LA PARADOJA DIVINA EXPLICADA POR EL KYBALIÓN

El capítulo 6 del libro El Kybalión busca profundizar sobre la realidad e irrealidad que se concibe del Universo.

 

 

« Los hombres que son sabios a medias, reconociendo la comparativa irrealidad del Universo, se imaginan que pueden desafiar sus leyes, pero tales hombres no son más que tontos vanos y presuntuosos que se estrellan contra las rocas y son aplastado por los elementos en razón de su locura.

 

En cambio los hombres que son verdaderamente sabios, conociendo la naturaleza del Universo, ellos emplean la Ley contra las leyes; la superior contra la inferior; y por el arte de la alquimia transmutan lo que es indeseable en lo que si es apreciable, y de esa manera ellos triunfan.

 

Por lo tanto la maestría no consiste en sueños anormales, visiones, e imaginaciones o vivencias fantasiosas, sino en usar las fuerzas superiores contra las inferiores, escapando así a los sufrimientos de los planos inferiores, vibrando en los planos superiores. Y por consiguiente es la transmutación, y no la negación presuntuosa, el arma del Maestro. »

(El Kybalión)

 

 

Esta es la paradoja del Universo, resultante del principio de polaridad que se manifiesta cuando el TODO comienza a crear. Por lo que presten mucha atención a ella, pues señala la diferencia que existe entre la media-sabiduría y la verdadera sabiduría.

 

Mientras que para el TODO INFINITO, el Universo, sus leyes, sus poderes, su vida y sus fenómenos, son como cosas contempladas en un estado de meditación o ensueño. En cambio para todo lo que es finito, el Universo debe ser tratado como real, y la vida, las acciones y los pensamientos deben estar acordemente basados en ello, aunque siempre con una comprensión de la verdad superior, y cada uno de acuerdo con su propio plano y leyes. 

 

Si el TODO hubiera imaginado que el Universo fuera efectivamente real, eso hubiera sido desastroso porque entonces no se podría ascender de lo inferior hacia lo superior, el Universo se convertiría en una cosa fija, inmóvil y el progreso resultaría imposible.

 

(Aquí el autor del Kybalión está divagando porque si el Universo fuera considerado irreal para Dios, entonces los seres no podrían ascender a través de la Creación para unirse con su Creador, debido a que no habría una conexión con esa realidad superior que es Dios.

 

Por lo que el Universo si tiene que tener alguna realidad para su Creador, pero es una realidad temporal, y es por eso que se dice que el Universo es una “ilusión”, pero eso no significa que sea irreal.

 

Y los maestros explicaron que si no hubiera movimiento, tampoco habría manifestación, por lo que ese supuesto “universo fijo real” que menciona el autor del Kybalión no existe; y además ahí él se esta contradiciendo con lo que él mismo afirmó en el tercer principio hermético en donde asegura que todo está en movimiento.)

 

Pero si por el otro lado, el hombre debido a la media-sabiduría que tiene, vive, actúa y piensa en el Universo, como si se tratara meramente de un sueño (semejante a sus propios sueños finitos) entonces en verdad que se convierte en eso para él, y como un sonámbulo se tambalea dando vueltas y vueltas en un círculo, no haciendo ningún progreso, y al final se ve obligado a despertar, al caer magullado y sangrando por las Leyes Naturales que ignoró.

 

Por lo tanto mantened siempre vuestra mente fija en la estrella, pero dejad que vuestros ojos observen vuestras pisadas, no sea que caigáis en algún abismo en razón de que vuestra mirada está dirigida hacia arriba. Recordad la paradoja divina que afirma que si bien «el Universo no es, sin embargo es» y recuerden siempre los dos polos de la verdad: lo absoluto y lo relativo. Así que cuidado con las verdades a medias.

 

 

 

Lo Absoluto y lo Relativo

 

Lo que los hermetistas conocen como «la ley de la paradoja» es un aspecto del principio de polaridad. Y los escritos herméticos están llenos de toda clase de referencias con respecto a las paradojas que aparecen en todos los problemas de la vida y del ser.

 

Los instructores herméticos están continuamente batallando para impedir que sus estudiantes omitan el “otro lado” de cualquier cuestión, y sus advertencias están dirigidas particularmente a los problemas de lo absoluto y lo relativo que tanto desconciertan a los estudiantes de filosofía, y que llevan a tantos individuos a obrar y a pensar contrariamente a lo que se conoce generalmente como el “sentido común”.

 

Así es que recomendamos mucho a nuestros estudiantes que se aseguren de haber comprendido bien la paradoja divina de lo absoluto y lo relativo, evitando ser hipnotizados por el falso miraje de las verdades a medias. Y con este propósito ha sido escrita esta lección, por lo que léanla cuidadosamente.

 

 

El primer pensamiento que se le viene al hombre que ha comprendido y realizado la verdad de que el Universo es una creación mental del TODO, es que el Universo y todo cuanto contiene son una pura ilusión, una irrealidad. Pero al mismo tiempo su instinto se rebela contra esta idea. Y sin embargo esta revelación, como todas las otras grandes verdades, debe de ser considerada tanto desde el punto de vista absoluto como desde el punto de vista relativo.

 

Desde el punto de vista absoluto, desde luego, el Universo es una ilusión, un sueño, una fantasmagoría, cuando se compara con el TODO en sí mismo.

 

Y esto lo reconocemos incluso nosotros mismos en nuestra visión ordinaria, porque hablamos del mundo como si se tratara de "un espectáculo fugaz" que viene y va, nace y muere, porque el elemento de impermanencia y cambio, finitud e insustancialidad, debe estar siempre conectado con la idea de un Universo creado cuando se contrasta con la idea del TODO, sin importar cuáles sean nuestras creencias sobre la naturaleza de ambos.

 

Filósofos, metafísicos, teólogos y científicos coinciden todos ellos sobre esta idea, y esta concepción se encuentra en todas las clases de pensamiento filosófico y religioso, así como en las teorías de las respectivas escuelas de metafísica y teología.

 

Ahora bien, las enseñanzas herméticas no predican la insustancialidad del Universo en ningún término más fuerte de aquellos que os son ya familiares, aunque su presentación del tema pueda parecer algo más sobrecogedora. Pero es un hecho que todo cuanto tenga un principio y un fin, en un cierto sentido debe ser irreal e ilusorio. Y este es el caso del Universo, sea cual sea el sistema de las escuelas de pensamiento con que se aborde.

 

Desde el punto de vista absoluto, no hay nada real excepto el TODO, y no importa los términos que podamos emplear al discutir o pensar sobre este tema, sin importar que se considere la visión materialista que dice que el Universo está solamente creado de materia, o que se considere la visión hermetista que afirma que es una creación mental en la mente del TODO. Aún así es el Universo es insustancial, no duradero, sujeto al tiempo, espacio y cambio.

 

(Aquí el autor del Kybalión está confundiendo al “TODO” que es el Dios manifestado, con la “NADA” que es el Dios inmanifestado, porque en realidad es el Dios inmanifestado quien es verdaderamente real ya que ÉL es Eterno, mientras que el Dios manifestado está sujeto a la extinción al final de su existencia.)

 

Queremos que realicéis concienzudamente este hecho, antes de pasarle juicio a la concepción hermética de la naturaleza mental del Universo. Y examinad cualquiera de las otras concepciones y observad si esto no es verdad también en ellas

 

 

 

La Visión Relativa

 

Pero el punto de vista absoluto muestra solamente un lado del asunto, y el otro lado que también hay que considerar es el relativo.

 

La verdad absoluta ha sido definida como "las cosas tal como las conoce la Mente de Dios", mientras que la verdad relativa son "las cosas tal como las entiende la razón más elevada del hombre".

 

Y es así que mientras que para el TODO, el Universo es algo irreal e ilusorio, un mero sueño o resultado de la meditación. En cambio para las mentes finitas que forman parte de ese Universo y que lo ven a través de sus sentidos físicos, el Universo es verdaderamente muy real y debe de ser considerado así.

 

Por lo que al reconocer el punto de vista absoluto, no debemos cometer el error de ignorar o negar los hechos y fenómenos del Universo a medida que se presentan a nuestras facultades mortales. Nosotros no somos el TODO, recuerden eso.

 

 

Para ilustrar lo que les acabo de decir, es un hecho que todos reconocemos de que la materia "existe" para nuestros sentidos (ya que nos iría mal si no lo hiciéramos). Y a pesar de ello, nuestras mentes finitas comprenden la afirmación que dan los físicos de que no hay tal materia desde un punto de vista científico, ya que lo que llamamos materia no es más que un agregado de átomos. Átomos que a su vez no son más que unidades de fuerza agrupadas vibrando y moviéndose constantemente.

 

Pateamos una piedra y sentimos el impacto del choque, nos parece ser muy real, y a pesar de ello, sabemos que no es más que lo mencionado anteriormente. Pero recordemos que nuestro pie que siente el impacto por medio de nuestro cerebro, está igualmente constituido por partículas, y en realidad también lo está nuestro cerebro. Y por último, si no fuera por nuestra mente, no conoceríamos ni el pie ni la piedra en absoluto.

 

Por otra parte, la obra que tiene en su mente el artista o el escultor, y que él se esfuerza por reproducir en el mármol o en el lienzo, le parece muy real. Y lo mismo sucede con los personajes que se encuentran en la mente del escritor y que busca plasmarlos en sus obras literarias.

 

Y si esto es cierto en el caso de nuestras mentes finitas,

 

¿Cuál debe ser el grado de realidad en las Imágenes mentales creadas en la Mente del Infinito?

 

 

(Aquí el autor del Kybalión se está contradiciendo porque justo arriba él declaró que para Dios, su creación era algo irreal, y ahora está diciendo lo contrario: que para Dios, su creación es algo muy real.)

 

 

¡Oh, amigos míos, para los mortales este Universo de la Mentalidad es efectivamente muy real!

 

Es el único que jamás podremos conocer, aunque nos elevemos de plano en plano, cada vez más alto en él. Y para que lo pudiéramos conocer de otra manera (por experiencia real) deberíamos ser el TODO nosotros mismos.

 

Aunque es muy cierto que cuanto más nos elevamos en la escala de los planos, cuanto más nos acercamos a "la Mente del Padre", más evidente se hace la naturaleza ilusoria de las cosas finitas. Pero hasta que el TODO nos absorba finalmente dentro de Él mismo, no se desvanecerá la visión que tenemos del Universo.

 

(Aquí el autor del Kybalión vuelve a decir que para Dios, su creación es irreal.)

 

Así que no necesitamos detenernos en el aspecto ilusorio del Universo, y más bien reconociendo la naturaleza real del Universo, busquemos entender sus leyes mentales, y esforcémonos por usarlas para su mejor efecto en nuestro progreso hacia arriba a través de la vida, conforme viajamos de un plano a otro plano de la existencia.

 

Las leyes del Universo no son menos “leyes de hierro” por su naturaleza mental, ya que todo (excepto el TODO) están sujetos a ellas. Lo que está EN LA MENTE INFINITA DEL TODO es REAL en un grado solo superado por la Realidad misma que está investida en la naturaleza del TODO.

 

(Y aquí el autor del Kybalión vuelve a contradecirse porque arriba él dijo que el Universo es irreal e ilusorio, y ahora él dice que el Universo tiene una realidad solo superada por Dios. Y esta continua contradicción que percibo en su texto no es una paradoja sino que es una falta de rigor en el razonamiento que tiene este escritor.)

 

Así que no os sintáis inseguros o temerosos, ya que nosotros estamos siendo FIRMEMENTE SOSTENIDOS EN LA MENTE INFINITA DEL TODO, y no hay nada que nos hiera o que tengamos que temer. No hay ningún Poder fuera del TODO que nos afecte. Así que podemos descansar tranquilos y seguros.

 

Y existe todo un mundo de confort y seguridad una vez que se alcanza a comprender esto. Entonces "dormimos tranquilos y pacíficos, acurrucados en la cuna de las profundidades", descansando seguros en el seno del Océano de la Mente Infinita, que es el TODO. Y de hecho en el TODO "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser".

