¿QUÉ ES LO QUE SUCEDE ENTRE LA MUERTE Y EL RENACIMIENTO? explicado por Geoffrey Farthing




Geoffrey Farthing (1909-2004) es uno de los teósofos contemporáneos que más aprecio por la gran labor pedagógica que efectuó.  Su libro más conocido es “Deity, Cosmos & Man” (La Deidad, el Cosmos y el Hombre) en donde hace una síntesis introductoria de la enseñanza teosófica.


Amablemente puso su libro online (aquí) y a continuación les voy a traducir la parte donde habla sobre lo que les acontece a los humanos después de fallecer. Pero para que tengan una mejor comprensión de sus explicaciones, les recomiendo que primero lean el capítulo donde resumo el asunto:





  - Primera parte: enseñanza introductoria.
  - Segunda parte: información más avanzada
  - Mi opinión sobre las explicaciones de Geoffrey Farthing.



CAPITULO XIII: MUERTE Y RENACIMIENTO


PRIMERA PARTE: ENSEÑANZA INTRODUCTORIA

La Ciencia esotérica enseña que el Cosmos funciona como un TODO.  Y ese todo es gobernado por leyes inherentes, siendo una de ellas: la ley de la alternancia, la cual dicta que todo lo que hay en el universo, tiene periodos de actividad seguidos por periodos de descanso.

Y esto lo podemos percibir porque a un nivel más amplio, todo lo que existe ya sea visible o invisible (y a cualquiera que sea su escala de existencia) refleja ese proceso universal, teniendo cada cosa y cada ser: sus días y sus noches, sus idas y sus venidas.

SOLO aquello que es el PRINCIPIO ABSOLUTO UNO, que no tienen ni comienzo ni fin, por siempre perdura.



Otra ley es la de la correspondencia y esta dice que “así como es arriba es abajo”. Y así como va y viene el universo objetivo, así lo hace también el hombre objetivo (es decir el hombre como lo conocemos en la experiencia cotidiana, o sea viviendo en un cuerpo físico y manifestando todos los atributos de la personalidad).


Por consiguiente, para el estudio de los estados después de la muerte, es necesaria la comprensión de la constitución oculta del hombre.


Recapitulemos brevemente dicha composición

El hombre es una unidad de conciencia que funciona a través de siete principios:


Estos principios pueden clasificarse de diferentes formas. Sin embargo, para entender los procesos de la muerte y el renacimiento, es conveniente agruparlos de la siguiente manera:

   1. La Triada Superior

La cual está compuesta por:

  - Atma que es el Espíritu Universal
  - Buddhi que es el vehículo del Espíritu, y
  - Manas que es la mente en su aspecto superior.

Hay que remarcar que ni Atma, ni Buddhi son principios humanos individuales, sino que son universales, y por ello sólo se relacionan con el hombre cuando están en conjunción con su principio manásico.

Esta Tríada superior es frecuentemente referida como el Ego superior o la Individualidad y es inmortal.


   2. El Dúo Intermedio

Durante la encarnación, Manas proyecta una porción de sí mismo en los planos inferiores del ser, en donde se asocia con Kama (el cuarto principio) que es el cuerpo del deseo y la emoción, formando así el dúo kama-manásico, el cual es referido también como: la psique, el ego inferior, o el alma encarnada.


   3. La Triada Inferior

Esta está compuesta por:

  - el principio de vida: Prana
  - su vehículo que es el cuerpo astral
  - y el cuerpo físico

Esta triada inferior (junto con el dúo intermedio) forman a la personalidad encarnada.

La triada inferior está sujeta al nacimiento y a la muerte como la conocemos en la Tierra. Y el dúo intermedio está potencialmente sujeto a la desintegración después de la muerte, de ahí la mortalidad de la psique.

(Pero el dúo intermedio tiene la posibilidad de integrarse a la triada superior y así volverse inmortal.)


  • El Antahkarana es definido como “el puente entre Manas inferior y Manas superior”, y cuando llega a desarrollarse, se convierte en el medio de comunicación entre los dos. 
  • Los dos principios más elevados (Atma y Buddhi) son a veces referidos como el dúo superior (llamado “la Monada”) ya que ellos forman una sola Unidad.
La combinación de la Monada con Manas es el Hombre inmortal. Y aunque durante nuestra vida física nos identifiquemos en su mayor parte con la evanescente personalidad, la Ciencia esotérica insiste en que nuestro verdadero ser es una manifestación que perdura, ya que proviene de la Esencia Divina Universal.


Es importante distinguir aquí entre los estados de conciencia objetiva y los estados de conciencia subjetiva.

La experiencia normal de las cosas, la gente y los acontecimientos en el medio ambiente (o sea la experiencia común de la vida diaria en el mundo físico). Esa experiencia es objetiva, ya que es la realidad ordinaria compartida con los demás. Pero en cambio nuestras reacciones internas a esas experiencias externas son subjetivas y constituyen el mundo privado de cada individuo. Un mundo en el cual los demás no puede entrar.

Esta distinción es importante en el estudio de los estados de conciencia después de la muerte.

Bueno, habiendo dado estas nociones preliminares, comencemos concretamente con la explicación de lo que les sucede a los humanos después de morir.


La explicación teosófica de los procesos de la muerte y de los estados post-mortem está derivada en gran medida de las enseñanzas dadas por los Maestros Kuthumi y Morya en su correspondencia con el periodista inglés Alfred Sinnett.  Algunas de esas informaciones son reiteradas en el libro “La Clave de la Teosofía” en donde Blavatsky hace un resumen de lo que ella había recibido sobre el tema de los mismos Maestros.

En ningún otro lado es posible encontrar semejante enseñanza detallada. Ella es única tanto por la información que da acerca del proceso de morir como por lo que pasa después de esto.

(Bueno de hecho sí la encuentran, nada más que deformada y codificada detrás de muchos símbolos y parábolas en varias mitologías de la antigüedad. Y esto es uno de los aspectos que me hace suponer que dicha enseñanza es genuina y que la Fraternidad de los Maestros de Shambala ha estado enseñando dicha enseñanza a los sabios de diferentes épocas.)

También esa enseñanza muestra como la comprensión de todo lo que involucra a la muerte, depende de un adecuado entendimiento de la constitución del hombre y de los procesos de la vida cósmica total (de la cual el hombre es un reflejo en pequeño).

En términos generales, las condiciones y las experiencias de los estados después de la muerte, están íntimamente relacionadas con la vida que se acaba de vivir (tal como siempre se ha enseñando en las religiones). Y los factores que determinarán lo que sucederá después de morir, son determinados en gran medida por la manera como la persona vivió su vida en la Tierra:

-        Los objetivos, los motivos y los intereses dominantes que tuvo durante su vida terrenal.
-        También la forma como haya utilizado sus talentos y oportunidades.
-        Cómo encaró las dificultades que haya encontrado.
-        Las relaciones que tuvo con sus semejantes.
-        Y también factores más físicos como lo largo que fue su vida y la manera en que haya muerto.

(En otras palabras: la vida que tuviste en la Tierra y la manera como la encaraste van a determinar las experiencias que vas a tener durante tu estancia en el Más Allá. Y es por ello que en el esoterismo se dice que el plano físico es “la esfera de las causas”, mientras que los estados por los que pasan los humanos después de la muerte es “la esfera de las consecuencias”.)

De acuerdo a las explicaciones dadas por los Mahatmas, la muerte del cuerpo físico es sólo el comienzo de un largo y complicado proceso, ya que dado que el humano es un ser complejo, el abandono de sus vestiduras inferiores debe de ser también complejo.



Al momento de fallecer uno ve toda su vida pasar

En los últimos momentos de su vida, antes de que el cerebro cese de funcionar, la persona muriente vuelve a ver en detalle la vida que acaba de terminar. Todo incidente, es por así decirlo echado fuera del cerebro que está expirando y cada uno de esos eventos es visto bajo su propia perspectiva. Y de acuerdo al tipo de persona que haya sido, ella pondrá más atención a ciertos eventos que a otros.

Este es el momento de la verdad, cuando la persona se ve a sí misma como realmente es y no como había tratado de imaginarse que era. Y sus últimos pensamientos al ver pasar frente a ella su propio pasado, arrojarán su influencia sobre la siguiente personalidad que el alma asumirá cuando llegue de nuevo el momento de reencarnar.

¡No deben de perturbarse esos momentos de concentración privada, dada la crucial importancia que tienen para su futuro!




Los humanos se la pasan durmiendo y soñando durante su estancia en el Más Allá.

Al terminar esta revisión de la vida que tuvo la persona cae en un estado de inconsciencia.

Sin importar cualquiera que haya sido el tipo de muerte, la conciencia se apaga “como la llama de una vela cuando el pabilo se acaba”.



Desintegración progresiva de los cuerpos inferiores

La vida se retira gradualmente de los vehículos inferiores. Primeramente de los de la tríada inferior, y luego de una manera mucho más lenta del dúo intermedio. Y a medida que la vida se va de ellos, estos cuerpos que ya llegaron al final de su servicio, se desintegran y sus componentes regresan al depósito general de la materia viva para posteriormente volver a ser utilizados.




Las experiencias cercanas a la muerte (E.C.M.)

El repaso de la vida se menciona frecuentemente entre las personas que han experimentado una experiencia cercana a la muerte, las cuales son gente que ha sido considerada clínicamente muerta, pero que después se recobró y relató las experiencias que tuvo durante ese periodo en que estuvo sin vida.

Y esas personas seguido mencionan que antes, durante y después de esa revisión de la vida, ellas sintieron una presencia impresionante, íntima y poderosa.

Esta puede simplemente experimentarse como una luz muy luminosa y cálida, o como un ser divino que viene a su encuentro. Pero en términos teosóficos, esto es la percepción del Ego Divino, el cual brilla dentro de la conciencia encarnada al final de la vida.

Otra experiencia común que mencionan esas personas es la de sentir que si rebasan cierta frontera, ya no podrán regresar, Y algunos siente como si estuviesen en un túnel o en un valle oscuro que tendrían que atravesar para poder alcanzar la luz que se encuentra al final.


Quizás el alcanzar dicha luz habría sido el momento de la muerte, a la cual no se llegó en esos casos.



Después de la muerte, la parte buena de la persona se separa de su parte mala


El Maestro Kuthumi dice:

« Cuando el humano muere, su cuerpo físico muere, y posteriormente su cuerpo astral y su cuerpo energético también fallecen. La triada inferior desaparece y de ahí en adelante es una lucha “a muerte” entre su naturaleza superior y su naturaleza inferior.

Si gana la superior, Buddhi habiendo atraído hacía él la quintaescencia de lo elevado de la persona; sus afectos más nobles, sus aspiraciones buenas (aunque estas sean terrenales) y las partes más espiritualizadas de su mente, entonces sigue a su divino primogénito (Atma) al estado de gestación.  Mientras que lo malo de la persona queda en el Kama-Loka como un desecho que lentamente se va a ir desintegrando. »
(Carta Mahatma 16, p.103)

La etapa que sigue después de la pérdida de la conciencia, es descrita por el Maestro Kuthumi como una lucha “a muerte”. Pero considero que el término no es adecuado, ya que parece connotar una experiencia agudamente dolorosa y consciente, cuando la explicación general que dieron los Maestros indica que más bien es una separación automática de los elementos egoicos, y la cual que se lleva a cabo de manera inconsciente.

(El propio Kuthumi puso la palabra entre comillas y yo supongo que fue para considerar esa lucha de manera simbólica y no de manera literal.

Concuerdo que el término no fue el más adecuado, pero el propio Maestro Kuthumi explicó que tenía que escribir sus cartas a toda prisa y con numerosas interrupciones debido a que sólo podía escribirle a Sinnett en sus momentos libres, los cuales eran pocos y muy dispersados.)

Como se mencionó anteriormente, Manas es dual durante la encarnación, permaneciendo asociado en parte a su naturaleza superior que es la Monada, y en parte permaneciendo asociado con su aspecto inferior que es Kama. Y estos dos explican los términos de “Manas superior” y de “Manas inferior”. Y la lucha del hombre es entre estas dos tendencias.


(Y como lo explicó Geoffrey Farthing más arriba, lo que sucede después de morir es en gran medida la consecuencia de lo que se hizo durante la vida en la Tierra, y esa lucha entre tu naturaleza baja y tu naturaleza elevada se efectúa a lo largo de tu vida física. Mientras que en tu vida en el Más Allá, simplemente se procede a la separación para que la parte elevada ascienda al mundo divino y la parte baja se quede en el Kama-Loka.)




La parte buena de la persona asciende al mundo divino


Cuando no hay circunstancias fuera de lo normal, el estado de gestación continúa hasta que la conciencia regresa momentáneamente.

Luego se procede a una segunda revisión de la vida que la persona tuvo en la Tierra, seguido por el gradual surgimiento a un estado de inmensa felicidad, con una visión de ambientes conocidos y de familiares y personas queridas. Sin embargo, esas experiencias son completamente subjetivas (como si fueran un intenso sueño) pero para el ser que las experimenta, tienen tanta realidad (o más) que si las experimentara en la vida física. Y a ese estado se le conoce como Devachan.

