LITELANTES ERA UN PELIGRO AL VOLANTE



Arnolda Garro de Gómez, conocida por los gnósticos samaelianos como "Venerable Maestra Litelantes", fue la segunda pareja que tuvo Samael Aun Weor, y al igual que Samael, Litelantes era pésima para conducir autos, pero además a ella le gustaba la velocidad, lo que puso en peligro en varias ocasiones su vida y la de otras personas.

Esto lo reveló Alfredo Dosamantes quien fue su secretario y quien en su libro "Litelantes: La Gran Estrella del Dragón" escribió lo siguiente acerca de este tema:


« Recuerdo que muy recién llegados a residir en México DF [antes vivían en Guadalajara] nos fuimos a un balneario cerca de Cuernavaca un poco más allá de Alpuyeca hacia el sur al que fuimos en varios vehículos, y en nuestro regreso ella me insistió en que quería conducir el carro afirmando que era automático y además con mi mano izquierda le ayudaba con el volante.

Apenas se lo había dado que ya estaba terriblemente arrepentido de permitirle conducir, pues ella pisaba el acelerador hasta el fondo de suerte que me la pasé rogándole que bajara la velocidad.

Sucedió que al llegar a Alpuyeca en vez de tomar a la derecha rumbo a Cuernavaca, ella siguió de frente entrando por el camino que lleva hacia Xochicalco y que es muy estrecho y con curvas cerradas.

En verdad que le rogaba y le suplicaba que redujera la velocidad, lo cual ella hacía momentáneamente y luego insistía en acelerar lo más posible, hasta que por fin me concedió dirigir el vehículo, pero para ese entonces yo ya estaba pálido del susto.

Me imagino que igualmente así de asustado se encontraba su hijo Aurus cuando vio que le cedí el volante y él me insistió en que no lo hiciera. Él procuró seguirnos en su coche pero no se dio cuenta que en Alpuyeca no viramos a la derecha, mientras que él sí lo hizo.

Incluso se paró al ver un accidente en la carretera a Cuernavaca, pues uno de los vehículos era de color gris como el que llevábamos nosotros, y él temió que su mamá se había accidentado

La jefita no cesó de reírse de su travesura, tanto por el susto de Aurus como por los ruegos y súplicas que le hice para que me devolviera la dirección del vehículo.

Si tuviera que relatar todas las bromas y travesuras que nos llegó a hacer nuestra Venerable Maestra, entonces  este libro no tendría fin. »
(p.73)






OBSERVACIONES

Esta anécdota muestra lo inconsciente que era Litelantes debido a que su temeridad y su gusto por la velocidad pudo haber ocasionado una tragedia, y esto demuestra que ella no era una maestra espiritual porque un ser elevado primero piensa en los demás.

Pero aunque no hubo muertos, parece que Litelantes si tuvo un accidente grave.

Balamvic mencionó:
 
-       "Un ex-integrante de la Iglesia Gnóstica de Medina, me dijo que doña Arnolda había sufrido un accidente automovilístico que la había dejado hasta con la boca chueca. Y eso del accidente de Arnolda, también me lo confirmó un integrante de la Iglesia Gnóstica del Tercer Milenio, el que además me dijo que el accidente dejó a doña Arnolda muy grave de la cadera, lo que le impedía practicar el Arcano AZF con Samael."


A lo que Juan José le comentó:
 
-       "Ahora entiendo porque en los últimos videos vi a Litelantes con la mandíbula inferior chueca hablando como de lado, y bueno Samael con sus poderes que dijo tener, la hubiera podido curar de la cadera, digo ¿o no?"











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