JORGE ANGEL LIVRAGA NO APLICÓ CORRECTAMENTE LA LEY DE CORRESPONDENCIA

 

Los instructores teosóficos explicaron que se debe de utilizar la ley de correspondencia (la cual estípula que como es abajo es arriba y que como es en lo pequeño es en lo grande) porque a partir de esa premisa se puede deducir mucha información que todavía no ha sido revelada.

 

Pero Jorge Angel Livraga no aplicó correctamente ese consejo como a continuación se los voy a demostrar.

 

 

 

JAL NO UTILIZÓ LA LEY DE CORRESPONDENCIA

CUANDO DEBÍA HACERLO

 

Por ejemplo en su libro titulado “Introducción a la Sabiduría de Oriente, Primera Parte”, Livraga comenzó definiendo a la cadena planetaria de la siguiente manera:

 

« Se nos dice que la Tierra física es sólo la expresión tangible de un verdadero sistema de cuerpos, a semejanza de lo que se ve en el hombre (ver la figura 6).

 

»

 

(Tema 2)

 

 

 

 

Ahí Livraga comienza bien su explicando, porque así como los humanos están constituidos por siete principios, de la misma manera (y bajo la ley de correspondencia) los sistemas planetarios también están constituidos por siete principios.

 

 

Pero un poco más adelante Livraga añadió:

 

« Ahora bien, el atento lector se preguntará:

 

¿Qué diferencia de experiencia existe, por ejemplo, entre el Globo A y el G, si los dos están en la esfera 1, en el mismo ambiente evolutivo?

 

Pues bien, la diferencia la hace el tiempo, pues los centenares de millones de años que separan esas dos experiencias, las hacen diferentes, y en cierta manera complementarias. »

(Tema 2)

 

 

Y ahí Livraga está muy equivocado porque el globo A y el globo G no se encuentran en la misma esfera, sino que en realidad ellos se encuentran en diferentes esferas. Lo que pasa es que para facilitar dibujar una cadena planetaria se suele representar a sus globos de manera paralela, pero en realidad esos globos se encuentran en diferentes planos de existencia.

 

Y esto Blavatsky lo especificó en la Doctrina Secreta donde ella puso el siguiente diagrama (I, p.153):

 

 

Ahí vemos que Blavatsky muestra la correspondencia que existe entre las siete envolturas que componen a un humano y los siete globos que componen a una cadena planetaria.

 

Y dado que nuestros principios (cuerpo físico, cuerpo astral, etc.) no se encuentran en los mismos planos de existencia, es lógico considerar que los globos de una cadena planetaria tampoco se encuentran en los mismos planos de existencia. Algo que el propio diagrama resalta.

 

Pero aunque no existiera ese diagrama, si Livraga se hubiera puesto a reflexionar, él mismo habría llegado a esa conclusión.

 

 

 

 

 

 

Y CUANDO JAL UTILIZÓ LA LEY DE CORRESPONDENCIA

LO HIZO INCORRECTAMENTE

 

 

Por ejemplo en ese mismo libro “Introducción a la Sabiduría de Oriente, Primera Parte”, sobre él átomo Livraga escribió:

 

« Entre un sistema solar y un sistema atómico, la única diferencia es el tamaño. Así el núcleo es el sol y los electrones son los planetas. »

(Tema 11)

 

Pero esto es falso porque la forma como se mueve un átomo es muy diferente de la forma como se mueve un sistema solar.

 

 

 

 

Y más adelante en ese mismo libro Livraga añadió:

 

« Así como un sistema de soles está interrelacionado con otros sistemas por cometas que mantienen vinculadas las unidades, los sistemas atómicos lo están por los “electrones de valencia”. »

(Tema 11)

 

 

Pero ahí Livraga también está muy equivocado porque para comenzar los cometas que se mantienen en un sistema solar no se alejan lo suficientemente para que puedan llegar a los otros sistemas solares.

 

Y en segundo lugar los cometas no tienen la capacidad de generar una interconexión entre las estrellas.

 

Lo que pasa es que Livraga hizo una incorrecta correlación entre los cometas de un sistema solar con los electrones de valencia de los átomos, quienes efectivamente si son los responsables de la interacción que se crea entre los diferentes átomos que componen a una molécula, pero en cambio para nada los cometas desempeñan una función similar a nivel interestelar.

 

 

 

 

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Y este es un ejemplo más de lo mal que Jorge Angel Livraga aplicaba la enseñanza esotérica.