LA ESTRUCTURA SEPTENARIA DEL HUMANO EN EL HINDUISMO EXPLICADO POR BLAVATSKY

 
En su magna obra La Doctrina Secreta, Blavatsky explicó que en la India existen diferentes clasificaciones, pero que estas esotéricamente se encuentran basadas en la clasificación septenaria.
 
 
« Damos abajo en forma tabular la clasificación adoptada por los maestros buddhistas y vedánticos de los principios del hombre:
 

Clasificación en el Buddhismo Esotérico

Clasificación Vedantica

Clasificación en Taraka Raja Yoga

7

Atma (Espíritu)

Atma

Atma

6

Buddhi (Alma)

Anandamaya kosa

Karanopâdhi

5

Manas (Mental)

a) superior

Vijnanamaya kosa

 

Sukshmopâdhi

b) inferior

Manomaya kosa

4

Kama Rupa (Deseo)

3

Linga Sarira (Astral)

Pranamaya kosa

 

Sthulopâdhi

2

Prana (Vitalidad)

1

Sthula Sarira (Físico)

Annamaya kosa

 
a) Vignânam.
b) Voliciones y sentimiento, etc
 
 
De la tabla precedente se observará que el tercer principio en la clasificación Buddhista no se menciona de manera separada en la división Vedanta, ya que solamente es el vehículo de prâna. También se observará que el cuarto principio está incluído en la tercer kosha (envoltura), ya que dicho principio no es sino el vehículo de la fuerza de voluntad, que no es sino la energía de la mente. También debe notarse que Vijñânamayakosha se considera distinta de Manomayakosa, ya que es una división que se lleva a cabo después de la muerte entre la parte más inferior de la mente, por así decirlo, que tiene una más íntima afinidad con el cuarto principio que con el sexto, y su parte superior, que se ata a esta última, y que es, de hecho, la base de la individualidad espiritual superior del hombre.
 
También podemos señalar aquí a nuestros lectores que la clasificación mencionada en la última columna, para todo propósito práctico, está conectada con el Râja Yoga, el mejor y más sencillo. Aunque hay siete principios en el hombre, no hay sino tres diferentes Upadhis (bases) en cada una de los cuales su Âtmâ puede trabajar independientemente del resto.
 
Estos tres Upadhis pueden ser separados por un adepto sin matarse a sí mismo. Él no puede separar los siete principios de nadie más sin destruir su constitución.
 
El estudiante estará ahora mejor preparado para ver que entre los diferentes sistemas, hay muy poca diferencia en realidad. Además, ya que todo Adepto en la India trans-Himaláyica, de las escuelas de Patanjali, de Aryasanga y del Mahayana, tiene que llegar a ser un Raja Yogi. Debe por lo tanto aceptar en principio y teoría la clasificación del Taraka Raja, sin importar a que clasificación recurra para propósitos prácticos y ocultos. De esta manera, tiene muy poca importancia si uno habla de los tres Upadhis con sus tres aspectos y Atma, la síntesis eterna e inmortal, o los llama los “siete principios”. »
 
(DS I, p.157)
 
 
 
 
 
 
 
El número siete en la composición del macrocosmos
y del hombre
 
Y en un artículo que Blavatsky escribió ella dió más detalles sobre este tema.
 
« Es en los Upanishads y en el Vedanta donde tenemos que buscar las mejores comprobaciones de las enseñanzas ocultas. En la doctrina mística de Rahasya, o los Upanishads (“el único Veda de todos los hindús reflexivos hoy día”, como Monier Williams confiesa) cada palabra, como su mismo nombre implica, tiene en sí un significado oculto. Y este significado puede comprenderse totalmente sólo por quién tiene pleno conocimiento del Prâna, la VIDA UNA, “la nave en donde se reúnen los siete rayos de la Rueda Universal”. (Himno a Prâna, Atharva-Veda, XI. 4.)
 
