LOS ELEMENTALES EXPLICADOS POR GEOFFREY FARTHING




(La siguiente compilación de textos teosóficos fue elaborada por el teósofo Geoffrey Farthing.)



Los elementales son comúnmente considerados como los espíritus de la naturaleza y que han sido vistos por algunas personas con una visión más amplia en bosques, praderas, etc.

Ellos forman la base de las historias sobre hadas, genios, duendes y una multitud de otros seres que existen en el folclore de la mayoría de las naciones, ¿pero qué son en realidad?

Parecen ser mucho más importantes de lo que solemos reconocer ya que ellos desempeñan un papel vital no solamente en la naturaleza, sino también en la composición y el funcionamiento del cosmos y de nosotros mismos.

Además, generalmente no se comprende la cantidad de información sobre ellos que hay en las enseñanzas teosóficas.



En el capítulo introductorio del primer volumen de "Isis Develada" dice bajo el título de "Espíritus Elementales":

« Estas criaturas evolucionan en los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) y los cabalistas las llaman: gnomos, sílfides, salamandras y ondinas.

Pueden ser consideradas fuerzas de la naturaleza y operan como agentes serviles de la ley general, o pueden ser empleadas por seres incorpóreos –ya sean puros o impuros– y por adeptos vivos de la magia y la hechicería, para producir los resultados fenomenales deseados.

Bajo la denominación general de seres feéricos, estos espíritus de los elementos aparecen en los mitos, fábulas, tradiciones y poesías de todas las naciones, antiguas y modernas.

Sus nombres son: peris, devs, djins, silvanos, sátiros, faunos, elfos, enanos, troles, nornas, nisses, kóbolds, brownies, necks, stromkals, ondinas, nixes, salamandras, goblins, ponkes, banshees, kelpies, duendes, gente de musgo, buena gente, buenos vecinos, mujeres salvajes, hombres de paz, damas blancas, y muchos más.

Han sido vistos, temidos, bendecidos, prohibidos e invocados en todos los rincones del mundo y en todas las épocas. ¿Deberíamos entonces admitir que todos aquellos que los han visto sufrieron alucinaciones? 

Estos elementales son los agentes principales de los espíritus incorpóreos pero nunca visibles en las sesiones espiritistas, y los productores de todos los fenómenos excepto el subjetivo. »
(p.xxix)


Es importante distinguir entre elementales y elementarios. Estos últimos son los restos psíquicos del hombre después de la muerte. La definición anterior de elementales se reitera en mayor o menor medida en el "Glosario Teosófico".

Para ser más técnicos, encontramos la siguiente aseveración en "La Doctrina Secreta I":

« Existen siete reinos. El primer grupo comprende tres grados de elementales, o centros nacientes de fuerza, desde la primera etapa de diferenciación de Mulaprakriti (o más bien Pradhana, materia homogénea primordial) hasta su tercer grado, es decir desde la inconsciencia total hasta la semipercepción. »
(p.176)


La siguiente cita proviene de la compilación "Cinco Años de Teosofía" donde se continúa explicando que de hecho existen diez reinos:

« Los tres primeros son los elementales, los cuatro intermedios son los conocidos: mineral, vegetal, animal y humano; y tres reinos superiores a la etapa humana: los superhumanos, los reinos de los Dhyan-Chohans. »

(Nota de Cid: estos diez reinos serían los que están relacionados con los planetas porque el maestro Kuthumi explicó que todavía hay más reinos.)


Como ocurre con todo lo demás en la Teosofía, es muy difícil hablar de cualquier aspecto de forma aislada, y esto aplica tanto al tema de los elementales como a cualquier otro.

En el libro "La Teosofía de la Divinidad I" se nos habla de ellos como parte del vasto proceso de la creación. Al abordar sus tres tipos, dice:

« (1) Los centros nacientes de Fuerza, intelectual y física; (2) los principios rudimentarios, por así decirlo, la fuerza nerviosa ; y (3) la apercepción naciente, que es el Mahat de los tres reinos inferiores, especialmente desarrollado en el tercer orden de elementales. »
(p.454)

Y luego señala que a estos tres estados del ser les sucede el reino objetivo de los minerales, etc.


La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la idea de la estructura del Cosmos en términos de jerarquías graduales de seres.

Los elementales son los órdenes más bajos en esta escala jerárquica. Se relacionan con la esencia misma de los seres vivos en todo este esquema de cosas.

Algunos también estamos familiarizados con la idea de que el Sol es el "Padre" de todo lo que existe en el sistema solar.

Y a continuación les pongo un pasaje que describe los procesos de la creación, atribuido a Hermes, que HPB cita:


« La creación de la vida por el sol es tan continua como su luz; nada la detiene ni la limita.

A su alrededor, como un ejército de satélites, se encuentran innumerables coros de genios (los elementales). Estos habitan en la vecindad de los Inmortales y desde allí velan por todas las cosas humanas. Cumplen la voluntad de los dioses (Karma) mediante tormentas, tempestades, incendios, terremotos; y también mediante hambrunas y guerras para castigar la impiedad...

Es el sol quien preserva y nutre a todas las criaturas; y así como el Mundo Ideal, que rodea al mundo sensible, llena a este último con la plenitud y variedad universal de formas, así también el Sol, envolviéndolo todo en su luz, realiza en todas partes el nacimiento y desarrollo de las criaturas.

Bajo sus órdenes se encuentra el coro de los genios, o mejor dicho, los coros, pues son muchos y diversos, y su número corresponde al de las estrellas.

