ENCUENTRO DE DJWAL KHUL CON UN AMIGO DE ALICE BAILEY




En su “Autobiografía inconclusa”, Alice Bailey escribió el siguiente relato:


« El Maestro Djwal Khul, el Tibetano, me ha estado enviando encomiendas desde la India.

Por ejemplo, hace unos cuantos años atrás, un amigo muy querido, Henry Carpenter, que había estado en contacto muy íntimo con mi esposo Foster y yo, desde el principio de nuestra tarea, fue a la India para tratar de comunicarse con los Maestros en el monasterio de Shigatzé, que es una pequeña aldea nativa en los Himalayas y que se encuentra justo al otro lado de la frontera tibetana.

Por tres veces lo intentó, a pesar de que yo le había dicho que podría encontrar al Maestro aquí en Nueva York si daba los pasos adecuados y el momento era propicio.

El quería decirles a los Maestros, lo cual me causaba gracia, que yo pasaba por un período muy difícil y era conveniente hacer algo. Como amigo personal de Lord Reading, el ex-virrey de la India, se le dieron todas las facilidades para llegar a ese destino, pero el Dalai Lama le negó permiso para cruzar la frontera.

Sin embargo en su segundo viaje a la India, encontrándose en Gyantse (que es el lugar más cercano de la frontera al que pudo llegar) oyó un gran alboroto en la empalizada del bungalow de un “dak".

Fue a ver de qué se trataba y se encontró con un lama montado en un burro que acababa de atravesar la empalizada. Él era asistido por cuatro lamas y todos los nativos de la aldea los rodeaban y se inclinaban ante ellos.

El señor Carpenter, por medio de su intérprete, hizo averiguaciones y así supo que el lama era un abad de un monasterio ubicado al otro lado de la frontera tibetana y había venido especialmente para hablar con él.

El abad expresó su interés por el trabajo que estábamos realizando y le preguntó por mí. Y también inquirió noticias de la Escuela Arcana, y le entregó a Carpenter dos grandes paquetes de incienso para mí.

Más adelante, Carpenter vio al general Laden Lha en Darjeeling.

El general era tibetano, educado en Gran Bretaña en una escuela pública y en la universidad, y tenía a su cargo el servicio secreto de la frontera tibetana. Ya ha fallecido; fue un gran hombre y muy bueno.

El señor Carpenter le contó su experiencia con el lama y le dijo que se trataba del abad de un monasterio de lamas. Pero el general se negó rotundamente a creer eso porque le respondió que ese abad era un grande y santo hombre y que nunca se supo que hubiera cruzado la frontera y visitado a un occidental.

Sin embargo, cuando Carpenter regresó al año siguiente, el general Laden Lha admitió su error y que el abad en verdad había bajado a verlo»
(Capítulo 4)


~ * ~


Infortunadamente en este otro capítulo demuestro que Alice Bailey jamás estuvo en contacto con Djwal Khul, y que todo lo que ella contó al respecto fueron puras mentiras:


Y por consiguiente este relato que ella puso en su autobiografía solo es una mentira más a la larga lista de falsedades que ella escribió.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario