En
su libro “Teosofismo”, René Guénon escribió:
«
Cualesquiera que hayan sido las apariencias externas, tenemos la convicción, y
hasta podríamos decir la certeza, de que el teosofismo, visto así, es sobre
todo un instrumento al servicio del imperialismo británico.
Y
hasta debió ser así desde el principio o desde poco después, ya que testigos
dignos de fe nos han asegurado que Madame Blavatsky, durante su estadía en la
India, percibió del Gobierno inglés una subvención anual bastante importante
(se nos ha indicado la cifra de doce mil rupias); parece que sería la
recompensa o precio que ella recibió por ciertos servicios prestados en contra de
su país de origen. »
(Capítulo 29)
Como
de costumbre, René Guénon hace acusaciones contra Blavatsky pretendiendo tener
información relevante, pero él no muestra ningún documento que confirme sus
aseveraciones porque en realidad él está mintiendo.
En
cambio yo si les voy a demostrar que lo que afirmó René Guénon es falso:
Para
comenzar es falso que el gobierno inglés apoyó a Blavatsky, sino que por el
contrario el gobierno inglés acosó a Blavatsky ya que cuando ella se fue a
vivir a la India, ella tuvo problemas con el gobierno inglés debido a que ella
había nacido en Ucrania que en ese entonces pertenecía al imperio ruso.
Y
como el imperio ruso no se llevaba bien con el imperio británico, el gobierno
inglés en la India vio con mucha desconfianza a Blavatsky debido a que sus
funcionarios se imaginaban que Blavatsky podría ser una espía rusa.
Y
esto lo especificó la hermana de Blavatsky, Vera Zhelikhovsky, quien en un
artículo biográfico sobre su hermana, escribió:
«
Desde el inicio de su llegada a la
India, Madame Blavatsky y el Coronel Olcott fueron hostigados por la
administración anglo-india, quien no los veía con buenos ojos y los calificó
como espías y propagandistas del gobierno ruso.
Debe recordarse que esta era
precisamente la época de los grandes disturbios británicos sobre el destino de
Afganistán y el cual era atizado por el éxito del ejército ruso en las regiones
trans-caspianas, por lo que los ingleses se habían vuelto muy desconfiados y
más llenos de fobia hacia los rusos que nunca.
Nuestros pobres teósofos protestaron
asegurando que su misión era enteramente filosófica y no tenían nada que ver
con la política, pero aún así ellos fueron puestos bajo vigilancia policiaca y
se espiaron sus movimientos y se abrió su correspondencia.
Pero tanto peor para el gobierno de
la reina Victoria, pues Blavatsky arrojó fuego y llamas, y no puso freno alguno
a sus sentimientos en sus cartas, y los administradores allí, sin duda, muchas
veces leyeron cosas que su orgullo difícilmente podría digerir. »
(Esbozo
biográfico)
Ese
no es el comportamiento de alguien que trabaja para el gobierno inglés, y
conociendo el temperamento explosivo que tenía Blavaysky y lo hiriente que ella
podía ser, dudo mucho que el gobierno inglés quisiera contratarla después de leer
las pestes que ella dijo sobre el gobierno inglés en sus cartas.
Pero
además es también falso que Blavaysky haya actuado en contra de su país de
origen, porque aunque ella se había naturalizado estadounidense por motivos
prácticos, ella conservaba un gran amor por su patria natal donde se encontraba
toda su familia, y esto su hermana también lo especificó en su artículo:
«
Pasamos las tardes hablando de tiempos pasados, de su querida patria, de las
injusticias y calumnias de la prensa inglesa contra Rusia, y las cuales le
parecieron tantos insultos hacia su propia persona. Y es verdaderamente una
pena que sus compatriotas no conozcan todos sus artículos que ella escribió al
respecto.
Muchos de ellos, y especialmente
aquellos que se han formado una idea de ella a partir de los desvaríos o
calumnias de algunos periódicos rusos, tendrían que cambiar sus opiniones sobre
ella después de leer un artículo como el que se publicó en su revista de junio
de 1890, titulado: “El Foso y la Viga”. »
(Ibid)
Y
el hecho que el gobierno inglés en la India estuvo vigilando a Blavatsky fue
confirmado por el propio coronel Olcott quien en su libro “Hojas de un Viejo Diario II” escribió:
«
[En nuestra primera gira recorrimos varias ciudades de la India para hablar de
teosofía.]
