(Observación:
esta es la cuarta parte de la investigación de David Pratt sobre la evolución
de las especies, y cuyo inicio lo pueden encontrar aquí,
y le agradezco inmensamente a Nicolás por haber traducido un artículo tan
extenso, pero a la vez tan interesante de leer.)
ÍNDICE
1. El
“secreto comercial darwiniano” revelado
2. Las especies transicionales
3. Surgimientos repentinos de vida y extinciones
PREÁMBULO
A
nivel científico se suelen distinguir cinco reinos en la naturaleza:
1) Procariotas
(arqueas, bacterias)
2) Protistas (microorganismos con núcleos celulares)
3) Plantas
4) Hongos y
5) Animales
Cada
reino está dividido en filos, los que su vez se categorizan en clases, órdenes,
familias, géneros y especies.
Los
filos mejor conocidos de los animales incluyen a:
- cnidarios (corales,
medusas)
- moluscos (almejas,
caracoles, calamares)
- equinodermos (estrellas
y erizos de mar)
- esponjas, artrópodos
(trilobites, insectos, cangrejos)
- anélidos (lombrices
de tierra, sanguijuelas) y
- cordados (todos los
vertebrados, comprendiendo a reptiles, peces y mamíferos)
Los
humanos están asignados al reino animal,
filo cordata, subfilo vertebrados, clase mamíferos, orden primates,
familia hominidae, género homo,
y especie sapiens.
1 - EL “SECRETO COMERCIAL DARWINIANO” REVELADO
Darwin
visualizaba que una especie se transformaba lentamente en una nueva y la cual
daba origen a otra hasta que finalmente no sólo se producían individuos nuevos
pertenecientes al mismo grupo, sino que evolucionaban distintos géneros, familias,
órdenes, clases, filos y finalmente reinos de organismos. Pero en la actualidad
el registro fósil echa por tierra este modelo de "gradualismo
filético".
Stephen
J. Gould afirmaba que "la evidencia fósil, con sus abruptas transiciones,
no ofrece apoyo para el cambio gradual" y que "la extrema rareza de
las formas transicionales en este repertorio persiste como el secreto comercial
de la paleontología" (1).
En
su opinión, por ahora es completamente insostenible la racionalización
darwinista de que los sesgos se deban a la “extrema imperfección” de dicho
registro, señalando que las transiciones preservadas "a menudo se encuentran
en el registro fósil, pero no son comunes", y agregó que "es
indignante ser citado una y otra vez por los creacionistas (...) al admitir que
el registro rocoso no incluye formas transicionales que generalmente están
ausentes a nivel de especie, pero que son abundantes entre los grupos más
grandes" (2).
De
esta forma, Gould planteaba un conflicto sobre la prevalencia de secuencias
matizadas. Y si bien algunos evolucionistas clasifican muchas especies como “transicionales”
y son capaces de reunir unas cuantas secuencias fósiles más o menos
progresivas, esto no cambia el hecho de que hay enormes brechas en el
inventario.
Eugene
Koonin lo plantea de la siguiente manera:
« Las
mayores transiciones en la evolución biológica muestran el mismo patrón de
aparición repentina de diversas formas en un nuevo nivel de complejidad.
Las
relaciones entre grupos mayores dentro de una nueva clase emergente de
entidades biológicas son difíciles de descifrar y no parecen ajustarse al
patrón arbóreo que, siguiendo la propuesta original de Darwin, permanece como
la descripción dominante de la evolución biológica.
Los
mejores casos incluyen el origen de las moléculas complejas de ARN y los
plegamientos de proteínas; grupos mayores de virus; arqueas y bacterias, y los
principales linajes en cada uno de estos dominios procarióticos; supergrupos
eucariotas y filos animales.
En
cada uno de estos eslabones pivotales en la historia de la vida, los
principales “tipos” parecen surgir rápido y completamente equipados con las
características del nuevo nivel respectivo de organización biológica, y no se
detectan grados o formas intermedias entre tipos diferentes. » (3)
El “árbol de la vida”
tradicional presupone un único ancestro común. Y actualmente, los darwinistas
creen que la vida pudo haber surgido múltiples veces, por lo que la evolución
ha producido más un “arbusto” u “orquídea” en lugar de un árbol (4).
Se
estima que al presente 20 ó 30 millones de especies están vivas, aunque menos
de 2 millones de ellas han sido documentadas en la literatura profesional. Más
del 99% de las especies que han existido alguna vez están extintas (unos 200
millones de individuos), pero sólo unas 150’000 especies de organismos
desaparecidos hasta ahora han sido catalogados sobre la base de evidencia fósil (5).
Puesto
que la erosión ha destruido el 90 a 99% de las rocas sedimentarias en las que
podrían haber existido fósiles preservados, ciertamente el material de este
tipo es incompleto. Sin embargo, los vestigios ya encontrados ofrecen una buena
muestra al azar de todas las criaturas que han existido, pues hasta donde
concierne a los vertebrados terrestres, cerca del 98% de órdenes vigentes y el
79% de las familias vivas han sido hallados en forma fosilizada (6).
Pero
no vemos especies que se transforman en otras completamente diferentes cuando
trazamos su genealogía en el tiempo.
Y
si el gradualismo filético fuera cierto, entonces las especies deberían
experimentar modificaciones constantes y podríamos encontrar muchos fósiles del
número “inconcebiblemente grande” de formas transicionales que Darwin admitió
que necesitaba su teoría.
Por
ejemplo, si los peces evolucionaron en anfibios, hallaríamos formas intermedias
que evidenciarían la transición gradual de aletas en extremidades y las escamas
de peces en piel anfibia (que más tarde se transformó en escamas reptilianas). Y si la transición requirió muchos millones de años durante los
cuales cientos de millones de formas transicionales deben haber vivido y
muerto, por ende muchas de ellas ya habrían sido descubiertas.
De
forma similar, si los reptiles evolucionaron en pájaros, se verían fósiles que
mostrasen la transición gradual de los miembros posteriores de los reptiles
ancestrales en las alas de un ave, y la transformación escalonada de escamas en
plumas, los miembros posteriores en patas de agarre, el cráneo reptiliano en
aviar, etc.
Pero
como dice Gould:
« La
ausencia de material fósil para las fases intermedias entre las mayores
transiciones del diseño orgánico, y por supuesto nuestra incapacidad (incluso
en la imaginación) de construir eslabones funcionales en muchos casos, ha sido
un problema fastidioso y persistente para las explicaciones gradualísticas de
la evolución. » (7).
Gould
afirma que la historia de muchas reliquias biológicas incluyen dos rasgos
particularmente inconsistentes con el gradualismo:
1.
Estasis. Muchas especies no exhiben cambio direccional durante su
presencia en la Tierra, y aparecen en el repertorio fósil con la misma
apariencia que cuando desaparecieron, por lo que el cambio morfológico
usualmente es limitado y sin dirección.
2.
Aparición repentina. En cualquier área local, una especie no surge
gradualmente por la transformación estable de sus antecesores, pues aparece de
una sola vez y “completamente formada” (8).
Y
un ejemplo de ello es el registro fósil de los dinosaurios:
En este diagrama
ancestral de dinosaurios, todas las líneas azules y punteadas se refieren a
fósiles inferidos, es decir que nunca han sido descubiertos (9).
En
otras palabras, todas las especies conocidas de dinosaurios representan sólo
las ramas en el supuesto “árbol” evolutivo, y los darwinistas no pueden ofrecer
un solo ejemplo convincente de una secuencia ancestral para los dinosaurios.
Y lo mismo se observa
con otras especies.
Y
es por eso que Stephen Hanley hace notar que:
- "El registro rocoso no documenta
convincentemente una sola transición de una especie a otra."
Y
Ernst Mayr comenta que:
- "No hay evidencia clara de transiciones
de una especie a un género diferente, para la 'aparición gradual' o cualquier
novedad evolutiva." (10)
Mientras
que Eldredge escribe:
- "Muchas familias, órdenes, clases y filos
aparecen más bien repentinamente en la evidencia fósil, y a menudo sin formas
anatómicamente intermedias que interrelacionen escalonadamente a taxones de
descendientes derivados por evolución [grupos de organismos] con sus presuntos
ancestros." (11)
Además
es significativo observar que los sesgos en el testimonio fósil sean más grandes mientras más alto
sea el nivel taxonómico, incluso si de acuerdo a la teoría darwinista
frecuentemente deben de haber existido más formas transicionales en niveles
mayores. Por ejemplo, los caballos pertenecen a la familia Equidae
(orden Perissodactyla), mientras que los osos se agrupan en la familia Ursidae
(orden Carnívora).
Y
según el darwinismo estándar, la divergencia entre órdenes como osos y caballos
debiera haber tomado mucho más tiempo y dejado más fósiles que los cambios
menores subsecuentes entre ambas especies. Pero como puntualizan Hoyle y
Wickramasinghe, la evidencia indica otra cosa, y este es el caso no solamente
en los mamíferos, sino para todas las clases de animales.
Y
es por eso que ellos hacen notar que:
« Las
pequeñas divergencias están a la vista y las grandes están ausentes. No vemos
que haya individuos mitad oso o mitad caballo, e incluso dentro de un solo
orden las familias siguen siendo invariablemente distintas unas de otras. Por
ejemplo, el orden Carnivora incluye a perros y gatos, y es obvio que no
observamos ninguna evidencia de especímenes mitad gato y mitad perro. » (12)
Como
dice Jeffrey Schwartz:
« La
verdad del asunto es que todavía estamos en la oscuridad acerca del origen de
muchos grupos mayores de organismos, debido a que ellos aparecen en el registro
fósil como Atenea salió de la cabeza de Zeus, completamente desarrollados. » (13).
El registro fósil
para los principales grupos de vertebrados (arriba) y órdenes de mamíferos
(debajo). Los anchos de las áreas sólidas indican los números cambiantes de
especies, y las líneas punteadas representan linajes hipotéticos, o vínculos evolutivos ausentes (14).
En 1977, Gould y
Eldredge revisaron casos de supuesto gradualismo filético, incluyendo varios
ejemplos estándar impartidos a estudiantes por décadas, y las encontraron
insatisfactorias o francamente falsas (15).
Como
sostiene Stanley:
« Las
pruebas fosilizadas conocidas no documentan un solo ejemplo de evolución
filética (gradual) que cumpla una transición morfológica mayor, y de aquí que
no ofrezcan evidencias de que el modelo gradualístico pueda ser válido. » (16).
Gould
reconoce que los pequeños cambios graduales observados en el registro rocoso
son tan pequeños que no pueden ser extrapolados razonablemente a una evolución
de gran escala:
« Las
especies bien representadas usualmente permanecen estables a través de su rango
temporal, o se alteran tan poco y en maneras tan superficiales (a menudo sólo
en tamaño) que la extrapolación de un cambio observado en fases más largas de
tiempo geológico posiblemente no podría producir las extensas modificaciones
que marcan los senderos evolutivos generales hacia grupos más grandes. La mayor
parte del tiempo (y cuando la evidencia es mejor) no sucede gran cosa con la
mayoría de las especies. » (17)
Y
Peter Williamson agrega que:
« El
neodarwinismo convencional (...) ha fallado en predecir la extendida estasis
morfológica de largo plazo, ahora reconocida como uno de los aspectos más
asombrosos del registro fósil. » (18)
En
promedio, las especies de plantas o animales tienden a extinguirse después de
unos 4 millones de años, pero algunas criaturas han durado por mucho más tiempo
sin sufrir algún cambio significativo, aunque se podría esperar que la deriva
genética accidental alterase las apariencias incluso sin presiones adaptativas.
Por
ejemplo, noventa clases de cianobatcerias (algas azul-verdosas) han sobrevivido
con pequeños cambios por cerca de mil millones de años, y los trilobites que
entraron en escena a comienzos del Cámbrico tuvieron pocos cambios por 300
millones de años, mientras que los crustáceos marinos han seguido tal cual durante
10 ó 14 millones de años.
Fósil de trilobite
También
las nuevas especies de foraminíferos que aparecieron en el Cenozoico temprano
comúnmente fueron capaces de sobrevivir sin transformación alguna por al menos
20 millones de años más.
Algunos
vertebrados existentes nunca han evidenciado cambios evolutivos durante el
periodo de una especie en al menos 100 millones de años.
El
Triops (un anostráceo común de agua dulce) difiere de los especímenes
preservados en rocas de 180 a 200 millones de años de antigüedad sólo en haber
crecido ligeramente más desde esa época, y además el celacanto y los peces
pulmonados parecen haber seguido intactos incluso pasados 300 millones de años,
periodo dos veces más largo que la era de los dinosaurios.
El
braquiópodo Lingula es un verdadero “fósil viviente” que permaneció
esencialmente sin transformaciones durante 450 millones de años, y el lagarto
tuátara muestra pequeños cambios desde el Mezosoico temprano, hace unos 200
millones de años.
El
84% de las familias de insectos actualmente vivas existió hace 100 millones de
años, pero también resistieron el cambio evolutivo, y por su parte, los
mamíferos europeos ahora existentes se han mantenido igual durante el último
millón de años.
Eón
Fanerozoico
|
Comienzo
(años AP)
|
Era
Cenozoica
|
|
Período
Cuaternario:
|
|
Holoceno
|
11.700
|
Pleistoceno
|
2.588.000
|
Periodo
Terciario:
|
|
Plioceno
|
5.333.000
|
Mioceno
|
23.030.000
|
Oligoceno
|
33.900.000
|
Eoceno
|
56.000.000
|
Paleoceno
|
66.000.000
|
Era
Mezosoica
|
|
Cretácico
|
145.000.000
|
Jurásico
|
201.300.000
|
Triásico
|
252.170.000
|
Era
Paleozoica
|
|
Pérmico
|
298.900.000
|
Carbonífero
|
358.900.000
|
Devónico
|
419.200.000
|
Silúrico
|
443.400.000
|
Ordovícico
|
485.400.000
|
Cámbrico
|
541.000.000
|
Eón
Proterozoico
|
2.500.000.000
|
Eón
Arcaico
|
4.000.000.000
|
Eón
Hadeico
|
4.600.000.000
|
La escala de tiempo
geológica científica (para las correspondientes fechas teosóficas, ver sección
8).