Cada estrella tiene sus genios, buenos y malos, por naturaleza, o mejor dicho por su funcionamiento, pues el funcionamiento es la esencia de los genios.

Todos estos genios presiden los asuntos mundanos, sacuden y trastocan la constitución de los estados y de los individuos, imprimen su imagen en nuestras almas, están presentes en nuestros nervios, nuestra médula, nuestras venas, nuestras arterias y en nuestra propia sustancia cerebral.
. . .
En el momento en que cada uno de nosotros recibe vida y ser, es tomado al mando por los genios que presiden los nacimientos y que se clasifican por debajo de los poderes astrales (espíritus astrales sobrehumanos). »
(DS I, p.294)

Esto nos da una idea de la participación total de los elementales no sólo a nivel planetario sino muy íntimamente en nuestra composición.



Respecto a su papel en la formación de la naturaleza del embrión humano, hay un pasaje en los "Escritos Recopilados de HPB":

« La diferencia esencial entre el cuerpo de dicho embrión y un elemental propiamente dicho radica en que el embrión (el futuro humano) contiene en sí mismo una porción de cada uno de los cuatro elementos, a saber: fuego, aire, tierra y agua; mientras que el elemental posee solo una porción de uno de esos elementos.

Como por ejemplo, la salamandra o elemental del fuego, que posee solo una porción del fuego primordial y ningún otro elemento. Mientras que el hombre al ser superior a los elementales, la ley de la evolución encuentra en el humano su ilustración de los cuatro elementos.

Resulta por lo tanto que los elementales del fuego no se encuentran en el agua, ni los del aire en el reino del fuego. Y sin embargo dado que una porción de agua se encuentra no solo en el hombre, sino también en otros cuerpos, los elementales existen realmente en y entre sí en cada sustancia, tal como el mundo espiritual existe y está en el mundo material. Pero estos últimos son los elementales en su estado más primordial y latente.

El término "elemental" se utiliza únicamente para designar a estos espíritus de la naturaleza, sin asociarlo a ningún otro espíritu o mónada que haya encarnado en forma humana.

Los elementales, como ya se mencionó, carecen de forma, y ​​para describirlos, es mejor decir que son 'centros de fuerza' con deseos instintivos, pero sin consciencia, tal como la entendemos. Por lo tanto, sus actos pueden ser indistintamente buenos o malos. »
(CW VI, p.197)



El siguiente texto nos dice mucho más sobre la naturaleza de los elementales y vale la pena consultarlo. Habla de cómo el pensamiento divino impregna toda la creación, HPB dice que:

« Si así ocurre, se deduce que una vez allí el pensamiento divino se manifiesta objetivamente, con una energía que reproduce fielmente los contornos de aquello cuyas "privaciones" nacieron primero en la mente divina.

Pero no debe entenderse que este pensamiento crea la materia. No; solo crea el diseño de la forma futura. Mientras que la materia que sirve para crear este diseño, ha existido siempre y entre otras cosas se ha preparado para formar un cuerpo humano, mediante una serie de transformaciones progresivas como resultado de la evolución.

Las formas pasan; las ideas que las crearon y el material que les da objetividad permanecen. Estos modelos, aún desprovistos de espíritus inmortales [las mónadas] son los "elementales" —en realidad, embriones psíquicos— que cuando llega su hora, mueren en el mundo invisible y renacen en este visible como infantes humanos, recibiendo en tránsito ese aliento divino llamado espíritu que completa al hombre perfecto.

(Observación de Cid: si se puede decir que los elementales son futuros humanos —y por eso Blavatsky los denomina "infantes humanos"— pero primero los elementales van a evolucionar en los reinos mineral, vegetal y animal, antes de evolucionar en el reino humano.)

Esta clase no puede comunicarse objetivamente con los hombres. »
(Isis I, p.310-311)


Existe otra clase de elementales, y Blavatsky precisa que:

« Estos nunca evolucionan hasta convertirse en seres humanos, sino que ocupan, por así decirlo, un peldaño específico en la escala del ser »

Esta última clase es responsable de los fenómenos psíquicos, y este proceso, junto con muchos otros, se describe en el pasaje de "Isis Develada" [arriba].


Un pasaje de los "Escritos Recopilados" dice:

« Paracelso en su Philosophia Sagax señaló que:

"La corriente de Luz Astral, con sus peculiares habitantes: gnomos, sílfides, etc., se transforma en vida humana en el momento de la concepción y se convierte en la primera envoltura del alma, su porción más densa que combinada con los fluidos más sutiles forma el fantasma sideral (astral o etéreo), el hombre interior."

Y Eliphas Levi añadió que:

"La Luz Astral está saturada de almas que descarga en la incesante generación de seres. Al nacer, estas influyen en los cuatro temperamentos de este último: el elemento de los gnomos predomina en las personas melancólicas; el de las salamandras en las sanguíneas; el de las ondinas en las flemáticas; el de las sílfides en las aturdidas y biliosas. ... Estos son los espíritus que denominamos elementos ocultos." »
(CW I, p.284-5)




Hay una conversación interesante entre William Judge (estudiante) y Blavatsky (sabio) que inicialmente fue publicada en la revista The Path de abril a septiembre de 1888 con el título "Conversaciones sobre Ocultismo", y posteriormente se retranscribió en los "Escritos Recopilados" Vol. 9, págs. 104-128 que dice lo siguiente:


Estudiante: Si le entiendo bien, un elemental es un centro de fuerza, sin inteligencia, carácter moral ni tendencias, pero capaz de ser dirigido en sus movimientos por pensamientos humanos, que pueden, consciente o inconscientemente, darle cualquier forma, y ​​hasta cierto punto inteligencia.

En su forma más simple, es visible como una perturbación en un medio transparente, como la que produciría un ave de cristal tan transparente que resultaría invisible volando en el aire de la habitación, dejando tras de sí un brillo similar al del aire caliente al salir de la estufa.

Asimismo, los elementales, atraídos y vitalizados por ciertos pensamientos, pueden alojarse en el sistema humano (del cual comparten el gobierno con el ego), y son muy difíciles de expulsar.


Sabio: Correcto con lo que dices en general, excepto en cuanto a al alojamiento de los elementales en el cuerpo. Sin embargo, algunas clases de elementales poseen inteligencia y carácter propios, pero están mucho más allá de nuestra comprensión y tal vez deberían tener otro nombre.

La clase que más nos concierne responde a la descripción anterior. Son centros de fuerza o energía sobre los que actuamos al pensar y en otros movimientos corporales. Y también actuamos sobre ellos y les damos forma mediante un tipo de pensamiento del que no tenemos registro.

Así como una persona podría moldear un elemental para que pareciera un insecto (sin poder decir si había pensado en ello o no). Pues existe un vasto territorio desconocido en cada ser humano que él mismo no comprende hasta que lo ha intentado, y solo después de muchas iniciaciones.

En cambio que "los elementales puedan establecerse en el sistema humano, del cual comparten el gobierno con el ego y son muy difíciles de expulsar", eso en general es incorrecto. Solo en ciertos casos uno o más elementales son atraídos y encuentran alojamiento en el sistema humano.

En tales casos se aplican reglas especiales, pero aquí no estamos considerando tales casos. El mundo elemental lo penetra y por lo tanto está eternamente presente en el sistema humano.

Como el mundo elemental es automático y similar a una placa fotográfica, todos los átomos que llegan y salen continuamente del sistema humano asumen constantemente la impresión transmitida por los actos y pensamientos de esa persona.

Por consiguiente si esta persona establece una fuerte corriente de pensamiento, atrae a elementales en gran número, y todos adoptan una tendencia o color predominante, de modo que todos los recién llegados encuentran un color o imagen homogéneo que adoptan al instante.

Por otro lado, un hombre con muchas diversidades de pensamientos y emociones no es homogéneo, sino multicoloreado, por lo que los elementales pueden alojarse en esa parte diferente del resto y desaparecer en la misma condición.

En el primer caso, se trata de una masa de elementales que vibran o están electrificados y coloreados de manera similar, y en ese sentido se le puede llamar un elemental. De la misma manera que conocemos a un hombre llamado Jones, aunque durante años haya estado emitiendo y recibiendo nuevos átomos de materia bruta.


Estudiante: Si son atraídos y repelidos por los pensamientos, ¿se mueven con la velocidad del pensamiento, digamos desde aquí hasta el planeta Neptuno?


Sabio: Si se mueven a la velocidad del pensamiento. Y en su mundo no existe ni el espacio ni el tiempo tal como los humanos lo entendemos.

Si Neptuno está en la esfera astral de este mundo, entonces se desplazan allí con esa velocidad; pero de lo contrario, no. Pero ese asunto no necesita resolverse ahora.


Estudiante: ¿Qué determina su movimiento además del pensamiento, por ejemplo, cuando flotan por la habitación?"


Sabio: Esas otras clases de pensamientos a las que se hizo referencia anteriormente; y también ciertas exhalaciones de seres; diferentes velocidades y proporciones de vibración entre los seres; diferentes cambios de magnetismo causados ​​por causas presentes o por la luna y el año; diferentes polaridades; cambios de sonido; cambios de influencias de otras mentes a distancia."


Estudiante: Cuando flotan así, ¿pueden ser vistos por cualquiera, o sólo por aquellas personas que son clarividentes?


Sabio: También pueden ser percibidos por personas parcialmente clarividentes; pueden ser percibidos por más personas quizás de las que son conscientes de ello .


Estudiante: ¿Se pueden fotografiar, como se puede hacer con el aire que sube de la estufa caliente?


Sabio: Que yo sepa , todavía no. Sin embargo, no es imposible.


Estudiante: ¿Son las luces que las personas clarividentes ven flotando en una sala oscura de sesiones espiritistas?


Sabio: En la mayoría de los casos esas luces son producidas por ellos.


Estudiante: ¿Cuál es exactamente su relación con la luz que hace necesario realizar sesiones espiritistas en la oscuridad?


Sabio: No es su relación con la luz lo que hace necesaria la oscuridad, sino el hecho de que la luz causa una agitación constante y altera el magnetismo de la habitación. Todas estas cosas pueden hacerse igual de bien a la luz del día.

Si pudiera explicarte con claridad cuál es exactamente su relación con la luz, sabrías lo que se ha mantenido en secreto durante mucho tiempo: la clave del mundo elemental.

Esto se mantiene en secreto porque es un secreto peligroso. Por muy virtuoso que seas, una vez que conozcas el secreto, no podrás evitar que el conocimiento llegue a las mentes de otros que no dudarán en usarlo para malos propósitos.


Nota de Geoffrey: En este punto se abordó el papel de los elementales en las sesiones espiritistas. Lo dicho fue sumamente esclarecedor y amplió la información anterior. Pero por razones de espacio, no se puede incluir aquí.

