(Observación:
esta reflexión fue elaborada por el investigador David Pratt y le agradezco
mucho a Alexander por haberla traducido.)
La
historia del siglo XX presenta un cuadro triste sobre la naturaleza humana. Una
larga serie de guerras y conflictos, (a menudo derivando de avaricia económica
o de los sentimientos de supremacía religiosa, racial o nacional), han causado
la más indecible miseria y un derramamiento de sangre, y todavía hoy la paz
mundial parece tan evasiva como siempre.
Y
aunque nuestro planeta tiene suficientes recursos para alimentar y cuidar a
todos sus habitantes, 500 millones de personas no tienen comida, y un niño muere
de hambre cada dos segundos.
Hay
muchas ideas diferentes respecto a las reformas sociales y económicas para
cambiar el mundo para mejor. Pero cambiar desde arriba (aunque el cambio sea
correcto) no es suficiente, también se necesita un cambio perdurable en la
naturaleza humana.
Nosotros
somos más que productos de nuestro ambiente. Nuestro carácter y comportamiento
no son simplemente el resultado de nuestra educación y nuestra experiencia en
esta vida, porque personas diferentes pueden reaccionar a cosas similares de
muchas formas distintas, dependiendo de sus disposiciones básicas.
Desde
el momento en que nacemos, comenzamos a mostrar ciertos rasgos de carácter
distintivos, los cuales son desarrollados luego en el transcurso de nuestras
vidas.
¿Pero
de dónde viene nuestro carácter básico?
Los
materialistas probablemente dirían que está determinado por los genes o el ADN
que heredamos de nuestros padres. Pero el ADN está muy sobrevalorado por los
científicos materialistas, porque si bien es cierto que el código del ADN
regula la producción de proteínas, los elementos básicos de nuestro cuerpo.
No
explica cómo esas proteínas se las arreglan para organizarse en tejidos y
órganos y seres vivos complejos, y no hay evidencia cierta de que el ADN físico
determina nuestro modelo básico de pensamiento y comportamiento.
La
conclusión es que los esfuerzos para reducir las maravillas de la vida y la mente
a interacciones puramente físicas y químicas son extremamente inadecuados y
poco convincentes.
Hay
dos principales explicaciones alternativas para nuestros caracteres básicos.
Primero,
podría haber algún ser supremo o Dios que crea una nueva alma para cada niño
recién nacido, y de este modo determina el cuerpo y el carácter con el que
nacemos. Sin embargo, esto podría significar que Dios es responsable de la
creación de las debilidades e imperfecciones que son parte de nuestra
naturaleza básica, así que él tendría que ser o muy limitado e imperfecto, o
muy cruel e injusto.
Por
lo que este concepto de Dios como una clase de imagen magnífica de nosotros,
incluyendo nuestros vicios, no es particularmente elevador, y afortunadamente
está pasando de moda.
La
otra principal explicación para nuestros caracteres básicos es la
reencarnación. Y esta visión explica que nuestros hábitos y tendencias básicos
son una clase de memoria de nuestras elecciones y experiencias, de nuestros
logros y fracasos en vidas pasadas.
Un
alma reencarnante es atraída automáticamente hacia los padres que pueden
proporcionarle el cuerpo y el ambiente familiar más adecuado para sus
necesidades kármicas, y en el curso de nuestras vidas, nosotros nos sentimos
atraídos por la gente y los eventos que nos presentarán los desafíos y
experiencias necesarias para nuestro desarrollo.
Karma
básicamente significa que nos hemos hecho a nosotros mismos, y que todo lo que
nos suceda, de algún modo lo hemos atraído. Y esto se aplica no solamente a
individuos, sino a países y razas enteras (y en última instancia a nuestro
planeta completo).
A
algunas personas no les gusta la idea del karma porque significa que ya no
podemos considerarnos víctimas inocentes y culpar a otros por nuestra
desgracia. Pero es realmente una idea reconfortante y liberadora, porque
significa que nos moldeamos nuestro propio futuro y que por lo tanto la
justicia prevalece. Así que el karma no es una doctrina del fatalismo.