En
Saharanpore, los Arya Samajists nos dieron la más cordial bienvenida y nos
trajeron regalos de frutas y dulces. El único inconveniente para nuestro placer
fue la presencia del espía de la policía inglesa y su sirviente, que vigilaban
nuestros movimientos, interceptaban nuestras cartas, leían nuestros telegramas
y nos hacían sentir como si hubiéramos tropezado al alcance de la Tercera
Sección Rusa por error.
.
. .
En
otra ciudad fue mi turno de dar una conferencia, y el evento se llevó a cabo
bajo una shamianah (un dosel de lona a rayas azules y blancas, sostenido por
postes pintados y sostenido por cuerdas clavadas en el suelo) en el recinto de
la casa de Sheonarain. El suelo estaba cubierto de durries (alfombras indias de
algodón) y se extendía aquí y allá con alfombras persas e indias. Había una
mesa para mí y algunas sillas para europeos; el resto de la audiencia, incluido
el Swami, en cuclillas en el suelo. Asistieron también unos ingleses,
funcionarios y nuestro policía espía con su bigote afeitado, aparentemente con fines de disfraz, adornaba la escena.
.
. .
Días
y noches de tórrida incomodidad nos llevaron finalmente a Bombay, pero antes de
que Blavatsky se ocupara de sus maletas y paquetes, ella se dirigió hacia
nuestro espía inquisitivo, y allí mismo, en el andén le dijo lo que pensaba.
Con sarcasmo ella lo felicitó por los grandes resultados que debió de haber
obtenido de su costoso viaje en primera clase; carruajes, y le pidió que
presentara sus mejores cumplidos y gracias a las autoridades con una demanda de
su promoción.
El
pobre hombre se sonrojó y tartamudeó, y nos alejamos dejándolo allí. Luego, en
lugar de ir a la casa para bañarnos y alimentarnos que tanto necesitábamos, nos
dirigimos al Consulado de los Estados Unidos y exigimos que el Cónsul enviara
una enérgica protesta al Jefe de Policía por su trato insultante y ofensivo. »
(Capítulo 6)
Y
esta vigilancia también fue confirmada por el periodista Alfred Sinett quien
conoció a Blavatsky en la India y quien en su libro “Incidentes en la vida Madame Blavatsky” escribió:
«
A primeros de 1879 la señora Blavatsky llegó a Bombay acompañada del coronel
Olcott y dos otras personas. … Los cuatro viajeros se instalaron en uno de los
barrios nativos de Bombay, despertando así, como era natural, las sospechas de
las autoridades, además de sus idas y venidas por el país y las comarcas
vecinas, lo cual difería de las normales costumbres de los europeos.
Por
lo tanto, se les sometió a vigilancia en atención a los grandes intereses que
el gobierno británico tenía de protegerse contra las intrigas extranjeras. Pero
ni en la India ni en ninguna otra parte los ingleses son expertos en las
artimañas de vigilancia policíaca, y la vigilancia a la que fueron objeto la
señora Blavatsky y el coronel Olcott, les pareció absurda a cuantos los
conocían.
La
señora Blavatsky se enojó con la vehemencia que ponía en todos sus sentimientos
contra el insulto que se le infería con aquel espionaje. Por mi parte, cuando
más tarde nos reíamos al relatar ella sus aventuras, yo le dije que mucha más
lástima que a ella me daba el desdichado oficial de policía encargado de
vigilarla.
La
señora Blavatsky abrumó de sarcasmos al policía mientras estuvo desempeñando
sus enojosas funciones. Le mostraba cartas y le incitaba a registrar sus
equipajes, dirigiéndole al propio tiempo sentidos pésames por la miserable
suerte que le condenaba a servir de soplón.
De
lo que oí por entonces en Simla, supongo que el gobernador de Bombay obraba en
este asunto por inducción de las autoridades superiores. »
(Capítulo 9)
CONCLUSIÓN
Este es un ejemplo
más que demuestra a qué punto René Guénon no investigó con seriedad, sino que
por el contrario él se la pasó inventando mentiras para poder desprestigiar a
Blavatsky.
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