LA TRAICIÓN DE JUDAS VISTA POR RUDOLF STEINER

Sobre este asunto, Rudolf Steiner en su libro “El Quinto Evangelio” mencionó lo siguiente:

« El Cristo Jesús influyó en sus discípulos y en la gente de un modo singular, ya que cuando el Cristo andaba por las distintas comarcas, él ejercía un efecto extraordinario sobre los demás.

Y aunque él estaba en comunidad con los apóstoles, pero como él era el Cristo, fue como si no solamente él estuviese en su cuerpo; sino que en los lugares por donde pasaba, sucedía que uno u otro individuo tenía la sensación de que en sí mismo estuviese presente el Cristo.

Y tal hombre empezaba a expresar las palabras que en realidad sólo el Cristo Jesús hubiera podido decir.

Así fue el vínculo con los discípulos y con otros hombres cuando Jesús de Nazaret se había convertido en Jesucristo.

Y este fenómeno iba aumentando porque Cristo seguía yendo de lugar en lugar, acompañado de un ya bastante numeroso grupo. Y cuando en este o aquel lugar uno de sus seguidores hablaba, podía creerse que era el Cristo mismo quien hablaba, pues él hablaba por la boca de todos.

Hubo, por ejemplo, un diálogo entre los escribas. Y ellos decían que para aborrecimiento del pueblo se podría matar a Jesucristo, pero ellos no sabían cuál era pues todos hablan de mismo modo. Y tomar uno al azar no resolvería nada, ya que posiblemente el verdadero Jesucristo sobreviviría. Era preciso prender al Cristo mismo.

Sólo los discípulos mismos eran capaces de hacer la distinción; pero ellos, naturalmente, no iban a decir al enemigo quién era el verdadero Cristo.

Pero ahora, el demonio Arimán había adquirido fuerza suficiente con respecto a la pregunta que había quedado sin resolver, pregunta que el Cristo no pudo decidir en los mundos espirituales, si no únicamente en la Tierra.

Y por el hecho más grave tuvo que conocer lo que significa hacer pan de las piedras. Pues Arimán recurrió a la complicidad de Judas Iscariote para apresarlo, debido a que por la manera de cómo el Cristo obraba, no hubiera existido ningún recurso espiritual para descubrir quién, en medio de los que le veneraban, era Jesucristo.

Pues donde el espíritu, incluso lo supremo de la fuerza persuasiva, ejercía su influencia no fue posible apoderarse de él. Únicamente se logró aprehenderle donde actuaba quien empleaba el medio desconocido al Cristo y que él no llegó a conocer sino por el acto más grave sobre la Tierra.

Pero por ningún otro medio hubiera sido posible reconocerle sino únicamente porque intervino quien se puso al servicio de Arimán, quien efectivamente sólo por el dinero llegó a cometer la traición.

El vínculo de Cristo con Judas consistía en que en la escena de la tentación había tenido lugar lo que es comprensible en el Dios: el Cristo no sabía que sólo para el cielo es cierto que para el pan no se necesitan piedras.

La traición se hizo porque Arimán había retenido el aguijón. Además, el Cristo debió someterse al dominio de la muerte por cuanto que Arimán tiene poder sobre ésta.

He aquí el misterio de la traición de Judas. »

(Capítulo 5)

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Y esta interpretación que hace Rudolf Steiner sobre la traición de Judas me parece bastante descabellada porque por mucho que los seguidores de Cristo hablaran parecido a él, mucha gente sabía quién era el verdadero Jesús ya que ellos habían presenciado los milagros que Jesús había efectuado. Así que el argumento de Rudolf Steiner de que solamente los apóstoles conocían su identidad me suena muy poco creíble, además que en los evangelios esencialmente todo gira alrededor de Jesús.