 

 

 

La Materia

 

La materia no es menos materia para nosotros, mientras vivimos en el plano de la materia, aunque sabemos que es simplemente una agregación de partículas de fuerza que vibran rápidamente y giran unas alrededor de otras en formaciones de átomos; y los átomos a su vez vibran y giran formando moléculas que a su vez forman masas más grandes de materia.

 

La materia tampoco se vuelve menos materia, cuando proseguimos con la investigación aún más lejos, y las enseñanzas herméticas nos revelan que la fuerza de la cual los electrones son sólo unidades, es meramente una manifestación de la Mente del TODO, y como todo lo demás en el Universo es puramente Mental por naturaleza.

 

(El autor del Kybalión confunde fuerza con energía, que no son lo mismo en la física.)

 

Mientras estamos en el plano de la materia, debemos reconocer sus fenómenos; y podemos controlar la materia como lo hacen todos los Maestros de mayor o menor grado, aplicando las fuerzas superiores.

 

En cambio cometemos una locura cuando intentamos negar la existencia de la materia en el aspecto relativo. Podemos negar su dominio sobre nosotros —y con razón— pero no debemos intentar ignorarla en su aspecto relativo, al menos mientras nos detengamos en su plano.

 

 

 

Las Leyes

 

Y tampoco las Leyes de la Naturaleza se vuelven menos constantes o efectivas por el hecho de que las conozcamos y sepamos que son simples creaciones mentales. Estas leyes obran plenamente en todos los planos. Y superamos las leyes inferiores aplicándoles leyes que son superiores, y sólo de esta manera. Pero no podemos escapar de la Ley o superarla por completo. Solamente el TODO puede escapar de la Ley, y eso porque el TODO es LA LEY misma, de la cual emergen todas las demás Leyes.

 

(No sé si Dios puede escapar de sus leyes pero yo me inclino a pensar que no ya que ellas forman parte de su propio ser.)

 

Los Maestros más avanzados pueden adquirir los poderes que generalmente los hombres atribuyen a los dioses, y existen muchos grados del ser en la gran jerarquía de la vida, cuyos poderes trascienden hasta a los más elevados Maestros, en un grado inconcebible para los mortales, pero hasta el Maestro más grande y el ser más elevado deben inclinarse ante la Ley, y ser como nada ante los ojos del TODO.

 

De modo que si incluso estos Seres más elevados, cuyos poderes superan incluso a los atribuidos por los hombres a los dioses, si incluso estos Seres están sujetos a la Ley y están subordinados a ella, entonces imagínense la presunción del hombre ordinario y mortal de nuestra raza cuando se atreve a considerar las leyes de la naturaleza como "irreales", visionarias e ilusorias, porque ha podido alcanzar a ver que esas leyes son de naturaleza mental, o simples creaciones del TODO.

 

Esas leyes que el TODO quiere que rijan a la creación no pueden ser desafiadas o transgredidas, y mientras subsista el Universo, las Leyes perdurarán, porque el Universo existe en virtud de estas Leyes que forman su marco y lo mantienen unido.

 

 

 

Herbert Spencer

 

 

El principio hermético del mentalismo, aunque explica la verdadera naturaleza del Universo sobre el principio de que todo es mental, no cambia las concepciones científicas del Universo, la Vida o la Evolución. De hecho, la ciencia simplemente corrobora las enseñanzas herméticas. El hermetismo simplemente enseña que la naturaleza del Universo es "mental", mientras que la ciencia moderna ha enseñado que es "material"; o (últimamente) que es "energía" en su último análisis.

 

Pero las enseñanzas herméticas no tienen ningún defecto que encontrar en el principio básico de Herbert Spencer quien postula la existencia de una "energía infinita y eterna, de la cual proceden todas las cosas".

 

De hecho, los hermetistas reconocen en la filosofía de Spencer la declaración externa más alta del funcionamiento de las Leyes Naturales que jamás se haya promulgado, y creen que Spencer fue una reencarnación de un antiguo filósofo que habitó en el antiguo Egipto hace miles de años, y quien más tarde encarnó como Heráclito, el filósofo griego que vivió en el año 500 antes de Cristo, y consideran que su declaración de la "energía infinita y eterna" está directamente en la línea de las enseñanzas herméticas, siempre con la adición de la propia doctrina hermética que estipula que esa "energía" es la energía de la Mente del TODO.

