Como William Kingsland denunció en 1909 la farsa de Annie
Besant
El investigador teosófico Carlos
Cardoso Aveline escribió lo siguiente:
El Karma tiene sus propias y
misteriosas formas de operar, y en la historia del movimiento teosófico,
algunos personajes importantes llegan a ser invisibles por algún tiempo. Ellos
son casi totalmente olvidados, y luego -–a causa de la ley de los ciclos-– el
registro y la memoria de sus vidas y de sus esfuerzos despiertan otra vez.
Alice Leighton Cleather es un
ejemplo de ellos. Ella perteneció al Grupo Interno de la escuela esotérica
fundado por Blavatsky en Londres a finales de 1880. Y en la primera parte del
siglo XX, la Señora Cleather escribió tres libros acerca de su maestra, sobre
teosofía y sobre el movimiento teosófico.
Ella mostró cómo Annie Besant
decidió abandonar la teosofía original para dedicarse a hablar con un supuesto
“rey del mundo” y para organizar la reaparición pública de su propio e
imaginario “Señor Cristo- Maitreya”.
Olvidados por algunos, desconocidos
para muchos, los libros de Alice Cleather tienen cosas decisivas que decir al
movimiento teosófico del siglo presente. Y aunque humana y no infalible, la
Sra. Cleather fue una persona ética. Ella tenía una visión clara y su
testimonio ocupa un lugar significativo en la historia del movimiento
teosófico.
Y el señor William Kingsland es otro
teósofo “invisible” cuya vida y obra se están haciendo otra vez perceptibles. Kingsland
fue el presidente de la Logia Blavatsky de Londres por algún tiempo. Él estuvo
presente en todas las reuniones de 1889 con hubo Blavatsky explicando la
Doctrina Secreta y cuyo contenido se encuentra trascrito en el libro “The Secret Doctrine Dialogues”.
Fue en diciembre de 1909, unos
veinte años más tarde, que William Kingsland renunció a su membrecía de la
Sociedad Teosófica de Adyar, y lo hizo con una Carta Abierta a Annie Besant, y
una parte significativa del documento está reproducido en el capítulo uno del
libro de Alice Cleather “H. P. Blavatsky
– A Great Betrayal”.
Los libros escritos por la Sra.
Cleather son útiles de muchas maneras para las nuevas generaciones de
estudiantes que desean entender la evolución del movimiento teosófico como un
todo. Mientras en los Estados Unidos la Logia Unida de Teósofos (ULT) estaba
comenzando a emerger en 1909 con el objetivo de rescatar la filosofía original
enseñada por Blavatsky, en Londres William Kingsland, Edward Schuré y otros
estaban abandonando la Sociedad de Adyar, porque Adyar, en la práctica, había
adoptado como su gurú a alguien que muchos consideraban un criminal, o por lo
menos un enemigo de los Maestros de Sabiduría y de su ética, y me refiero a
Charles Leadbeater
Kingsland y Schuré siguieron el
ejemplo dado por G.R.S. Mead. Las mismas personas que habían sido usadas en la
campaña política en contra de William Judge en 1894-1895, pudieron darse cuenta
entonces, al menos en parte, lo que estaba realmente ocurriendo en la Sociedad
Teosófica de Adyar.
Y a continuación reproducimos abajo
el capítulo uno del libro de la Sra. Cleather. El título del texto es “Mr.
William Kingsland on the Crisis of 1906” (La explicación del Sr. Kingsland sobre
la crisis de 1906). Y para poder entender el primer párrafo, el lector debe
tener en consideración el hecho de que en 1906 el Sr. Charles Leadbeater había
sido forzado por Henry Olcott a renunciar a su membrecía de la Sociedad de
Adyar, para evitar de ese modo que fuese formalmente expulsado.
Alice Cleather comenzó el capítulo escribiendo:
La primera de las viejas páginas que
debo citar está escrita por mi viejo amigo y compañero del Consejo, el Sr.
William Kingsland, autor de “The Esoteric
Basis of Christianity” y otras obras de temas semejantes.
Él fue uno de los miembros
principales en los primeros tiempos del movimiento teosófico junto a Blavatsky,
y renunció a su membrecía cuando la Sra. Besant, al obtener la Presidencia
después de la muerte del Coronel Olcott en 1907, reinstaló al Sr. Leadbeater.