Referencias
- Stephen Jay Gould, The Panda’s Thumb, London: Penguin Books, 1990 (1980), págs. 150, 156.
- Stephen Jay Gould, "Evolution as fact and theory", Discover, mayo 1981, págs. 34-7, stephenjaygould.org.
- Eugene V Koonin, "The Biological Big Bang model for the major transitions in evolution", Biol Direct, 2:21, 2007, ncbi.nlm.nih.gov.
- John D. Morris and Frank J. Sherwin, The Fossil Record: Unearthing nature’s history of life, Dallas, TX: Institute for Creation Research, 2010, pág. 19.
- Lynn Margulis y Dorion Sagan, Acquiring Genomes: A theory of the origins of species, New York: Basic Books, 2002, pág. 52.
- Michael Denton, Evolution: A theory in crisis, Bethesda, MA: Adler & Adler, 1986, pág. 190.
- Citado en íbid., pág. 303.
- The Panda’s Thumb, pág. 151.
- "Dinosaur", Encyclopaedia Britannica, CD-ROM 2004.
- Citado en Darwin’s Creation-Myth, Venice, FL: P&D Printing, 1994, pág. 18.
- Citado en Walter J. ReMine, The Biotic Message: Evolution versus message theory, Saint Paul, MN: St. Paul Science, 1993, pág. 304.
- Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe, Our Place in the Cosmos: The unfinished revolution, London: J.M. Dent, 1993, pág. 135.
- Jeffrey H. Schwartz, Sudden Origins: Fossils, genes, and the emergence of species, New York: John Wiley, 1999, pág. 3.
- Evolution: A theory in crisis, pág. 173; Our Place in the Cosmos, pág. 134.
- Alec Panchen, Evolution, London: Bristol Classical Press, 1993, págs. 162-3.
- Citado en Evolution: A theory in crisis, pág. 182.
- Citado en The Biotic Message, pág. 305.
- Peter G. Williamson, "Morphological stasis and developmental constraint: real problems for neo-Darwinism", Nature, vol. 294, 1981, págs. 214-5.
2 - LAS ESPECIES TRANSICIONALES
Aunque
no aparecieron las miríadas de formas intermedias que Darwin esperaba
presentar, aún existen numerosas especies que muchos darwinistas catalogan como
transicionales. Y automáticamente se presume que cualquier especie que combine
rasgos de dos grupos más o menos sucesivos de organismos pertenece a una serie
de formas intermedias que relaciona a ambas.
Pero
se considera que la gran mayoría de las especies “transicionales” poseen
demasiados rasgos especializados para ser “verdaderos” antepasados y son
clasificadas como “parientes cercanos” de los ancestros reales que todavía
están perdidos.
En
el registro rocoso nunca se han encontrado criaturas con claros rasgos a medio
terminar o mutantes con características no funcionales, y aún así las tan
invocadas mutaciones accidentales deberían de haber producido innumerables
características de este tipo, las cuales posteriormente serían eliminadas por
selección natural.
Más
del 95% de todos los fósiles son de invertebrados marinos (principalmente
moluscos). Y del 5% de los fósiles restantes, la mayoría pertenece a plantas,
mientras que menos del 1% de dichos fósiles son peces, y una cantidad mucho
menor representa a animales terrestres.
Todos
los diversos tipos de invertebrados aparecieron abruptamente en el registro
rocoso y no hay pistas de cómo se organizaron a partir de vida unicelular ni
señales de evolución gradual de unas en otras.
A
menudo, los restos muestran especímenes completos, lo cual dificulta que los
evolucionistas especulen sobre los “transicionales”, y por su parte, los
fósiles de plantas, algas y peces tampoco presentan pruebas convincentes de
evolución gradual, al tiempo que varias de las especies transicionales
presentadas por los darwinistas pertenecen a vertebrados que moraban en tierra.
Los
individuos fosilizados se representan a menudo por un hueso o restos menores,
lo cual significa que las interpretaciones son muy subjetivas y que existe un
serio disenso entre los paleontólogos sobre cuáles especímenes calificar como
transicionales y a cuál linaje se ajustan (1).
LAS ESPECIES TRANSICIONALES DE PECES A ANFIBIOS
Se presume que los
peces de aletas lobuladas del Devónico tardío evolucionaron a anfibios
tetrápodos (2).
Los
darwinistas sostienen que los tetrápodos (animales de cuatro extremidades como
anfibios, reptiles, aves y mamíferos) evolucionaron de peces con aletas
lobuladas (Rhipidistia) en el periodo Devónico. Pero en 1938, pescadores
en el Océano Índico llevaron a la superficie un celacanto de aletas lobuladas,
pariente vivo de aquella especie prehistórica.
Los
celacantos aparecieron hace unos 400 millones de años y se los creía extintos
hace unos 100 millones, y sobre la base de la evidencia fósil había sido considerado
como un “eslabón perdido” entre peces y anfibios, pero estas esperanzas se
desvanecieron una vez que se pudo examinar la anatomía de un espécimen vivo.
Los
científicos pensaban que los celacantos se arrastraban por el suelo oceánico
con aletas lobulares parecidas a extremidades, pero finalmente resultó ser que
nadaban, lo que muestra cuán difícil es obtener conclusiones sobre la biología
general de los organismos sólo a partir de sus remanentes de esqueleto, y de
esta forma, el celacanto es sólo otra ramita periférica en el supuesto
"árbol de la vida".
El
dipnoo, otro tipo de pez con aletas lobulares, tiene extremidades, branquias y
un intestino que contiene una válvula espiral como cualquier otro pez, pero sus
pulmones, corazón y estado larvario son los de un anfibio. Y aunque tenga una
mezcla de rasgos de pez y anfibio, realmente las características individuales
no son transicionales en ningún sentido entre ambos tipos y ya no se considera
como ancestro de los tetrápodos.
Arriba: el Ichthyostega es uno de los
primeros tetrápodos. Más arriba: un
presunto pez ancestro (Eusthenopteron) (3).
El
Ichthyostega, es un laberintodonto, por lo que combina cola y branquias,
y se parece a un pez con cráneo y miembros anfibios, pero como Acanthostega,
era predominantemente acuático. Acanthostega tenía ocho dedos, mientras
que Ichthyostega tenía siete.
El
siguiente candidato para el vínculo perdido entre la vida marina y terrestre
era el Eusthenopteron, un pez de aletas lobuladas que comparte varios rasgos
con los tetrápodos más antiguos conocidos. Solía ser representado internándose
en tierra, pero ahora se piensa que era estrictamente acuático y un depredador
de aguas poco profundas.
En
el último tiempo, los elpistostégidos como el Panderichthys y el Tiktaalik
han sido presentados pomposamente como los ancestros cercanos de los
tetrápodos, siendo bautizados como “pescápodos”. Dichas especies tenían aletas
pares, más que miembros y patas reales, y eran capaces de una locomoción muy
limitada.
Luego
de su descubrimiento en 2006, el Tiktaalik fue presentado como el
ancestro más cercano de los tetrápodos porque sus aletas pectorales (frontales)
tenían rasgos similares a una cadera con huesos radiales. Sin embargo, algunos
científicos han decidido que las aletas del Panderichthys son más
parecidas a las de un tetrápodo (incluso si se había dicho previamente de esta
especie que arrojaba poca luz sobre el origen de los rasgos principales del
cráneo, las extremidades y el esqueleto axial de los primeros animales de
cuatro patas).
El
Panderichthys tenía un “manubrio frontal”, es decir que sus aletas
delanteras eran más grandes y más poderosas que las traseras, pero los primeros
tetrápodos tenían “tracción posterior”, y de esta forma los darwinistas
esperaban hallar un fósil que ilustrara el surgimiento de la propulsión de
extremidades posteriores en el intervalo entre el Panderichthys y el Acanthostega.
Para
colmo, se determinó que el Tiktaalik era más un animal de “manubrio
delantero” que el Panderichthys (4). Y un problema adicional es que los fósiles de
elpistostégidos más antiguos fueron datados en 386 millones de años, pero el
descubrimiento de huellas y restos mucho anteriores ha trasladado la aparición
de los primeros animales terrestres a 395 millones de años atrás (5).
Aletas de peces con
rayos finos del Eusthenopteron, el Panderichthys y el Tiktaalik
comparadas con la extremidad tetrápoda del Acanthostega. Supuestamente,
los huesos radiales en las aletas evolucionaron en dedos tetrápodos, pero todavía
existe un gran vacío que completar (6).
Ciertamente
hay un grado de continuidad entre los peces de aletas lobuladas y los primeros
tetrápodos. Por ejemplo, tanto el Acanthostega como el Ichthyostega
"retienen la forma de pez, y aparentemente mantuvieron branquias internas,
una línea sensorial lateral en el cuerpo (como en los peces) y tienen una clase
de cola-aleta, aunque en forma diferente" (7). Sin embargo, todavía existen grandes
discontinuidades concernientes a la supuesta transformación de aletas en
miembros y el desarrollo de la locomoción terrestre.
Como
ilustración, el registro fósil no documenta cómo una pelvis u hombro
funcionales evolucionaron gradualmente en la transición de peces a los primeros
anfibios, y los restos de cartílago o hueso presentes en las aletas de algunos
peces están empotrados débilmente en el músculo y no se conectan a la columna
vertebral.
Los
tetrápodos devónicos muestran un mosaico de adaptaciones terrestres y
acuáticas, pero es difícil considerarlos como ancestros “verdaderos” de
criaturas posteriores. A modo de pauta, el Ichthyostega es descrito como
"un animal muy extraño" y "una mezcla curiosa de rasgos, algunos
de ellos primitivos, pero otros especializados y únicos".
Los
hombros de los tetrápodos primitivos "obviamente no se hallan a medio
camino en la estructura entre aquéllos de los peces y los últimos
tetrápodos", aunque poseen "algunos rasgos únicos y otros
inesperados" (8).
El Seymouria es
un laberintodonto similar a un reptil de comienzos del Pérmico, y es un
intermediario “promocionado” comúnmente para anfibios y reptiles.
En
términos de características puramente esqueléticas, parecería ser una
transición convincente, pero hay un serio problema: la principal diferencia
entre los anfibios y los reptiles yace en sus sistemas de reproducción, pues
los anfibios ponen huevos en el agua y sus larvas experimentan una compleja
metamorfosis (como un renacuajo) antes de alcanzar la fase adulta.
En
cambio, los reptiles se desarrollan dentro de un huevo revestido de una dura
cáscara y son réplicas perfectas de los adultos en la primera aparición, y así
los problemas para concebir la evolución gradual del huevo reptiliano son
inmensos.
No
obstante, la evidencia fósil sugiere que el Seymouria era totalmente anfibio
en su sistema reproductivo, y una dificultad adicional es que el Seymouria
aparece en el registro rocoso hace unos 30 millones de años después que los
verdaderos reptiles más antiguos: el Hylonomus y el Paleothyris (9).
ESPECIES TRANSICIONALES EN LOS INSECTOS
El
Peripatus, un pequeño organismo similar a una oruga, es sugerido en
ocasiones como intermediario entre los gusanos anélidos y los artrópodos, pero
nuevamente las estructuras orgánicas no son estrictamente transicionales entre
ambos. Por ejemplo, su sistema circulatorio y su sistema respiratorio son
típicamente artrópodos en el diseño básico, mientras que los sistemas nervioso
y excretor son como aquéllos de muchos gusanos anélidos.
El
Peripatus es realmente una pléyade de características bosquejadas de dos
grupos distintos, como es el dipnoo y también el ornitorrinco que por un lado es
reptiliano por el hecho de poner huevos, pero por otro lado es mamífero al
poseer pelo, glándulas mamarias y tres huesos auriculares.
LAS ESPECIES TRANSICIONALES DE REPTILES A MAMÍFEROS
Usualmente
se afirma que la transición de reptiles mammaliaformes (con forma de mamíferos)
a los verdaderos mamíferos en el Triásico es el caso mejor documentado de
macroevolución en el registro fósil. No obstante, la “secuencia” desde los
pelicosaurios a los terápsidos y a los mamíferos contiene muchos sesgos que los
neodarwinistas piensan que algún día estarán completados por nuevos
descubrimientos de fósiles.
Los
rasgos mamíferos a veces aparecen, desaparecen y luego resurgen. En ocasiones
emergen fuera de secuencia y otros surgen independientes – y "por
accidente"– en diferentes linajes (11).
Algunos
investigadores declaran que sobre la evidencia fósil actual, es improbable que
los pelicosaurios evolucionaran a terápsidos, pero uno de los seis órdenes de
terápsidos (los cinodontos) paulatinamente adquirieron rasgos mamíferos, y una
rama de este grupo pudo haber evolucionado a los morganucodontes, un orden
extinto de primitivos mammaliaformes, aunque todavía ningún grupo del Mesozoico
puede ser identificado como el ancestro de los mamíferos modernos (12).
LOS ANCESTROS DE LAS
BALLENAS
Arriba: la ballena y
algunos de sus supuestos ancestros, dibujados a escala. Debajo: dos
especies supuestamente intermedias (13).
Las
ballenas (mamíferos marinos con dieta carnívora) aparecieron abruptamente a
comienzos del Cenozoico, y Darwin hipotetizó que se crearon a partir de los
osos.
Los
evolucionistas posteriores han propuesto varios otros ancestros: los mesoniquios
(carnívoros similares a lobos), las hienas (Pachyaena), el Sinonyx
(criatura parecida a un gato), los hipopótamos herbívoros, y el Indohyus,
un animal herbívoro similar a un ciervo.
La
transformación habría requerido cambios radicales en la reproducción, respiración
y locomoción, pero no existe la menor secuencia fósil que demuestre su
ocurrencia.
Las
especies intermedias sugeridas incluyen a:
- El Pakicetus, que es un animal terrestre parcialmente adaptado a la vida acuática, clasificado usualmente como ballena primitiva en base a ciertos rasgos de sus dientes y oídos.
- El Ambulocetus, que es una criatura anfibia de 3 metros de largo parecida a un cocodrilo, y
- El Basilosaurus, que es semejante a una anguila de 20 m y cuyos rasgos, según los evolucionistas más cautos, lo excluyen de ser un verdadero antecesor de las ballenas (14).
LOS ANCESTROS DE LAS
AVES
Actualmente,
las aves son clasificadas como un tipo de dinosaurio, y muchos científicos
creen que evolucionaron en el periodo Jurásico desde un grupo de saurios con
plumas llamados terápodos. No obstante, los dinosaurios ya estaban bastante
especializados, y debido a este y otros problemas algunos expertos piensan que
las aves evolucionaron de algún otro grupo de reptiles extintos (15).
El
antiguo pájaro-dinosaurio Archaeopteryx del Jurásico tardío es
ampliamente considerado como pariente cercano del antecesor de las aves
modernas, y los especímenes de este pájaro primitivo van del tamaño de un
arrendajo azul al de una gallina grande.
El
Archaeopteryx poseía características reptilianas como dientes, una larga
cola de lagarto y garras en sus alas, pero también poseía rasgos similares a un
ave, como patas de agarre, espoleta y alas totalmente formadas cubiertas no con
plumas “primitivas”, sino con las plumas del tipo moderno, y en base a ello
todavía se discute acerca de cuán bien podía volar.
El
Archaeopteryx alude a un ancestro reptiliano, pero no es conducido por
una serie de formas transicionales desde un reptil común terrestre mediante
algunos ejemplares paulatinos con plumas cada vez más desarrolladas hasta que
se alcanzó eventualmente la condición aviar total.
Además,
se han hallado trazos fósiles de aves en estratos de mucha más antigüedad,
datados en 212 millones de años (Triásico tardío), y también existen restos
controversiales de un ave de aspecto más moderno llamado Protoavis,
ubicados en estratos de finales del Triásico (16).
La pluma es
extremadamente liviana y estructuralmente fuerte, toda una maravilla de
ingeniería (17). Una sola pluma de paloma puede tener cientos
de miles de barbillas y millones de hamuli.
LOS ANCESTROS DEL
CABALLO
Existen
varias instancias en el registro rocoso donde una transformación morfológica
relativamente menor puede ser trazada mediante una serie de formas fósiles, y
en este sentido el caso mejor conocido es el caballo.
La
cadena comienza con el caballo original del tamaño de un perro, llamado Eohippus
(Hyracotherium), que vivió hace unos 50 millones de años, y tenía cuatro
pezuñas en los miembros delanteros y tres en los traseros. Luego éste pasó
mediante variaciones de tres pezuñas y terminó con el Equus moderno de
un casco.
No
obstante, ahora se admite que la evolución del caballo es mucho más complicada
de lo asumido originalmente, pues muchas especies coexistieron con las llamadas
“ancestrales”, y en lugar de un cambio progresivo en los rasgos, ocurrieron
muchos retrocesos.
Varias
especies aparecieron abruptamente y permanecieron sin cambios a través de sus
periodos de vida, y también surgieron otras que son totalmente inconsistentes
con la supuesta “tendencia” general, y los caballos de una y tres pezuñas
comúnmente coexistieron en América del Norte (18).
Las
diferencias entre el Eohippus y el caballo moderno son relativamente
triviales, y aún así los dos están separados por 50 millones de años, al menos
diez generaciones y un gran número de especies.
De
esta manera, la serie del caballo enfatiza cuán vasto debe haber sido el número
de géneros y especies, en el caso de que realmente todas las diversas formas de
vida en la Tierra hubieran evolucionado en la manera gradual que plantean los
neodarwinistas.
Pues
según su punto de vista, debieron de haber existido innumerables especies
transicionales que se vinculaban a animales terrestres, ballenas y moluscos o
artrópodos, pero estas especies transicionales apenas dejaron una traza de su existencia
en el registro fósil.
Y
es por eso que Denton señal que:
« [Los
fósiles] presentan poca evidencia para creer que un tipo de organismo se haya
convertido en otro (...) Entre los dipnoi y los anfibios, monotremas y
reptiles, y entre Peripatus y los artrópodos, hay vacíos enormes que no
están cubiertos por alguna forma transicional. » (10)
Lo
cual parece dar cabida a un modelo saltacionista como la única explicación
evolutiva de los sesgos.
Referencias
- Fred Williams, "Exposing the evolutionist’s sleight-of-hand with the fossil record", enero 2002, evolutionfairytale.com/articles_debates/fossil_illusion.htm; John D. Morris y Frank J. Sherwin, The Fossil Record: Unearthing nature’s history of life, Dallas, TX: Institute for Creation Research, 2010, págs. 129-77.
- en.wikipedia.com.
- Michael Denton, Evolution: A theory in crisis, Bethesda, MA: Adler & Adler, 1986, pág. 167.
- Casey Luskin, "The rise and fall of Tiktaalik?", 26 sept. 2008, evolutionnews.org; "Tiktaalik roseae – a missing link?", 2012, earthhistory.org.uk.
- "Ancient four-legged beasts leave their mark", Science magazine, 6 enero 2010, news.sciencemag.org.
- evolutionnews.org.
- Antony Latham, The Naked Emperor: Darwinism exposed, London: Janus Publishing Company, 2005, pág. 76.
- Citado en: Paul Garner, "The fossil record of 'early' tetrapods: evidence of a major evolutionary transition?", Journal of Creation, vol. 17, nro. 2, 2003, págs. 111-7, creation.com; The Fossil Record, pp. 151-2.
- Evolution: A theory in crisis, págs. 176-7; Jonathan Sarfati, "The links are missing", in Refuting Evolution, creation.com.
- Evolution: A theory in crisis, pág. 110.
- Ashby L. Camp, "Reappraising the 'crown jewel'", Creation Research Society, 1998, trueorigin.org; J. Woodmorappe, "Mammal-like reptiles: major trait reversals and discontinuities", Journal of Creation, vol. 15, nro. 1, 2001, págs. 44-52, creation.com; James Downard, "A tale of two citations" (crítica de Woodmorappe), junio 2003, talkreason.org; The Fossil Record, págs. 154-60; Shaun Doyle, "'Transitional form" in mammal ear evolution – more cacophony", Journal of Creation, vol. 25, nro. 3, 2011, págs. 42-5, creation.com.
- "Transitional fossils – the top ten: 3. Reptile to mammal", 2011, earthhistory.org.uk.
- The Fossil Record, págs. 98-9, 101.
- Ibid., págs. 94-104, 170-3; wikipedia.org/wiki/Evolution_of_cetaceans.
- Michael J. Oard, "Did birds evolve from dinosaurs?", Journal of Creation, vol. 25, nro. 2, 2011, págs. 22-31, creation.com.
- The Fossil Record, pág. 86.
- Evolution: A theory in crisis, pág. 203.
- Duane T. Gish, Evolution: The fossils still say no!, El Cajon, CA: Institute for Creation Research, 1995, págs. 189-97; http://en.wikipedia.org/Evolution_of_the_horse.
3 - SURGIMIENTOS REPENTINOS DE VIDA Y EXTINCIONES
Se
piensa que las formas de vida más remotas se originaron hace unos 3800 millones
de años, y eran principalmente microorganismos unicelulares (bacterias y arqueas)
compuestas de células procarióticas (células sin núcleo).
La
célula eucariótica (nucleada) más compleja apareció hace unos 2 mil millones de
años, encontrándose en los protozoos unicelulares, algas y hongos menores, y su
advenimiento marca una gran discontinuidad en la secuencia de seres vivos. Algunas procariotas eran multicelulares, pero
los organismos complejos homólogos evolucionaron sólo entre eucariotas.
La
gran radiación y diversificación de los animales multicelulados, o metazoos,
comenzó hacia el final del Precámbrico con la aparición de la fauna Ediacarense
(o Vendiana), y alcanzó su clímax en la sucesiva “explosión cámbrica” de hace
unos 530 ó 520 millones de años.
La
forma en cómo uno o más organismos de una sola célula evolucionaron a metazoos
y qué intermediarios estaban involucrados es uno de los más grandes enigmas
evolutivos, debido a que existe un gran vacío entre los animales multicelulares
y los de una sola célula. Y no se conoce
animal que tenga dos, tres, cuatro o hasta 20 tipos, e inclusive no sólo la
multicelularidad evolucionó separadamente en los tres reinos más grandes de la
vida (plantas, hongos y animales), sino que se piensa que esta surgió varias
veces en cada uno de estos reinos.
La
evidencia inequívoca más antigua de la vida metazoaria data de unos 600
millones de años. Una gran parte de la fauna ediacarense apareció abruptamente
y se formó de modo completo hace unos 575 millones de años luego de una severa
glaciación, pero se extinguieron antes del comienzo del Cámbrico (1)
y comprendían una amplia variedad de invertebrados marinos de cuerpo liso y
aguas poco profundas similares a medusas, líquenes, corales lisos, anémonas de
mar, pennatuláceos, gusanos anélidos y macroalgas actuales, junto con algunos
organismos no semejantes a algo conocido al día de hoy.
Comúnmente,
las impresiones fósiles en forma de disco tienen unos pocos centímetros de
largo y en ocasiones alcanzan los 20 cm, mientras que las huellas en forma de
fronde pueden llegar a longitudes de hasta un metro, y existen también “trazos
fósiles” que asemejan caminos y madrigueras.
La
fauna consiste principalmente en variaciones de un solo plan anatómico. Por
ejemplo, una forma aplanada se dividió en secciones que están enmarañadas o
acolchonadas (un diseño que no se encuentra hoy en la naturaleza). Y aunque
consideradas originalmente como precursores de algunas de las últimas criaturas
cámbricas, ahora la creencia general es que muchas no estaban relacionadas a
formas posteriores y que fueron un “experimento fallido”, pero los animales
metazoarios de diseño moderno, tales como las esponjas, compartían hábitats
terrestres con la fauna ediacarense.
Tres fósiles de
Ediacara
Dickinsonia costata, mostrando su
característica apariencia acolchonada de la fauna ediacarense (las opiniones
difieren de si es un animal, hongo o algo más)
Charniodiscus
arboreus,
probablemente un suspensívoro estacionario, con rizoide, tallo y fronde
Spriggina floundersi (4 cm de largo); su
afinidad es actualmente desconocida y se ha clasificado como gusano anélido,
fronde y artrópodo (2).
La
primera fauna global de criaturas con partes corporales duras (tales como las
conchas de carbonato de calcio) son anteriores al comienzo del Cámbrico y hasta
unos 10 millones de años después.
Esta
“fauna de conchas pequeñas” incluye espinas, espículas (placas de armadura),
tubos, arqueociatos (animales parecidos a esponjas) y diminutas conchas
similares a aquéllas de los braquiópodos y moluscos semejantes a caracoles.
Mayoritariamente
estos vestigios tienen un largo de 1 a 5 mm, y el grueso de ellos lo componen
fragmentos de esqueletos de organismos más grandes.
Se
piensa que estos fósiles pueden representar otro “experimento fallido” y que la
extinción de muchas de esas formas hace unos 530 millones de años fue seguida
por la fase más crucial de la explosión cámbrica.
Organismos
representativos de la “fauna de conchas pequeñas”.
Las más
características y abundantes de todas estas criaturas son los arqueociatos, las
primeras criaturas formadoras de coral. 1. Brecha. 2. Cavidad central. 3. Pared
interna. 4. Poro (todas las paredes tienen poros). 5. Septum. 6. Pared externa.
7. Rizoide (3).
La
explosión del Cámbrico es uno de los mayores misterios evolutivos (4),
y Charles Darwin consideraba esta repentina aparición de muchos grupos de
animales sin ancestros conocidos (en sus tiempos incluidos en estratos del
periodo Silúrico) como el desafío más serio a su teoría.
En
un espacio no superior a los 10 millones de años hizo su primera llegada cerca
del 20% de los apenas 26 filos animales presentes en el registro fósil conocido.
Tres emergieron en el Precámbrico, y se piensa actualmente que otros tres se
manifestaron durante el Cámbrico, aunque no puede descartarse que todos los
filos surgieran hacia fines de este periodo o al término de su primera etapa (5).
Probablemente,
algunos fósiles cámbricos representan filos adicionales que se han extinguido
desde entonces (6), y se cree que todas las divisiones de
plantas o filos no atañentes a algas son poscámbricos.
Existe
desacuerdo sobre cuántos filos figuran en los estratos cámbricos, y cómo
clasificar ciertas criaturas, pero no se puede negar que el evento representa
una profusión extraordinaria de nuevos planes corporales, los que incluyeron:
almejas, caracolas, trilobites, braquiópodos, gusanos, medusas, erizos de mar,
holoturias (pepinos de mar), crustáceos nadadores, crinoideos y otros
invertebrados complejos.
Los
trilobites abundaban, y sus ojos eran tan proficientes como aquéllos de
cualquier animal vivo de hoy.
Y
aunque las criaturas difieren drásticamente de una a otra, a los darwinistas
les gusta creer que todas ellas evolucionaron desde el mismo ancestro común
hipotético, probablemente una criatura similar a un platelminto que vivió cientos
de millones de años antes.