Devachan es una palabra sánscrita que significa: “la morada de los dioses” y es definido como:

« Un estado intermedio entre dos reencarnaciones, al cual entran los humanos después de haberse separado de su naturaleza baja. »
(Glosario teosófico)

Y en otra definición se subraya la naturaleza de Devachan como un estado y no como un lugar, siendo descrito como:

« Es un estado de beatitud mental. Filosóficamente es una condición mental análoga al sueño, pero mucho más vivida y real. Y es el estado en el que se encuentran la mayoría de los humanos después de la muerte. »
(La Clave de la Teosofía, p.100)

El humano que se encuentra en esa condición, es referido como un devachani (o un devachante) y tiene a su alrededor todo aquello que amó durante su vida, pero en circunstancias idealizadas. Y de esta forma puede experimentar el cumplimiento de sus anhelos más preciados y de sus ambiciones dignas (o sea todo aquello que ha sido noble y bueno de las aspiraciones que tuvo durante su vida en la Tierra).

Ese estado es de completa felicidad sin que haya nada que lo perturbe. Y es su recompensa por haber descendido a la Tierra y haber sido una buena persona, y también sirve de descanso y de recuperación para los humanos.

Pero a pesar de su intenso realismo, es un estado de ilusión creado por uno mismo, ya que allí nuestros amigos y el ambiente donde vivimos no son realidades objetivas, sino subjetivas.

(Para dar una analogía, es como si ustedes se crearan su propia Matrix en donde van a vivir todo lo que quieran, pero toda esa experiencia va a efectuarse en vuestro interior y no interactuando con el exterior.


En cambio los Maestros no tienen Devachan, porque ellos han trascendido esa etapa y gracias a la evolución que han adquirido, ellos se mantienen despiertos cuando se encuentran en el mundo divino.)



¿Pueden comunicarse los muertos con los vivos?

Con relación a la posibilidad de que los humanos que se encuentran en el estado de Devachan pudieran retornar a la Tierra (antes de que vuelvan a reencarnar), la respuesta de los Maestros es categóricamente negativa, ya que habiéndose desintegrado los vehículos necesarios para la existencia en los planos inferiores, ningún retorno es posible en consecuencia.

Además el humano que se encuentra sumergido dentro de su sueño devachanico, no puede tener conocimiento de lo que sucede en la Tierra. Aunque a nivel Egóico, él podrá en ocasiones comunicarse con otros Egos, incluyendo a aquellos que aún estén viviendo en el plano físico. Pero para que esas personas vivas logren tales comunicaciones en su conciencia despierta, dependerá que tengan un gran desarrollo espiritual, sensibilidad y también cuando las condiciones lo permitan.

Blavatsky menciona que cuando eso ocurre (generalmente es en un sueño) y la conciencia de esas personas puede ser impresionada de tal manera, que ellas tengan la sensación de haber estado en contacto con su familiar difunto y estar confortadas por ello.

(Los humanos que ya se encuentran en el estado devachanico, ya no se pueden comunicar ni descender al mundo terrestre. En cambio sí lo pueden hacer las almas en pena que deambulan en el astral, los magos negros desencarnados y los elementarios que quedan en el Kama-Loka cuando son vivificados por la energía que les envían los médiums durante las sesiones espiritistas.)



Regreso a la Tierra


El Devachan dura mucho, pero como todos los otros estados y procesos, esta fase de la experiencia después de la muerte también un día llega a su fin. Y así como comenzó gradualmente, así termina también gradualmente. Y al final una vez más sobreviene la inconsciencia, pero esta vez para dar paso a una nueva reencarnación, la cual en los casos normales se efectúa sólo después de muchos años.

(Los Maestros dicen que en promedio el Devachan dura 1’500 años.)

Cuando termina el Devachan se vuelven a formar los principios inferiores (en parte usando el material descartado por los principios de la vida anterior).Y cuando el nuevo nacimiento es inminente, el Ego tiene una visión previa de la tendencia principal de la vida que va a tener y también de lo que deberá lograr. Luego cae de nuevo en inconsciencia hasta que despierta en el plano físico como un niño recién nacido.


Las circunstancias en que va a nacer el nuevo niño, el tipo de ambiente que acompañan el regreso, y los acontecimientos que es probable encontrar. Todo eso es determinado en gran medida por Karma. Ya que esos eventos predestinados son el balance acumulativo no sólo de la encarnación antecedente, sino de todas las vidas previas.



¿Qué sucede cuando la persona muere antes de tiempo?

Cuando una encarnación es truncada prematuramente (ya sea por enfermedad, accidente, guerra o suicidio) el ciclo normal de experiencias entre la muerte y el renacimiento, variará de manera correspondiente.

Por ejemplo, en el caso de fallecimiento en los primeros años de la niñez, aquellas fases descritas como la revisión de la vida, la lucha y el periodo de gestación serán cortos, dado que habrá poca experiencia para ser asimilada. Y cuando la muerte ocurre en la infancia, a veces los principios sutiles del niño no se dispersan, sino que se integran a otro nuevo cuerpo en donde esa joven alma vuele a nacer.

En cambio, cuando un adulto joven muere repentinamente (un solado por ejemplo) usualmente no se dará cuenta por un tiempo de que está muerto. Generalmente se percatará hasta el momento de la desintegración de los principios inferiores, la cual llega normalmente de manera gradual. Y entonces caerá en la inconsciencia, comenzando el proceso normal de la muerte.

(Estos son los casos de las almas en pena que permanecen errando en el astral hasta que termine lo que habría sido su ciclo normal de vida en la Tierra.)

Y durante ese tiempo y mientras que la persona permanezca despierta es posible alguna comunicación real con esa alma desencarnada, pero sólo a través de un médium. Pero una vez que el proceso normal de la muerte comienza a tomar su curso y que el Ego se va al Kama-Loka, ya no es posible tal comunicación y de aquí en adelante, sólo puede ser contactado el cascarón desechado que permanece en el Kama-Loka.

El suicido presenta un panorama diferente, ya que a diferencia del soldado, el suicida es responsable de su propia muerte. Se dice que retiene un grado de conciencia. Podrá sufrir remordimiento, permaneciendo en un estado de desdicha hasta el tiempo en que su vida hubiese acabado de manera normal, aunque su estado mental dependerá de los motivos que lo hayan llevado a terminar con su vida física.

(Aquí no estoy de acuerdo con Geoffrey Farthing, ya que pocos suicidas son realmente responsables de su suicidio, debido a que la mayoría de ellos se encuentran en una profunda depresión que los hace actuar en un estado de semi-locura y por consiguiente no se les responsabilizará karmicamente. Pero sí es cierto que ese estado de tremenda desdicha les va a hacer crear un mundo interno de enorme sufrimiento durante su permanencia en el plano astral. De ahí que hay que enviarles luz para sacarlos de su tormento.)

También sufren aquellos que mueren con alguna pasión que los domine de una manera anormalmente fuerte, tal como un deseo incontrolado por la satisfacción física de comida, bebida, sexo o posesiones materiales, o también una apremiante ambición aún insatisfecha.

Pero fuera del sufrimiento que un individuo se acarrea así mismo por su apego a las satisfacciones físicas, no existe una experiencia que corresponda al infierno tradicional. Y tampoco existe un castigo durante la muerte por el mal comportamiento del individuo cuando se encontraba en el plano físico, ya que Karma hace justicia esencialmente en la Tierra.

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En la segunda parte se presentará alguna información adicional, incluyendo los aspectos más técnicos del tema.

En la enseñanza esotérica, la muerte es vista como un alivio y liberación de las preocupaciones y sufrimientos de la vida en la Tierra, y un final también de sus gozos que son inevitablemente temporales. Y cuando llega el tiempo de partir, es bienvenido por mucha gente, ya que es el largo sueño “que remienda la deshilachada manga de la preocupación, el bálsamo de las mentes heridas, la segunda vía de la Gran Naturaleza” que nos prepara para otra venida a la Tierra.

(En resumen, a nivel oculto la muerte es un momento de bienestar porque nos permite disfrutar de un periodo de dicha y descanso, para luego volver a seguir evolucionando en la Tierra, con todo el cansancio y dolor que seguido conlleva.

Pero curiosamente, para poder tener una buena estadía en el Más Allá, se requiere de haber trabajado activamente durante tu vida física: desarrollándote espiritualmente, aprendiendo mucho, experimentando la vida intensamente, generando karma positivo, etc.)





SEGUNDA PARTE: INFORMACIÓN MÁS AVANZADA

Las fuentes principales de información en la primera parte fueron “Las Cartas Mahatma” y “La Clave de la Teosofía” en donde la señora Blavatsky delinea las instrucciones que ella recibió de los Maestros. Y puede encontrarse material adicional en “La Doctrina Secreta” y en los “Escritos Coleccionables de HPB” (Collected Writings).

(Y también añadiría las explicaciones que dio William Judge, quien al igual que Blavatsky, también era discípulo del Maestro Morya, y cuyos escritos me sirvieron mucho para esclarecer varios asuntos.)

En sus libros y artículos, la señora Blavatsky hace varias veces referencia al origen de su conocimiento esotérico. Por ejemplo, en La Clave de la Teosofía, cuando se le hace la pregunta de si alguien pude seguir en detalle el proceso de la retribución karmica, ella contesta:

« Ciertamente “aquellos que saben” pueden hacer esto por medio del ejercicio de poderes que están latentes de igual modo en todos los hombres.  [Nada más que en los humanos esos poderes están nacientes y dormidos, mientras que en los Maestros esos poderes ya están plenamente desarrollados y despiertos.] »
(La Clave de la Teosofía, p.215)

Y más adelante en la misma obra, cuando le preguntaron si tales Maestros saben realmente más de lo que nosotros sabemos acerca de lo que sucede después de morir, ella respondió:

« En verdad que ellos saben más, ya que por medio del entrenamiento de esas facultades espirituales que todos nosotros poseemos, pero que sólo ellos han por el momento desarrollado a la perfección, ellos han podido estudiar esos diferentes planos y estados de existencia.

Por largas edades, una tras otra generación de Adeptos ha estudiado los misterios del ser, de la vida, de la muerte y del renacimiento. Y todos han enseñado a su vez algunos de los hechos aprendidos así. »
(La Clave de la Teosofía, p.217)



Detalles sobre el Kama-Loka


En el estudio de los procesos de muerte, no debemos de olvidar que los siete principios del hombre pueden reagruparse en tres partes que son:

-        una triada superior,
-        un dúo intermedio y
-        una triada inferior.

Cuando el hombre muere, la triada inferior progresivamente se desintegra y el ser interior cae en inconsciencia.

« [Por regla general, el humano al momento de fallecer] pierde todo recuerdo, es momentáneamente “mentalmente aniquilado”, él duerme su sueño akashico en el Kama-Loka. Y este estado dura desde unas cuantas horas (rara vez menos), días, semanas, meses y algunas veces hasta años. Todo esto de acuerdo a la entidad, a su rango mental al momento de morir, al carácter de su muerte, etc. »
(Carta Mahatma 24B, p.187)

Kama-Loka es la región subjetiva e invisible (a la visón física) en donde permanece el kama-rupa (la parte baja de la personalidad) hasta agotarse las causas pasionales y mentales que la crearon.

La señora Blavatsky hace un enunciado similar con relación a los restos kama-manasicos del difunto que quedan en el Kama-Loka y al periodo de inconsciencia.

Cuando le comentaron:

-        “Dado que los procesos y estados concernientes al Kama-Loka presentan algunas dificultades de comprensión, podría ayudarnos con un material explicativo adicional.”

A lo que ella contestó:

« Por supuesto. De acuerdo a la enseñanza Oriental, el estado del cascarón que deja el difunto en el Kama-Loka, no es lo que nosotros, hombres vivos, reconoceríamos como un estado “consciente”. Se asemeja más bien al estado de una persona que se encuentra aturdida y deslumbrada por un golpe violento que le acaban de propiciar, y eso hace que haya “perdido el sentido” momentáneamente.


Es por ello que esas entidades que yacen en el Kama-Loka, como regla general, no tengan la posibilidad de reconocer a sus antiguos amigos y familiares (excepto por medio de una vida y conciencia vicarias, despertadas por el contacto de los médiums). Por lo tanto, un caso semejante al que me mencionas es imposible. »
(Collected Writings, v. IX, p.164)

El caso al que se refiere, había sido plantado por su correspondiente, el cual decía que el encuentro entre entidades en el Kama-Loka debería de ser más decepcionante si uno de ellos sólo hubiese progresado a un estado en el que sólo dejara un “cascarón” tras de sí.

El pasaje citado continúa y la señora Blavatsky afirma que aquellos que amamos estarán con nosotros en el Devachan, agregando a manera de énfasis que:

« Sin embargo el proceso de desprendimiento del cuarto principio (Kama) y la parte mala del quinto principio (Manas) se efectúa de manera inconsciente en todos los seres humanos normales. Y es solamente en casos muy excepcionales que hay un ligero regreso a la conciencia en el Kama-Loka, y este es el caso de las personalidades muy materiales y sin espiritualidad. »
(Collected Writing, v. IX, p.164)

Y el Maestro Kuthumi añade:

« Este cuarto principio con la parte baja del quinto, permanecen en asociación como un cascarón vacío (la expresión es totalmente correcta) para vagar en la parte sutil de la atmosfera de la Tierra, habiendo perdido la mitad de la memoria personal y con los instintos bestiales plenamente activos durante todavía un cierto periodo. En pocas palabras ese es un elementario que los médiums utilizan como su “ángel guía” durante las sesiones espiritistas. »
(Carta Mahatma 16, p.113)



¿Por qué se efectúa ese proceso así?