 

(Los maestros explicaron que al final el TODO va a ser reabsorbido por la NADA, lo cual implica que la energía no es eterna y por consiguiente tampoco es infinita.

 

Y esto conlleva que los verdaderos hermetistas no fueron quienes aceptaron la teoría de Herbert Spencer, sino que fue el autor del Kybalión a quien le gustó esa teoría, a pesar de que en realidad es falsa.

 

Y seguramente también fue él quien le atribuyó esas vidas anteriores a Spencer, lo cual muestra cierta predisposición hacia el charlatanismo porque se nota que el autor del Kybalión no tiene la capacidad de percibir las vidas pasadas, ya que si la tuviera entonces no habría escrito tantas falsedades en su libro.)

 

Con la llave maestra de la filosofía hermética, los seguidores de Spencer podrían abrir muchas puertas de las concepciones filosóficas internas del gran filósofo inglés, cuyo trabajo muestra los resultados de la preparación que tuvo en sus reencarnaciones anteriores. Y sus enseñanzas con respecto a la evolución y al ritmo están casi en perfecto acuerdo con la doctrina hermética referente al principio del ritmo.

 

(La cual contiene grandes errores como se los demostré en este otro capítulo link.)

 

Así pues, el estudiante de hermética no necesita dejar a un lado los puntos de vista científicos referentes al Universo. Todo lo que se le pide es que comprenda el principio básico de que el TODO es mente, de que el Universo es mental y es sostenido firmemente en la Mente del TODO. Y entonces encontrará que los otros seis de los siete principios concuerdan perfectamente con este conocimiento científico, y le servirán para dilucidar plenamente los puntos oscuros.

 

Y esto no es de extrañar cuando nos damos cuenta de la influencia que tuvo el pensamiento hermético de los primeros filósofos de Grecia, sobre cuyos cimientos descansan en gran medida las teorías de la ciencia moderna.

 

La aceptación del primer principio hermético (mentalismo) es la única gran diferencia que existe entre la ciencia moderna y los estudiantes herméticos, pero la ciencia se va dirigiendo gradualmente hacia ese punto, conforme avanza a través de la oscuridad y va encontrando su camino en el laberinto en el que se ha metido en busca de la Realidad.

 

 

 

 

Conclusión

 

El propósito de esta lección es inculcar en las mentes de nuestros estudiantes el hecho de que el Universo, sus leyes y sus fenómenos son tan reales, en lo que al hombre concierne, como lo serían bajo la hipótesis del materialismo y del energismo.

 

Bajo cualquier hipótesis, el Universo, en su aspecto externo, está siempre cambiando y es transitorio, y por consiguiente, está desprovisto de realidad substancial.

 

(Aquí el autor del Kybalión confunde substancia con permanencia, ya que el Universo si contiene substancia y es la energía con la que se forma la materia, pero en cambio esa substancia no es eterna.)

 

Pero también nótese el otro polo de la verdad, ya que bajo cualquiera de dichas hipótesis estamos obligados a obrar y a vivir como si esas cosas fugaces fueran reales y substanciales.

 

Pero con la diferencia que entre las diversas hipótesis actuales, el poder mental era ignorado como una fuerza natural, mientras que bajo el mentalismo se convierte en la mayor fuerza natural. Y esta única diferencia revoluciona la vida para aquellos que entienden el principio y sus leyes y prácticas resultantes.

 

Entonces, finalmente, todos los estudiantes, captan las ventajas del mentalismo y aprenden a conocer, usar y aplicar las leyes resultantes de él. Pero no cedan a la tentación, que como dice el Kybalión, vence a los medio-sabios y los hipnotiza por la aparente irrealidad de las cosas.

 

Ya que la consecuencia es que deambulen como personas dormidas que habitan en un mundo de sueños, ignorando el trabajo práctico y la vida del hombre, y actuando de esa manera, vuestro final será que «se destrozarán contra las rocas y se disolverán en los elementos, en razón de vuestra locura».