Si
la biota del Cámbrico hubiera surgido mediante variaciones graduales, existiría
evidencia de incontables formas transicionales durante vastos espacios de
tiempo geológico, pero como puntualiza Stephen Meyer:
« En
lugar de haber más y más especies que eventualmente conduzcan a más géneros, y
estos a más familias, órdenes, clases y filos, el registro fósil muestra
representantes de filos separados que primero aparecen seguidos de
diversificación a menor nivel sobre estos planes básicos. » (7)
La
historia de la vida animal principalmente ha consistido en incesantes
variaciones sobre los planes corporales básicos que emergieron durante el
Cámbrico.
Cuatro artrópodos de
la explosión cámbrica
Marrella, de 2.5 a 19 mm de
largo
Opabinia, de 43 a 70 mm de
longitud, mostrando la característica probóscide con espinas, cinco ojos en la
cabeza y secciones corporales con branquias en un extremo.
Reconstrucción del Sidneyia
Anomalocaris, un predador que
tenía hasta 1 metro de largo (8)
Han
habido varias otras notables radiaciones de nuevas formas vivientes desde la
explosión del Cámbrico. Por ejemplo, el Gran Evento de Biodiversificación del
Ordovícico (GOBE, por sus siglas en inglés) consistió en un asombroso
incremento de la biodiversidad marina, principalmente dentro de los filos
establecidos durante la explosión cámbrica.
La
pluralidad de órdenes, familias, géneros y especies se triplicó durante un
periodo de 25 millones de años, haciendo de este suceso el estallido de vida
más dramático en la historia de la Tierra (9).
Las
plantas terrestres (esporas) aparecieron en el Ordovícico y experimentaron una
rápida radiación durante el Devónico, hace unos 400 millones de años, periodo
también conocido como la “edad de los peces” debido a la enorme diversificación
de los principales y numerosos grupos de peces extintos y modernos.
En
torno a esta última época se originaron las angiospermas (plantas con flores),
un filo que incluye todas las gramíneas, palmeras y árboles no coníferos, y
rápidamente se difundieron durante el Cretácico hace unos 120 millones de años.
Hubo
pocas o nulas huellas de ancestros o formas intermedias, y desde el inicio ya
estaban divididas en diferentes clases, muchas de las cuales han persistido con
pequeños cambios hasta el presente. Darwin
llamaba a esta repentina aparición “un misterio abominable”, y aún no existe
una secuencia continua de fósiles que muestre exactamente cómo evolucionaron
las flores.
Al
presente, se estima que hay entre 6 a 10 millones de especies de insectos, que
en potencia representan más del 90% de las formas animales de vida en la
Tierra, y la ancestralidad evolutiva de los insectos es un enigma porque el
fósil más antiguo conocido data del Devónico y ya era completamente capaz de
volar.
Han
habido cuatro principales radiaciones de insectos:
·
escarabajos
(~300 millones de años atrás),
·
moscas
(~250 millones de años),
·
polillas
y
·
avispas
(~150 millones de años).
Y
tal y como han habido grandes radiaciones de nuevos organismos, también
ocurrieron varias extinciones mayores y muchas otras a menor escala.
La
destrucción en masa más grave ocurrió en el límite de los periodos
Pérmico-Triásico, hace unos 252 millones de años, y eliminó más del 96% de
todas las especies marinas y el 70% de los vertebrados terrestres.
Otras
devastaciones masivas ocurrieron a fines del Ordovícico, del Devónico y del
Triásico, hace 450, 374 y 201 millones de años respectivamente.
Otra
extinción a gran escala tuvo lugar hace unos 66 millones de años, al final del
Cretácico y comienzos del Paleógeno ("evento K-Pg", por su
nomenclatura inglesa) que borró tres cuartas partes de todas las especies de
animales y plantas, incluyendo a los dinosaurios.
La
explicación más popular es que la Tierra fue golpeada por un asteroide o
cometa, generando a su vez una gran nube de polvo que bloqueó la luz solar y
llevó al colapso de la cadena alimentaria.
Sin
embargo, las extinciones comenzaron cientos de miles de años antes del límite
K-Pg, y algunos científicos piensan que las principales causas fueron un largo
periodo de intenso vulcanismo global, cambios climáticos relacionados y
alteraciones en el nivel del mar o elevaciones de tierra (10).
Y
a esta última devastación le siguió el surgimiento y la rápida diversificación
del dominio de los mamíferos.
Luego
de la muerte de los dinosaurios, la llegada de los mamíferos modernos debiera de
haber dejado los mejores fósiles preservados de especies intermedias, pero no
es el caso.
Hace
66 millones de años, muchos mamíferos eran pequeños animales nocturnos
parecidos a musarañas arborícolas, y aproximadamente 10 millones de años
después encontramos esencialmente ballenas modernas, delfines, roedores,
marsupiales, osos hormigueros, caballos, camellos, elefantes, osos, leones,
murciélagos, etc., por lo que todos los órdenes modernos de mamíferos parecen
haber surgido independientemente y en torno a la misma época.
No
sólo no existe secuencia gradual de especies intermedias, sino que alguien que
trate de imaginar una secuencia de animales intermedios viables entre por
ejemplo: una musaraña y un murciélago (cada uno de los cuales está “mejor
adaptado” que su predecesor), se convencerá muy pronto de que tal secuencia es
inconcebible.
Y
además para complicar las cosas, se ha descubierto que los murciélagos modernos
aparecieron dos veces a comienzos del Cenozoico.
Referencias
- Stephen C. Meyer, Darwin’s Doubt: The explosive origin of animal life and the case for intelligent design, New York: HarperOne, 2013, págs. 79-81; britannica.com/Ediacara-fauna.
- en.wikipedia.org.
- Stephen Jay Gould, Wonderful Life: The Burgess Shale and the nature of history, New York: Norton, 1989, págs. 315-6.
- J.S. Levinton, "The big bang of animal evolution", Scientific American, nov. 1992, págs. 52-9; Chris Clowe, "The Cambrian 'explosion'", 2003, peripatus.gen.nz/paleontology/CamExp.html; Darwin’s Doubt; Duane T. Gish, Evolution: The fossils still say no!, El Cajon, CA: Institute for Creation Research, 1995, págs. 53-69.
- Darwin’s Doubt, págs. 31-2, 85-6, 417-8; James W. Valentine, On the Origin of Phyla, Chicago, IL: University of Chicago Press, 2004, pág. 187.
- On the Origin of Phyla, págs. 4, 37; britannica.com/Cambrian-explosion.
- Darwin’s Doubt, pág. 41.
- Wonderful Life, pág. 114, 126; en.wikipedia.org.
- T. Servais, D.A.T. Harper, A. Munnecke, A.W. Owen y P.M. Sheehan, "Understanding the Great Ordovician Biodiversification Event (GOBE): influences of paleogeography, paleoclimate, or paleoecology?", GSA Today, abril-mayo 2009, pág. 410, geosociety.org.
- Ver "The great dinosaur extinction controversy", http://davidpratt.info.