El Maestro Kuthumi responde:

« [Porque la Monada] siendo un elemento puramente cósmico y espiritual, ella no podrá tener una existencia consciente en el Devachan, si no asimilara algo de los atributos mentales del quinto principio y sus recuerdos. (Pero dado que en el mundo divino sólo pueden existir las vibraciones elevadas, es por ello que no hay cabida para todo lo que es bajo de la personalidad desencarnada.) »
(Carta Mahatma 16, p.103)



Detalles sobre el Devachan


Es solamente después de la separación en el Kama-Loka y el periodo de gestación subsecuente que la conciencia comienza a entrar en el Devachan. Y es en ese momento que tiene lugar la segunda revisión de la vida que se tuvo en la Tierra.

Al respeto el Maestro Kuthumi menciona:

« Lenta y gradualmente hacia el final del periodo de gestación, la parte buena de la persona va entrando en el estado de Devachan. Este estado es determinado y producido por la vida que tuvo la persona en la Tierra y su entrada en el Devachan no es precipitada, sino gradual y por suaves etapas sucesivas.

Con el primer albor de ese estado aparece aquella vida terrestre (o más bien dicho es vivida una vez más por el Ego) desde su primer día de conciencia hasta el último. Desde el acontecimiento más importante hasta el más insignificante. Y todos ellos son puestos en orden ante los ojos espirituales del Ego.

Sólo que a diferencia de lo que sucede en la Tierra, solamente van a permanecen los acontecimiento que son elegidos por el devachani, el cual se inclinará más por ciertos eventos, y los cuales quedarán permanentes durante su estancia en el Devachan. »
(Carta Mahatma 24B, p.187)




¿Quién va al Devachan?



Cuando el señor Sinnett le preguntó a Kuthumi si el Devachan es sólo alcanzado por los pocos humanos que son muy buenos o también por los muchos que no son muy malos.

El Maestro le respondió:

« ¿Quién va al Devachan?  Las personas desde luego, pero beatificadas y purificadas (ya sin su parte oscura).  Y ellas renacen en el Devachan tan inocentes y puras como un bebé recién nacido en la Tierra. Y el hecho de que hayan renacido en el Devachan demuestra la preponderancia del bien sobre el mal en su antigua personalidad.

Y durante ese periodo el karma malo se hace a un lado para posteriormente volver a seguir a ese humano en su futura reencarnación terrestre. Sólo el karma positivo de sus buenas acciones, palabras y pensamientos acompaña a la persona en el Devachan.

“Malo” es un término relativo para nosotros – como se ha dicho antes más de una vez – y la Ley de Retribución es la única ley que nunca se equivoca. Malvado, pero exageradamente malvado tuvo que haber sido un individuo, para que no tenga derecho ni siquiera a un momento en el Devachan. De aquí que todos aquello que no hayan caído en el fango del pecado y de la bestialidad irredimibles, todos ellos van al Devachan.

Los humanos tendrán que pagar posteriormente por sus actos negativos. Pero mientras tanto son recompensados recibiendo los efectos de las buenas causas producidas por ellos durante su estancia en la Tierra. »
(Carta Mahatma 16, p.100)



Los errores de los espiritistas

En el capitulo IX de La Clave de la Teosofía, la señora Blavatsky explica que no es posible reconciliar el tipo de comunicación que los espiritistas pretenden que existe entre las almas difuntas y los vivos.



¿Cómo es la experiencia devachanica?

En ese mismo capítulo, la señora Blavatsky también señala que el estado de Devachan es de una “inmensa felicidad” y en su carta el Maestro Kuthumi añade que:

« El Devachan es un estado (por así decirlo) de intenso egoísmo, durante el cual, los humanos cosechan el premio de todo lo bueno que hicieron en la Tierra. El devachani está completamente sumergido en la dicha de todo aquello que lo hace más feliz. Y ningún dolor, ninguna pena, ni siquiera la menor sombra llegan a ennegrecer el brillante horizonte de su completa felicidad. Ya que el Devachan es un estado de “Maya” perpetua. »
(Carta Mahatma 16, p.101)



¿Cuánto dura el ciclo post-mortem?



Al respecto el Maestro Kuthumi responde:

« Se le llama en el budismo “Bardo” al periodo entre la muerte y el renacimiento y puede durar desde unos cuantos años hasta un kalpa.

El Bardo está dividido en tres periodos:

    1.          Cuando el Ego liberado de su cuerpo físico entra en el Kama-Loka
    2.          Cuando entra en su estado de gestación
    3.          Y cuando entra en el estado de Devachan.

  • El primer periodo puede durar de unos minutos hasta una cantidad de años. 
  • El segundo periodo es muy largo, proporcional al vigor espiritual del Ego, y 
  • El tercer periodo dura en proporción al buen Karma. Pueden ser años, décadas, siglos y milenios, y frecuentemente multiplicados por algo más.
Ya que todo efecto debe de ser proporcional a su causa. Y como la duración de la existencia encarnada del hombre solo guarda una pequeña proporción respecto a sus periodos de existencia internatal en el ciclo manvantárico, así también los buenos pensamientos, palabras y obras de cualquiera de estas vidas sobre la Tierra, son también causativas de efectos, cuyo desarrollo y agotamiento requerirá de mucho más tiempo del que ocupó la evolución de las causas terrestres. »
(Carta Mahatma 16, p.105 y 106)

El capítulo IX de La Clave de la Teosofía introduce una cantidad de cuestiones en relación a los premios y castigos; y podría parecer que si después de la muerte sobreviene una condición de inconsciencia, entonces no sería posible sentir el castigo. Pero la señora Blavatsky explica que: “el castigo karmico solamente alcanza al Ego en su siguiente reencarnación”.

(Bueno los Maestros explican que también existe un estado de tremendo sufrimiento, el cual es lo opuesto al Devachan, y a dónde van los humanos más abyectos antes de volver a reencarnar, pero ahí también las experiencias van a ser subjetivas, aunque la persona las sentirá muy reales.)

Algunos pensarán que el sufrimiento que experimentan esos individuos es un sufrimiento ciego, dado que ellos nos se acuerdan de sus malas acciones que hicieron durante su vida en la Tierra, pero a lo anterior, Blavatsky responde:

« No totalmente, ya que en el solemne momento de la muerte, todo humano (incluso cuando la muerte es repentina) ve reunido frente a él, la totalidad de su vida y en sus más minúsculos detalles.

Por un corto instante el ego personal se hace uno con el Ego superior omnisciente. Y ese instante es suficiente para mostrarle a la persona toda la cadena de causas que han estado trabajando durante su vida.