A veces nos preguntamos cómo actúa el karma. ¿Cuáles son los agentes causales a nivel del mundo físico que provocan sus efectos?  Esta pregunta inquietó al estudiante que conversaba con el Sabio, y a continuación hay algunos extractos relevantes del mismo artículo.


Estudiante: Permítame preguntarle nuevamente, ¿los seres elementales son?


Sabio: No es fácil transmitirte una idea de la constitución de los elementales; siendo rigorosos no lo son, porque la palabra elementales se ha usado para referirse a una clase de ellos que carecen de ser como los mortales. Por lo que sería mejor adoptar los términos empleados en los libros indios, como: Ghandarvas, Bhuts, Pisachas, Devas, etc.

Muchas cosas bien conocidas sobre ellos no pueden expresarse en lenguaje común.


Estudiante: ¿Se refieres a su capacidad de actuar en la cuarta dimensión del espacio?


Sabio: Sí, hasta cierto punto. Tomemos como ejemplo el atar una cuerda interminable con muchos nudos, algo que se hace a menudo en las sesiones espiritistas.

Eso es posible para quien conoce más dimensiones del espacio que tres. Ningún ser tridimensional puede hacerlo; y como tú entiendes la materia, te ​​resulta imposible concebir cómo se puede atar un nudo así o cómo se puede pasar un anillo sólido a través de la materia de otro sólido. Pero esas cosas pueden ser realizadas por los elementales.


Estudiante: ¿No son todos de la misma clase?


Sabio: No. Hay diferentes clases para cada plano de existencia y división de la naturaleza. Muchas jamás podrán ser reconocidas por los hombres. Y las que pertenecen a nuestro plano no actúan en otro. Y debes recordar, también, que estos "planos" de los que hablamos se interpenetran [pero no se mezclan].


Estudiante: ¿Debo entender que un clarividente o clariaudiente tiene que ver con, o es afectado por cierta clase especial o clases de elementales?


Sabio: Sí, pero un clarividente solo puede ver las visiones que pertenecen propiamente al plano al que llega su desarrollo o que ha abierto. Y los elementales en esos planos le muestran al clarividente solo las imágenes que pertenecen a ese plano.

Pero otras partes de la idea o cosa representada pueden retenerse sin que el vidente las haya abierto aún. Por esta razón, pocos clarividentes conocen toda la verdad.


Estudiante: ¿No hay alguna conexión entre el Karma del hombre y los elementales?


Sabio: Una muy importante. El mundo elemental se ha convertido en un factor muy importante en el karma de la raza humana. El mundo elemental al ser inconsciente, automático y fotográfico, asume la complexión de la propia familia humana.

En épocas anteriores, cuando podemos postular que el hombre no había comenzado a generar mal karma, el mundo elemental era más favorable al hombre porque no había recibido impresiones hostiles. Pero tan pronto como el hombre comenzó a volverse ignorante, hostil consigo mismo y con el resto de la creación, el mundo elemental comenzó a adoptar exactamente la misma actitud y a devolver a la humanidad la paga exacta, por así decirlo, debida por sus acciones.

O como un burro que cuando se le empuja te empuja. O como un ser humano que cuando se le expresa ira o insulto, se siente inclinado a devolver lo mismo. Así el mundo elemental al ser una fuerza inconsciente, regresa o reacciona a la humanidad exactamente como la humanidad actua hacia el mundo elemental , independientemente de si las acciones de los hombres se realizaron con el conocimiento de estas leyes o no.

Así, en estos tiempos, el mundo elemental ha adquirido el comportamiento que es el resultado exacto de todas las acciones, pensamientos y deseos de los hombres desde los tiempos más remotos.

Y al ser inconsciente y actuar únicamente según las leyes naturales de su ser, el mundo elemental es un factor poderoso en el funcionamiento del karma.

Y mientras la humanidad no cultive la fraternidad y la caridad hacia toda la creación, los elementales carecerán del impulso de actuar en nuestro beneficio. Pero tan pronto como los hombres comiencen a cultivar la fraternidad y el amor por toda la creación, allí mismo, los elementales comenzarán a asumir esa nueva condición.


Estudiante: ¿Qué pasa entonces con la realización de los fenómenos por parte de los Adeptos?


Sabio: La producción de fenómenos no es posible sin la ayuda y la participación de los elementales. Cada fenómeno implica el gasto de gran fuerza, y a su vez provoca una perturbación correspondientemente grande en el mundo elemental; perturbación que excede los límites naturales de la vida humana ordinaria.

De ello se deduce que tan pronto como el fenómeno se completa, la perturbación ocasionada comienza a compensarse. Los elementales se encuentran en una gran actividad y se precipitan en diversas direcciones.

No pueden afectar a quienes están protegidos. Pero sí pueden, o mejor dicho, les es posible entrar en la esfera de las personas desprotegidas, especialmente de quienes se dedican al estudio del ocultismo.

Y entonces se convierten en agentes que concentran el karma de esas personas, produciendo a menudo problemas y desastres, u otras dificultades que de otro modo se habrían extendido tanto en el tiempo que no se considerarían más que las vicisitudes ordinarias de la vida.

Esto explica por qué un Adepto no realizará un fenómeno a menos que vea el deseo en la mente de otro Adepto o estudiante, ya sea inferior o superior. Porque entonces se establece una relación de simpatía y también una aceptación tácita de las consecuencias que puedan derivarse.