No
significa que todo está predeterminado y que por lo tanto deberíamos sentarnos
y aceptarlo todo y no hacer ningún esfuerzo para mejorar nuestras vidas o las
de demás.
Y
si no encontramos en una situación donde podemos ayudar a otros y reducir algo
del sufrimiento y la injusticia en el mundo, eso también es karma, y una
oportunidad para sacar provecho de ella.
Esto
está expresado con fuerza en el libro “La Voz del Silencio” que H.P.
Blavatsky tradujo de un trabajo estudiado por los aspirantes espirituales en el
Oriente. Y contiene esta declaración:
«
La inacción en una obra de caridad, viene a ser acción en un pecado mortal. »
No
importa cuánto nos sintamos provocados, tentados u oprimidos por la gente y las
condiciones alrededor nuestro, la manera en que reaccionamos es finalmente
nuestra propia elección.
Si
alguien nos molesta, nuestro instinto inmediato puede ser darle la espalda.
Pero no hay algo como “ajustar la puntuación”, porque cada acto genera nuevas
causas, cuyas consecuencias, en algún momento futuro, rebotarán sobre nosotros.
La
gente no lastima a otro por sabiduría, sino por debilidad, ceguera e ignorancia
(y de hecho tal comportamiento es a menudo un grito de ayuda), y golpear de
nuevo o recurrir a las leyes hace que exhibamos la misma debilidad. En cambio,
si lo vemos desde el punto de vista de que de alguna manera hemos atraído ese
daño hacia nosotros, entonces aunque esto no disculpe al malhechor, nos debería
ayudar a resistir a la tentación de devolver el dolor y a enfrentarse a la injusticia
con compasión y perdón.
Algunas
veces nuestros ideales pueden olvidarse en el calor del momento, pero si de
manera sincera nos aferramos a ellos,
entonces con el tiempo deberíamos ser más capaces de enfrentarnos a las pruebas
de la vida cotidiana con más paciencia, desapego y alegría.
Idealmente,
los conflictos sociales y nacionales se resolverían pacíficamente, a través del
diálogo y la reconciliación. Pero a veces las fuerzas del fanatismo, egoísmo y
odio pueden ser tan poderosas que los estallidos de violencia son prácticamente
imparables.
Los
conflictos que ocurren entre naciones y entre grupos sociales o raciales
reflejan los conflictos que ocurren a una escala más pequeña entre individuos,
y estos a la vez reflejan los conflictos que ocurren dentro de cada individuo.
Por
lo tanto, el mundo nunca estará en paz hasta que no estemos en paz con nosotros
mismos.
En
este punto de nuestra evolución, estamos
en gran medida desintonizados con nuestro verdadero yo. Tendemos a estar
interiormente fragmentados hasta cierto punto, con las diferentes partes de
nuestra naturaleza interior luchando y en conflicto.
Podemos
dividir al ser humano interno de varias maneras, pero hablando en general,
tenemos un yo inferior y un yo superior, una personalidad inferior y una
individualidad espiritual.
El
yo inferior tiene un número bien conocido de características. Su principal
preocupación es él mismo y satisfacer sus necesidades e intereses. Adora y
busca alabanzas y aplausos, pero es muy sensible a la crítica y es fácilmente
ofendido.
Tiene
una tremenda dificultad para ver sus propios defectos, pero una gran
perspicacia para identificar los defectos de otros. Le encanta quejarse, y si
no tiene algo que le de pretexto de hacerlo, inmediatamente encuentra otra cosa
por la cual quejarse. Tiende a desear todo lo que no puede tener (especialmente
lo que otros tienen), y si consigue lo que quiere, a menudo pierde el interés
por ello y anhela algo más.
