LOBSANG RAMPA SE ENCONTRÓ CON SU MOMIA


 
Lobsang Rampa afirmó que existe en el Tíbet un recinto oculto conocido como “El Salón de las Encarnaciones Anteriores” en donde se colocan los cadáveres embalsamados de los lamas más superiores, y sobre ese lugar Lobsang Rampa en su libro “El Tercer Ojo” escribió lo siguiente:
 
« Allí en el Salón había figuras que habían vivido en los primeros siglos; ellas estaban sentadas en hilera, como jueces solemnes que observan con ojos entrecerrados las flaquezas y los errores de la generación presente.
 
Allí hablábamos en susurros y caminábamos con todo cuidado, como si no quisiéramos molestar a los muertos vivientes.
 
Me sentí atraído por un cuerpo en particular. Algún poder extraño me mantenía fascinado frente a él. Parecía observarme con una sonrisa que todo lo sabe.
 
En ese momento alguien me tocó suavemente el brazo, y casi caí de miedo.
 
-        “Ese fuiste tú, Lobsang, en tu última encarnación. ¡Creíamos que lo reconocerías!”
 
Mi Guía me llevó hasta la próxima figura de oro y dijo:
 
-        “Y ése era yo.”
 
Silenciosamente los dos muy emocionados, salimos del Salón y la puerta fue sellada tras de nosotros.
 
 
Muchas veces me permitieron entrar en el Salón a estudiar las figuras vestidas de oro. A veces iba solo y me sentaba a meditar frente a ellas. Cada una tenía su historia escrita, que yo estudiaba con el mayor interés.
 
Allí estaba la historia de mi Guía actual, el lama Mingyar Dondup, la historia de lo que había hecho en el pasado, un resumen de su carácter y habilidades. Las dignidades y honores que se le confirieron. El modo como murió. Etc.
 
Y allí también estaba mi historia pasada, que estudié con la mayor atención.
 
En el Salón había noventa y ocho figuras sentadas, en el recinto oculto cavado en la roca, y con la puerta bien disimulada. La historia de Tíbet estaba frente a mí, o así creía pues la historia más antigua me sería mostrada más tarde.
 
 
Después que en varios lamasterios vi el embalsamamiento media docena de veces, un día me mandó llamar el Abad a cargo de Chakpori.
 
-        “Amigo mío” –dijo– “por orden directa del Muy Amado debes ser iniciado como Abad”.
 
De modo que como Encarnación Reconocida, otra vez había alcanzado el estado con el cual había dejado la vida seiscientos años antes. La Rueda de la Vida había girado en círculo completo. »
(Capítulos 16 y 17)
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES
 
Investigando no he encontrado que a los lamas superiores del Tíbet se los momifique, pero en cambio si existe una técnica que permite que algunos monjes budistas se auto-momifiquen y sus cadáveres no se desintegren.
 
Estos casos particulares se han visto en diversos países budistas, y se les suele denominar con el término japonés Sokushinbutsu que literalmente significa "consecución de la budeidad en vida", pero son casos muy raros y hasta la fecha solo se han descubierto veinticuatro de esas momificaciones.
 
Además, si realmente hubiera existido “El Salón de las Encarnaciones Anteriores” con sus noventa y ocho momias, después de tantos años que China ha estado ocupando el Tíbet ya se sabría de la existencia de ese recinto.
 
Mi conclusión es que esta historia fue otra mentira que inventó ese escritor para impresionar sus lectores.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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