La Sra. Besant había hecho la
crítica literaria de un nuevo libro escrito por el Sr. Kingsland, y tomó la
oportunidad para referirse a su renuncia. Por lo que él le replicó en “Una
Carta Abierta para Annie Besant” fechada en diciembre de 1909, diciendo lo
siguiente:
« Usted ha hecho una afirmación perfectamente irrelevante,
fuera de lugar y falsa, que no puedo dejar pasar sin ser debatida, y las
palabras a las que me refiero son estas:
- “Aquí tenemos un muy excelente libro teosófico que evade
reconocer la fuente de las ideas extraídas. Cuando la Teosofía está de moda,
¡cómo aquellos que se rehúsan a caminar con ella en los días difíciles se
reúnen para proclamarla como suya, mientras ella camina bajo la luz del sol y
entre aplausos!”
Estas palabras implican, en primer lugar que existe una
conexión entre la forma como mi libro es presentado y recientes eventos dentro
de la Sociedad Teosófica que me han llevado así como a muchos otros, a cortar mi
conexión con esa Sociedad.
Y
en segundo lugar, que ahora nosotros “nos rehusamos a caminar con ella” porque
ahora ella “no está de moda y está en días en que sufre desprecio”.
Pero ninguna de estas dos aseveraciones
es cierta, y lo que ellas implican es indigno de usted. Eso sin embargo es un
asunto pequeño si lo comparamos con la implicación de que mi persona y los
otros le hemos dado la espalda a la Teosofía por una razón tan ilegítima.
Le pido que considere los nombres de
los probados miembros antiguos a los cuales usted ha forzado a salir de la
Sociedad Teosófica debido a las desastrosas políticas que usted ha
desarrollado. Y luego pregúntese delante de la Gran Presencia si es cierto que
cualquiera de ellos ha desertado a la Teosofía, o más bien dicho a la Sociedad
Teosófica, porque ésta es menos “popular” ahora que lo era en los viejos
tiempos, cuando usted, yo y otros nos manteníamos hombro con hombro peleando la
batalla con Blavatsky por difundir la enseñanza de los maestros.
¿Acaso alguno de nosotros eludimos el oprobio en aquel
momento, y realmente piensa usted que ahora estamos menos dispuestos a
enfrentarlo?
Sin embargo, una cosa es incurrir en
oprobio por amor a la Verdad, y
otra cosa muy diferente es que nos pidan de hacerlo para sustentar enseñanzas incorrectas, las que usted está promoviendo
actualmente.
Y lo que quiero señalar ahora muy
particularmente y en interés de la verdadera Teosofía, es que usted está
cometiendo un grave error, un error que H.P. Blavatsky nunca hizo, y es el
error de pensar, escribir y hablar como si la Teosofía y la Sociedad Teosófica
fueran una y la misma cosa, absolutamente idéntica; y como si en todo el mundo
no pudiese haber Teosofía sin la Sociedad Teosófica, o teósofos, fuera de ella.
Usted debe saber que saliendo de la
Sociedad Teosófica de Adyar, la gran mayoría de nosotros en ningún momento
hemos abandonado la Teosofía, a pesar de que pudiéramos estar compelidos a
enseñarla bajo otro nombre. Aunque no podamos ya trabajar con y a través de la
Sociedad Teosófica, seguimos trabajando por la gran obra que H.P. Blavatsky
inició.
Pero en los viejos tiempos, por lo
menos pensábamos que la Sociedad Teosófica trabajaba por la Teosofía y por la moralidad.
Pero actualmente ya no podemos seguir
pensando o diciendo eso. La “Teosofía” de la Sociedad Teosófica de Adyar
es ahora un credo y un dogma definido, basados en la autoridad de
pronunciamientos psíquicos, y quienes tienen el coraje de pensar diferente son
inicialmente sacados de sus puestos por la Presidente, y finalmente presionados
a dejar la Sociedad, y denunciados con acusaciones fuertes como de que son
“perseguidores” y “personas que tienen odio”.
Estoy muy consciente de que todo el
tiempo usted está predicando libertad de opinión; pero ese es uno de los
aspectos de la farsa del régimen que usted inauguró, ya que de todo lo
que usted está predicando, ahora es notorio que su práctica es exactamente lo
contrario.