La persona se ve como realmente es y no con la imagen engañosa que se ha creado de sí misma y con los adornos de la adulación. Ella mira su vida como un espectador mira una película y siente y sabe que fue justo todo lo que le sucedió y tuvo que pasar. »
(La Clave de la Teosofía, p.162)




Detalles sobre el proceso del regreso a la Tierra


Y de manera similar al momento de renacer, el Ego tiene “una visión prospectiva de la vida que le aguarda y en ese momento se da cuenta de todas las causas que lo han conducido a ella”.

Aquí nos encontramos con el inicio del proceso de vuelta a la encarnación, siendo esta, el proceso inverso de la muerte, ya que esta vez se vuelven a formar los principios inferiores.

El proceso de retorno a la vida física es examinado en un artículo de Blavatsky en donde Karma, Tanha (que es la sed por experimentar la vida en la Tierra) y las Skandhas son descritos como “la poderosa trinidad en uno y la causa de nuestro renacimiento”. Y después de un relato de las experiencias que tiene el hombre al momento de morir, Blavatsky se refiere a la futura encarnación diciendo que:

« Los vicios, los defectos y especialmente las pasiones de la vida precedente se convierten a través de ciertas leyes de afinidad y de trasferencia, en gérmenes de las potencialidades futuras del alma animal en el humano (Kama), y en consecuencia de su dependiente (el doble astral): en un nacimiento subsecuente.

Es solamente la personalidad la que cambia, ya que el principio reencarnante real, el Ego, siempre permanece el mismo y su Karma y sus Skandhas son las que guían las idiosincrasias y los rasgos morales predominantes de la antigua personalidad, para que estas características reaparezcan en la nueva personalidad.

Estos rasgos y pasiones persiguen y se agarran de los aún plásticos, tercer y cuarto principios del niño, y a menos que el Ego luche y los conquiste, ellos se desarrollarán aún más conduciendo al hombre adulto a su decadencia, ya que ellos son los instrumentos de la ley de retribución karmica. Y es así como nuestras buenas y malas acciones son los únicos instrumentos con los que pintamos nuestra apariencia al morir”, dado que la persona que nace en la nueva reencarnación es invariablemente la creación de la persona que fue en su reencarnación anterior. »
(Collected Writings, v.X, p.176)


Blavatsky dio información adicional acerca de los procesos involucrados en el regreso a la vida física en la Tierra, en sus instrucciones a los miembros de su Sección Esotérica en Londres. Y los cuales los encuentran en los Escritos Coleccionables de HPB: vol. XII, pag. 515.



¿Cuándo comenzó a existir la muerte?

Un pasaje interesante de La Doctrina Secreta nos dice que fue hasta el final de la Tercera Raza Raíz.

« Antes no había habido muerte regular, sino sólo una transformación, dado que los hombres todavía no tenían personalidad. Ellos tenían “monadas-alientos” del Aliento Universal, y eran tan impersonales como la fuente de la que procedían. Los humanos de esa época todavía no tenían cuerpos físicos, tenían sólo sombras de cuerpo (o sea cuerpos astrales), los cuales eran inmaculados y por ello sin Karma.

Por lo tanto, no había Kama-Loka, menos aun Nirvana o incluso Devachan para esas almas de hombres que no tenían aún Egos personales, debido a que no podía haber periodos intermedios entre las encarnaciones.

Y es que como el ave Fénix, los hombres de esas épocas resucitaban en un nuevo cuerpo a partir del viejo. Y con cada nueva generación los humanos se hicieron cada vez más sólidos y más físicamente perfectos, de acuerdo con la ley evolutiva que es la ley de la Naturaleza.

La muerte llegó con el organismo físico completo, y con él, la decadencia moral. »
(La Doctrina Secreta II, p.610)



CONCLUSIÓN

La explicación de los procesos de la muerte tal como es dada por los maestros transhimalayicos, nos muestra como el hombre encaja en el gran esquema universal del devenir eterno y esto en correspondencia a la ley cíclica y evolutiva.

La única tragedia al morir, es para aquellos que se quedan atrás y cuando en su aflicción personal ven a la muerte como un incidente aislado, en vez de considerarlo como un evento más de una larga serie de vidas alternadas con periodos de descanso.

Un día quizás todos seremos capaces de ver a la muerte en el vasto panorama de causas y efectos a través de nuestras muchas vidas.

Podremos entonces ver como los acontecimientos que hemos experimentado nos han conducido a lazos duraderos de amor y deber. Y también entonces podremos ver el largo viaje de la Vida Egoíca al pasar a través de muchas vidas personales, hasta su perfección y liberación finales, cuando el ciclo de nacimientos y muertes que parecía interminable, cesará finalmente.





MI OPINIÓN SOBRE EL TEXTO DE GEOFFREY FARTHING

Contrario a la mayoría de los teósofos, Geoffrey Farthing da una explicación relativamente clara, lo cual se agradece (aunque siento que le faltó estructurar e ilustrar más su análisis) y me gustó mucho que diera primero una explicación básica para ir introduciendo a las personas, y luego siguiera con explicaciones más avanzadas. Y siguiendo su buen ejemplo, es lo que trato de hacer también.



¿SE PUEDE RESUCITAR A LOS MUERTOS?



Todo el mundo ha escuchado la historia de Jesús que resucitó a Lázaro cuando este llevaba cuatro días de fallecido.

¿Pero qué hay de cierto en esa historia?

¿Es sólo una fabula o realmente es posible resucitar a los muertos?

La ciencia ha comenzado a explorar algunas posibilidades aunque todavía le falta mucho camino por recorrer.

La técnica más novedosa que se ha puesto en aplicación es de drenar toda la sangre de un paciente que está a punto de morir y remplazarla por una solución salina helada, para de esta manera bajar drásticamente la temperatura del cuerpo, lo que provoca una paralización del su metabolismo, y así poder disponer del tiempo suficiente para tratar de salvar a esa persona.

Luego se bombea de nuevo la sangre y paulatinamente se eleva la temperatura haciendo que el paciente regrese a la vida. Y es impresionante cuando el corazón vuelve a ponerse a latir.

Y de hecho, se piensa que esta técnica es el inicio de la animación suspendida requerida para los viajes espaciales de muy larga duración.


Y aunque todavía está en pruebas preliminares, la verdad es que se ve muy interesante esta técnica y probablemente vaya a revolucionar la medicina en el futuro, pero aún está muy lejos de poder resucitar a una persona que ya ha sido declarada muerta.


¿Y qué dice el esoterismo al respecto?


Sobre ese tema, el ocultista Eliphas Lévi dice:


« La muerte nunca es instantánea, sino que procede gradualmente (como procede el sueño cuando uno se duerme). Y en tanto que la sangre no se haya enfriado por completo, los nervios pueden estremecerse y por consiguiente el hombre no está completamente muerto, y si alguno de los órganos esenciales para la vida no está mortalmente dañado, el alma puede ser regresada, ya sea por accidente, ya sea mediante una voluntad poderosa.

