LA ORACIÓN SEGÚN ALICE BAILEY Y SEGÚN LA TEOSOFÍA


 
 
Este artículo fue escrito por el teósofo Víctor Endersby.
 
 
Alice Bailey le da mucha importancia a esa "invocación" y es evidente que la "oración" es una importante herencia que ella recibió durante su condicionamiento infantil.
 
Pero veamos lo que dice Blavatsky en La Clave de la Teosofía al respecto:
 
 
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¿ES NECESARIO ORAR?
 
 
Entrevistador: ¿Ustedes creen en la oración y alguna vez oran?
 
Teósofo: Nosotros no creemos en la oración. Actuamos en vez de hablar.
 
Entrevistador: ¿No le ofrecen oraciones ni siquiera al Principio Absoluto?
 
Teósofo: ¿Por qué deberíamos? Siendo personas muy ocupadas, difícilmente podemos darnos el lujo de perder el tiempo dirigiendo oraciones verbales a una pura abstracción. Lo Incognoscible es capaz de relacionarse sólo en sus partes entre sí, pero es inexistente con respecto a cualquier relación finita. El universo visible depende para su existencia y sus fenómenos, de sus formas que actúan mutuamente y de sus leyes, no de los rezos ni de las oraciones.
 
Entrevistador: ¿No creen para nada en la eficacia de la oración?
 
Teósofo: No en la oración enseñada con tantas palabras y repetida externamente. Si por oración se entiende la petición exterior a un Dios desconocido como destinatario, que fue inaugurada por los judíos y popularizada por los fariseos.
 
Entrevistador: ¿Hay algún otro tipo de oración?
 
Teósofo: Por supuesto, la llamamos VOLUNTAD-ORACIÓN, y es más bien un mandato interno que una petición.
 
Entrevistador: ¿A quién entonces rezan cuando lo hacen?
 
Teósofo: A "nuestro Padre que está en los cielos" pero en su significado esotérico.
 
Entrevistador: ¿Es un significado diferente del que se le da en la teología?
 
Teósofo: Completamente. Un ocultista o un teósofo dirige su oración a su Padre que está en secreto (leer y tratar de entender el capítulo vi. v. 6, de Mateo), no a un Dios extracósmico y por lo tanto finito; y ese "Padre" está en el hombre mismo.
 
Entrevistador: ¿Entonces ustedes hacen del hombre un Dios?
 
Teósofo: Por favor, di "Dios" y no un Dios. En nuestro sentido el hombre interior es el único Dios del que podemos tener conocimiento. ¿Y cómo puede ser esto de otra manera?
 
Concédenos nuestro postulado de que Dios es un principio infinito universalmente difundido, ¿entonces cómo puede el hombre escapar de ser empapado por y en la Deidad?
 
Nosotros llamamos a nuestro "Padre del cielo" a esa esencia deífica de la que somos conscientes dentro de nosotros, en nuestro corazón y conciencia espiritual, y que nada tiene que ver con la concepción antropomórfica que podamos formarnos de ella en nuestro cerebro físico o en su fantasía: "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el espíritu de Dios (el Absoluto) mora en vosotros?”
 
Sin embargo, que nadie antropomorfice esa esencia en nosotros. Que ningún teósofo, si se aferra a la verdad divina y no a la humana, diga que este "Dios en secreto" escucha o es distinto del hombre finito o de la esencia infinita, porque eso no es cierto ya que todos son Uno.
 
Ni tampoco (como acabamos de señalar) que una oración es una petición. Es más bien un misterio; un proceso oculto por el cual pensamientos y deseos finitos y condicionados, incapaces de ser asimilados por el espíritu absoluto que es incondicionado, se traducen en voluntades espirituales y en la voluntad; y dicho proceso se llama "transmutación espiritual".
 
La intensidad de nuestras ardientes aspiraciones convierte la oración en la "piedra filosofal", o la que transmuta el plomo en oro puro. Única esencia homogénea. Nuestra "voluntad-oración" se convierte entonces en la fuerza activa o creadora, produciendo efectos según nuestro deseo.
 
Entrevistador: ¿Quiere decir que la oración es un proceso oculto que produce resultados físicos?
 
Teósofo: Sí. Cuando la Voluntad se asocia con el Poder divino se convierte en un poder vivo. ¡Pero ay de aquellos ocultistas y teósofos que en lugar de aplastar los deseos del ego personal inferior o del hombre físico, y decir al dirigirse hacia su EGO espiritual superior inmerso en la luz Atma-Búdica: "Hágase tu voluntad, no la mía"! etc., ¡ellos prefieren enviar ondas de fuerza de voluntad para propósitos egoístas o impíos!
 
