar de esa época terrible y yo le imploro que la olvide para siempre. Yo había recién perdido el único ser que hacía la vida valer la pena ser vivida, un ser a quien amé, parafraseando a Hamlet, como “cuarenta mil países y hermanos nunca amaron a sus hijos y hermanas”. (HPB Speaks II, 19)
 
Y en otra carta para Dondoukoff, da la impresión de que HPB había dejado a Yury en Rusia para poder retomar sus viajes, pero por nostalgia resolvió desobedecer a su “hindú invisible” y fue para Kiev donde perdió “todo lo que me era más querido en el mundo”:
 
“De 1865 hasta 1868, cuando pensaban que yo estaba en Italia o en algún otro lugar, yo había ido nuevamente a Egipto, de donde debería ir para la India, pero me negué a hacerlo. Entonces volviendo hacia Rusia contra el consejo de mi hindú invisible, pues él quería que, al revés de eso, yo fuese para la “Lamasería” de Top-Ling, más allá de los Himalayas donde yo me había sentido tan bien, llevada por mi deseo de ver nuevamente – (no, perdóneme por no decir, pero no tengo fuerzas para tanto) – digamos, para ver mi país – vine a Kieff, donde perdí todo lo que me era más querido en el mundo y casi quedé loca.” (HPB Speaks II, 26)
 
Hay algunas evidentes confusiones en esas referencias. Como vimos, a Sinnett ella le dice que estaba con Yury y que lo llevó para Bolonia para intentar salvar su vida. Se había encontrado con Metrovitch en Italia, que la acompañó, y juntos acabaron enterrando al niño en un pueblito del sur de Rusia en 1867.
 
Pero en cambio para Dondoukoff ella da otra versión: que a los 35 años (esto es en 1866 o en el primer semestre de 1867) Yury recién había muerto. Que ella estaba en Egipto entre 1865 y 1868, y no en Italia, y que en vez de ir al Tíbet, como se lo solicitó su maestro, ella volvió hacia Rusia. Y en Kiev, Yuri había muerto y fue enterrado.
 
 
 
 
 
HPB falleció el 8 de mayo de 1891. Pero menos de un año antes de su muerte, el 20 de julio de 1890, Elliot Coues publicó en el periódico de Nueva York The Sun, un artículo llamado “¿Blavatsky Unveiled?” (¿Blavatsky Revelada?).
 
En ese artículo, Coues dice que el Sr. W.E. Coleman recibió una carta de Daniel D. Home, ubicando a HPB “en París en 1857 o 1858, como una mujer de reputación sospechosa, teniendo un romance con el príncipe Emil de Wittgenstein, de quien ella tuvo un hijo deformado, que murió en Kiev en 1868.” (Coues)
 
Esa afirmación hizo que HPB procediera a una acción judicial contra Coues y el periódico The Sun, en la cual Judge actuó como su abogado. Al comunicar a la Sociedad Teosófica su decisión de iniciar esa acción judicial, HPB escribió:
 
“Por cerca de quince años vengo calmadamente aguantando y he visto mi buen nombre siendo atacado por intrigas de periódicos (...) Algunos miembros pueden preguntar por qué nunca respondí a aquellos ataques que eran dirigidos contra el Ocultismo y los fenómenos. Por dos razones: el Ocultismo nunca dejará de existir, no importa cuan atacado sea, y los fenómenos ocultos podrán ser probados en una corte de justicia durante este siglo.” (Judge 1999, ii)
 
Pero como en ese caso, el periódico más allá de atacar su moral, atacaba la de un viejo amigo de la familia ya fallecido, ella decidió empezar un proceso de difamación. Ser llamada una mujer de reputación sospechosa era “tan ridículo que da ganas de reír” (Judge 1999, iii), pero las otras acusaciones no podían quedar sin una condenación. El caso acabó siendo cerrado antes de ser concluido debido a la muerte de HPB, el 8 de mayo de 1891.
 