Buenas Madrugadas Cid, soy un fiel lector de tu blog desde hace tiempo (He leido una gran parte de tus entradas), y debo admitir que me impresiona el esfuerzo que inviertes en esto, pero personalmente me gustaría comentarte que por el conocimiento que he adquirido desde un tiempo para acá sobre el esoterismo me ayudo a ver de otra perspectiva las etnias religiosa que se volvieron muy comunes en mi país (Venezuela) que a mi corta edad, considero que me tenían vampirizado porque con las que me tope(Incluyo a personas) me demostraban una fascinación por un cierto potencial que ellos veían que tenia y todas querían de forma rotunda que me uniera a ellas, conocí una gran cantidad de personajes importantes de dichas religiones que también expresaban lo mismo; Admito que hay personas de esas religiones que tienen un conocimiento muy complejo y grandea a pesar que que sus religiones están basadas en actos de sacrificio y "brujeria" que considero se rigen de pilares muy parecidos a los de cualquier otra religión conocida (Desde mi punto de vista, claro esta). He mejorado muchas facetas personales desde que tome como hobby nutrirme acerca del esoterismo y es porque siempre he tenido una sed de conocimientos desde que tengo uso de razón, siento cierta fascinación por el conocimiento pero sin obviar que soy muy desconfiado al provenir de una persona, soy muy analítico y hasta critico en ese aspecto por lo tanto eso hizo que no me iniciara en alguna de esas religiones, no debo negarte que aprendí muchísimo, pero de igual forma siento que a pesar de que ya hace mas de un par de años, quedaron secuelas de energía negativa o quizás espiritual. Siempre he sentido que soy una persona excesivamente karmica, me refiero a que siento mis acciones y las repuestas karmicas que he tenido han sido severas como si estuviera pagando el karma de alguna vida pasada por decir algo; A todas estas CID, si percibo que tengo ciertas cualidades extrasensoriales que posiblemente no están desarrolladas del todo y para mis conocimientos prefiero mantenerlas al margen porque se que en estos momentos no estoy en la capacidad para tal responsabilidad, pero si siento que algo en mi no esta bien, no se si es un desbalance energetico o que se yo, que me ha llevado a sentir un bloqueo general en mi persona, no lo considero personal porque he sabido sobrellevar y superar mis conflictos internos con responsabilidad y serenidad, para ser explicito: Me siento como una vela encendida que esta perdiendo su luz y no es agradable, tengo mucho tiempo practicando la meditación con fines personales mas no esotéricos para indagar en mi ser y repararme (Por si la razón era emocional) y nada... Sigo igual, intente en ciertas ocasiones meditar con fines esotéricos pero aun estoy mejorando el tema de la concentración y también me había percatado que las veces que lo intente eran en esas ocasiones que SI estaba afectado emocionalmente por lo tanto no lograba absolutamente nada y preferí no intentarlo hasta sentirme mejor preparado para ello, por lo tanto... Siento que tengo el conocimiento para solucionar por lo que estoy pasando, mas no se como utilizarlo o por donde comenzar ¿No se si me entiendes? De antemano gracias por leer mi comentario, se que me extendí y lo siento, si crees que alguna o varias de tus citas podría orientarme (Que lo mas probable es que ya la haya leido) te lo agradecería.
ResponderBorrarP.D: Es primera vez que te comento y a pesar de ciertas criticas despiadadas que he leído hacia tu blog y tus puntos de vista, haces un grandioso trabajo CID.
Gracias por tu reconocimiento, y sobre el asunto que te interesa, mi problema es que no tengo el nivel de desarrollo para poderte decir cuál es la causa oculta que te provoca esa sensación de que te estás “apagando”.
BorrarY de hecho, ese es el principal problema que tenemos los humanos (de no poder percibir más allá del plano físico). Porque si pudiéramos saber cuál es la causa que nos provoca un malestar, entonces inmediatamente sabríamos como solucionarlo.
Pero como son varias las posibles causas y no podemos percibir las que son de un nivel sutil, el asunto se vuelve mucho más complicado.
Una opción es que le pidiéramos asesoría a los seres superiores, pero como nuestro oído interno está todavía muy dormido, es difícil poder escuchar sus respuestas.
Por lo tanto, la solución que yo recomiendo es considerar todas las posibles causas que puedan provocar ese malestar. Luego ver cuáles son las posibles soluciones. E irlas probando hasta que con un poco de suerte nos resuelva nuestro problema.
Entonces tienes que observarte con atención para tratar de intuir qué es lo que posiblemente te provocó ese bloqueo general que sientes en tu persona.
• ¿Es que fue creciendo progresivamente o se dio repentinamente?
• ¿Es qué momento sucedió?
• ¿Es que hubo algún evento que lo haya podido influir?
• Etc.
Y así tú te vas haciendo un diagnostico:
Por ejemplo, si es un desbalance energético, en teoría practicando chi-kung deberías de poderte recuperar.
Pero si es un maleficio que alguien te echó, entonces en principio tomando agua bendecida como lo indico en este capítulo deberías de progresivamente mejorar:
http://esoterismo-guia.blogspot.com/2014/07/como-protegerte-de-la-brujeria.html
Y también podría deberse a desequilibrios hormonales, o emocionales, etc. Y para cada uno de ellos hay que buscar la solución correspondiente.
Pero si después de hacer todo eso, no ves mejoría, entonces tal vez pudiera ser un asunto karmico, y ahí la solución es ponerte a ayudar a los demás, para así con el karma positivo que generes, puedas compensar el karma negativo que debes.
Entonces, como lo puedes constatar: hay que estar probando y probando hasta por fin acertar. Y ya sé que no es agradable esa sensación de caminar con los ojos vendados, pero hasta que no despertemos nuestros sentidos espirituales, no nos queda otro remedio.
Y sobre tu manera de incursionar en las diferentes religiones e iglesias, te felicito porque me parece la más adecuada, y es:
- “Saca lo bueno, desecha lo malo y mantente cauto.”
Gracias CID, tomare en cuenta tus recomendaciones, realmente no vine con intensión de que resolvieras mi situación, solo buscaba una orientación porque no es un tema que se pueda dialogar fácilmente con cualquier persona o creo que nadie, me entiendes? Entonces después de tantos intentos posiblemente fallidos por resolver el problema ocasiona que el peso de la cruz aumente. Mi curiosidad me llevo a incursionar en las diferentes etnias religiosa que están en mi país y las mas importantes hasta ahora, porque realmente hay demasiado charlatanes que juegan con la esperanza de las personas (Soy de una familia 100% entregada al catolicismo).
BorrarLo que me llevo a nutrirme de esta forma es para mi desarrollo humano universal, por ahora no tengo esas ansias desproporcionadas de querer poderes ocultos, hacer viajes astrales o ser un adepto, conozco bien mis cualidades y hasta el punto que las tengo desarrolladas están acorde a mis conocimientos, simplemente quiero ir colocando las piezas faltantes a mi rompecabezas interior a medida que vaya adquiriendo el conocimiento.
Me pondré manos a la obra y posiblemente en el futuro te cuente mi progreso, por ahora me pondré a leer tus 3 ultimas entradas que las he ignorado "Risas".
Saludos desde Venezuela!