EL ORIGEN DE LA MENTE




(Observación: este artículo fue elaborado por David Pratt y la versión original en inglés la pueden leer en este link, y añadí comentarios míos en morado para hacer más claras las explicaciones que él da.)


Es un principio fundamental del ocultismo de que la vida y la consciencia están presentes en todos los seres y todas cosas.

Y sobre ese tema Helena Blavatsky escribe lo siguiente:

« Todo en el Universo, a través de todos sus reinos, es CONSCIENTE, es decir, está dotado de una consciencia de su propia índole y en su propio plano de percepción... Por lo tanto no hay tal cosa como una materia “muerta” o “ciega”, ya que no hay una Ley “Ciega” o “Inconsciente”. »
(La Doctrina Secreta I, p.274)

Pero aunque la Consciencia es omnipresente, ella se encuentra presente en diferentes grados de actividad o latencia.

Se dice que las primeras tres y media razas raíz de la humanidad (en la presente cuarta ronda de la evolución terrestre) estuvieron intelectualmente dormidas.

Y es solamente hacia el final de la tercera raza raíz (la Lemuriana) que el fuego de la consciencia fue encendido en la naciente humanidad por medio de la encarnación de los Manasaputras (que literalmente significa en sanscrito “los hijos de la mente”) y que fueron seres muy avanzados de manvantaras pasados, quienes tuvieron encomendada esa misión en la evolución humana.

Ahora bien, para entender exactamente qué son y qué hacen los Manasaputras, sería útil considerar primero las diferentes partes de la constitución humana.

El ser humano es esencialmente una corriente de consciencia y vitalidad vertida a partir de la esencia monádica divina. Y en cada plano de existencia hay nudos o focos de esta corriente de consciencia. Y cada uno de estos nudos es una mónada (o centro de consciencia) que actúa a través de un vehículo adecuado, y que posee un ego en el que son acumuladas sus experiencias evolutivas.

Y estas mónadas en el hombre pueden ser clasificadas de la siguiente manera:

Mónada divina o galáctica
atma
Mónada espiritual o solar
buddhi
Mónada manásica, humana superior, o de la cadena planetaria
buddhi-manas
Mónada psíquica, humana inferior, o del globo
kama-manas
Mónada bestial
kama-prana
Mónada astral
prana-linga-sharira
Mónada física
sthula-sharira

(Nota: en la columna de la izquierda, David Pratt pone el nombre de siete centros de consciencia o “mónadas” las cuales están relacionadas con los cuatro reinos físicos que se manifiestan en la Tierra y tres reinos superiores al humano que se manifiestan ya a niveles sutiles.

·        Las “mónadas físicas” se desarrollan en el reino mineral.
·        Las “mónadas astrales” se desarrollan en el reino vegetal.
·        Las “mónadas bestiales” se desarrollan n en el reino animal.
·        Las “mónadas psíquicas” se desarrollan en el reino humano.
·        Las “mónadas manásicas” se desarrollan en el 1er reino superior al humano.
·        Las “mónadas espirituales” se desarrollan en el 2do reino superior al humano.
·        Las “mónadas divinas” se desarrollan en el 3er reino superior al humano.

Y la descripción en español que se hace de las mónadas no me parece la más propicia, pero a falta de disponer de un vocabulario más adecuado, es lo que mejor se ha encontrado para ilustrar a esos diferentes seres o centros de conciencia.

Y en la columna de la derecha, David Pratt pone la correspondencia que tienen esas siete mónadas con los siete principios que componen al ser humano. Y David Pratt da aquí una forma más elaborada de la composición oculta del hombre, mientras que yo en el blog utilizo una clasificación más simplificada.)