En septiembre de 1892 el periódico publicó una retractación diciendo que había sido engañado por Coues, que no tenía ninguna base sólida para sus acusaciones.
 
 
Posteriormente en 1892, el propio Coleman publicó en Bombay un folleto con el mismo título del artículo de Coues, “¿Blavatsky Unveiled?”, reavivando la cuestión. En el folleto él da detalles de una carta que recibiera de D.D. Home, fechada el 12 de junio de 1882, en Ginebra, hablando sobre HPB:
 
“Él dice que ella [HPB] estaba en París en 1858. ‘Yo no tuve ningún interés especial en ella’, dice el Sr. Home, ‘a no ser una extraña impresión que tuve, la primera vez que la encontré con un joven caballero que desde entonces ha sido como un hermano para mí. Él no siguió mi consejo. En aquella época él era su amante, y era por demás repulsivo para mí, y ella, con el interés de llamar la atención, fingió ser una médium. Mi amigo aún piensa que ella es médium, pero también está plenamente convencido de que ella es una impostora.” (Coues)
 
Ese joven caballero, que era como un hermano para Home, es identificado como el Barón Meyendorff. Es importante recalcar que la opinión de Home tenía gran influencia en aquella época, pues él fue uno de los más conocidos médium de su tiempo.
 
Daniel Dunglas Home es considerado el mayor médium físico de la historia del espiritismo moderno. Home conseguía levitar, hacer música en el aire, mover objetos, etc. En 1860 fue convocado por Napoleón III para ir a su palacio, donde fueron realizadas varias sesiones mediúmnicas. Su fama se esparció y otros reyes y la alta sociedad pasaron a requerir su presencia. D.D. Home nunca aceptó ningún pago por sus demostraciones.
 
En Roma, en la primavera de 1858, Home conoció a Alexandrina (Sacha) de Kroll, una cuñada rusa del Conde Koucheleff-Besborodka. Poco después ellos se casaron en San Petersburgo. En julio de 1862, su primera esposa falleció. En 1871 se casó nuevamente con una rica señora rusa, Julie de Gloumeline, y pasó a dar sesiones en San Petersburgo.
 
La fase más importante de la historia de D.D. Home fue cuando su mediumnidad fue examinada por Sir William Crookes. Sus investigaciones comenzaron en mayo de 1871, con gran publicidad de la prensa. Su veredicto fue que los fenómenos eran verdaderos. En la década de 1870, D.D. Home concluyó sus actividades mediúmnicas. Él falleció en junio de 1886 de tuberculosis.
 
 
Home fue también un gran opositor de HPB. El Maestro KH escribe en una carta a Sinnett que D.D. Home era “el más amargo y cruel enemigo que O. [Olcott] y Mad. B [Blavatsky] tienen, aunque él nunca se encontró con ninguno de ellos.” (ML cr., 53)
 
En verdad hay controversias en esa cuestión, si HPB se encontró o no con D.D. Home. Como vimos en la carta para Coleman, el propio Home dice que la había encontrado en París, en el año 1858, cuando ella sería amante de “un joven caballero, que desde entonces ha sido como un hermano para mí”, o sea el Barón Meyendorff. Y en una entrevista para un reportero del periódico Daily Graphic de Nueva York, en 1874, HPB dice:
 
“En 1858 yo volví a París, y conocí a Daniel Home, el espiritista. El se había casado con la condesa Kroble, una hermana de la condesa Koucheleff Bezborrodke, una señora de quien fui muy íntima en mi juventud. Home me convirtió al espiritismo. (...) Vi a Home siendo cargado y llevado a través del cuarto flotando hacia fuera por la ventana, bajado bien lentamente hasta el suelo y colocado en su carruaje. Después de eso volví para Rusia y convertí a mi padre al espiritismo.” (Anonymous)
 
Posteriormente HPB escribió en el margen de ese artículo, que había colocado en su álbum, que esas informaciones eran mentiras del reportero, y que:
 