Usted comenzó por destituir al
Vice-Presidente por atreverse a sostener una opinión diferente de la suya
respecto al comienzo de la Sociedad; y luego procedió a manipular las cosas de
manera que varios antiguos y fieles líderes que han estado en oposición a sus
pronunciamientos y su política fueran destituidos de sus posiciones como Secretarios
Generales de Secciones.
Pues bien, usted triunfó en
conseguir que los que la respaldan ahora sean nombrados – y perdió muchos
cientos de antiguos miembros.
Indudablemente ahora usted tiene
completo control y le es posible moldear la Sociedad Teosófica de Adyar a su
propia voluntad y capricho, y sujetarla a la “obediencia” de su propia autoridad
y sus visiones psíquicas.
Con qué sacrificio de principios ha
hecho esto, es algo que todos sabemos. Pero que nadie imagine que estas son las
bases sobre las cuales H.P. Blavatsky fundó la Sociedad teosófica; y que de
este modo la Sociedad cumplirá la misión para la cual estaba programada; o que
la Sociedad así llegará a ser alguna cosa excepto una secta exclusiva y de visión estrecha.
Y si acaso sus declaraciones fueran
ciertas en el sentido de que la Sociedad Teosófica que usted tan erróneamente
identifica con la Teosofía está ahora “en días en que sufre desprecio” quizás
aún más de lo que estuvo en los viejos tiempos.
¿Qué y quién lo ha hecho así?
Esto está ocurriendo porque usted y vuestro
Consejo General han puesto su sello de aprobación oficial en una pseudo-teosofía
que respalda la inmoralidad más
grosera y la defiende como un medio de “descargar [sic]
formas-pensamientos” (ver panfleto de Van Hook), una práctica que una vez usted
declaró que “cuando se enseña bajo el nombre de Sabiduría Divina, es
esencialmente terrestre, sensual y diabólica.
Sin embargo esto es lo que es
enseñado y justificado apelando a las leyes de la reencarnación y el karma – en
el panfleto de Van Hook, el cual usted y el Consejo General se han rehusado a
repudiar, y por lo tanto han dado su beneplácito.
Y ahora, una vez que usted ha
impuesto su voluntad, y ha limpiado la Sociedad Teosófica de todos aquellos que
critican el desvarío que usted ha creado, los elementos así llamados “de odio y
persecución” como usted nos llama, ¿no podría usted al menos abstenerse de
golpearnos por la espalda?
Nada es más triste para sus viejos
amigos y camaradas que verla rebajándose con veladas insinuaciones, e incluso
falsedades directas; sin perder oportunidad – ni siquiera en la crítica
literaria de un libro – de injuriar injusta y falsamente a aquellos que
recientemente han llegado a ser sus oponentes, y quienes ahora no tienen medios
directos de contestarle, o de refutar sus declaraciones, dentro de la misma
Sociedad. »
Y Alice Cleather terminó el capítulo
escribiendo:
Este texto muestra que trece años atrás (en 1909), la
siniestra mano del Sr. Leadbeater ya se había apoderado de la Sociedad Teosófica
y de su alucinada Presidenta, la Sra. Besant.
Y que sus viles e inmorales
enseñanzas, respaldadas por ella, habían ahuyentado a varias de las mentes más
brillantes y de visión clara de entre los discípulos y amigos de H.P.
Blavatsky; incluyendo al Sr. G.R.S. Mead, uno de los miembros del Comité que
investigaron a Leadbeater y quien también renunció cuando la Sra. Besant llegó
a la Presidencia y por las mismas razones aducidas por el Sr. Kingsland.
Y la práctica a la que el Kingsland alude
en su Carta Abierta es por supuesto bien sabido ahora que se trata de la
práctica perniciosas sexuales enseñadas y defendidas por el Sr. Leadbeater,
quien pretende que haciendo tal cosa, él está actuando bajo el consejo y
autoridad de uno de los Maestros de Sabiduría.
¡Mayor y más terrible infamia no podría ser perpetrada!
(https://www.filosofiaesoterica.com/una-carta-abierta-annie-besant)
Libros
“The Secret Doctrine Dialogues”, H.
P. Blavatsky, Theosophy Co., Los Angeles, 2014, 722 páginas.
“H.P. Blavatsky – A Great Betrayal”, por Alice Leighton Cleather,
Thacker Spink & Co., Calcutta, 1922, 96 páginas.
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