El hombre es por lo tanto una entidad compuesta

Y es por eso que Gottfried de Purucker escribió:

« El Hombre tiene dentro de él a una Divinidad, a un Buddha o Cristos, a un Mânasaputra, a un ser humano, a una entidad astral; y durante su encarnación habita en un cuerpo astro-vital-físico. »
(El Manantial del Ocultismo, p.446)

Los seres humanos son esencialmente mónadas humanas, y en el nivel actual de evolución, mónadas humanas inferiores. Y dado que cada mónada en nuestra constitución es septenaria, podemos representar la constitución humana en forma de cruz, en la que el elemento vertical representa a la serie ascendente de mónadas, mientras que el elemento horizontal representa a los siete principios o cualidades de cada mónada (y en nuestro caso particular a la mónada del globo).

Mónada divina
Mónada espiritual
Mónada mânásica
Mónada humana inferior
atma - buddhi - manas - kama - prana - linga-sharira - sthula-sharira
Mónada bestial
Mónada astral
Mónada física


Los siete principios de cada mónada pueden también representarse como siete escalones que conducen de una mónada a la siguiente. Y en el momento actual nuestra consciencia tiende a estar centrada en la parte kama-manásica de la mónada humana inferior.

Pero cuando hayamos elevado nuestra consciencia a la parte buddhica y luego atmica de la mónada humana inferior, esta mónada habrá llegado a ser una mónada manásica y entonces se corporificará en el siguiente reino superior.

Los tres reinos por arriba del reino humano son las tres clases generales de Dhyani-Chohanes que podríamos traducirlos al español como “los grandes dioses”, “los dioses inferiores”, y “las pequeñas divinidades”. Y hay probablemente una estrecha conexión entre estos tres reinos superiores al reino humano y las mónadas manásica, espiritual y divina respectivamente.

G. De Purucker afirma que los Manasaputras, son seres que evolucionaron en la cadena lunar y que alcanzaron el nivel de Dhyani-Chohanes Manasaputras cuando la cadena lunar entró en pralaya (Día, III, 30).

(O sea que las mónadas que evolucionaron como humanos en la Luna durante el ciclo cósmico anterior. Cuando la Luna terminó sus siete rondas y “murió”, esos humanos lunares ascendieron al reino superior y se volvieron Dhyani-Chohanes Manasaputras.

Y nosotros humanos terrestres también ascenderemos a ese reino superior cuando terminemos nuestro ciclo evolutivo de siete rondas en la Tierra.)

Y dado que todas las tres clases de Dhyani-Chohanes han desarrollado plenamente sus facultades manásicas, todos ellos pueden ser considerados, en cierto sentido, como Manasaputras.

(O sea que los tres reinos superiores al reino humano están dotados plenamente de Manas, nada más que los Dhyani-Chohanes de los reinos superiores a los Manasaputras han desarrollado plenamente otras cualidades que los Manasaputras todavía no han desarrollado.)





¿En donde se encuentra nuestro propio manasaputra entre las diferentes mónadas?

G. de Purucker señala que de hecho hay dos manasaputras dentro del hombre:
  • Nuestro propio manasaputra individual cuyos poderes no están todavía plenamente desarrollados. 
  • Y el manasaputra que nos despertó la conciencia en la tercera raza raíz.
(Ver Dia. III, 35, 53)

Nuestro propio manasaputra individual puede ser considerado como el manas superior o buddhi-manas de la mónada humana inferior. (Dia. III, 155)

Mientras que el manasaputra que nos encendió puede ser considerado como la mónada humana manásica o superior (Dia. II, 280; III, 210-11).

Y los dos manasaputras son usualmente hijos de la misma estrella progenitora.

El estrecho vínculo kármico entre los dos manasaputras se hace claro si consideramos que nosotros los humanos, y también los animales y los manasaputras estuvimos en la cadena lunar.

(Nada más que estuvimos desarrollándonos en los reinos inferiores a los reinos en los que nos estamos desarrollando actualmente.)

Y es por ello que los humanos promedio y los superiores de la actual cadena terrestre fuimos las mónadas bestiales de los humanos en la luna.

Y al final de la séptima ronda en la cadena lunar, estas mónadas humanas entraron al reino inferior dhyani-chohánico y por lo tanto se convirtieron en mónadas manásicas.