“En toda mi vida nunca vi ni a D.D. Home, ni a su esposa; nunca estuve en la misma ciudad que él por media hora, en mi vida. De 1851 a 1859 estaba en California, Egipto y la India. En 1856-58 estaba en Kashmere y en otros lugares.” (Anonymous, facsímile)
 
Pero de otras Fuentes queda claro que HPB conocía por lo menos a la primera esposa de D.D. Home, la Condesa Alexandrine (Sasha) de Kroll. El periódico Human Nature de abril de 1872, anunciaba la formación de la Société Spirite en El Cairo y publicaba una nota de la propia HPB, donde ella se presenta como una amiga de la fallecida esposa de D.D.Home:
 
“Me gustaría suscribirme a su valiosa publicación, EL MÉDIUM. Por favor me informa cual será el precio de la suscripción. Si por acaso se encuentra con el Sr. D. Home, el médium, por favor dígale que una amiga de su fallecida esposa, “Sacha” – una amiga de St. Petersburgo de años pasados – le envía sus mejores recomendaciones y le desea prosperidad.” (Burns)
 
 
 
 
 
 
MI OPINIÓN
 
Después de analizar todo esto, yo pienso que Blavatsky no fue la madre biológica de Yuri.
 
Primero porque vemos que Nikifor ya no quería saber nada de Blavatsky y él deseaba que su casamiento fuera anulado para así liberarse de ese asunto. Por lo tanto no tiene ningún sentido que él aceptara volver a vivir con Blavatsky si esta hubiera traído a un niño que ella tuvo con otro hombre, y en cambio tiene mucho más sentido considerar que Nikifor aceptó cuidar a ese niño porque era el hijo de su familiar Nathalie.
 
Por otra parte, cuando el coronel Olcott escribió su biografía, él era bastante hostil hacia Blavatsky, y por consiguiente no tiene sentido que él hubiera inventado la posesión de esas cartas que demostraban que Blavatsky efectivamente no era la madre biológica de Yuri. Además que el coronel Olcott era un hombre muy integro, y dado que Blavatsky mencionó anteriormente la existencia de esas cartas en una carta privada que le escribió al señor Sinnett, considero que realmente esas cartas si existieron.
 
 
 
 
 
 
Referencias
 
·        Anonymous, About Spiritualism, Blavatsky Study Canter.
·        Beechey, Letters from HPB’s Husbands, The Theosophist, August 1959, 291-299.
·        Burns, Madame Blavatsky as a Spiritualist, BSC.
·        CW, H.P.Blavatsky Collected Writings, editado por Zirkoff, TPH, Wheaton, 1977.
·        Coues, Blavatsky Unveiled!, BSC.
·        Fuller, Blavatsky and her Teachers, TPH, London, 1988.
·        Judge, H.P.Blavatsky, ULT pamphlet nº 14, Mumbai, 1999.
·        H.P.B. Speaks, editado por Jinarajadasa, TPH, Adyar, 1986.
·        LBA, The Letters of H.P. Blavatsky to A.P. Sinnett, TUP,  Pasadena, 1973.
·        ML cr., The Mahatma Letters (in Chronological Sequence) editado por Hao Chin Jr., TPH,  Quezon City, 1993.
·        Meade, Madame Blavatsky, The Woman Behind the Myth. New York, 1980.
·        Murphet, Hammer on the Mountain. TPH, Wheaton, 1972.
·        Neff, Personal Memoirs of H. P. Blavatsky, Quest Book, TPH, Wheaton, 1971.
·        Olcott, Old Diary Leaves, TPH, Adyar, 1974.
·        Rawson, Two Madame Blavatsky The Acquaintance of Madame H. P. Blavatsky with Eastern Countries. TH 3, nº 1, 27-30, January 1989.
·        Sinnett, Incidents in the Life of Madame H.P. Blavatsky, 1886.
·        Solovyoff, A Modern Priestess of Isis, London, 1895.
·        Zhelihovsky, Helena Petrovna Blavatsky, BSC.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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