Nuestro
yo superior, por otra parte, es la fuente de nuestra conciencia, nuestro
sentido moral, y nuestra intuición, la fuente de nuestros sentimientos y
aspiraciones nobles y altruistas, y la morada de los talentos creativos y
habilidades que aún tenemos que desplegar.
Cuanto
más podamos controlar nuestras mentes inquietas, y nuestros pensamientos y
deseos agitados, más capaces seremos para recibir y reflejar la iluminación de
nuestro yo superior, de la misma manera como el agua en calma refleja mejor los
rayos solares que el agua turbulenta.
Por
consiguiente, nuestra elección básica es:
-
permitirnos ser esclavizados por nuestro yo
animal, y por lo tanto crucificar nuestro yo espiritual (el Cristo interior),
-
sacrificar (que significa transformar)
nuestro yo animal y buscar la
inspiración de nuestro yo superior.
Por
lo tanto, el reto no es erradicar la personalidad sino refinarla y elevarla
para convertirla en un vehículo adecuado para el “Dios interno”.
Y
esto no es tarea fácil, porque somos producto de nuestro hábito; seguimos los
surcos del pensamiento y del comportamiento que hemos tallado durante el curso
de muchas vidas.
Para
reemplazar los malos hábitos por los buenos, necesitamos observar
constantemente lo que se está llevando a cabo en nuestras mentes y cómo
actuamos y reaccionamos en nuestra vida diaria,
así como observarnos cada vez que pensamos o actuamos de manera egoísta.
Cuanta
más atención prestamos a unos pensamientos, ideas o recuerdos en particular,
más energía mental les enviamos, y más fuertes se hacen. Así que cambiar el
foco de nuestra atención hacia cosas más positivas es una parte esencial para
mejorar nuestro carácter. Pero no es suficiente, porque hay una gran diferencia
entre reprimir cosas y eliminarlas verdaderamente.
Reprimir
a los pensamientos y a los sentimientos significa forzarlos a caer en el
pantano de la mente subconsciente, donde invariablemente saldrán a la superficie
de vez en cuando. Pero para verdaderamente disipar y disolver los pensamientos
y sentimientos negativos de manera que podamos utilizar la energía que hemos
puesto en ellos para un uso más provechoso. Para eso tenemos que cambiar las
creencias y las actitudes que ayudan a mantener esas ideas todavía de pie.
Y
aquí es donde estudiar la Sabiduría Antigua es de una tremenda importancia
práctica, porque las enseñanzas como la reencarnación y el karma (y nuestro
potencial espiritual) nos ayudan a encontrar el sentido de nuestras vidas, a
ver las cosas desde un punto de vista más amplio y a animarnos a vivir
éticamente.
Por
ejemplo, no podemos verdaderamente llegar a un acuerdo con el pasado y eliminar
sentimientos de enfado, resentimiento, venganza, envidia u odio, hasta que
abandonemos la ilusión de que somos víctimas inocentes del azar o del destino y
podamos aceptar nuestra responsabilidad por las cosas que nos suceden.
Los
problemas que afligen a nuestra sociedad (desde las adicciones a las drogas hasta
los crímenes violentos, y pasando por la explotación económica y la destrucción
del medio ambiente) son generalmente síntomas de causas las cuales se
encuentran profundamente arraigadas.
Y
es que la manera como actuamos refleja la manera como pensamos, por lo tanto es
esencial abordar no solamente la pobreza material sino también la pobreza
espiritual, y la perspectiva negativa y estrecha sobre la vida que muchas
personas tienen.
La
visión materialista mundial (que no somos más que complejas máquinas físicas,
que aparecen de la nada, por ninguna razón y hacia ningún fin) NO es una filosofía
saludable para vivir.
La
creencia de que ninguna parte de nosotros sobrevive a la muerte, de que no
somos responsables de nuestros actos, y que las únicas cosas que vale la pena
perseguir en la vida son: riqueza, poder y placer, dan como resultado a personas
que buscan la felicidad y el significado de la vida de manera equivocada.