Incluso los orientalistas europeos están de acuerdo en que todos los sistemas en la India asignan al humano:
 
1)   un cuerpo exterior o denso (sthûla-sarîra)
2)   un cuerpo interno u oscuro (sûkshma), o linga- sarîra (el vehículo)
3)   los dos unidos con la vida (jiv o Kârana sarîra, “cuerpo energético”)
 
A éstos, los divide el sistema oculto o esotérico en siete, añadiendo a los anteriores: kâma, manas, buddhi y âtman.
 
La filosofía Nyaya [que dice que en virtud de un razonamiento justo y recto, el hombre se sustrae al falso conocimiento alcanzando así la liberación] al referirse a las Prameyas [que son las cosas y asuntos de la percepción] que deben comprenderse correctamente incluye entre los 12, los siete «principios raíz.»” (véase el Sutra IX), que son:
 
1, alma (âtman), y 2 su espíritu superior Jîvâtman; 3, cuerpo (sarîra); 4, sentidos (indriya); 5, actividad o voluntad (pravritti); 6, mente (manas); 7, Intelecto (Buddhi).
 
Los siete Padarthas (preguntas o predicados de las cosas existentes) en la filosofía Vaishe-shika de Kanâda, se refieren en la doctrina oculta a las siete cualidades o atributos de los siete principios.
 
Así: 1, la substancia (dravya) se refiere al cuerpo o sthûla-sarîra, 2, cualidad o propiedad (guna) al principio vital, jiv; 3, acción o acto (karman) al Linga-sarîra; 4, comunidad o propiedad común (sâmânya) a kâma-rûpa; 5, personalidad o individualidad consciente (Visesha) a Manas; 6, co-inherencia o relación íntima perpetua (Samuvuya) a Buddhi, el vehículo inseparable de Âtman; 7, no-existencia o no-ser en el sentido de, y separado de, la objetividad o substancia (abhava) a la mónada más elevada o Âtman.
 
Así pues, si consideramos al UNO como el Purusha Védico o Brahman (neutro), la «esencia expandida en el todo»; o como el espíritu universal, la «luz de luces» (jyotisham jyotih) el TODO independiente de toda relación, de los Upanishads; o como el Paramatman del Vedanta; o de nuevo como el Adrishta, «Fuerza inadvertida», o átomo divino, de Kânada; o como la Prakriti, «esencia eternamente existente,» de Kapila — encontraremos en todos estos Principios universales impersonales la capacidad latente de emanar fuera de sí “seis rayos” (y el que emana es el séptimo).
 
El tercer aforismo del Sânkhya-Kârikâ dice que Prakriti, que es la «raíz y substancia de todas las cosas», y no el productor, sino el productor en sí de «siete cosas producidas por él, que a su vez se vuelven productoras», lo cual tiene un significado completamente oculto.
 
¿Cuáles son los “productores” emanados de este principio-raíz universal, Mûla-prakriti o materia cósmica prístina indiferenciada que emana de sí la conciencia y la mente, y que generalmente es llamada Prakriti y amulam mulam, “la raíz sin raíces”, y Aryakta, el emanador no emanado, etc.?
 
 
Este tattwa primordial o «“aquello” eternamente existente», la esencia desconocida, se dice que produce como primer productor:
 
1, Buddhi — «intelecto»— si aplicamos este último al sexto principio macrocósmico o microcósmico. Éste que fue producido primero, produce a su vez (o es la fuente de) Ahankara, «autoconciencia» y de manas «mente»,
 
El lector, por favor, debe recordar siempre que Mahat o sea la gran fuente de estas dos facultades interiores, «Buddhi» por sí misma, no puede tener autoconciencia ni mente; a saber, el sexto principio en el hombre puede conservar una esencia de autoconciencia personal o «individualidad personal» sólo absorbiendo en sí sus propias aguas, las cuales tienen que pasar por la condición de perecedera; pues Ahankara, que es la percepción del «yo» o sentido de la propia individualidad personal, justamente representada por el término «Ego-ísmo» pertenece al segundo, o más bien al tercero, producido de los siete, a saber, al quinto principio o Manas.
 
Este último teje “como una red tejida por la araña” a lo largo del hilo de Prakriti, el «principio raíz», los cuatro siguientes principios elementales sutiles o partículas —Tanmâtras de los cuales emana la «tercera clase» los Mahâbhûtas o principios elementales burdos, o más bien los sarîras y rupas: kama, linga, jiva y sthûla-sarîra.
 