Antes era temerario afirmar ante la sociedad la posibilidad de la resurrección. Sin embargo los magos saben que la resurrección es posible y que se produce con mayor frecuencia de lo que se cree.

¡Cuántas personas cuya muerte había sido jurídica y científicamente probada, se descubrió después que ellas habían resucitado y que se habían destrozado los dedos y las uñas al tratar de salir del ataúd para escapar de una nueva muerte y de tan horribles sufrimientos!

(Aquí Eliphas Lévi exagera, porque en realidad esas personas no mueren en “tan horribles sufrimientos”, debido a que la falta de oxigeno que hay en el ataúd hace que pronto la persona pierda la conciencia y muera sin sufrir.)

Un médico nos dirá que esas personas no estaban en realidad muertas, sino en un profundo estado de letargo.

¿Pero qué es el letargo?

Para los esoteristas, es el nombre que ustedes le dan a la muerte comenzada pero no concluida.

Verán, el alma está ligada al cuerpo por la sensibilidad, y en cuanto esta sensibilidad cesa, es un signo certero de que el alma se ha alejado (y mientras que las circunstancias lo permitan, el alma puede volver a regresar a su cuerpo).

Así por ejemplo, el sueño magnético es un letargo (o una muerte ficticia) y curable a voluntad. La torpor producida por el cloroformo también es un verdadero letargo que a veces concluye en una muerte definitiva, cuando el alma, feliz por su pasajero desprendimiento, hace los esfuerzos necesarios de voluntad para alejarse definitivamente (lo que es posible en aquellos que han vencido al “infierno”, es decir cuya fuerza moral es superior a la de la atracción astral). »
(Dogma y Alta Magia I, capítulo 20 titulado: La medicina universal)


Y en el segundo tomo de su libro añadió más detalles:

« Hemos enunciado audazmente nuestra convicción de que la resurrección es posible en algunos casos. Vamos a completar aquí la revelación de ese asunto y exponer las razones de por qué es posible lograr tal hazaña.

El cuerpo simplemente es una vestidura del alma. Y cuando esa vestidura está completamente usada o irreparablemente lastimada, el alma abandona completamente su cuerpo y no vuelve a él. Pero cuando por un accidente cualquiera, esa vestidura se le escapa sin estar usada ni destruida, el alma puede en ciertos casos retomar su cuerpo, sea mediante su propio esfuerzo, sea mediante la asistencia de otra voluntad más fuerte y más activa que la suya.

La muerte no es ni el fin de la vida ni el comienzo de la inmortalidad, es solamente la continuación y la transformación de la vida. Ahora bien, esta transformación implicando la liberación de las aflicciones del plano físico, hay muy pocos muertos aparentes que consientan revivir (es decir volver a tomar la vestidura que acaban de abandonar). Y esto es lo que hace que la resurrección sea una de las obras más difíciles de la alta magia. Y por consiguiente las posibilidades de éxito son escasas y es por ello que cuando se logra, se debe de considerar la proeza casi como algo más accidental e inesperado que como algo previsto y esperado.

Para resucitar a un muerto es necesario volver a ajustar súbita y enérgicamente la más fuerte de las cadenas de atracción que puedan unir el alma con el cuerpo que acaba de abandonar.  Es por lo tanto requerido primero localizar esa cadena, luego apoderarse de ella y después por medio un esfuerzo de voluntad muy poderoso, volver a unir esa cadena con el cuerpo.

Y todo esto (lo repetimos) es extremadamente difícil, pero no hay nada que sea absolutamente imposible.

Los prejuicios de la ciencia materialista no admitiendo en nuestros días la resurrección como algo natural y posible, los médicos están predispuestos a explicar todos los fenómenos de este tipo, como letargos asociados con los síntomas de la muerte más o menos complicados y más o menos largos.

Y así, si Lázaro resucitara hoy en día ante nuestros médicos, estos consignarían en sus informes a las academias competentes, el extraño caso de un letargo acompañado de un comienzo aparente de putrefacción y de un olor cadavérico muy pronunciado. Se le daría un nombre a este extraño incidente y se archivaría el evento.

A nosotros no nos gusta ofender a nadie y si por respeto hacia los hombres de ciencia, es preciso llamar a nuestras teorías de resurrección: “el arte de curar los letargos excepcionales”, nada nos impedirá hacerles esa concesión.

Y si alguna vez se ha efectuado en este mundo una resurrección, eso es un argumento suficiente para considerar ese fenómeno como algo posible.

En la religión hay muchas anécdotas en ese sentido:

La más famosa es la de Lázaro, pero a continuación les voy a mencionar brevemente algunas otras:

Cuando Jesucristo resucitó a la hija de Jairo, entró a la casa de la familia sólo con tres de sus más fieles discípulos, y alejó de allí a cuantos lloraban y hacían ruido diciéndoles:

   -  “Esta joven no está muerta, sólo duerme.”

Luego, en presencia del padre, de la madre y de sus tres discípulos (es decir en un círculo de perfecta confianza y de deseo) tomó la mano de la niña, la levantó bruscamente y le gritó:

   -  “¡Hija de Jairo, Levántate!”

Y la joven muchacha, cuya alma indecisa vagaba cerca de su cuerpo, sorprendida por la voluntad de esa voz (y viendo que su madre y su padre escuchaban de rodillas), con un estremecimiento de esperanza entró otra vez en su cuerpo, abrió los ojos y se levantó. Entonces el maestro de inmediato ordenó que se le diera de comer, para que las funciones de la vida reanudaran un nuevo ciclo de absorción y de regeneración.

La historia de Eliseo resucitando al hijo de la sunamita y de San Pablo resucitando a Eutico, son hechos del mismo orden. Y también la resurrección de Dorcas por San Pedro (contada con tanta sencillez en los Hechos de los Apóstoles) es igualmente una historia de cuya veracidad no se podría razonablemente dudar.

Y la religión no es la única que atestigua acontecimiento de resurrección. Y así por ejemplo, Apolonio de Tiana parece también haber realizado semejantes maravillas.

Y nosotros hemos recogido varios otros testimonios:

Por ejemplo, un hecho que llamó poderosamente la atención del pintor Greuze, fue reproducido por él en uno de sus cuadros más notables. El cuadro muestra a un hijo indigno, cerca del lecho de muerte de su padre, y que rompe un testamento que no le era favorable. Entonces el padre se reanima, se abalanza sobre él, maldice a su hijo, luego después vuelve a acostarse y muere por segunda vez.

Un acontecimiento análogo y más reciente nos ha sido referido por testigos oculares: se trata de una persona que traicionando la confianza de su amigo que acaba de morir, agarró y rompió una atestación de fideicomiso suscrita por el fallecido. Y ante este hecho, el muerto resucitó y permaneció vivo para defender los derechos de los herederos elegidos por él (y a quienes su infiel amigo iba a despojar). El culpable se volvió loco y el muerto resucitado fue lo bastante compasivo para asignarle una pensión.