Y esto también ayudará a comprender la peculiar reticencia de algunas personas, capaces de realizar fenómenos, a producirlos cuando creemos que su producción sería beneficiosa; y también por qué nunca se realizan para alcanzar fines mundanos, como es natural que la gente mundana suponga, como conseguir dinero, transferir objetos, influir en las mentes, etc.


Nota de Geoffrey: Más adelante en esa misma conversación, el estudiante plantea más preguntas sobre los elementales, y en particular por qué el sabio no le da una explicación más detallada de su constitución.

El sabio responde que existen muchas razones: una es que el estudiante no podría comprender lo que se le diría , y otra es que si se revelara su constitución y su método de acción, algunas personas sin duda descubrirían cómo usarlos. Y el sabio luego amplía considerablemente los peligros de que puedan hacerlo.

Sin embargo hay un pasaje interesante:


Estudiante: ¿Algunos tipos de elementales tienen custodia sobre tesoros escondidos?


Sabio: Sí, en todos los casos, ya sea que ese tesoro nunca se encuentre o se descubra pronto. Las causas del ocultamiento y los pensamientos que se emplearon tienen mucho que ver con la ocultación permanente o el posterior hallazgo.


Estudiante: ¿Qué sucede cuando se oculta una gran suma de dinero, como por ejemplo el mítico tesoro del capitán Kidd, o cuando se pierde una cantidad de monedas?


Sabio: Los elementales se reúnen a su alrededor. Tienen muchos y curiosos métodos para lograr el ocultamiento, e incluso influyen en los animales para tal fin.

Esta clase de elementales rara vez o nunca se presenta en las sesiones espiritistas. Con el tiempo, las fuerzas del aire y el agua los ayudan aún más, y a veces incluso pueden impedir que quien lo escondió lo recupere.

Así, con el paso de los años, incluso cuando han perdido por completo su control, todo queda envuelto en niebla y es imposible encontrar nada.


Estudiante: Esto explica en parte por qué se registran tantos fracasos en la búsqueda de tesoros escondidos, pero ¿qué pasa con los Maestros? ¿Se ven impedidos de hacerlo por estos extraños guardianes?


Sabio: No lo son. Las vastas cantidades de oro ocultas en la tierra y bajo el mar están siempre a su disposición. Ellos pueden, cuando es necesario para sus propósitos, obtener sumas de dinero sobre las que ningún ser vivo ni descendiente de nadie tiene el más mínimo derecho, algo que horrorizaría los sentidos de tu mayor acaudalado.

Los maestros solo tienen que dar órdenes a los mismos elementales que controlan el ocultamiento, y obtienen esos tesoros. Esta es la base de la historia de la maravillosa lámpara de Aladino, más cierta de lo que crees.


Estudiante: ¿ De qué sirve entonces intentar, como los alquimistas, fabricar oro? Con la inmensa cantidad de tesoros enterrados que se encuentran tan fácilmente cuando se controla a sus guardianes, parecería una pérdida de tiempo y esfuerzo aprender la transmutación de los metales.


Sabio: La transmutación de la que hablaban los verdaderos alquimistas era la alteración de la aleación básica en la naturaleza humana.

Al mismo tiempo, la transmutación física del plomo en oro es posible. Y muchos seguidores de los alquimistas, así como los del alma pura como Jacob Boehme, anhelaban lograr la transmutación material, dejándose llevar por el brillo de la riqueza.

Pero un Adepto no necesita transmutar metales, como te he mostrado. Las historias de varios hombres que según se dice produjeron oro a partir de metales básicos para diferentes reyes de Europa son explicaciones erróneas.

Han aparecido Adeptos aquí y allá, con diferentes nombres, y en ciertas emergencias ellos proporcionaron o utilizaron grandes sumas de dinero. Pero en lugar de ser producto del arte alquímico, era simplemente un antiguo tesoro que les trajeron los elementales a su servicio y al de la Logia.

Raymond Lully o Robert Flood podrían haber sido de esa clase, pero me abstengo de mencionarlo, ya que no puedo afirmar conocerlos.


Nota de Geoffrey: Más adelante en esa misma conversación, encontramos algunos pasajes interesantes. Aquí hay uno:


Estudiante: Usted mencionó la custodia de tesoros enterrados por elementales. Me gustaría saber un poco más al respecto. No sobre cómo controlarlos ni cómo obtener el tesoro, sino sobre el tema en general.


Sabio: Las leyes que rigen el ocultamiento de tesoros enterrados son las mismas que las que rigen los objetos perdidos. Cada persona posee un fluido, esfera o energía, como prefiera llamarlo, en el que se encuentran constantemente elementales que comparten su naturaleza. Es decir, están teñidos por su color e influenciados por su carácter.

Existen numerosas clases de estos. Algunos hombres poseen muchos de una clase, o todos, o muchos de una y pocos de otras. Y cualquier cosa que se lleve puesta está conectada con sus elementales.

Por ejemplo, si usa tela de lana o lino, y pequeños objetos de madera, hueso, latón, oro, plata y otras sustancias. Cada uno de estos posee ciertas relaciones magnéticas peculiares y todos están impregnados en mayor o menor medida de su magnetismo, así como del fluido nervioso.

Algunos objetos debido a su sustancia, no retienen este fluido por mucho tiempo, mientras que otros sí.

Pues bien, los elementales están conectados, cada clase según su sustancia, con esos objetos mediante el fluido magnético. Y son influenciados por la mente y los deseos en una medida mayor de lo que imaginas, y de una manera indescriptible.