Y estos seres son los Manasaputras que despertaron nuestras mentes.

En otras palabras, cuando nuestros manasaputras eran mónadas humanas en la Luna, nosotros éramos sus mónadas bestiales. Y las mónadas bestiales en los animales lunares superiores son ahora nuestras propias mónadas bestiales, y si logramos tener éxito, nos tocará a nosotros encenderlos actuando como sus manasaputras en la siguiente corporificación de la cadena terrestre, cuando ellos habrán llegado a ser mónadas humanas inferiores (y las cuales se les nomina “los pitris terrestres”), mientras que nosotros seremos las mónadas manásicas. (Día III, 358-9; EFO 190)

(En resumen lo que quiere decir David Pratt es que en cada nuevo ciclo cósmico planetario, las mónadas ascienden al siguiente reino superior.

Y es así que los seres que se desarrollaron como humanos en la cadena planetaria anterior –La Cadena Lunar– en este nuevo ciclo ascendieron al reino superior al humano –el reino de los Dhyani-Chohanes Manasaputras– y les tocó la tarea de encender la conciencia de los humanos terrestres.

Y de la misma manera en la siguiente cadena planetaria nosotros los humanos terrestres –quienes para ese entonces nos habremos convertido en Dhyani-Chohanes Manasaputras– nos tocará encender la conciencia de las mónadas que en esa nueva cadena planetaria se estarán desarrollando en el reino humano y que actualmente se están desarrollando en el reino animal en esta cadena terrestre.

Mientras que nosotros fuimos los animales de la cadena lunar y ahora nos tocó desarrollarnos como humanos en esta cadena terrestre.)


Al manasaputra que nos “encendió” se le denomina a veces alma espiritual o alma humana superior, y nuestra propia alma humana puede ser considerada como su rayo o proyección de su esencia. (Dia. I, 198; EFO, 468)

Y nuestras almas humanas son “hijas de los Manasaputras, cuyo destino fue llamarlas a la consciencia de sí mismas”. (Dia. I, 202)

En conclusión: los manasaputras nos componen y al mismo tiempo no son nosotros mismos, ya que aunque son parte de nuestra constitución, ellos no son nosotros (que somos los egos humanos inferiores), sino que ellos son nuestras naturalezas superiores que hicieron que se manifestaran nuestros egos. Y por lo tanto, ellos son de hecho una mónada separada. (Dia. III, 360)

(Para dar una analogía, es parecido a la madre que da a luz a un bebé.
Durante nueve meses ella da parte de su energía y de sus nutrientes a ese nuevo ser que está dentro de su vientre para que pueda desarrollarse hasta que finalmente nace.

Pues bien, a nivel cósmico sucede algo parecido y se requiere que varios reinos superiores al humano hagan un sacrificio temporal y den parte de su energía y de su conciencia para así se pueda nacer una nueva humanidad.)

Fue su deber kármico de esos Manasaputras el sacrificarse para iluminar desde arriba, la parte humana inferior de nosotros, ayudándola de esta manera para que ascienda a su propio nivel elevado. Y los Manasaputras continúan iluminándonos desde arriba, desde su propio plano de existencia, pero también ellos están desarrollándose en su propia esfera superior, la cual probablemente es lo que se conoce en la Teosofía como el Janar-Loka.

(Ver los Collected Writings, vol. XII, p.660, Diagrama V. Link)

Y en la mayoría de los casos apenas si son conscientes, al momento presente, de que ellos son el genio guiador de algunos seres humanos. (Dia III, 39)


El manasaputra que nos “encendió” puede denominarse nuestro ego superior (Dia II, 296), aunque el ego humano superior puede ser considerado también como una parte esencial de nosotros mismos (es decir de la mónada humana inferior) que no está todavía despierta. (Dia III, 34)

Y si quisiéramos hablar con más precisión, deberíamos de distinguir entre:
  • El ego recorporificante (o ego de la cadena) y 
  • El ego reencarnante (o ego del globo)
(MO 564-5; Dia III, 336-7).