La
búsqueda de la riqueza, por ejemplo, no traerá satisfacción duradera. La
satisfacción e inspiración profundas vienen gracias al descubrimiento y al
despliegue de las riquezas de nuestra naturaleza interna, y ayudando y dando felicidad
a las vidas de otros.
Esas
son las más nobles y elevadas cualidades que hemos construido dentro de
nuestras almas, y que perdurarán más allá de la muerte y que traeremos con
nosotros a nuestra siguiente vida, y no nuestros coches lujosos, casas hermosas
o aparatos consumistas.
Y
si somos ricos o pobres, no somos más que los guardianes de lo que sea que
tengamos, porque la vida implica dar y tomar. Por ejemplo: tomamos el aire del
exterior, lo transformamos adentro nuestro y luego lo devolvemos a la naturaleza.
Por
consiguiente, ninguna de nuestras posesiones es verdaderamente y absolutamente
nuestra. Incluso los átomos de nuestros cuerpos son simplemente prestados por
la naturaleza, y cuando nuestro yo interno acaba de utilizarlos como un
vehículo, él los expulsará y luego serán utilizados por otra entidad.
Así
que lo que importa no es cuánta riqueza tengamos, sino nuestra actitud hacia
ella y hacia lo que hacemos con ella.
Pero
no es solamente la visión materialista mundial la responsable de la ceguera que
muchas personas tienen. También lo es la religión, y especialmente en Occidente,
donde ha jugado a menudo un papel divisivo y sangriento en la historia humana.
Y
algunas doctrinas religiosas y teológicas son tan estrechas y negativas en sus efectos
como los son las doctrinas materialistas. Por ejemplo la creencia cristiana de
que vivimos solamente una vez en la Tierra, y que cuando morimos,
independientemente de cómo hayamos vivido, todos nuestros pecados serán
perdonados siempre que creamos en Jesús, es ilógica e injusta.
Y
en cuanto a la idea de que Dios luego enviará a los creyentes a un paraíso
eterno, mientras que a los no creyentes los botará a un eterno infierno de fuego
donde “llorarán y rechinarán sus dientes”, cabe decir que cuanto más pronto se
extingan tales supersticiones, mejor.
En
una sola vida podemos solamente mejorar una pequeña fracción de las capacidades
de nuestra naturaleza superior, y es precisamente enfrentando las consecuencias
de nuestros actos, vida tras vida, que aprenderemos mejor y evolucionaremos.
El
progreso moral y espiritual genuino es algo que tenemos que lograr a través del
autoesfuerzo y la autodisciplina, porque de lo contrario sería un logro muy
fácil de conseguir.
El
primero de los tres objetivos de la Sociedad Teosófica es promover una Hermandad
Universal y oponerse a la discriminación basada en la raza, color, sexo, credo
o religión. Y actualmente, la mayoría de la gente aceptaría este principio, por
lo menos en teoría. Pero otras personas aún consideran a otras personas, a
otras razas, a otras nacionalidades, y a los seguidores de otras religiones (e
incluso a los seguidores de equipos de fútbol rivales), como seres inferiores y
los tratan como tales.
Personas
diferentes pueden encontrarse en diferentes etapas de desarrollo, o más
desarrolladas que otras personas en algunos aspectos, pero nadie es inferior en
el sentido de ser de menor valor intrínseco o de menor potencial intelectual o
espiritual, ya que a un nivel energético, todos somos hermanos y hermanas,
aunque nos guste la idea o no.
Un
verso de Edwin Markham dice:
-
“Él dibujó un círculo que me dejó afuera (herético,
rebelde), algo que desobedecer; pero el amor y yo teníamos el ingenio para
ganar, y dibujamos un círculo que lo recogió.”
Esto
es lo que significa ser verdaderamente humano: ampliar nuestras amistades más
allá de nuestro círculo inmediato de familiares y amigos, más allá de nuestro
país y raza, para así abrazar a toda la humanidad y a todos los seres vivos.
Uno
de los grandes temas de las tradiciones sagradas del mundo es el origen
espiritual común de todo lo que existe.