 

Por consiguiente seguid el ejemplo del sabio quienes «usa la Ley contra las leyes; lo superior contra lo inferior; y por el arte de la alquimia transmuta lo que es indeseable en lo que es digno, y así triunfa».

 

Siguiendo la autoridad que representa el Kybalión, evitaremos la sabiduría a medias (que es una locura) y que ignora la verdad de que: «La maestría no consiste en sueños anormales, visiones e imaginaciones fantásticas o vivir, sino en usar las fuerzas superiores contra las inferiores, para así escapar de la dolores de los planos inferiores al vibrar en los superiores».

 

Y recuerden siempre que «La transmutación, no la negación presuntuosa, es el arma del Maestro».

 

Las citas anteriores son del Kybalión y son dignas de ser memorizadas por el estudiante.

 

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No vivimos en un mundo de sueños sino en un Universo, que si bien es relativo, es real, por lo menos en lo que respecta a nuestras vidas y acciones. Nuestra misión en el Universo no es negar su existencia, sino vivir empleando debidamente sus leyes para ascender de lo inferior hacia lo superior, viviendo y haciendo lo mejor que podamos dentro de las circunstancias que surgen cada día, y viviendo todo lo posible nuestras más elevadas ideas e ideales.

 

El verdadero significado de la vida no es conocido por los hombres en este plano (si es que alguien lo conoce) pero los más sabios y nuestras propias intuiciones también, nos enseñan que no nos equivocaremos si tratamos de vivir de acuerdo con lo mejor que hay en nosotros y en la medida de lo posible, y reconociendo la tendencia Universal en la misma dirección a pesar de la aparente evidencia de lo contrario.

 

Todos estamos en el Sendero, y el camino conduce siempre hacia arriba, con frecuentes lugares de descanso.

 

Estudien el mensaje del Kybalión y sigan el ejemplo del sabio, evitando así cometer el error del medio-sabio, quien perece en razón de su locura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

OBSERVACIONES

 

En este capítulo, el autor del Kybalión trata de motivar a sus lectores a que lleven una vida pragmática y elevada a la vez, pero él lo hace de una manera muy embrollada, lo que termina por revolver tremendamente los conceptos como a continuación se los voy a demostrar.

 

Él comienza afirmando que para Dios, el Universo solo es una ilusión mientras que para los hombres, el Universo es una realidad, pero como se los mostré arriba, lo hace de una manera torpe ya que en varias ocasiones se contradice él mismo.

 

Y a esta oposición que existe entre la visión que tienen los hombres y la visión que tiene Dios sobre el Universo, el autor del Kybalión la llama “la paradoja divina”. Pero eso no es una paradoja, sino que en realidad son dos puntos de vista diferentes de percepción.

 

Y para darles una analogía, imaginen a dos personas que se encuentran en los dos extremos de una bahía y que ven a un barco salir de esa bahía. Pues bien una de las personas va a decir que el barco se está desplazando hacia la derecha, mientras que la otra persona va a decir que no, que en realidad el barco se está desplazando hacia la izquierda.

 

Y en los dos casos, las dos personas tienen razón, solo que como ellas se encuentran viendo el mismo barco desde los dos lados opuestos, por eso lo ven desplazándose en direcciones distintas. Pero eso no es una paradoja sino que son las observaciones de un mismo evento a partir de dos puntos distintos de percepción.

 

Y lo mismo sucede aquí con el ejemplo que da el autor del Kybalión, ya que si Dios percibe al Universo como una ilusión, es porque la existencia de Dios se encuentra a un nivel todavía más trascendental que la existencia del Universo. Y en cambio si los humanos perciben al Universo como una realidad, es porque la existencia de los humanos se encuentra actualmente a un nivel menos trascendental que la existencia del Universo.

 

Pero eso no es una paradoja, sino simplemente es la percepción del Universo desde dos puntos diferentes de existencia.

 

En cambio una verdadera paradoja es cuando un evento es completamente contrario a lo que nos dicta lógica, como por ejemplo lo es la paradoja de la Creación, en donde no comprendemos cómo es posible que el Universo con sus inmensas e innumerables galaxias haya podido surgir de la nada.

 

Y sin importar que esto lo veamos desde el punto de vista científico, filosófico o esotérico, sigue siendo un profundo misterio.

 

¡Eso es una verdadera paradoja!

 

 

Entonces el autor del Kybalión comienza mal su reflexión poniendo una paradoja en donde no la hay.

 

Y luego dice que esa paradoja sobre el Universo forma parte de “la ley de la paradoja”, pero yo no llamaría a las paradojas una ley porque no son algo que se manifieste continuamente en todo el Universo. Por ejemplo, la ley de gravitación, a eso si se le puede llamar una ley universal porque se manifiesta constantemente en todo el Universo, pero en cambio las paradojas no.

 

Las paradojas son acontecimientos particulares que rebasan nuestro razonamiento, pero que no son una constancia que ustedes encuentren continuamente en todo el Universo, y es por eso que sería más adecuado llamarlas “las peculiaridades de la Creación”.

 

 

Luego el autor del Kybalión dice que la verdad tiene dos polos que son: lo absoluto y lo relativo. Pero eso no es correcto, porque los polos son los aspectos opuestos, y lo que es opuesto a la verdad absoluta, el la falsedad absoluta. Mientras que la verdad relativa sería un grado intermedio entre esos dos polos, o sea una “verdad a medias” o “media verdad”.

 

Y posteriormente el autor del Kybalión afirma que no solamente hay que tener en consideración el punto de vista absoluto, sino que también hay que tener en consideración el punto de vista relativo (o sea la media verdad).

 

Pero en otra parte de su texto él también asegura que las medias verdades son nefastas y hay que evitarlas a toda costa. Lo cual contradice lo que él afirmó antes.

 

Y esta nueva contradicción se debe porque él está confundiendo una verdad relativa con una visión tergiversada.

 

La verdad relativa en este asunto es que el Universo es una ilusión, y es una ilusión no porque sea irreal, sino porque los objetos no tienen una realidad absoluta ya que están constituidos de energía que puede ser manipulada.

 

Y es así que los maestros explicaron que conociendo y dominando una técnica oculta, se puede separar los átomos que componen a un objeto y luego volverlos a juntar, y de esta manera literalmente se puede desintegrar y volver a forma a ese objeto con el poder de nuestra voluntad (aunque obviamente ya se requiere de mucho desarrollo para poder efectuar esa hazaña, y no es algo que un humano ordinario pueda lograr).

 

Mientras que la visión tergiversada es creer que porque el Universo no tiene una realidad absoluta, entonces es irreal, ya que como se los indiqué arriba, si tiene una realidad, nada más que es una realidad relativa. Pero eso no quita que esa realidad relativa siga teniendo efectos sobre nosotros.

 

Y así por ejemplo, si ustedes deciden saltar de un edificio pensando que el Universo no es real y que por consiguiente no les va a pasar nada, el resultado va a ser que si se van a estrellar contra el piso, debido a que aunque la ley de gravitación sea una realidad relativa, esta sigue controlando vuestro cuerpo.

 

En cambio un gran iniciado como Jesús podía caminar sobre el agua y no hundirse, pero no porque él hubiera considerado que la ley de gravitación es irreal (ya que si es real), sino porque él, al haberse sintonizado con el plano divino, todo su ser comienza a estar gobernado también por las leyes que rigen a ese plano superior de existencia; y por consiguiente Jesús, al ya no estar únicamente sujeto a las leyes que rigen al plano físico, él podía traspasarlas.

 

 

Y los maestros también explicaron que la vida en la Tierra no hay que experimentarla como si se tratase de la única realidad, sino que hay que vivirla estando conscientes de que solo es una etapa que nos permitirá acceder a una vida y a una realidad mucho más trascendental.

 

Entonces como ustedes mismos lo pueden constatar, lo que quiso decir el autor del Kybalión en cierta medida corresponde con lo que enseñaron los maestros, nada más que él lo hizo de una forma tan distorsionada que termina enredando mucho su razonamiento, y esto se debe porque no estructuró bien su reflexión.