Podríamos entonces denominar al manasaputra que nos “encendió”, como el ego recorporificante y a nuestro propio manasaputra interior, como el ego reencarnante.  Sin embargo, no siempre se hace esta distinción y los dos términos se usan frecuentemente de manera intercambiable.

En una ocasión, G. de Purucker mencionó que el alma humana durmiente fue despertada por los Manasaputras, permitiéndole así desarrollar la facultad egoica reencarnante y para de esta manera poderse convertir en un ego reencarnante, ya que el destino del ego reencarnante es llegar a ser él mismo un manasaputra. (Día II, 468-9)

Mientras que Blavatsky dice simplemente que:

« Nuestros Egos (que son la parte de nuestro ser que reencarna) se les llama manasaputras en la Doctrina Secreta. »
(Collected Writings, vol XII, p607, nota anexa)

Y de igual manera, a la mónada humana superior (o mónada espiritual-intelectual) y a la mónada humana inferior (o mónada humana-animal), se las refiere a veces colectivamente como mónada humana.

En una ocasión, por ejemplo, se dice que una mónada animal se desarrolla en una mónada humana, luego en un manasaputra (o mónada solar) y posteriormente en una mónada divina (Dia. I, 324).

Esto querría decir que la mónada humana es la mónada de la cadena y el manasaputra es la mónada solar, pero en otra parte ambos puntos son negados (Dia. II, 461; II, 296)

¡Y los diferentes significados que se les dan a estos términos, tienen sin duda el propósito de evitar que nuestras ideas se cristalicen!

(Yo más bien pienso que se debe porque como solo se dieron partes de la enseñanza oculta, cada instructor adaptó la enseñanza a su manera, haciendo que seguido sus explicaciones difieran. Y es que algo parecido sucede con los manvantaras y paralayas, donde cada instructor le pone diferentes adjetivos: planetario, solar, menor, mayor, etc.

Y es por ello que yo les aconsejo a los lectores que tengan una visión más global y que utilicen el discernimiento y la ley de correspondencia, para que no se pierdan entre las diferentes explicaciones.)



Las partes de los reinos superiores que componen al ser humano


Estas corresponden a los tres principios que conforman nuestra triada superior.

Y tal como hay dos manasaputras en nosotros, también hay dos dioses internos:
  • La mónada divina (el dios de la línea vertical en el esquema anterior), y 
  • La parte âtmica aún no desarrollada de la mónada humana (el dios de la horizontal).

G. De Purucker explica que cuando el neófito está pasando por una iniciación grita:

“¡Oh dios mío, por qué me has abandonado!”

Y esto hace referencia al hecho de que el ego humano debe encarar las pruebas de iniciación sólo. Pero el segundo grito en la cruz:

“¡Oh mi divinidad, como me has glorificado!”

Es pronunciado cuando el ego humano ha descubierto la divinidad que yace en el corazón de su propia esencia monádica humana. Y nuestra tarea por lo tanto consiste en descubrir la divinidad de la horizontal al igual que la divinidad de la vertical. (Dia. III, 261-7)

(O sea a nuestro “dios interior” y a nuestro “dios creador”)

Al mismísimo comienzo de la cuarta ronda, el reino humano en este globo estaba representado por un número relativamente pequeño de Shishtas, que son los mortales divinos que proporcionan las semillas para una nueva humanidad.

G. de Purucker escribe a este respecto lo siguiente:

« Ellos comenzaron a sentir el impulso de la llegada de los egos de la Tercera Ronda, provenientes del Globo C a este Globo D (La Tierra).

Y con cada nuevo impulso, los Shishtas en los cuerpos comenzaron a prepararse más libremente para proveer de cuerpos al flujo que estaba llegando de egos recorporificantes (o manasaputras).  De aquí que cuando llegara el momento adecuado, los Shishtas se habían convertido en millones en vez de ser, digamos, unos cuantos miles.

