LAS CEREMONIAS QUE EFECTÚAN LOS MAESTROS TRANSHIMALÁYICOS

 
 
 
 
Los maestros transhimaláyicos indicaron que ellos son dirigidos por el Señor Buda y que ellos pertenecen a una rama del budismo que es completamente secreta y esotérica. Y a continuación les trascribo la información que he encontrado sobre las ceremonias que ellos efectúan.
 
 
 
 
¿QUÉ TIPO DE CEREMONIAS HACEN?
 
Los instructores teosóficos señalaron que el maestro budista del siglo XV Je Tsongkhapa (c.1357-1419) fue una reencarnación de Gautama Buda quien regresó al mundo físico para reformar el budismo que con el paso del tiempo se había enormemente corrompido.
 
Por lo que supongo que los maestros transhimaláyicos efectúan los rituales que se practican en la Escuela Gelug que fue fundada por Tsongkhapa (pero que desafortunadamente también con el paso del tiempo se ha ido corrompiendo cada vez más).
 
 
 
 
 
¿CUÁNDO EFECTÚAN SUS CEREMONIAS?
 
Parece que las llevan a cabo en las mismas fechas que lo hace la Escuela Gelug. El maestro Kuthumi le comentó lo siguiente al señor Alfred Sinnett:
 
En septiembre de 1881 le escribió:
 
« Ya no tendré el placer de ponerme al día con tus cartas o contestarlas por los siguientes tres meses. … Mis jefes desean que particularmente yo esté presente en nuestras Festividades de Año Nuevo [tibetano] el próximo febrero y a fin de estar preparado para eso tengo que aprovechar los tres meses que quedan. Por lo tanto te digo adiós por ahora mi buen amigo»
(CM 104, p.441)
 
Y en febrero de 1882 le escribió:
 
« Ya todo terminó, las festividades de Año Nuevo están finalizando»
(CM 45, p.264)
 
 
 
 
 
 
¿DÓNDE EFECTÚAN SUS CEREMONIAS?
 
Estas ceremonias las efectúan principalmente en un lugar secreto, y sobre ese lugar el maestro Morya reveló lo siguiente:
 
« En cierto lugar cuya ubicación no se debe de mencionar a extraños, existe un precipicio atravesado por un frágil puente de pastos entretejidos, y por debajo del cual corre un torrente enfurecido.
 
El miembro más intrépido de sus clubes de alpinismo difícilmente osaría aventurarse a pasarlo porque ese puente cuelga como una telaraña y parece estar podrido e impracticable. Pero no es así, y aquel que se atreve a afrontar la prueba y tiene éxito, como lo tendrá si es licito que se le permita atravesarlo [mientras que el profano no lo podrá porque los elementales se lo impedirán] entonces llegará a un desfiladero de una belleza panorámica incomparable.
 
Es uno de nuestros lugares secretos donde se encuentra algunas de nuestra gente, pero sin embargo, del cual no existe ninguna nota o minuta entre los geógrafos europeos.
 
A la distancia de un tiro de piedra desde una vieja Lamasería (un templo budista), se levanta una antigua torre, dentro de cuyo seno se ha gestado generaciones de Bodhisattvas (titulo que se les da a aquellos que están cerca de volverse un Buddha, o sea un ser plenamente iluminado)»
(CM 29, p.219)
 
 
Y Blavatsky añadió lo siguiente:
 
« Es un hermoso lugar donde se encuentra una torre cuadrada. De ahí se ve el Himalaya a la derecha y un hermoso lago cerca de la Lamasería»
(The Theosophical Forum, mayo de 1936, p.345)
 
 
 
 
 
 
 
TESTIMONIOS
 
Ramiah
 
Algunas personas pudieron asistir a esas ceremonias con sus dobles astrales, y tal fue el caso de C. Ramiah quien fue uno de los primeros miembros de la Sociedad Teosófica en la india:
 
« Alrededor del año 1880, una noche fui llevado en sueños a una aldea rural al pie de una gran cadena de montañas y allí vi a un Maestro [Kuthumi] vestido con una vestimenta budista y con los pies descalzos. Inmediatamente me postré a sus pies, pero él me pidió que me levantara, me puso las dos manos en la cabeza y me indicó que perseverara en el estilo de vida espiritual que yo estaba siguiendo.
. . .
En la mitad del año 1883, una noche fui llevado en mi sueño a una gran cadena de montañas y allí encontré un gran templo de roca en donde percibí el mismo Maestro que había visto en las dos ocasiones anteriores, y esta vez él se encontraba sentado en un taburete con un altar frente a él, y a su alrededor habían dos filas de Adeptos, una de cada lado, todos vestidos con ropas budistas, excepto el superior»
(Suplemento de The Theosophist de septiembre de 1884, p.125-126, y octubre de 1884, p.138-139)
 
 
 
 
Franz Hartmann
 
Otro miembro de la Sociedad Teosófica que también relató haber visitado ese lugar astralmente fue el esoterista Franz Hartmann quien sobre ese acontecimiento escribió lo siguiente:
 
« Recordé que algunos meses antes me había visto a mí mismo durante un “sueño” en un templo budista en el Tíbet, y esa visión era tan vívida que en el momento del despertar todavía parecía escuchar las voces de las personas con las que había hablado en ese lugar»
(The Occult Review de mayo de 1907, p.280-281)
 
 
 
 
Alice Bailey
 
Pero también ha habido embusteros que pretendieron haber asistido astralmente a las ceremonias de los maestros, y uno de ellos fue Alice Bailey quien sobre este asunto en su autobiografía escribió lo siguiente:
 
« Otro hecho que tuvo lugar más o menos al mismo tiempo [por 1895] me convenció de que existía otro mundo de cosas. Fue algo que en esa época no podía imaginarme pues no creía posible tal acontecimiento. Por dos veces tuve un sueño en plena conciencia vigílica. Lo denominé sueño porque en ese entonces no cruzó por mi mente lo que podría ser.
 
Ahora sé que participé en algo ocurrido verdaderamente, pero no llegué a comprender cuándo tuvo lugar ese doble acontecimiento. En ello reside su valor, pues no hubo oportunidad para la autosugestión, pensamiento ansioso o imaginación excesivamente vívida.
 
Dos veces (mientras vivía y trabajaba en Gran Bretaña) participé en una ceremonia extraordinaria, y recién después de casi dos décadas descubrí de qué se trataba. Supe que la ceremonia en la cual tomé parte tiene lugar todos los años en el momento de la "Luna llena de mayo". Y es el plenilunio correspondiente al mes de Vaisaka (Tauro), según su antigua denominación en el calendario hindú.
 
Ese mes tiene una importancia vital para todos los budistas. El primer día es la fiesta nacional conocida como el Año Hindú. Este extraordinario acontecimiento se celebra todos los años en un valle de los Himalayas, y no es un acontecimiento mítico subconsciente sino un evento real en el plano físico.
 
Yo me encontraba dentro de mi sueño completamente despierta, cuando de repente me encontré en este valle, formando parte de una vasta y ordenada muchedumbre, en su mayor parte oriental, pero también con un gran porcentaje de occidentales.
 
Sabía exactamente dónde yo estaba ubicada entre ese gentío, y me di cuenta que era el lugar que me correspondía e indicaba mi grado espiritual.
 
El valle era amplio de forma ovalada, rocoso, bordeado por altas montañas. La gente aglomerada en el valle miraba al este, hacia un estrecho paso semejante en su extremo al cuello de una botella.
 
A cierta distancia de este paso, en forma de embudo, se alzaba una inmensa roca elevándose desde el suelo como una gran mesa y sobre ella se veía un cuenco de cristal lleno de agua de más o menos un metro de diámetro.
 
A la cabeza de la muchedumbre y delante de la roca se hallaban tres personajes formando un triángulo, y con gran sorpresa vi que quien ocupaba el ápice del triángulo era el Cristo. La multitud expectante parecía estar en continuo movimiento y mientras se movían, iban formando grandes y familiares símbolos: la cruz en sus diversas formas, el círculo con el punto en el centro, la estrella de cinco puntas y varios triángulos entrelazados.
 
Era una especie de solemne danza rítmica, muy pausada y decorosa, pero completamente silenciosa.
 
De pronto los tres personajes que se encontraban delante de la roca, extendieron sus brazos al cielo. La multitud quedó inmóvil.
 
En el extremo lejano, desde el cuello de la botella, apareció en el cielo un personaje flotando sobre el paso, aproximándose lentamente a la roca. En forma cierta y subjetiva, comprendí que era el Buda. Sentí que lo reconocía, sabiendo que de ninguna manera empequeñecía a nuestro Cristo.
 
Tuve una vislumbre de la unidad del Plan al que el Cristo, el Buda y todos los Maestros se dedican eternamente. Me di cuenta, por primera vez, aunque en forma vaga e incierta, de la unidad de toda manifestación y existencia (el mundo material, el reino espiritual, el discípulo aspirante, el animal que evoluciona y la belleza de los reinos vegetal y mineral) constituyendo un todo divino y viviente que progresa para demostrar la gloria del Señor.
 
Capté en forma vaga que los seres humanos necesitan del Cristo, del Buda y de todos los miembros de la Jerarquía planetaria, y que había sucesos y acontecimientos de mayor importancia para el progreso de la raza que los registrados por la historia.
 
Me quedé anonadada, porque para mí en esa época los herejes seguían siendo herejes y yo era cristiana. Profundas y fundamentales dudas embargaron mi mente. Y a partir de entonces mi vida quedó impregnada, como lo sigue estando hoy, por el conocimiento de que existen los Maestros y ocurren hechos subjetivos en los planos espirituales internos y en el mundo de significados, que constituyen parte de la vida misma, y quizás la más importante. Pero desconocía la forma en que podían ser adaptadas esas cosas, a mi limitada teología y vida diaria»
(Capítulo 1)
 
 
 
 
Nicolás Roerich
 
Otro embustero fue Nicolás Roerich quien pretendió ser discípulo del maestro Morya (pero eso es mentira) y pintó una pintura donde muestra a los maestros efectuando sus ceremonias dentro de una cueva:
 
 
 
 
No sabría decirles si eso también sea cierto (pudiera ser que algunos maestros efectúan sus ceremonias de esa manera) pero como les indiqué arriba, el principal lugar no es dentro de una gruta sino sobre la superficie en un lugar secreto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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