Muchos
mitos acerca de la Creación hablan de cómo en el albo de un nuevo ciclo de
actividad evolutiva, el espíritu universal despierta de su largo sueño y emite
multitud de chispas divinas, semillas de la divinidad, las cuales están
destinadas a pasar a través de todos los reinos de la naturaleza en búsqueda de
sabiduría y experiencia.
Nosotros
empezamos nuestro viaje a través del reino humano como seres inconscientes, no
pensantes, en un estado de inocencia, simbolizado en la alegoría bíblica por el
Jardín del Edén.
Comer
el fruto del árbol de sabiduría del bien y del mal representa el surgimiento de
la autoconciencia. Esto nos da el poder de pensar y elegir, el libre albedrío, pero
también eso nos convierte en seres moralmente responsables. Y entonces la
diversión realmente comienza. Nuestro estado original de inocencia se pierde y somos
expulsados del Edén.
Esta
es la Caída, una caída hacia la
personalidad independiente y autoconsciente. Y es también una caída hacia la
materia, ya que el libro del Génesis dice que tomamos “vestiduras de carne”, significando que nuestros cuerpos originales
y etéreos se van haciendo cada vez más físicos, dando como resultado un oscurecimiento
de nuestra luz interna.
Empezamos
a ver a los demás como totalmente separados y distintos de nosotros, y somos
tentados a usar nuestro libre albedrío para fines egoístas, para conseguir
nuestros propios intereses a costra de los demás.
Y
es que el regalo divino del libre albedrío es un regalo a doble filo, ya que nos
permite elevarnos en última instancia hacia el nivel de los dioses, o hundirnos
por debajo del nivel de las bestias, porque los animales son en su mayor parte
seres instintivos y nunca son deliberadamente crueles, destructivos o
maliciosos, mientras que los humanos desafortunadamente a veces sí lo son.
Pero
como aspirantes a dioses, tenemos la habilidad de ver a través de la ilusión de
la separación, y de entender que somos niños del Espíritu Cósmico,
descendientes de la Vida Única, y es nuestro deber contribuir a la mejora del
curso evolutivo de la naturaleza ayudándonos los unos a los otros a lo largo
del camino.
(Pero
para alcanzar nuestro completo potencial espiritual, son necesarias un gran
número de vidas.)
Algunas
personas actualmente parecen considerar la reencarnación como una especie de
maldad ya que se necesita mucho tiempo para liberarse de la rueda del
renacimiento. Pero,
¿Por
qué piensan así?
Acaso
es,
¿Es
porque ellos quieren escapar de la escena terrenal donde hay mucho sufrimiento
y miseria?
Ello
puede ser comprensible pero,
¿Es
un motivo digno?
Para
aquellos individuos (muy raros en nuestra era) que alcanzan el pináculo de la
evolución humanan y se convierten el lo que los Budistas Mahayana llaman Bodhisattvas, y quienes ya son libres de
elegir entre seguir reencarnando en el planeta o entrar en el Nirvana. Para
ellos la elección menos egoísta es permanecer voluntariamente en la Tierra y
hacer todo lo kármicamente posible para ayudar a la humanidad.
Gautama
Buddha (el último de una larga serie de Buddhas) fue un ejemplo de alguien que
hace este “gran sacrificio”, y se dice que su alma continúa viviendo como una
fuerza activa en la atmósfera espiritual de la Tierra.
Y
los nobles sentimientos que dirigen este acto de autorenunciación y de autosacrificio
son expresados hermosamente en el libro “La Voz del Silencio”.
Un
bodhisattva que ha alcanzado la liberación espiritual y ha ganado el derecho de
tener un largo periodo de descanso y felicidad, oye la voz de la compasión dentro
de sí mismo preguntándose:
¿Puede
haber felicidad cuando los que viven en la Tierra siguen sufriendo?
¿Estarás
a salvo y oirás a todo el mundo llorar?