Tus deseos ejercen una poderosa influencia sobre ciertas cosas, y sobre otras una influencia más débil. Cuando uno de estos objetos se cae repentinamente, invariablemente es seguido por elementales. Son atraídos tras él, y se podría decir que van con el objeto por atracción más que por la vista.

En muchos casos, lo envuelven por completo, de modo que, aunque está cerca, no se lo puede ver. Pero después de un tiempo, el magnetismo se desvanece y su poder para envolver el objeto se debilita, con lo cual ese objeto aparece a la vista.

Esto no ocurre en todos los casos. Pero es algo cotidiano, y es lo suficientemente obvio para muchas personas como para alejarlo del ámbito de la fábula.

De hecho creo que uno de tus literatos ha escrito un ensayo sobre esta misma experiencia, en el que aunque tratado con un tono cómico, se revelan inconscientemente muchas verdades. El título de ese libro si no me equivoco era "Sobre la perversidad innata de los objetos inanimados". Y existe un equilibrio de fuerzas tan armonioso en estos casos que debes ser cuidadoso con no hacer generalizaciones.

Podrías preguntarte, por ejemplo, ¿por qué cuando se cae un abrigo, rara vez desaparece de la vista?

Bueno, hay casos en los que incluso un objeto tan grande queda oculto, pero no son muy comunes. El abrigo está lleno de tu magnetismo y los elementales pueden sentirte en él tanto como cuando lo llevas puesto.

Puede que para ellos no haya perturbación en las relaciones magnéticas o de otro tipo. Y a menudo en el caso de un objeto pequeño no invisible, las fuerzas equilibrantes, debido a muchas causas relacionadas con tu condición en ese momento, impiden que se oculte.

Para decidir en cada caso particular, habría que ver en el ámbito donde se oculta la operación de estas leyes.y calcular todas las fuerzas, para poder decir por qué sucede de una manera y no de otra.


Estudiante: Pero tomemos el caso de un hombre que poseyendo un tesoro, lo esconde en la tierra, se va, muere y no lo encuentran. En ese caso los elementales no lo ocultaron. O cuando un avaro entierra su oro o sus joyas. ¿Qué tal esos casos?


Sabio: Siempre que un hombre entierra oro, joyas, dinero u objetos preciosos, sus deseos se centran en lo que esconde. Muchos de sus elementales se aferran a ello, y otros que no tienen nada que ver con él se reúnen a su alrededor y lo mantienen oculto.

En el caso del capitán de un barco que contiene un tesoro, las influencias son muy poderosas, porque allí se reúnen los elementales de todas las personas relacionadas con el tesoro, y el propio oficial se muestra muy solícito con lo que se le confía.

Debes recordar también que el oro y la plata —o el metal— tienen relaciones con los elementales de un carácter fuerte y peculiar. No funcionan según la ley humana, y la ley natural no asigna al hombre ninguna propiedad sobre los metales, ni le reconoce ningún derecho peculiar y trascendente a retener lo que ha extraído de la tierra o adquirido para sí mismo. Y por lo tanto no encontramos a los elementales ansiosos por devolverle el oro o la plata que había perdido.

Si asumiéramos que se dedicaban a satisfacer los deseos de los hombres o a establecer lo que llamamos nuestros derechos sobre la propiedad, podríamos admitir de inmediato la existencia de una Providencia caprichosa e irresponsable.

Actúan únicamente según la ley de su ser y al carecer de capacidad de juicio. No cometen errores ni se dejan llevar por consideraciones basadas en nuestros derechos adquiridos o nuestros deseos insatisfechos. Por consiguiente los espíritus que pertenecen a los metales actúan invariablemente según lo prescriben las leyes de su naturaleza, y una forma de hacerlo es ocultar los metales de nuestra vista.


Nota de Geoffrey: Entonces el estudiante pregunta si la aplicación de este conocimiento sobre los elementales puede aplicarse al ámbito de la ética, y el sabio le responde que sí.

Por ejemplo, si criticamos las faltas de otro, generamos una atracción hacia nosotros por ciertas cantidades de elementales de esa persona. «Se aferran a ti y se esfuerzan por encontrar en ti el estado, la mancha o la falta similar que han dejado en la otra persona. Es como si la hubieran dejado para que te sirviera por un salario más alto, por así decirlo».

Luego hay largas descripciones de la relación entre estos elementales y la Luz Astral, cuyas implicaciones escapan al alcance de este artículo.

En cuanto a la relación de los elementales con nosotros mismos, descubrimos que esto no se aplica solo a nuestra vida, sino que también existe una relación entre nuestras skandhas y los elementales, siendo nuestras skandhaa las predisposiciones y tendencias que permanecen en los mundos subjetivos entre vidas para condicionar nuestro próximo nacimiento.

La siguiente cita lo explica:

« Los skandhas son kármicas y no kármicos. Las skandhas pueden producir elementales mediante kriyashakti inconsciente.

Todo elemental que el hombre expulsa debe regresar a él tarde o temprano, ya que es su propia vibración. Así se convierten en su Frankenstein.

Los elementales son simplemente efectos que producen efectos. Son pensamientos incorpóreos, buenos y malos. Permanecen cristalizados en la Luz Astral y son atraídos por afinidad y revividos cuando su creador regresa a la vida terrenal.