Entonces, entre estos Shishtas, los Manasaputras que estaban llegando, comenzaron cada uno a tomar el cuerpo más estrechamente vinculado con cada uno de ellos por el destino kármico, y comenzaron a dominarlo y protegerlo poco a poco, pero progresivamente, cada vez más a medida que avanzaban las edades; de una manera muy semejante a como la mente que está por llegar o Ego Re-encarnante, reencarna poco a poco en el niño en crecimiento. »
(Diálogos de G. de Purucker, III, p.188)

Esto significa que en realidad los Manasaputras “descendieron” antes de la tercera raza raíz. Sin embargo, fue solo en la última parte de la tercera raza raíz (en el comienzo de la quinta sub-raza) que estuvo lo suficientemente sofisticada la constitución psicofísica del grueso de la humanidad para que comenzaran a manifestarse nuestras facultades mentales latentes y que comenzara verdaderamente el despertar de nuestras mentes.

Este proceso continúa incluso ahora, a diferentes ritmos y de acuerdo a nuestro pasado kármico. Sin embargo, lo que ocurrió en la tercera raza raíz fue una recapitulación de lo que tuvo lugar en la tercera ronda (comenzando probablemente en la quinta raza raíz).

Pero incluso en la primera y segunda rondas, ya había “humanos” conscientes de sí mismos, en los que los Manasaputras habían encarnado. Y estos deben de haber sido aquellos que habían alcanzado el nivel humano más elevado al final de la séptima ronda en la Luna.

Los Manasaputras que evocaron nuestros poderes mentales latentes a una actividad auto consciente son los Dhyani-Chohanes de la clase más inferior. (EFO 176)

Sin embargo, todo el proceso fue iniciado por manasaputras incluso más elevados. Dhyani-Chohanes que ya eran Manasaputras en la cadena lunar. (EFO 190, 468)

“Ellos eran los seres divinos en la luna que llegaron a ser dioses cuando los hombres de la luna fueron dhyanizados” (EFO 267).

(O sea que en la cadena lunar ya había seres de reinos superiores al reino humano, y los cuales ascendieron al reino siguiente superior en esta cadena terrestre.

Los que pertenecían al 1er reino de Dhyani-Chohanes en la cadena lunar, ascendieron al 2do reino de Dhyani-Chohanes en esta actual cadena terrestre, y los que pertenecían al 2do reino de Dhyani-Chohanes en la cadena lunar, ascendieron al 3er reino de Dhyani-Chohanes en esta actual cadena terrestre, etc.

Y los seres que ya eran Manasaputras en la cadena lunar, fueron ellos los que se ocuparon de tener todo listo para el desarrollo de los diferentes reinos en el ciclo de evolución actual terrestre.)

Y fueron estos seres quienes encarnaron entre los hombres de la tercera raza raíz como instructores divinos y guías. Ellos enseñaron las artes y las ciencias, fundaron las primeras escuelas de misterio, y tocaron la nota tónica de la sabiduría espiritual. Y habiendo completado su trabajo, ellos regresaron a sus propias esferas sublimes.

(Y tal vez sea a ellos que a los que se refieren las diversas mitologías de diferentes lugares de la Tierra, cuando hablan de dioses como: Prometeo, Apolo, Quetzalcóatl, Huangdi, etc., que aportaron la luz del conocimiento y la civilización a la humanidad.)

Estos seres divinos deben de haber sido Dhyâni-Chohanes de las dos clases superiores. (Dia. III, 360)

Pero lo que sí sabemos es que la mayor parte de la onda de vida dhyâni-chohanica inferior está apenas abriendo su primera raza raíz en el globo C. (EFO 196; Dia. II, 358)




¿Cómo llevan a cabo su trabajo los Manasaputras?


G. de Purucker explica que el manasaputra no “viene hacia abajo” o sea hacia el mundo terrestre y literalmente encarna en la Tierra. No.