La
mayoría de nosotros tenemos un largo camino que recorrer antes de convertirnos
en Buddhas, pero todos nosotros podemos hacer una contribución real para
cambiar el mundo a mejor esforzándonos en corregir nuestros propios defectos,
y ayudando a los que nos rodean con
palabras alentadoras, obras amables y pensamientos edificantes. Y cada paso a
lo largo de este camino es un paso hacia un mundo más pacífico y solidario para
todos.
Muchas gracias ,muy revelador lo ciento como una gran verdad para seguir nuestro camino.
ResponderBorrarEl racismo que tienen los europeos a los moros no es por capricho, allá donde van causan problemas de todo tipo, un gran porcentaje de delitos son causados por moros, son sucios, y ya ni te digo el terrorosmo. Digo todo esto por que eso de que todos tenemos que vivir todos juntos y ser happy flower no es posible si uno de los bandos no quiere integrarse y sus costumbres son primitivas, solo será posible cuando todos tengamos el mismo nivel evolutivo, mientra tanto cada uno en su sitio sin molestar.
ResponderBorrar¿Entonces por qué los europeos invadieron a los moros con tantas Cruzadas?
Borrarhay catolicos extremistas y judíos extremistas...no todos los musulmanes son retrogrados y sería una barbaridad pensar que todos ellos apoyan el terrorismo.
BorrarLas cruzadas se hicieron para liberar Jerusalem de los turcos, ya que estos habían conquistado y arrasado lo que es la actual Turquia al Imperio bizantino, y todo lo que es ahora israel siria incluyendo jerusalem también fue arrasado y conquistado por los turcos, asi que como ves los cristianos solo querían recuperar su ciudad santa.
ResponderBorrarEstudia la historia con más profundidad y te vas a dar cuenta que ese fue solamente el pretexto oficial que dio el Vaticano y varios de los Reyes europeos para invadir el Medio Oriente, despojarlo de sus riquezas y al mismo tiempo contener la expansión que estaba teniendo la religión islámica.
Borrar¿Y te parece mal que quisiesen contener al islam? o sea ellos si pueden expandirse y arrasar con todo que no pasa nada, pero lo hacen los europeos y ya son unos cabrones esclavistas. Te recuerdo que el islam surgió en Arabia, y se expandió como la pólvora por todo el norte de Africa y llegando hasta Viena y Francia, y a todos los blancos sobre todo mujeres que capturaban los convertían en esclavos.
BorrarCierto, pero también la iglesia católica destrozó a prácticamente todas las civilizaciones del continente americano:
BorrarDestruyó su cultura para imponer su “fe cristiana” y permitió que se esclavizaran a millones de indígenas y que se efectuara una verdadera masacre y espoliación de todas las riquezas de esos pueblos.
Y atención. No estoy diciendo que los países árabes no tengan sus cosas malas (que las tienen) pero francamente la invasión islámica se queda muy corta comparada a las atrocidades que cometió la invasión católica.
Hola, que podrias decir sobre los sistemas economicos (comunismo, liberalismo, socialismo, etc.) y en especial mencion sobre Argentina que vive de crisis en crisis.
ResponderBorrarMientras que no se instaure en la mente de los humanos el concepto de la Fraternidad Universal, ningún sistema económico va a poder realmente funcionar por mucho tiempo y van a seguir surgiendo continuamente crisis que los van a derrumbar.
BorrarEn cambio cuando exista verdaderamente una Fraternidad Universal entre los humanos, entonces cualquier sistema económico podría a ser viable. Pero para entonces lo que mejor se buscará será una cooperación mutua entre todos a nivel mundial.
Y como todavía falta mucho para lograr eso, yo te diría que el sistema económico que me parece más benéfico en la actualidad es el capitalismo bien dirigido y limitado por solidas instituciones gubernamentales también bien dirigidas. Pero desafortunadamente eso pocas veces ha existido a lo largo de la historia. Y uno de esos casos fue en los Estados Unidos durante los primeros años después de que lograra su independencia.
De hecho, al principio, cuando se instala un nuevo sistema económico, es con la buena voluntad de contrarrestar los abusos que se produjeron con el sistema económico anterior.
Y al inicio, el nuevo sistema parece más o menos funcionar, pero con el tiempo los grupos de poder que se van formando vuelven a corromper el sistema y otra vez nuevos abusos se generan.
Y es por eso que te digo que ningún sistema va a poder funcionar por mucho tiempo hasta que los humanos no desarrollen la Fraternidad Universal entre ellos y a un nivel mundial, porque la Fraternidad Universal es lo único que puede impedir que el poder que adquieren unos pocos termine por lastimar a los demás.
Y sobre Argentina, esa nación tiene todo para ser un país rico, pero hay algo en la manera de pensar de su población (y no sabría decirte qué es) que los ha hecho caer en una sucesión de crisis brutales (y mayores a lo usual) las cuales los han tremendamente empobrecido.
Y es una lastima porque es un país muy bonito, pero hasta que no cambien su manera de actuar, no van a poderse liberar de esa situación.
Que Buen tema y que Gran Verdad!, lo que se describe en la entrada; en cuanto a ésto No voy a preguntarte que dicen los maestros respecto al futuro inmediato de nuestra humanidad, te lo pregunto diréctamente a tí: crees que suceda dentro de poco un acontecimiento definitivo que haga que todo lo que ocurre en éste mundo acabe?, te pido Por favor: No me respondas diciendo "que ignoras la respuesta"; le pregunto a tu intuición que si la sabe permítele que me conteste, Gracias.
ResponderBorrarEn lo personal no pienso que el mundo se vaya a acabar pero si considero que en un futuro cercano (antes del 2050) van a estallar una serie de graves crisis que van a cambiar fuertemente a la sociedad.
BorrarCid, NO me refería a eso...
BorrarMalinterpretaste mis palabas, de todas maneras gracias.
Interesante articulo, haciendo un poco de off-topic, crees en esas profecias del 21 de agosto o 23 de setiembre?
ResponderBorrarNo sabría decirte.
BorrarCreo que hace falta un trabajo interno individual y a la vez colectivo, que lleve a un estado de consciencia mas elevado donde la fraternidad universal sea un sentimiento general. Como el mundo y la sociedad estan en constante evolucion, confío en que los cambios se estan dando, aunque por ahora casi sea imperceptible para la mayoria.
ResponderBorrarSaludos y felicitaciones por tu aporte de luz y conocimiento a traves de tu blog.
Pon lo que puse del islam plz.
ResponderBorrarYa lo puse
BorrarCid, muchas veces al salir a ver las estrellas veo pasar aviones por encima de mi y los oigo, pero de vez en cuando veo una luz , desde mi punto de vista creo que es una bola de fuego pues un día la vi de cerca y lo era definitivamente, el caso es que veo esa luz pasar por encima de mi, a la distancia más o menos de los aviones con una dirección recta pero mientras que se mueve lo hace como si fuera una serpiente de un lado a otro , no más de unos metros creo . Pero como te digo hacia una dirección que desconozco. Aveces es una luz muy fuerte, como si fuera la estrella polar en movimiento y aveces hace un poco más de luz que una estrella lejana que brille. No hace alguno. Llevo mucho tiempo pensando que es, sabrías decirme que podría ser o qué crees según tu criterio que ha de ser. Pero desde luego he visto cualquier aeronave, globo y no parece ser nada de eso , además de que se mueve inteligentemente , no lo entiendo y bastante más rápido que un avión . Un saludo Cid
ResponderBorrarNo sabría decirte qué es. Sorry
BorrarUn artículo precioso. Gracias por compartirlo.
ResponderBorrarpara dar un cambio de vida radical creo que no hay atajos , hay que empezar dando pequeños pasos hasta cada vez llegar mas y mas a la meta final de ser una persona nueva con otros objetivos y metas al cumplir
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