Enrique Ugalde
fue el segundo hijo de Pachita, quien ha sido la cirujana psíquica más famosa
de México.
Pachita murió
en 1979 y casi inmediatamente después de su fallecimiento Enrique se puso a
efectuar también operaciones psíquicas afirmando que él (al igual que su madre)
también era asistido por el espíritu de Cuauhtémoc, quien fue el último
emperador de los aztecas.
Enrique
menciona que él estaba cansado de trabajar cargando tablas de madera, y por eso
decidió volverse un cirujano psíquico como su madre.
El escritor Pablo Sotelo
publicó un artículo donde relata las experiencias que tuvo con Enrique (ver link).
En el año 2006,
la directora de cine francesa Marie Arnaud elaboró un documental acerca de
Enrique y el grupo de personas que lo asistían, titulado “El Hermanito” que es
así como Pachita llamaba afectuosamente a Cuauhtémoc, y que es
así como solían apodar a Enrique; y Pablo Sotelo puso ese documental en
youtube:
Enrique
falleció el 25 de agosto del 2012 de un paro respiratorio.
¿QUÉ TAN VERÍDICO FUE ENRIQUE?
El investigador
Diego Dreyfus publicó el siguiente video donde muestra que Enrique Ugalde fue
un embustero:
Enrique
permitió que Marie Arnaud lo filmara durante una operación, pero claramente se percibe
que en esa operación Enrique efectuó el viejo truco que hacen los falsos cirujanos
psíquicos que consiste en esconder el órgano de un animal detrás de sus manos
(en este caso Enrique escondió un hígado).
Luego el
cirujano psíquico muestra un pedazo de ese órgano a los testigos para hacerles
creer que realmente él abrió al paciente y lo está operando (pero los cirujanos
psíquicos nunca muestran el cuerpo cortado), y en el caso de Enrique él ocultó el
inexistente corte con sus manos.
Y finalmente los
cirujanos psíquicos aparentan cerrar la herida sin que aparezca ninguna
cicatriz (lo cual es lógico ya que en realidad ellos nunca abrieron el cuerpo
del paciente).
Pero además Enrique era un charlatán mediocre porque
él estaba todo asustado que la cámara revelara su superchería, y es por eso que
él le exigió al equipo de filmación que redujeran la luz, cuando en cambio los
cirujanos psíquicos filipinos son capaces de efectuar ese truco con plena luz y
teniendo a los testigos aún más cerca (pero los cirujanos psíquicos filipinos
tampoco muestran la abertura que supuestamente ellos le hacen al paciente).
Y Enrique
podría haberse esforzado por estudiar un poco de medicina para parecer más
creíble, porque en el documental el paciente indicó que él tenía un problema de
autoinmunidad de sus células hepáticas, y yo le pregunto a Enrique:
¿De qué sirve cortar un pedazo del hígado para solucionar
ese problema?
Y la respuesta es que eso no sirve
de nada para solucionar ese problema, pero aún así Enrique hizo ese truco grotesco
porque era el único truco que él conocía.
Y este es un
ejemplo más de lo charlatanes que son los cirujanos psíquicos.
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