Nosotros mismos hemos sido testigos de eventos que no dejan de guardar cierta analogía con los referidos, pero el espíritu materialista del siglo en el que vivimos, nos impone a este respecto la más absoluta reserva, pues los taumaturgos están expuestos en nuestros días a una muy mediana acogida ante el público (lo que no impide que la tierra gire y que Galileo sea un hombre).

La resurrección de un muerto es la obra maestra del magnetismo, porque para realizarla es necesario ejercer una especie de “omnipotencia simpática”. Y es sobre todo posible en los casos de muerte por congestión, por ahogo, por desfallecimiento y por histerismo.

El joven Eutico quien fue resucitado por San Pablo después de haberse caído desde un tercer piso, seguramente no tenía ninguna herida mortal en su interior, sino que muy probablemente sucumbió sólo por la asfixia ocasionada por el movimiento del aire en la caída, o por el mismo espanto de caer.

Y es preciso en semejantes casos (y cuando se siente la fuerza y la fe necesarias para realizar semejante obra) practicar como lo hizo el apóstol, la insuflación boca a boca, estableciendo un contacto con las extremidades para llevarles a ellas el calor.

Si esto hubiera sido lo que la gente inocente llama “un milagro”, Elías y San Pablo (cuyos procedimientos en semejante caso fueron los mismos) entonces ellos habrían hablado en nombre de Jehová o de Cristo, pero no lo hicieron.

(Acuérdense que Eliphas Lévi vivió en el siglo XIX. En la actualidad simplemente se diría que se aplicaron los auxilios de emergencia como es la respiración artificial. Y así como los paramédicos logran resucitar a ciertas personas cuyo corazón deja de latir. De igual modo los magos logran resucitar a ciertas personas que llevan ya un cierto tiempo muertas.)

A veces puede bastar con simplemente tomar la mano de la persona y levantarla vivamente llamándola en alta voz. Este procedimiento (que seguido funciona con los desvanecidos) puede también tener algunas veces acción sobre la muerte, principalmente cuando el magnetizador que la ejerce está dotado de una palabra poderosamente simpática y posee lo que pudiéramos llamar “la elocuencia de la voz”. Y es preciso también que sea amado o respetado por la persona sobre quien se quiere obrar y que realice su obra con entera fe y absoluta voluntad. »
(Volumen II: Ritual, capítulo XIII titulado: La Nigromancia)



El cuerpo es sólo el vehículo que utiliza el alma para poder interactuar en el mundo físico.”

    




MI OPINIÓN

Para algunos podrá parecerles inverosímil y hasta fantasiosa la explicación que da Eliphas Lévi, pero para mí hay un cierto número de datos que me hacen suponer que la resurrección en ciertos casos es posible.

Y a continuación se los enumero:

   1) Los testimonios

Es cierto que muchos de ellos (tanto en los textos religiosos, como en los textos que leemos en el internet) no son muy confiables y siempre queda la duda de si realmente la persona ya estaba muerta o si simplemente se encontraba en un profundo estado de letargo, el cual se confundió con la muerte.

Sin embargo, hay suficientes testimonios (y bastante fidedignos) para considerar que la resurrección puede ser en ciertos casos una posibilidad real aunque muy poco usual.


   2) La enseñanza esotérica

La manera como el esoterismo describe la composición oculta y septenaria del ser humano, hace muy factible la posibilidad que cuando el lazo energético que une el alma con su cuerpo físico, se rompe, por medio de manejos energéticos se pueda volver a pegar. Permitiendo así al ego desencarnado que ya se había separado, volver a tomar posesión de su cuerpo.


   3) Los maestros transhimalyicos

Blavatsky menciona que cuando el Maestro Kuthumi tuvo que pasar por una iniciación elevada, él dejó su cuerpo en un lugar secreto, mientras que su espíritu viajaba a otros planos de existencia:

« Kuthumi se ha ido a dormir por tres meses para prepararse durante su Sumadhi o continuo estado de trance para su iniciación, la penúltima, cuando se convertirá en uno de los más elevados Adeptos.

Pobre Kuthumi, su cuerpo está actualmente tendido frío y tieso en un edificio cuadrado de piedra aislado, sin ventanas ni puertas, cuya entrada se efectúa a través de un pasaje subterráneo.

En ese estado, su Espíritu se encuentra actualmente muy libre, y un Adepto puede yacer así durante años, cuando su cuerpo fue cuidadosamente preparado por él mismo de antemano, a través de pases mesméricos y otras técnicas.

Es un hermoso lugar donde se encuentra esa torre cuadrada. De ahí se ve el Himalaya a la derecha y un hermoso lago cerca de la Lamasería. Su superior cuida de su cuerpo y Morya también va de vez en cuando a visitarlo. Es un tremendo misterio ese estado de sueño cataléptico para tal período de tiempo»
(Extracto de la carta que Blavatsky le escribió a la Sra. Mary Hollis Billings, fechada el 2 de octubre de 1881)

O sea que los grandes Adeptos pueden hacer que su cuerpo entre en un estado de rígor mortis en donde su corazón deja de latir y su metabolismo se detiene, pero que aunque se mantengan así por un largo periodo, el cuerpo no se descompone.

Y eso me hace suponer que en ciertos casos (y en plazos más cortos) pudiera ocurrir algo parecido con humanos ordinarios, pero por causas accidentales y no a voluntad como lo pueden hacer los grandes maestros.


   4) Pastor

Me acuerdo que en una conferencia comentó que en el sendero de la iniciación oculta, los discípulos que están ya muy avanzados, tienen que pasar una prueba, la cual consiste en volver a revivir un ser que acaba justo de morir (y el cual usualmente es un animal). Y es así que los discípulos menos avanzados se quedan muy impactados cuando ven por ejemplo a un gato que se encuentra muerto, y unos segundos después vuelven a ver al mismo gato pero ahora ya está de nuevo caminando.

Cuando encuentre esa conferencia, les transcribo exactamente lo que dijo.




CONCLUSIÓN

Estoy convencido que la muerte no es un evento brusco, sino un evento progresivo, del cual los humanos sólo vemos una pequeña porción del proceso que es la parte visible. Y que bajo ciertas circunstancias (o sea cuando se puede revertir ese proceso) la resurrección es posible.

Mientras más poderoso sea el adepto o el mago, más va a lograr efectuar hazañas espectaculares. Pero también ha de haber una frontera a partir de la cual, el proceso de la muerte ya no se pueda revertir, y sin importar de cuánto poder se disponga, ya no se pueda hacer regresar a ese ser fallecido de nuevo a su cuerpo físico.