Y de hecho, la palabra “encarnación” y el “descenso” cuando se usan así son figuras del lenguaje. Porque lo que realmente ocurre es que el Manasaputra rodea, encierra con su propia aura, con su atmósfera vital, el alma que es su deber kármico “despertar”. (Dia II, 470)

El Manasaputra infunde una porción de su propio fuego espiritual-intelectual, y de su propia vida psico-vital en la aún dormida, alma humana subdesarrollada, y esto provoca que esta alma humana naciente vaya iluminándose, tal como el fuego penetra en las moléculas de oro y hace que brille al derretirse. (Dia. II, 471)

Y este proceso puede ser también equiparado al encendido de una vela apagada por la llama de una vela ardiente.

(Bueno, en el caso de los Manasaputras, ellos si pierden temporalmente parte de su esencia, pero esta la recuperan con creces después.)


G. de Purucker dice que:

« Los Manasaputras vivifican e iluminan en nosotros el “manas-manas” de nuestro manas septenario, porque ellos mismos son típicamente manásicos en su característica esencial o Svabhâva.

Sus propias vibraciones esenciales o manásicas, pueden por así decirlo, hacer que la esencia de manas en nosotros mismos vibre en simpatía, de manera muy parecida a cuando al tocar una nota musical esto produce una respuesta afín en algo semejante, haciendo que vibre una nota similar. »
(Glosario Oculto, 2a. edición, p.99)

En otras palabras, los átomos de vida que componen el alma y el aura de los Manasaputras evocan vibraciones (manásicas) afines en nuestra propia alma humana.

Algo similar ocurre en las relaciones entre padres e hijos, maestros y alumnos, el gurú y su discípulo. El niño no sólo aprende por instrucción, ejemplo e imitación, sino también por el intercambio de átomos de vida, y esto sucede especialmente en los niveles invisibles de nuestra constitución.

Además, el cerebro humano es un depósito de fluido de pensamiento y por lo tanto de esencia manásica en el individuo; es “el foco de la influencia manásica de los Manasaputras trabajando a través del manas humano”.

“Durante la vida del cuerpo, los átomos de vida en el cerebro se bañan continuamente de Akâsha; y es a través de Akâsha en la constitución humana que trabaja el Manasaputra”. (Dia. III, 371)

Y es debido a esta conexión con el fluido manásico de los Manasaputras que los átomos de vida del cerebro son los más etéreos en el cuerpo humano.



Cada reino ayuda al avance de la evolución del reino por debajo de él. Y esto, también se da a través de un intercambio de átomos de vida. (EFO 176; MO 620)  Ya que sin esta influencia inspiradora de los reinos superiores, el avance de la evolución sería desesperadamente lento.

Pero en realidad, la naturaleza está interconectada en todas sus partes.

Y es por eso que Blavatsky señala que:

« El mundo de la forma y la existencia es una inmensa cadena, cuyos eslabones están todos conectados. Desde los dioses hasta los hombres, desde los mundos hasta los átomos, desde una estrella hasta la luz de una vela, desde el sol hasta el calor vital del ser orgánico más insignificante. Todos ellos están interconectados. »
(Doctrina Secreta I, p.604)



Abreviaturas

·        Dia. - Diálogos de G. De Purucker [Dialogues of G. De Purucker].
·        EFO - Estudios de la Filosofía Oculta [Studies in Occult Philosophy].
·        MO - El Manantial del Ocultismo [Fountain-Source of Occultism].





11 comentarios:

  1. Muchas Gracias Cid me enseñas más que en la Universidad xD

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  2. Hola Cid,

    Te sigo hace mucho, cada tanto comento, hay entradas que me llegan mas que otras, esta en especial fue muy profundo dentro de mi, y la sensacion es de conexion con mi propio ser al limite de la emocion. No se si me explique bien pero es lo que siento.

    Gracias Cid,
    Fer de Argentina.

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    1. Pastor denomina esa experiencia que tuviste: “una abertura cósmica”. Y es uno de los objetivos que se busca cuando se estudia el esoterismo porque cada abertura cósmica es como una pequeña iniciación que te va acercando paulatinamente hacia una iluminación mayor.