Puedes paralizarlos mediante efectos inversos. Los elementales se contagian como una enfermedad, y por lo tanto son peligrosos para nosotros y para los demás. Y por eso es peligroso influir en los demás.

Los elementales que viven después de tu muerte son los que implantas en otros; el resto permanece latente hasta que reencarnas y entonces vuelven a cobrar vida en ti. »
(DS III, p.588)




Como se mencionó anteriormente, existe información sobre los elementales dispersa en la voluminosa literatura teosófica. Por ejemplo, en las "Transacciones de la Logia Blavatsky", hay la siguiente conversación:


Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un elemental y un Dhyan-Chohan o un Dhyani-Buddha?"

Respuesta: La diferencia es muy grande. Los elementales se vinculan únicamente a los cuatro elementos físicos y únicamente a los dos reinos inferiores de la naturaleza, el mineral y el vegetal, en los que se inmetalizan e inherbalizan, por así decirlo.

Y a los elementales también se les puede aplicar el término hindú «Deva» (que se puede traducir como "ser luminoso"), pero no el de Dhyan-Chohan. Los primeros poseen una especie de inteligencia cósmica, pero los segundos están dotados de un intelecto suprasensible, cada uno único en su clase.

En cuanto a los Dhyani-Buddhas, pertenecen a las inteligencias divinas (u omniscientes) más elevadas, correspondiendo mejor, quizás, a los Arcángeles del catolicismo.


Luego hubo otra pregunta más adelante en las mismas Transacciones:

Pregunta: ¿Qué relación tienen los elementos con los elementales?

Respuesta: La misma relación que la tierra tiene con el hombre. Así como el hombre físico es la quintaesencia de la Tierra, el Aire, el Fuego o el Agua. Pues bien, del mismo modo un elemental (llamado Sílfide, Salamandra, Ondina, etc.) es la quintaesencia de su elemento específico.

Toda diferenciación de sustancia y materia desarrolla una especie de fuerza intelectual, y son estas son las que los Ocultistas llamaban Elementales o Espíritus de la Naturaleza.

Todos podemos crear elementales por nosotros mismos. Serán una inteligencia o Fuerza, buena o mala, la forma que se le dé y sus atributos serán de nuestra propia creación, a la vez que tendrá una inteligencia derivada de nosotros.

(Extractos de las Transacciones de la Logia Blavatsky que se trasncribieron en los Collected Writings X, págs. 362 y 366)



Un pasaje interesante y divertido en "Conversaciones sobre Ocultismo con HPB" de W.Q. Judge, que se publicó en The Path de abril de 1894, se titula "Acerca de los Elementales". A continuación se presenta un extracto:

« Blavatsky me comentó:

"Hace mucho tiempo que dije que esta parte no se las explicaría, pero pero puedo contarte algunas cosas. Este elemental al que tú y Olcott llamaban *** no puede verte a menos que yo se lo permita.

Pero ahora captaré tu magnetismo para que como una fotografía este elemental te recuerde. Pero no puedes obligarlo a obedecerte hasta que sepas cómo dirigir la fuerza. Lo enviaré donde tú te encuentres y dejaré que emita un sonido de campanilla."

Unos días después escuché un sonido de campanilla mientras que yo hablaba con una persona sobre la Teosofía, y nos encontrabamos a unos cinco kilómetros de HPB.

Al volver a verla, Blavatsky preguntó si *** había estado allí y tocó la campanilla, mencionando el día y la hora exactos.

Le respondí que si, y Blavatsky me dió más explicaciones:

"Este elemental no tiene una forma en particular, sino que se asemeja más a una masa de aire en rotación. Pero aun así es bastante definido, como sabes por lo que ha hecho.

Existen algunas clases con formas propias. La división general en ígneo, aéreo, terroso y acuático es bastante correcta, pero no abarca todas las clases.

No hay nada en nuestro entorno, sea lo que sea, que no involucre a los elementales, porque constituyen una parte necesaria de la naturaleza, tan importante como las corrientes nerviosas de tu cuerpo.

En las tormentas deberías verlos cómo se mueven. ¿No recuerdas lo que me contaste de aquella señora que los vio moverse y cambiar de forma en la ópera?

Esto se debió a sus tendencias y a la idea general que subyace en esa ópera. (Era la ópera 'Tristán e Isolda' de Richard Wagner.)

En ese caso, como Isolda es irlandesa, la idea que la sustenta despertó una clase de elementales peculiares de esa isla y sus tradiciones.

Qué lugar tan extraño es Irlanda. Está llena de una clase singular de elementales; ¡y por Dios! Veo que incluso han emigrado en grandes cantidades.

A veces, por pura casualidad, uno despierta algún sistema antiguo, digamos de Egipto; esa es la explicación de ese singular ruido astral que, según tú, le recordaba a la agitación de un sistro; pero era realmente objetivo, sin embargo querido amigo, ¿crees que te daré un extractor de elementales patentado? —Todavía no."


Nota de Geoffrey: Luego William Judge dice que le preguntó a Blavatsky sobre los fenómenos espiritistas y ella le respondió:

"Casi todo lo hacen los elementales. Ahora puedo hacer que toquen en cualquier lugar de esta habitación. Elige el lugar que prefieras."

(William Judge señaló una pared de yeso duro, sin objetos.)

"Ahora haz preguntas qué se puedan responder con pequeños golpes."

William Judge preguntó:

   -  ¿Cuál es mi edad?
   -  ¿Cuántos hay en mi casa?
   -  ¿Cuántos meses llevo en la ciudad?
   -  ¿Cuántos minutos después de la hora marca mi reloj?
   -  ¿Cuántas llaves tengo en mi llavero?