Porque eso es magia negra, abominación y hechicería espiritual. Desgraciadamente todo esto es la ocupación favorita de nuestros estadistas y generales, especialmente cuando estos últimos envían ejércitos para asesinarse mutuamente. Ambos se entregan antes de la batalla a un poco de tal hechicería, ofreciendo respectivamente oraciones al mismo Dios de ambos ejércitos, cada uno suplicando su ayuda para degollar a sus enemigos. »
(Sección V, p.66-69)
 
 
 
La oración, en cualquier otro sentido que no sea la aspiración del yo personal a la unión con su Yo interior superior, necesariamente crea una separación de aquello a lo que se dirige la oración. Es algo de y para, y estas palabras se aplican solo a entidades separadas.
 
Lo que hace el hábito de la oración inapropiada es establecer y reforzar continuamente el concepto mental de algo externo e imaginario, y de esta manera bloquea toda posible integración de la personalidad con su Yo interior superior. Y dado que la personalidad como tal es inviable, la tendencia es hacia el olvido final, y perecedera excepto si realiza una unión real.
 
Mientras tanto el hábito de rezar inadecuadamente también produce una debilidad y una dependencia viciadas. La gente se jacta de "tener fuerza a través de la oración" pero tal fuerza no es más que una sensación efímera, al igual que la elevación del whisky es un atributo de la propia voluntad del borracho.
 
Y cuando el individuo creyente de su oración pierde su fe, se convierte en un naufragio destrozado.
 
¿Entonces dónde estaba ese poder?
 
¿Por qué los hombres deberían estar orgullosos de ser autómatas, cáscaras vacías llenas de una fuerza exterior, ajena e inmerecida?
 
 
El Islam prohíbe las imágenes de la Deidad y por una buena razón. La gran lucha del hombre es escapar del mundo ilusorio de la forma hacia los planos arupa [sin forma] de la realidad y la unión consciente con el Espíritu Universal.
 
Pero ese escape es imposible para una mente obstruida por la idea de que el Último mismo tiene forma, cuerpo, partes, atributos, y por lo tanto limitaciones. Las imágenes mentales erróneas de la Divinidad que se elaboran en el cerebro de las personas son tan dañinas como las imágenes físicas que construyen con la materia.
 
Además que la existencia de tales imágenes en la mente forman puntos focales de atracción para ciertas formas sutiles de vida: los " Rishis Estelares", los "Rupa Devas" o " Devas Espejo", como se les llama de diversas formas. El último término se debe a su capacidad de asumir, en el campo psíquico de percepción, las imágenes subconscientes reflejadas en la mente de sus adoradores, y reflejarlas desde el exterior, ya sean visuales o verbales. Y de ahí las visiones de Santos, Ángeles, Cristos y Maestros en el caso de Alice Bailey.
 
(Observación de Cid: Victor Endersby considera que Alice Bailey por hacer un uso inadecuado de la oración, ella fantaseó que estaba en comunicación con los maestros transhimaláyicos, pero yo estoy convencido que eso no fue así y que en realidad Alice Bailey fue una charlatana intencional y no una mujer ingenua que se dejó manipular por esas entidades sutiles embaucadoras que son los Rishis Estelares.)
 
 
 
De todo esto el Mahatma Morya dijo en el "Mensaje de Prayag":
 
« Ellos [los Sres. Sinnett y Hume] pueden haber tenido influencias negativas a su alrededor, malas emanaciones magnéticas fruto de la bebida, la sociedad materialista y asociaciones físicas promiscuas (resultantes incluso de dar la mano a hombres impuros) pero todo esto son impedimentos físicos y materiales que con un poco de esfuerzo podríamos contrarrestar o incluso eliminar sin mucho perjuicio para nosotros.
 
No es así con el magnetismo y los resultados invisibles provenientes de creencias erróneas y sinceras. La fe en los Dioses, Dios y otras supersticiones atraen a millones de influencias extranjeras, entidades vivientes y agentes poderosos a su alrededor, con los cuales tendríamos que usar más que el ejercicio ordinario del poder para ahuyentarlos.
 
Pero nosotros elegimos no hacerlo porque no encontramos ni necesario ni provechoso perder nuestro tiempo librando la batalla a los Espíritus planetarios no progresados que se deleitan en personificar dioses y a veces personajes bien conocidos que han vivido en la tierra. »
(CM 134, p.462)
 
Y en otro lugar, HPB dijo: "Aquellos que se apartan de nuestros Mahatmas humanos vivientes hacia el camino de los Rishis estelares NO SON TEÓSOFISTAS.
 
 
(Revista Theosophical Notes, septiembre de 1963, p.43-45)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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