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  3. Lejos el mejor blog,si bien siempre comentas que tienes muy poco tiempo me gustaria seguir leyéndote por muchooo tiempo más :D agradezco mucho que compartas tan generosamente tus conocimientos para todos quienes buscamos desarrollarnos espiritualmente,abrazos gigantes

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  4. Wow me dejó con una sensación de conexión y entendimiento tan profundo. Es como si una de mis preguntas hubieran sido contestadas es realmente muy hermoso. Cid. Felicitaciones es genial. Cid necesito que me aclare una duda. Yo creo en Dios pero no como el resto de la humanidad se lo imagina. No sabría decirte con exactitud ese sentimiento yo me pongo a hablar con el. Suena loco pero es así. He experimento sucesos donde me quedo hablando horas sólo en mi casa Pero lo curioso es que no hay nadie físicamente, pero simplemente siento ese impulso de hablar con él. Es muy difícil de explicar las palabras no me alcanzan para dar una analogía de lo que me sucede. Cuando tengo esos momentos donde estoy hablando sólo aparentemente el chakra corona se me empieza a llenar de energía y es como si desde el chakra corona fluyera como agua. Es energía eso lo tengo claro pero la sensación es como si fuera agua y fluye por todo mi cuerpo. Es muy extraño. No se si te ha pasado. Pero a mi me pasa casi todos los días además tengo esa sensación de cercanía me siento muy conectado a tal punto que no me dirijo a los maestros a Dios y a los Ángeles como si fueran seres inalcanzables al contrario es como si estuvieran tan cerca que inclusive a Dios yo siempre me refiero a ÉL como padre. Es algo que simplemente fluye no lo tengo ni que pesar
    Es realmente algo extraño pero al mismo tiempo es maravilloso es difícil de explicar. Que Es? Gracias.

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    1. Tú mismo lo dijiste: es una forma de sintonizarte con Dios.

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  5. Es tan así Cid que he tenido varios sueños donde estoy hablando de esoterismo con miembros de mi familia y con algunas personas que no conozco. He hablado del samsara con un Tío, con mi hermana también todo en mis sueños. Tuve también un sueños donde me vi en el océano al lado de dos personas que ni conozco y estábamos haciendo unos rituales cuando depronto aparece una persona de una belleza increíble y nos tira como una especie de lazo para que podamos subir, en otro sueños estaba en medio del espacio pero esta vez estaba dentro de un remolino dorado en estado de meditación lo repito fue en sueños, en otro sueño vi a una persona que podía mover la materia a su voluntad la podía hacer de tamaño increíblemente pequeña pero también la podía hacer colosalmente grande. Que explicación hay para eso? Porque aún cuando estoy dormido estoy semi consciente de las cosas que hago o digo pero siempre está el esoterismo ahí como tema principal. Cuando me levanto se lo que he dicho y hecho. Que explicación le puedo encontrar a eso. No estoy aquí para inventar cuento porque mi vida en si parece como si fuera algo maravilloso es que me han ocurrido cosas que sobre pasan a mi entendimiento por el momento de las cosas y he dejado de preguntarme porque esto porque lo otro porque si lo hiciera estaría totalmente loco simplemente llegan las disfruto y doy gracias por la experiencia. Que ha cambiado mucho mi vida.

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    1. Los sueños puedes ser varias cosas. Por ejemplo:

      - Puede que realmente hayas experimentado eso en otro plano de existencia (usualmente el astral).
      - O puede que sea un mensaje simbólico de tu subconsciente que tú tienes que descifrar.
      - O también puede que sea la forma como tu cerebro procesa la enseñanza que tuviste.
      - Etc.

      Y ahí yo no sabría decirte cuál de todas esas posibilidades es, por lo que tú tienes que reflexionarlo para deducirlo.

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  7. Cid disculpa que te pregunte. Que opinas de un libro que se llama LAS CLAVES DEL ESOTERISMO recomiendas estudiarlo?

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    1. No conozco ese libro, por lo que no te podría opinar al respecto. Sorry

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