Y para cada pregunta la cantidad de golpes fue la correcta.

Entonces Blavatsky exclamó: "Basta ya, no te responderá más porque lo he detenido. Esfuérzate por buscar preguntas mas difíciles. Ellos no tienen sentido común, te lo sacaron todo de la cabeza, incluso el número de llaves, porque aunque no lo recuerdes tú sabes cuántas llaves hay en tu llavero; pero de todas formas yo podría mirar clarividentemente dentro de tu bolsillo y contar el número, y entonces un elemental golpeador te daría la respuesta correcta. Hay cosas mejor que hacer que toda esta tontería mágica." »
(CW X, p.271)

_ _ _ _ _


Como dijimos antes, como cualquier otro aspecto de la Teosofía, el de los elementales no puede comprenderse adecuadamente sin relacionarlo con los demás aspectos y en este caso se trata del Akasha y la Luz Astral.

Y como hemos visto, los elementales también están involucrados en la naturaleza integral del hombre, y en particular en cómo llega a ser como es.

Se relacionan con los Tattvas, el Sonido y el Color en la Naturaleza, etc. Todo esto y mucho más se encuentra en la enseñanza teosófica original para que lo descubramos.

Hemos podido incluir solo la información más relevante sobre los elementales que nos proporciona la literatura teosófica, pero a partir de ella podemos ver el papel que desempeñan en nuestro esquema cósmico.

Los elementales subyacen a toda existencia, tanto a nivel objetivo como subjetivo. Son semi-inteligentes y obedecen como sirvientes a quienes pueden controlarlos, que están por encima de ellos en el orden jerárquico.

En términos de desarrollo evolutivo, preceden al reino mineral en tres etapas o reinos propios. Incluso operan en la cuarta dimensión (estado) de la materia.

Son (como centros de fuerza) los agentes inmediatos de todos los fenómenos, naturales y psíquicos. Y como tales están detrás de las maravillas tanto de los faquires como de los maestros ocultistas.

Son el mecanismo (como átomos de vida) para la transmisión de las características psíquicas y mentales hereditarias (skandhas). Son las entidades vivientes implicadas en las operaciones del karma. Reflejan la naturaleza de los planetas, respondiendo a las influencias planetarias, y son las almas de los elementos físicos: tierra, agua, aire y fuego.

En resumen y en palabras de HPB: "No hay una sola cosa que suceda a nuestro alrededor (o incluso dentro de nosotros), no importa qué, en la que los elementales no estén involucrados".



(Fuente: https://www.blavatskytrust.org.uk/html/articles/elementals.htm)







ANEXO

En su libro "La Deidad, el Cosmos y el Hombre" Geoffrey Farthing añadió la siguiente información sobre los elementales:

« Los elementales son centros de energía viva, las 'almas' o 'espíritus' de los elementos. El término se aplica particularmente a estas entidades —porque así son— tal como se presentan en los tres reinos que preceden al reino mineral en nuestro mundo.

Blavatsky explica la creación de los elementales de la siguiente manera:

"Según las doctrinas antiguas, los espíritus elementales sin alma evolucionaron gracias al movimiento incesante inherente a la luz astral.

La luz es fuerza, y esta última es producida por la voluntad. Y como esta voluntad procede de una inteligencia infalible, pues no posee nada de los órganos materiales del pensamiento humano, siendo la emanación pura y sutil de la divinidad suprema (el "Padre" que menciona Platón), procede desde el principio de los tiempos, según leyes inmutables, a desarrollar el tejido elemental necesario para las generaciones posteriores de lo que llamamos razas humanas.
...
Estas evoluciones fueron del mundo espiritual al mundo de la materia; y a través de este, de vuelta a la fuente de todas las cosas.
...
En esta cadena completa de desarrollos, los seres elementales y espirituales ocuparon un lugar tan diferenciado, a medio camino entre los extremos, como el eslabón perdido del Sr. Darwin entre el mono y el hombre."
(Isis Develada I, p.285)

. . .

Volviendo ahora a los elementales, debemos recordar que el Cosmos en su totalidad es inteligente, pero que para producir efectos específicos en cada nivel del ser, requiere agentes cualificados. Estos son los elementales quienes intervienen en cada fenómeno del Cosmos manifestado, pues son los poderes operativos.

Sin los elementales en sus múltiples formas, todo en la Naturaleza estaría muerto, o mejor dicho, no existiría. La materia sería insensible e inactiva.

Algunos de ellos, por ejemplo, intervienen en los movimientos de los vientos, los terremotos y las inundaciones, en la incidencia de las sequías y en la respuesta de la flora y la fauna a los cambios estacionales, así como en esos mismos cambios. Otros intervienen en la dinámica de nuestro pensamiento y sentimiento, y en la regulación de nuestras funciones corporales.

Nada de lo que existe podría existir sin ellos. Sin embargo, aunque son los agentes operativos de la Ley, no son la Ley en sí mismos. Además, están sujetos a inteligencias superiores, las huestes Dhyani-Chohánicas en sus grados ascendentes, que culminan en los Señores del Karma, quienes son reconocidos en la literatura oculta bajo términos como Rectores, Regentes, Arcángeles y los Cuatro Maharajás. »

(Capítulo cuatro de la parte I y II)



(https://www.blavatskytrust.org.uk/html/deity_cosmos_and_man/dcm_contents.htm)