Las tres gunas de Prakriti —Sattwa, Rajas y Tamas (pureza, actividad pasional, e ignorancia u oscuridad)— hilados en un triple hilo o «cordón» pasan por los siete, o más bien seis, principios humanos.
 
Depende del quinto —Manas o Ahankara, el «yo»— para que se adelgace la guna, el «cordón» en un hilo — el sattwa; volviéndose así uno con el «emanador no emanado» alcanzando la inmortalidad o la eterna existencia consciente. De otra manera, se volverá a absorber en su esencia Mahâbhautica.
 
Mientras que el triple cordón permanezca sin hilar, el espíritu (mónada divina) permanecerá atado por la presencia de las gunas en los principios, «como animal» (purusha pasu).
 
El Espíritu, âtman o jîvâtmân (7º y 6º principios), sea del macro o microcosmos, aunque atados por estos gunas durante la manifestación objetiva del universo o del hombre, todavía estará en nirguna, es decir, completamente libre de ellos. De los tres productores o emanadores, Prakriti, Buddhi y Ahankara, no es sino este último el que puede ser capturado (cuando el hombre se interesa en ello) y destruido, cuando es personal.
 
La «mónada divina» es aguna (desprovista de cualidades), mientras que Prakriti, una vez que Mula-prakriti, de pasiva se vuelve un avyakta (emanador activo), es gunavat, o sea dotada con cualidades. Con el último, Purusha o Atman nada pueden hacer (pues evidentemente son incapaces de percibirlo en su estado de gunuva); con el primero —o Mula-prakriti o esencia cósmica indiferenciada— sí tienen, ya que es uno con él e idéntico.
 
 
El Atma Bodha, o «conocimiento del alma», un tratado escrito por el gran Sankaracharya, habla de manera diferente de los siete principios en el hombre (véase el versículo 14).
 
Estos son llamados las cinco envolturas (panchakosa) en cuyo interior se encuentran la mónada divina —Âtman, y Buddhi, los 7º. y 6º. principios, o el alma individual cuando se diferencia (a través de avidyâ, mâyâ y las gunas) del alma suprema— Parabrahm.
 
La primera envoltura, Ânanda-maya —llamada la «ilusión de naturaleza bienaventurada»— es la manas o quinto principio de los ocultistas, cuando está unida a Buddhi;
 
La segunda envoltura es Vijñâna-maya-kosa, la funda o «envoltura del auto-engaño», la manas cuando se ilusiona a sí misma creyendo en el «yo» personal o ego, con su vehículo.
 
La tercera envoltura, Mano-maya, compuesto de la «mente ilusionada» asociada a los órganos de acción y a la voluntad, es Kâmarûpa y Linga-sarîra combinados, que producen la ilusión de un «yo» o Mâyâvi-rûpa.
 
La cuarta envoltura se llama Prâna-maya, «vida ilusoria,» nuestro segundo principio de vida o jiv, donde reside la vida, la envoltura «respiratoria».
 
La quinta kosa es llamada Anna-maya, o envoltura alimentada por la comida — nuestro cuerpo material denso.
 
Todas estas envolturas producen otras envolturas menores, o seis atributos o cualidades cada una, la séptima es siempre la envoltura raíz; y al Âtman o espíritu que atraviesa todos estos cuerpos etéreos sutiles como un hilo, se le llama «hilo del alma» o sûtrâtman.
 
Hemos concluido la demostración anterior. La Doctrina Esotérica misma bien puede llamarse a cambio la «doctrina del hilo», ya que como Sûtrâtman o Prânâtman, atraviesa, junta e hila a todos los antiguos sistemas filosófico-religiosos, y lo que es más, los reconcilia y explica. Pues aunque parecen externamente tan diferentes, no tienen sino una sola base, de la cual conocen su trascendencia, profundidad, extensión y naturaleza los que se han vuelto, como los Hombres Sabios del Oriente, adeptos en la Ciencia Oculta. »
 
(Theosophist, julio de 1883, p.253-256)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario